en tiempos antiguos cuando los gigantes caminaban sobre la Tierra y los reyes eran forjados en la guerra hubo uno cuyo nombre aún resuena en los secos de la historia og El rey de basán El último titán en la vasta extensión de basán entre fortalezas imponentes y llanuras fértiles un nombre retumbaba como el trueno en los valles un nombre que inspiraba tanto respeto como temor ogog no era un hombre ordinario era un titán entre los mortales un Coloso cuya silueta oscurecía el Horizonte y cuya fuerza hacía estremecer a los más valientes guerreros se contaba que su
cama forjada en hierro y adornada con gemas resplandecientes medía nueve codos de largo y cuatro de ancho solo un ser de proporciones descomunales podría descansar en tal lecho y ogog lo hacía con orgullo pues era la prueba de su supremacía sobre basán y más allá en una era en la que la tierra temblaba bajo el peso de los Gigantes y los hombres alzaban la vista hacia las montañas con temor reverente no siempre fue el rey temible que la historia recuerda hubo tiempo en que fue solo un joven titán criado en las cumbres heladas del monte
hermón donde los vientos fríos azotaban su piel curtida y las águilas volaban Alto Como Heraldos de los dioses desde pequeño hog escuchó los relatos de su estirpe los refait una raza ancestral de seres imponentes que alguna vez dominaron la tierra eran más que guerreros eran símbolos vivientes de poder y destrucción su padre un legendario combatiente le enseñó a empuñar una espada tan grande como el tronco de un árbol y a lanzar rocas capaces de derribar fortalezas enteras la fuerza es un don hijo mío pero no lo es todo un rey verdadero no solo protege a
su pueblo con sus puños sino también con su juicio y su corazón sin embargo el destino de ogog estaba escrito en las cenizas de la guerra las tierras de basán ricas y prósperas eran codiciadas por Reyes y Conquistadores no pasó mucho tiempo antes de que el joven Gigante se enfrentara a su primera batalla en las vastas llanuras de arob un ejército de Invasores Aba con la intención de tomar lo que no les pertenecía pero ogog con un rugido que estremeció la tierra se lanzó al combate su espada Destello como un rayo en la penumbra trazando
líneas de muerte entre las filas enemigas el suelo se tiñó de rojo y el nombre de o empezó a esparcirse como un presagio de terror por todas las naciones circundantes pero esta era solo la primera página de su historia porque og no era solo un guerrero formidable también era un constructor con sus propias manos levantó fortalezas inexpugnables y talló caminos en las montañas para conectar su reino su cama de hierro que más tarde se convertiría en una leyenda fue forjada por los mejores artesanos de basán día y noche trabajaron creando un lecho digno de un
rey pero sin saberlo también digno de una tumba mientras contemplaba el Horizonte desde su trono oc no sabía que su mayor prueba aún estaba por llegar porque en el desierto un enemigo inesperado se alzaba un pueblo sin tierra pero con una fe inquebrantable un pueblo guiado por un Dios que no podía verse pero cuyo poder se manifestaba en Milagros se decía que este Dios había separado el mar en dos para salvar a su pueblo que había hecho llover fuego del cielo y derribado murallas con el sonido de trompetas historias que llegaban a los oídos de
como Ecos de algo imposible pero inquietantemente real ogog escuchaba con escepticismo pero en su interior algo se agitaba en las noches cuando la oscuridad envolvía su fortaleza soñaba con un ejército envuelto en llamas con un líder de túnicas sencillas y un bastón que hacía temblar la tierra y en esos sueños su cama de hierro ya no era un símbolo de su grandeza sino un sepulcro frío y solitario un día un mensajero llegó Ante el trono de ogog su rostro pálido de miedo pero su voz firme con el peso de la verdad mi señor los israelitas
han cruzado el Jordán han tomado Jericó ahora marchan hacia el norte hacia nosotros se puso de pie su sombra ándose contra los muros de piedra como un presagio de tormenta que vengan que intenten tomar lo que es mío les mostraré el poder de basán pero en su corazón una pregunta persistía era este el enemigo del que su padre le había advertido aquel que pondría a prueba no solo su fuerza sino su propia alma los días de tranquilidad en basán se desvanecían como la niebla al amanecer los rumores del avance israelita llegaban con cada comerciante con
cada viajero con cada espía que se atrevía a cruzar los límites del reino decían que no eran un ejército ordinario que no conquistaban por su número ni por su destreza en el combate sino por algo más algo que ninguna espada ninguna muralla ninguna lanza podía detener la voluntad de su Dios H se mantenía firme pero en las noches en la penumbra de su fortaleza las dudas se arrastraban como sombras en los pasillos en sus sueños veía a sus guerreros caer sin razón veía su gran trono de hierro cubierto de polvo veía su nombre desvaneciéndose en
la historia entonces despertaba con un sobresalto con el sudor frío recorriéndolo que su padre le advirtió mi señor nuestros exploradores han confirmado que los israelitas han cruzado el río Jordán han tomado Jericó con facilidad y no no se detienen que vengan no son más que nómadas sin hogar su número No se compara con el nuestro Nosotros somos gigantes Nosotros somos el linaje de los refait que prueben nuestra Furia y vean Cómo caen bajo nuestras armas pero en lo profundo de su corazón sentía que este combate no sería como los demás no se trataba solo de
guerreros enfrentándose en el campo de batalla Había algo más algo que escapaba a la lógica de la guerra en la noche previa a la Gran Batalla hog se sentó en su lecho de hierro su mirada fija en el Horizonte no dormía no podía afuera su ejército dormía confiado en la victoria Pero dentro de él el titán de basán sentía que algo más grande estaba en juego desde el campamento enemigo un murmullo se elevaba en la brisa no eran gritos de guerra ni el estruendo de de preparativos militares era un cántico un himno que flotaba en
el aire como una plegaria un susurro dirigido a un poder que H no comprendía por primera vez en su vida H se sintió pequeño no en tamaño sino en algo más profundo como sí pese a su fuerza pese a su linaje pese a su trono de hierro estuviera a punto de enfrentar algo que no podía derrotar con una espada el amanecer llegó teñido de rojo y dorado como si el cielo mismo presagiar a la sangre que estaba por derramarse en las llanuras de edrey El destino de un linaje estaba a punto de decidirse hog se
alzó de su cama de hierro y caminó con paso firme hacia la Explanada donde su ejército lo esperaba decenas de miles de guerreros altos y poderosos descendientes de los antiguos refait aguardaban la señal de su Rey hoy no Solo luchamos por basán hoy luchamos por nuestra historia por nuestro linaje por demostrar que los gigantes no caerán ante hombres comunes Desde la distancia una nube de polvo comenzó a elevarse no por una tormenta sino por el avance implacable del ejército israelita los exploradores de og regresaron con rostros tensos son muchos mi señor pero no es su
número lo que nos inquieta porque a diferencia de los ejércitos que o había enfrentado antes los israelitas no avanzaban con gritos de guerra ni con alardes de Victoria anticipada marchaban en un silencio sepulcral como si ya supieran que la batalla estaba ganada antes de comenzar al frente del ejército no había un guerrero gigantesco ni un monarca cubierto de oro solo un hombre un general elegido por su Dios Josué H Lo miró con desdén este hombre cree que puede desafiarme pensó pero Us Ada de incertidumbre recorrió su espalda al recordar las historias Acaso no era este
el mismo pueblo cuyo Dios había hecho caer murallas con solo el sonido de trompetas no era este el mismo Dios que partió el mar en dos el sol ascendía sobre el campo de batalla la espera había terminado con un rugido feroz hog alzó su espada y dio la orden a la guerra los gigantes de basán cargaron con la fuerza de una tormenta cada paso suyo hacía temblar la tierra cada golpe derribaba a decenas de enemigos los israelitas eran más pequeños más ligeros pero peleaban con una convicción inquebrantable Pero había algo extraño en su lucha no
peleaban con rabia ni con desesperación peleaban con fe y mientras más caían más fuerte resonaba su cántico como si cada uno de ellos supiera que no estaban solos en esa batalla ogog avanzó como un Coloso desatado su espada trazando arcos de muerte a su alrededor nadie podía detenerlo Pero entonces un ruido sordo lo golpeó desde atrás se tambaleó dolor algo que no sentía Desde hacía años miró su brazo y vio la sangre alzó la vista y vio a los israelitas avanzar con una determinación imparable Pero lo que más lo inquietó fue ver a Josué de
pie en la cima de una colina con los brazos extendidos al cielo sin moverse sin combatir como si no fuera él quien dirigía la batalla sino algo mucho más grande no no puede ser de repente un estruendo sacudió la tierra un rayo cayó del cielo iluminando el campo de batalla con un resplandor segador hw sintió una fuerza invisible golpearlo empujándolo hacia atrás sus rodillas se doblaron su espada que había sido una extensión de su propia voluntad durante años cayó de sus manos por primera vez en su vida ogog El gigante de basán sintió algo que
nunca había conocido el miedo el cielo se oscureció una tormenta se formaba sobre edrey H intentó levantarse pero el peso de la batalla el peso de su destino era demasiado grande miró a Josué quien ahora caminaba hacia él con una calma inquietante no soy yo quien te ha vencido o es el señor el dios de Israel quien ha dictado tu destino og el titán de basán estaba de rodillas la tierra teñida de rojo parecía absor ver su caída como un eco de la historia que se escribía en ese instante el gigante Quiso levantarse pero su
cuerpo ya no respondía con la fuerza de antes sus músculos otrora capaces de aplastar murallas temblaban bajo un peso que nunca había conocido La derrota Josué se detuvo frente a él su túnica ondeando con el viento no llevaba una espada en la mano ni mostraba la furia de un un conquistador solo lo miraba con esa calma que perturbaba más que cualquier amenaza quién eres no soy yo quien te ha Derrotado og es el dios de Israel quien ha sellado tu destino og alzó la vista hacia el cielo ahora cubierto de nubes oscuras comprendió en ese
instante que no importaba cuán alto fuera un gigante siempre Había algo más grande la tormenta estalló con un rugido y con ella la última batalla de oc llegó a su fin los israelitas avanzaron por basán tomando lo que una vez fue El dominio de los gigantes las murallas que parecían indestructibles fueron conquistadas los nombres de los refait fueron borrados de la historia el cuerpo de ogog que había sido un símbolo de poder ahora yacía inerte su inmensa figura fue observada con una mezcla de asombro y temor el último gigante había caído pero su historia no
terminó ahí su lecho de hierro aquel que una vez representó su supremacía fue conservado como una reliquia un testimonio de que incluso los más fuertes pueden ser vencidos los años pasaron y los relatos sobre hob se convirtieron en leyenda se contaba que en noches de luna llena cuando el el viento soplaba fuerte sobre basán aún podían escucharse sus pasos retumbando entre las montañas algunos decían que su espíritu jamás dejó su tierra que seguía vagando protegiendo lo que una vez fue suyo otros afirmaban que su historia era un recordatorio un eco del pasado Que enseñaba que
el orgullo de los gigantes no podía desafiar la voluntad de lo divino Pero al final H no fue recordado solo como un guerrero sino como un símbolo del choque entre la fuerza y la fe de que la verdadera grandeza no se medía por el tamaño sino por la sabiduría para reconocer lo que está más allá del poder Terrenal así terminó la era de los Gigantes y con ella el reinado del último titán de basán si te ha fascinado esta historia suscríbete y comparte para que más personas descubran los misterios ocultos de la antigüedad aún quedan
muchas leyendas por contar y tú serás parte de esta aventura