Cierra los ojos y permite que tu cuerpo comience a rendirse poco a poco a este instante. Hoy has llegado aquí por una razón más grande de lo que tu mente puede comprender. Estás a punto de entrar.
en un espacio sagrado, un espacio donde las fuerzas de sanación más puras del universo estarán contigo. Esta noche, mientras descansas, serás acompañado por los médicos del cielo, seres de luz que responden al llamado de las almas. que están listas para sanar.
No necesitas hacer nada. No tienes que entender nada. Solo necesitas estar presente y permitir que la energía divina se abra paso a través de ti.
Mientras escuchas mi voz, imagina que estás entrando en un santuario invisible, lleno de paz, donde la sabiduría más antigua y el amor más puro se entrelazan para cuidar de ti. Suelta el día, suelta tus expectativas, suelta el control. Y dile suavemente a tu alma, estoy listo.
Estoy lista. Estoy aquí para recibir. Ahora respira profundo y prepárate para entrar en el campo de la sanación celestial.
Estás a punto de ser sostenido, sostenida en los brazos invisibles de un amor que todo lo sana. Imagina ahora que muy por encima de ti, una luz suave, dorada, viva, comienza a descender lentamente desde el cielo. Es una luz cálida, amorosa, que proviene del corazón mismo del universo y esa luz viene directamente hacia ti.
Permite que esa energía entre por la coronilla de tu cabeza y comienza a sentir cómo va tocando cada parte de tu ser, como si unas manos invisibles te acariciaran con una ternura infinita. Esa luz no solo relaja, sino que despierta la sabiduría de tu cuerpo. Le recuerda que puede sanar, que puede soltar el peso, que no está solo, que no está sola.
Siente cómo esa luz divina baña tu cuero cabelludo, tus sienes, tu frente y suaviza tus pensamientos. Toda la mente se calma, se silencia como si cada pensamiento fuera un globo elevándose hacia el cielo. Esa luz baja por tu rostro, relaja tus ojos, tu mandíbula, tu cuello y con cada parte que toca lleva un mensaje sagrado.
Descansa, yo estoy aquí contigo. Todo está bien. Siente tus hombros soltando el peso que han cargado como si cada tensión se derritiera bajo una lluvia de amor.
Esa luz recorre tus brazos, tus manos y baja lentamente por tu espalda, tu pecho, tu abdomen, donde tal vez se han guardado emociones y ahora simplemente se entregan como hojas que caen suavemente de un árbol en otoño. Tus piernas también se rinden a esta luz hasta llegar a tus pies y sientes que todo tu cuerpo está ahora dentro de un manto de energía sanadora. Tu cuerpo entero está envuelto en esta luz dorada, una energía viva, presente, amorosa, que no exige, no juzga, no interfiere, solo abraza y repara.
Y tú en este instante solo necesitas rendirte, entregar lo que ya no puedes sostener y confiar, porque ahora estás listo. ¿Estás lista para recibir la visita de los médicos del cielo? Ahora que tu cuerpo está relajado y tu mente ha comenzado a silenciarse, vamos a abrir juntos un portal invisible, un espacio que siempre ha estado contigo, aunque a veces lo hayas olvidado.
En lo más profundo de tu alma hay una sabiduría antigua que recuerda, que sabe que no estás solo, que no estás sola. Esta noche vamos a invocar desde lo más sagrado de nuestro corazón la presencia luminosa y amorosa de los médicos del cielo. Seres de luz, inteligencias divinas, guardianes de la salud del cuerpo y del alma.
Conciencias que no pertenecen a este plano físico, pero que pueden llegar hasta ti si tu alma los llama con verdad y entrega. Inhala profundo y al exhalar repite internamente conmigo. Médicos del cielo, seres de luz al servicio de la sanación divina.
Les doy la bienvenida esta noche a mi campo, a mi cuerpo, a mi mente, a mi alma. Estoy dispuesto, estoy dispuesta a recibir su guía, su amor y su medicina sagrada. Entren ahora en este espacio que abro con humildad y devoción.
[Música] Y ahora imagina como si el velo entre los mundos se abriera suavemente, que a tu alrededor comienzan a aparecer figuras luminosas, cada una distinta, algunas con túnicas blancas, otras con luz azul, dorada o violeta. Algunas con rostros humanos, otras como presencias etéricas, imposibles de describir, pero todas, absolutamente todas, irradian un amor indescriptible. Sientes su presencia, te rodean.
Caminan en silencio, tocan tu campo energético con manos de luz. miran tu cuerpo con ternura, como si vieran más allá de tu piel, como si comprendieran perfectamente cada una de tus heridas físicas y emocionales. Uno de ellos se acerca a tu cabeza, otro a tu pecho, otro a tu abdomen y uno más se coloca detrás de ti sosteniéndote energéticamente.
No estás soñando, no estás imaginando, estás recordando algo que tu alma siempre ha sabido, que en los planos sutiles hay ayuda, hay medicina, hay amor en forma pura. Y en este instante los médicos del cielo han respondido a tu llamado. Ellos no necesitan palabras, sienten lo que sientes, comprenden lo que no puedes explicar.
Y con infinita compasión comienzan a trabajar en ti, sin esfuerzo, sin dolor, solo con la intención perfecta de restaurar la armonía en todas las partes de tu ser. Si hay algo que deseas entregar, si hay un malestar, un recuerdo, una dolencia, ofrécelo ahora a estos seres de luz. Imagina que lo colocas en sus manos y observa cómo lo toman con dulzura, sin juicio y lo elevan hacia la luz para transmutarlo.
Respira, siente, confía. Los médicos del cielo están contigo. Ha sido escuchado.
Ha sido escuchada. Y desde este instante comienzan a sanar lo que estás preparado para dejar atrás. Tu cuerpo lo sabe, tu alma lo reconoce y tú solo necesitas descansar y permitir que la luz haga su trabajo.
Ahora que estás rodeado, rodeada por los médicos del cielo y tu campo se ha abierto para recibir, ellos comienzan a trabajar con una sabiduría más allá de la comprensión humana. Uno de ellos se inclina hacia ti y coloca suavemente sus manos de luz sobre tu coronilla. Sientes una corriente cálida, como una brisa eléctrica muy suave que penetra y se extiende desde lo alto de tu cabeza hacia todo tu sistema nervioso.
En este instante están armonizando tu cerebro, liberando patrones de pensamiento repetitivo, disolviendo el estrés acumulado, reparando redes neuronales afectadas por el miedo, la sobrecarga o el agotamiento. Cada célula cerebral comienza a respirar con más libertad, como si de pronto recordara su propósito original, la claridad, la calma, la creación consciente. Ahora esa energía desciende suavemente hacia tus ojos.
Los médicos del cielo emiten una luz especial como si fueran pequeñas partículas doradas que bañan tus retinas, tus nervios ópticos, tu visión. Y aunque tus ojos estén cerrados, sientes como si pudieras ver más claro, no solo físicamente, sino con el alma. Esta noche también se sana tu forma de mirar la vida.
La energía sigue bajando, llega a tu garganta liberando nudos, tensiones, palabras no dichas, permisos no otorgados para expresarte como eres. Siente cómo se disuelven esas presiones y cómo tu voz interna comienza a despertar. La voz que te recuerda que mereces ser escuchado, que puedes expresarte con amor y autenticidad.
Los médicos del cielo ahora colocan sus manos sobre tu pecho. Tu corazón físico y tu corazón energético están recibiendo ahora una dosis profunda de medicina divina. [Música] Siente cómo se abren los tejidos.
¿Cómo se liberan tensiones guardadas en el centro de tu ser? Como la sangre comienza a circular con más fluidez y cada latido se vuelve más armónico, más pausado, más presente. Si ha habido presión en el pecho, angustia, ansiedad, ahora se disuelve en esta luz que todo lo abarca.
Todo está bien. Tu corazón está siendo restaurado. Esa energía llega a tus pulmones limpiando impurezas, toxinas, emociones no exhaladas.
Siente como respiras más profundo, más libre. Cada célula pulmonar se ilumina y absorbe esta medicina silenciosa que no necesita nombre porque es amor en estado puro. La luz sigue bajando, llega al abdomen tu sistema digestivo, hígado, intestinos, páncreas, todo está recibiendo un baño de equilibrio.
Si ha habido inflamación, dolor, pesadez, los médicos del cielo colocan sus manos ahí y tú sientes como todo se calma, como tu centro se libera de cargas físicas y emocionales. Y ahora visualiza como uno de ellos coloca sus manos sobre tus riñones. Te recuerda que ahí también se almacenan antiguos miedos, pero esta noche esa energía no tiene más poder sobre ti.
Estás a salvo. Tu cuerpo ya no necesita sostener lo que te dañaba. Y mientras la luz desciende a tu pelvis, a tus órganos reproductivos, siente como también se honra tu energía creadora, tu poder de dar vida, de sanar, de transformarte.
Cada órgano está siendo alineado. Cada sistema está siendo restaurado. Ahora los médicos del cielo recorren tus piernas, activan la circulación, restablecen la fuerza.
y anclan una energía de confianza para avanzar en tu camino. Tus pies que sostienen toda tu historia también están siendo sanados. Reciben luz, fuerza y dirección.
Y mientras todo esto ocurre, puedes imaginar tu cuerpo entero envuelto en un manto de luz líquida que se mueve. Respira. Actúa en silencio, en amor, en perfección, desde las células más pequeñas hasta los sistemas más complejos, tu cuerpo está siendo restaurado por manos que no puedes ver, pero que tu alma reconoce, no hay nada que debas hacer, solo permitir y descansar.
Esta noche tu cuerpo está sanando y tú estás en manos de lo sagrado. Ahora que tu cuerpo está siendo armonizado, ahora que las células comienzan a recordar su equilibrio natural, los médicos del cielo se acercan con una intención aún más profunda, la de tocar tu mundo emocional, porque tú no eres solo un cuerpo. Eres también un mar de emociones, de historias no contadas, de heridas que a veces ni tú sabes que están de memorias que se quedaron guardadas en los rincones más invisibles de tu alma.
Esta noche vas a liberar lo que ya no necesitas sostener. vas a entregar lo que te pesa y vas a permitir que los médicos del cielo abracen tu dolor como una madre abraza a su hijo sin juzgarlo. Respira muy profundo y mientras exhalas, imagina que justo en el centro de tu pecho aparece una esfera de luz, una esfera brillante, como si tu alma comenzara a concentrar todo lo que ha callado durante años.
Dentro de esa esfera comienzan a emerger emociones atrapadas y lo hacen sin esfuerzo, sin conflicto, con suavidad, como burbujas que suben a la superficie. Imagina que en esa esfera están las tristezas que no pudiste llorar, los miedos que se acumularon en el silencio, la angustia de no sentirte suficiente, la culpa que nunca fue tuya, el enojo que te protegía, la soledad que a veces te invade aunque estés rodeado o rodeada de personas. Y mientras esa esfera gira suave y luminosa, sientes como los médicos del cielo se acercan y con una reverencia profunda la toman en sus manos.
la elevan y la entregan a la luz superior para ser transmutada, para ser sanada. Nada de lo que has sentido es un error. Todo ha sido parte del camino, pero esta noche ya no necesitas cargar con eso.
Puedes dejarlo ir. Siente como a medida que la esfera asciende, tu pecho se aligera como si de pronto entraras en un espacio nuevo dentro de ti, más amplio, más luminoso, más tuyo. Los médicos del cielo ahora colocan sus manos sobre tu corazón emocional y comienzan a impregnarlo con frecuencias de alta vibración.
Primero la compasión, luego el perdón, después el consuelo y más tarde la ternura hasta que por fin llega una oleada suave de amor puro. Y ese amor entra como si te estuvieran abrazando desde dentro, como si tu alma pudiera decir por fin, estoy a salvo, estoy en casa. Es posible que sientas una lágrima caer o una emoción asomar sin razón aparente.
Déjala salir. Tu alma se está liberando. Recuerda, sanar no es olvidar, es mirar con amor lo que dolía y permitir que deje de doler.
Permanece un momento en este estado sintiendo como cada emoción pesada se transforma, como cada rincón emocional se llena de una paz nueva y permite que los médicos del cielo trabajen ahí donde más lo necesitas, incluso o en lugares que tú mismo, tú misma no sabías que existían. Esta noche la tristeza se convierte en comprensión, el miedo en confianza, la rabia en poder y la culpa en libertad. [Música] Y tú simplemente estás aquí en este instante sagrado, recibiendo el amor que tal vez has estado buscando toda tu vida.
Ahora que los médicos del cielo han liberado tu cuerpo del peso y han acariciado con su luz las emociones que vivían en ti, te encuentras en un espacio interno completamente distinto, [Música] más liviano. más claro, más abierto. Es como si un nuevo silencio naciera dentro de ti.
Un silencio fértil, un campo listo para sembrar nueva información más elevada, más amorosa, más alineada con quien en verdad eres. Y es aquí, en este umbral, entre la vigilia y el sueño, donde el subconsciente abre sus puertas y comienza a recibir con total receptividad lo que desde el alma se pronuncie con verdad. Permite ahora que cada frase que vas a escuchar no solo la entiendas, sino que la sientas, como si cada palabra penetrara tu campo, se deslizara dentro de ti como una semilla de luz y comenzar a florecer en lo más profundo.
de tu ser. Tú no tienes que hacer nada, solo escuchar y permitir. Estoy siendo sanado por una inteligencia amorosa que me conoce más allá de mi historia.
Mi cuerpo está recordando cómo autorregularse, cómo repararse, cómo regenerarse. Mi alma está entregando todo lo que ya no le pertenece para que la paz ocupe su lugar. La energía que fluye por mí ahora es pura, amorosa y me sostiene sin condiciones.
Estoy en manos seguras. Estoy sostenido por una sabiduría superior. Estoy a salvo.
Cada célula de mi cuerpo responde con gratitud a esta luz sanadora. Estoy activando el recuerdo sagrado de que fui creado para vivir en armonía. Mi campo energético está siendo restaurado con amor, coherencia y equilibrio divino.
Ya no necesito luchar. Puedo confiar, puedo descansar. Todo está siendo sanado desde su raíz.
Los médicos del cielo continúan trabajando en mí mientras duermo y su medicina llega donde más la necesito. No tengo que saber cómo se resuelve. Solo sé que ya se está resolviendo.
Estoy abriendo espacio en mí para una nueva versión de mi salud, de mi cuerpo y de mi alma. Recuerdo ahora que el universo entero está a mi favor, incluso en el descanso, incluso en el silencio. Esta noche mi subconsciente está siendo rescrito con una verdad más alta.
Soy merecedor de sanación. de descanso, de luz y de amor incondicional. [Música] Estoy siendo sanado por fuerzas superiores mientras duermo.
Mi cuerpo recuerda cómo repararse desde el amor. Cada célula de mi ser vibra en armonía perfecta. La luz divina me envuelve.
y me restaura. Mi alma libera todo lo que ya no necesita. Estoy en manos seguras, sostenido por la luz.
Confío en la inteligencia sagrada de mi cuerpo. El universo está trabajando a mi favor mientras descanso. Mi respiración me conecta con la paz profunda.
[Música] Estoy recibiendo medicina celestial en cada exhalación. Suelto el miedo y abrazo la confianza. [Música] Hoy elijo sanar.
Desde lo más profundo de mí. [Música] Me permito descansar y ser sostenido por el amor divino. Cada órgano de mi cuerpo está volviendo a su equilibrio natural.
Estoy rodeado por la energía curativa de los médicos del cielo. No tengo que hacer nada más que rendirme al amor. Todo lo que necesito para sanar ya vive dentro de mí.
Entrego mi dolor a la luz para ser transformado. Mi corazón se libera del pasado y late en paz. Estoy en comunión con una sabiduría mayor que me cuida.
[Música] Estoy protegido por una red invisible de amor. Cada noche es una oportunidad de renovación. El perdón limpia y sana cada rincón de mi ser.
Mi cuerpo responde con gratitud a esta medicina divina. Soy merecedor de bienestar y plenitud. La sanación ocurre incluso cuando no soy consciente de ella.
Estoy listo para liberarme de todo lo que me pesa. Me rindo a lo que no puedo controlar. Confío en el proceso perfecto de la vida.
El amor incondicional guía mi sanación. Estoy alineado con la energía de la vida que fluye en mí. El silencio me sana.
La paz entra en cada célula de mi cuerpo. Mi sistema nervioso se regula con suavidad y amor. Estoy rodeado por una luz que me sostiene.
Todo dolor tiene un propósito y hoy lo libero. Honro cada emoción como una mensajera del alma. Soy luz.
Incluso en mis momentos más oscuros, estoy regresando al hogar dentro de mí. Mi cuerpo sabe exactamente qué hacer para sanar. Estoy a salvo en este instante.
Mi descanso profundo es sagrado y reparador. La energía de la compasión me envuelve. La sabiduría del universo fluye a través de mí.
Me permito sentirme amado y sostenido. El presente es un portal hacia mi bienestar. Todo se reordena a favor de mi sanación.
Mi alma guía mi proceso con dulzura. El amor divino disuelve toda resistencia. Estoy abierto a recibir milagros.
Cada noche descanso más profundamente en la luz. Mis células vibran en frecuencia de salud y equilibrio. Me libero del pasado con cada respiración.
Agradezco cada parte de mí, incluso las que han dolido. Estoy completo, estoy en paz. Los médicos del cielo me acompañan en todo momento.
Estoy rodeado de energía benevolente. Siento la presencia de lo sagrado en mi descanso. Todo mi campo energético se alinea ahora.
Mi cuerpo, mente y alma trabajan en unidad. Estoy despertando a una nueva versión de mí. Mis pensamientos ahora apoyan mi bienestar.
Acepto mi proceso con paciencia y amor. Mi cuerpo merece descanso, cariño y luz. Todo lo que entrego a la luz se transforma.
El universo escucha mi necesidad de sanar. La divinidad actúa incluso en el silencio. Me permito recibir sin culpa ni resistencia.
Soy un canal de sanación y regeneración. Me reconcilié con mi historia desde la compasión. La sanación ocurre en niveles invisibles y profundos.
Todo lo que sucede tiene un propósito sagrado. Estoy vibrando en frecuencia de amor y verdad. Esta noche mi cuerpo se regenera en paz.
La calma es mi medicina. Acepto mi luz y abrazo mi sombra con amor. suelto la necesidad de entenderlo todo.
El descanso profundo me restaura por completo. Estoy siendo guiado hacia mi mayor bienestar. Hoy decido sanar.
Hoy me abro a vivir distinto. Mi energía vital se renueva mientras duermo. Estoy siendo reconstruido desde el alma.
La presencia divina me acompaña al dormir. Soy digno de ser amado, sano y feliz. Me conecto con el orden perfecto del universo.
La inteligencia divina actúa a través de mí. Mi cuerpo vibra en coherencia con el amor. El pasado se disuelve en la luz de esta noche.
Estoy lleno de nuevas posibilidades. La paz es mi estado natural. Confío en lo invisible que me sana y me guía.
Esta noche despierta una nueva vida dentro de mí. Cada órgano, cada sistema, cada célula coopera con mi bienestar. Soy más que este cuerpo.
Soy un campo luminoso en expansión. Hoy renazco en energía, salud y fe. Me reconcilié con mi cuerpo y lo abrazo con amor.
Dejo atrás lo que ya no resuena con mi alma. Vibro en la frecuencia de la sanación completa. Esta noche mi alma se libera y se eleva.
Todo está bien, todo está sanando, todo está ocurriendo para mi mayor bien. Y mientras estas frases se graban suavemente en tu interior, puedes imaginar que cada una de ellas es como una gota de luz que cae en un lago profundo y cada gota genera ondas, ondas que viajan por todo tu cuerpo energético, restaurando equilibrando, armonizando. No hay prisa, no hay presión.
La sanación no depende del esfuerzo, sino de tu disposición a recibir lo que tu alma ya está preparada para integrar. Mientras escuchas mi voz, una parte de ti está descansando profundamente y otra parte más sutil, más eterna está despertando y en este estado tu energía se reajusta. como un campo magnético que se vuelve coherente como un río que regresa a su cauce.
El orden divino se restablece en ti. La salud comienza a tener más espacio. El caos interno se rinde ante la armonía.
Y tú simplemente estás aquí dejándote amar por una fuerza invisible que siempre ha estado contigo. Ahora, mientras las semillas de luz siguen floreciendo en tu interior y los médicos del cielo continúan con su labor sutil, amorosa y precisa. Ha llegado el momento más importante de este viaje, el momento de rendirte.
de dejar de intentar entender, de dejar de controlar, de soltar todo lo que aún estás sujetando para simplemente confiar, porque en lo más profundo de ti hay una parte que ya sabe que todo está ocurriendo de la forma perfecta, que no estás solo, que no está sola y que esta noche algo profundo se está sanando desde la raíz. Inhala suave y profundo. Y al exhalar, imagina que entregas al universo todas tus preocupaciones, todas tus dudas, todos tus miedos, como si los colocaras en una caja de luz y la ofrecieras al cielo.
y siente como al hacerlo tu pecho se libera, tu mente se apaga aún más y tu cuerpo entra en una rendición dulce, casi como si fuera abrazado por los brazos del universo. Ya no tienes que hacerlo todo. Ya no tienes que resolverlo todo.
Ya no tienes que entender el porqué de cada cosa. Esta noche te rindes y no desde la derrota, sino desde la confianza más profunda, la que nace de saber que hay algo más grande que tú, que está sosteniéndote, guiándote, acompañándote. Y en esa entrega algo mágico ocurre.
Tu respiración se vuelve aún más lenta. Tu cuerpo se vuelve más pesado. Tu alma se siente más ligera y comienzas a flotar en un espacio suave.
tibio, protector, como si entraras en el vientre mismo del universo. Los médicos del cielo te observan con ternura, no te juzgan, no te exigen, solo te rodean, te acompañan y siguen trabajando en silencio mientras duermes. Quizás no sepas exactamente que se está sanando, pero eso no importa porque hay una inteligencia divina en acción, una medicina que sabe a dónde ir, qué tocar, qué reparar, qué liberar.
Tu única tarea es descansar, porque es en el descanso donde el alma se repara, donde el subconsciente se abre, donde lo invisible trabaja en favor de tu vida. Permítete entrar ahora en un descanso profundo, uno distinto, uno sagrado, como si cada célula de tu cuerpo te dijera, "Gracias por dejarme soltar como si tu alma te susurrará. Por fin me permites volver al hogar.
Esta noche, mientras duermes, el universo entero está trabajando por ti. Tu cuerpo reposa, tu mente se apaga, tu alma se eleva y tú entras en un sueño que no solo restaura tu energía, sino que reescribe tu realidad desde dentro. Todo está bien, todo está ocurriendo, todo está en marcha y ahora puedes rendirte y entregarte al descanso más profundo y amoroso que hayas sentido jamás.
Y ahora en este espacio donde todo ha sido entregado, donde lo viejo ha comenzado a disolverse y lo nuevo ha empezado a nacer en silencio. Es momento de anclar este viaje y agradecer, agradecer a tu cuerpo por seguir luchando, incluso cuando tú te rendías por mantenerse en pie, aún cuando no te dabas cuenta, por permitir que esta noche por fin pudieras soltar y sanar. Agradecer a tu corazón que ha sostenido emociones, dolores, esperanzas y silencios y que ahora late en un nuevo ritmo más suave, más libre, más tuyo.
agradecer a tu alma por haber guiado tus pasos hasta aquí, por haber escuchado el llamado silencioso que te trajo a esta meditación, porque una parte muy profunda de ti sabía que necesitabas este espacio, esta pausa, esta medicina invisible. Y sobre todo agradece a los médicos del cielo. Ellos han estado contigo desde antes que comenzaras a escuchar mi voz.
han estado trabajando en los planos sutiles, acompañándote, sosteniéndote, reparándote con un amor que no pide nada a cambio. Y aunque no puedas verlos, con los ojos puedes sentirlos en la calma que ahora te habita, en el calor que queda en ciertas partes del cuerpo, en la expansión que poco a poco se instala en tu interior. Llévate contigo esta certeza.
No estoy solo. No estoy sola. Hay fuerzas de luz que caminan conmigo, que me guían, que me sanan, que me protegen incluso cuando no las veo.
Y mientras tu conciencia se va desdibujando en el sueño, permite que estas palabras se graben como un anclaje profundo. Mi cuerpo está sanando mientras descanso. Mi alma se repara en silencio.
Estoy sostenido por el amor del universo. Todo lo que soy está siendo restaurado. Mientras duermo, el milagro ocurre.
Siente estas frases como llaves que sellan el trabajo interior. Llaves que cierran las puertas del pasado y abren nuevos espacios para tu sanación, tu expansión, tu renacimiento. Y ahora entra en un sueño profundo, sabio, protector.
Que la noche sea tu medicina. Que el descanso sea tu templo y que esta experiencia se convierta en un antes y un después en tu vida. Porque cuando despiertes, algo en ti ya no será igual.
Los médicos del cielo seguirán contigo y tú habrás dado un paso hacia la luz. Gracias por permitirte recibir. Gracias por confiar.
Gracias por ser tú. Duerme, descansa y permite que el universo haga su parte. يبقى يبقى وت Ah.