[Música] Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de Colinas y Valles floridos una viejecita que vivía en una granja acogedora su nombre era clarita y era conocida por todos por su bondad y su paciencia entre los animales que cuidaba con amor había uno muy especial para ella un burrito al que llamaba bartolito tolito había llegado a la granja siendo apenas un pollino y doña Clarita lo había criado con el mismo cuidado que a un hijo le daba las mejores zanahorias lo cepillaba hasta que su pelo brillaba bajo el sol y hasta le cantaba canciones
de cuna para que durmiera plácidamente con el paso de los años bartolito creció y se convirtió en un burro fuerte y robusto pero con su tamaño también creció su ego se volvió engreído y majadero creyendo que era el más importante de la granja ya no obedecía a doña Clarita como antes y a menudo hacía travesuras que causaban desorden y preocupación un día aprovechando un descuido bartolito empujó la puerta del corral con su ocico y se escapó corrió por los campos pateando y rebuznando sintiéndose libre y sin ataduras pero su libertad duró poco pues Doña Clarita
con su paso lento pero seguro lo encontró comiendo Las Flores del jardín del vecino Bartolo Qué haces aquí le reprendió doña Clarita con dulzura pero firmeza comport no está bien has causado muchos problemas ya y es hora de que vuelvas al Corral pero el borrico que nunca había sido reñido se sintió herido en su orgullo pues siempre le llamaban bartolito y nunca Bartolo Con un rebuzno fuerte y un golpe de sus patas traseras decidió que no quería volver resentido tomó el camino que llevaba lejos de la granja dejando atrás a la viejecita que tanto lo
había querido y quien no pudo hacer nada por detenerlo y así comenzó la aventura del burro desobediente sin saber que su decisión Le llevaría a aprender una gran lección El sol comenzaba a ocultarse tras las montañas cuando bartolito el burro desobediente se dio cuenta de que el hambre apretaba su estómago había pasado el día vagando sin rumbo disfrutando de una libertad que ahora les sabía amarga confiado en encontrar fácilmente algo que comer como siempre lo había hecho en la granja de Doña Clarita se acercó a una granja muy lejos de su cálido hogar la granja
era grande y bulliciosa con animales de todo tipo y un granjero de aspecto Severo que dirigía las labores con mano de hierro bartolito con su habitual descaro se acercó al comedero donde otros burros comían tranquilamente pero estos no eran como él habían trabajado duro toda su vida y no estaban dispuestos a compartir su comida con un extraño fuera de aquí intruso rebuznar los burros empujándolo con sus fuertes cuerpos bartolito intentó resistirse pero el granjero lo notó y con una voz fuerte le gritó amenazándole con su vara si quieres comer tendrás que trabajar así Bartolo fue
obligado a realizar las tareas más arduas de la granja cargaba sacos pesados de grano arrastraba arados que surcaban la tierra dura y transportaba agua del pozo desde el amanecer hasta el atardecer sus patas le dolían su lomo estaba lleno de magulladuras Y para colmo apenas le daban restos para comer la noche caía y bartolito se encontraba solo en un rincón del establo lejos de la cálida manta y el suave pesebre de su antigua casa las lágrimas brotaban de sus ojos pero su orgullo herido le impedía admitir su error no necesito a nadie no regresaré se
decía a sí mismo aunque en el fondo una voz le susurraba que extrañaba a doña Clarita y su amorosa granja los días pasaban y la situación de Bartolo no mejoraba el granjero y los otros burros lo trataban cada vez peor y él obstinado se negaba a regresar pero una noche mientras la luna brillaba en el cielo y él contemplaba las estrellas una epifanía lo golpeó recordó las palabras de Doña Clarita su paciencia y su cariño incondicional Fue entonces cuando comprendió el valor del hogar y del amor que había despreciado pero aún así se mantenía firme
en su posición con el corazón apesadumbrado y el cuerpo exhausto bartolito pensaba Qué pasaría si regresara a casa Doña Clarita aún la recibiría después de todo lo que había pasado mientras bartolito enfrentaba las duras lecciones de la vida lejos de su hogar doña Clarita no perdía la esperanza de encontrar a su querido burrito día tras día con el corazón apretado por la angustia recorría los caminos polvorientos y los pueblos cercanos preguntando a cada transeunte a cada granjero si habían visto a su querido bartolito Por favor si alguien ve a mi burrito Díganle que lo espero
con los brazos abiertos decía con voz temblorosa mientras mostraba una vieja fotografía de su engreído la gente del pueblo conmovida por su devoción le ofrecía palabras de Consuelo pero nadie sabía del paradero del borrico la viejecita determinada a traer de vuelta a su compañero ofrecía una recompensa a quien le brindara información vendió sus muebles sus herramientas de trabajo las pocas que tenía incluso las mantas que la protegían del frío de su granja vendió sus gallinas sus patos sus conejos hasta quedarse sin nada la granjita antes llena de vida y alegría se tornó silenciosa y vacía
los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses Doña Clarita se sentaba al atardecer bajo el viejo Mango de la granja mirando hacia el camino esperando ver la figura de Bartolo recortarse contra el cielo naranja de locaso vuelve bartolito susurraba al viento la casa no es hogar sin ti El tiempo pasó y aunque Aunque su cuerpo se debilitaba y sus recursos se agotaban el amor de Doña Clarita por bartolito nunca flaqueo ella sabía que más allá de la desobediencia y el orgullo el lazo que los unía era indestructible y en la soledad de
esas noches estrelladas un deseo ardiente se mantenía vivo en su corazón el reencuentro con su burro desobediente después de soportar días de trabajo agotador y trato cruel en la primera granja Bartolo el burro desobediente decidió que no podía soportar más con la esperanza de encontrar un lugar mejor se aventuró una vez más esta vez hacia otra granja que prometía comida a cambio de trabajo la nueva granja parecía prometedora al principio el granjero le recibió con una sonrisa y un montón de heno fresco pero pronto descubrió que las sonrisas escondían intenciones oscuras los otros animales le
miraban con desdén y el granjero que parecía amable tenía un temperamento volátil un día mientras trabajaba llevando pesados fardos de paja tropezó cansado y hambriento el granjero impaciente y sin compasión le golpeó con la pala en el Homo muévete burro inútil gritó y el golpe resonó en el silencio de la al atardecer fue la primera vez que alguien le había puesto la mano encima a bartolito el dolor del golpe fue intenso pero más profundo fue el dolor en su corazón en ese momento la imagen de Doña Clarita apareció en su mente recordó su suave voz
sus caricias y como nunca ni en sus momentos más traviesos le había levantado la mano las lágrimas brotaron de los ojos del borrico y un sooo ahogado escapó de su garganta qué he hecho pensó mientras el remordimiento y la tristeza lo inundaban la dura realidad de su situación lo golpeó como una ola fría y cruel había dejado atrás un hogar lleno de amor por un mundo que no tenía compasión por él solo por un momento de rabia y orgullo con el corazón roto y el cuerpo ad por el trabajo y el maltrato bartolito tomó la
decisión más difícil de su vida era hora de volver a casa de enfrentar a la viejecita a quien había abandonado no sabía si sería bienvenido pero la esperanza de recibir aunque fuera una mirada de perdón lo impulsaba a seguir adelante y así con pasos lentos y pesados comenzó el largo camino de regreso a la granja de Doña Clarita donde una vez fue feliz y amado el corazón al borrico estaba pesado con la carga del arrepentimiento mientras se acercaba a una granja desconocida la última antes de emprender El camino de regreso trabajaré por comida y porque
me enseñen el camino a casa prometió con humildad Al granjero quien con una mirada escrutadora aceptó el trato bartolito trabajó más duro que nunca con la esperanza de cada día acercarse un paso más a su hogar el granjero viendo su determinación le enseñó el camino de vuelta un sendero serpenteante a través de Colinas y bosques que nunca había recorrido solo estaba muy lejos aún finalmente con el corazón palpitante y las patas temblorosas después de un buen tiempo se encontró frente a los límites de la granja que una vez llamó hogar pero algo estaba mal un
Silencio inusual colgaba en el aire y una sensación de vacío lo envolvía todo la puerta del corral estaba abierta las aves no habían las ventanas de la casa de doña Clarita estaban cerradas y no había signos de vida Doña Clarita Dónde está llamó con un hilo de voz pero solo El eco de su propio rebuzno le respondió recorrió la granja cada Rincón familiar cada sombra del pasado pero no había nadie el jardín estaba descuidado las flores silvestres crecían sin control y la casa parecía haber guardado el último aliento de su dueña Fue entonces cuando vio
colgado en la puerta del establo un pequeño cartel descolorido por el tiempo con letras temblorosas que decía Busco a mi burrito bartolito él es lo único que tengo en esta vida por favor tráiganlo de vuelta y más abajo Doña Clarita conmovido por la muestra de cariño las lágrimas brotaron de los ojos de Bartolo al leer las palabras llenas de amor y desesperación el borrico agachó la cabeza el dolor de la pérdida y la culpa lo abrumaba he llegado demasiado tarde soyos mi orgullo me ha acostado todo la granja que una vez fue un refugio de
amor y cuidado ahora era un monumento a la soledad y al remordimiento la noche cayó sobre la granja abandonada y bartolito bajo el manto de estrellas lloró por la viejecita que lo había amado y que había muerto esperándolo había pasado mucho tiempo y ahora en la quietud de la noche comprendió la profundidad de su error y el precio de su desobediencia en la quietud de la granja donde los recuerdos flotaban como fantasmas más del pasado buscaba desesperadamente alguna señal de Doña Clarita Fue entonces cuando en un rincón olvidado del huerto encontró una pequeña tumba marcada
con una cruz de madera las flores silvestres habían crecido alrededor como si la naturaleza misma quisiera honrar el lugar de descanso de la viejecita bartolito se acercó con pasos temblorosos el corazón latiendo con una mezcla de miedo y esperanza er el nombre grabado en la madera Doña Clarita amó a todos especialmente a bartolito su mundo se derrumbó cayó de rodillas ante la tumba y las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos grandes y tristes Perdóname querida ama soy osó mi orgullo me cegó y mi desobediencia Nos separó para siempre lloró hasta que no le quedaron
más lágrimas aún sabiendo que su llanto no podría devolverle a su anciana ama la luna se elevó en el cielo bañando la granja en una luz plateada y serena bartolito permaneció junto a la tumba toda la noche recordando cada momento de cariño cada enseñanza cada sonrisa de Doña Clarita y en la dulzura de esos recuerdos encontró un consuelo amargo con el amanecer se levantó sabía que su vida ya no sería la misma pero también sabía que Doña Clarita habría querido que siguiera adelante Así que con una promesa silenciosa de vivir de una manera que honrara
su memoria decidió cuidar la granja y llenarla de amor como Doña Clarita lo había hecho los días pasaron desde que bartolito regresó a la granja y aunque su corazón estaba lleno de arrepentimiento y amor por doña Clarita la soledad y la pena eran sus únicas compañeras cuidaba la granja con devoción pero la ausencia de su ama pesaba más que cualquier saco de grano una mañana los vecinos que pasaban por la granja notaron un silencio aún más profundo que el habitual al acercarse encontraron a bartolito recostado en el suelo inmóvil al lado de la tumba de
Doña Clarita el burro desobediente que había aprendido la lección más dura de todas había muerto de pena con su cabeza sobre la Tierra que cubría a su querida ama la noticia se extendió por el pueblo y todos recordaron la historia del burro y la viejecita En su memoria los vecinos cuidaron la granja y plantaron flores alrededor de la tumba creando un pequeño santuario de amor y remordimiento la historia de bartolito El burro desobediente nos enseña que el orgullo y la desobediencia pueden llevarnos por caminos de soledad y tristeza nos Recuerda que el amor y la
paciencia son tesoros que debemos valorar y cuidar que nunca es tarde para cambiar y Buscar el perdón pero también que debemos actuar antes en vida a veces dejamos que el orgullo y la desobediencia nublen nuestro juicio y nos alejen de aquellos que nos aman esta historia nos enseña además que el arrepentimiento Aunque sincero no puede cambiar el pasado Pero sí puede iluminar nuestro futuro guiándonos hacia actos de bondad y amor que reflejen las lecciones aprendidas que la memoria de aquellos que hemos perdido sea siempre una llama que alumbre Nuestro camino Muchas gracias por escucharnos Ángel
Ruiz narró para ustedes Buenos días buenas tardes o buenas noches Dios los bendiga