¿De dónde proviene tu abundancia? ¿Viene de Dios o viene del mundo? La búsqueda de la abundancia es un tema recurrente en la vida de muchas personas.
Sin embargo, es crucial entender que la verdadera abundancia no se encuentra en lo que el mundo puede ofrecer, sino en la conexión que establecemos con lo divino. En este sentido, es fundamental comprender que Dios no te puede pagar si ya el mundo te paga. Esta afirmación puede parecer confusa al principio, pero a medida que profundizamos en su significado, se revelan verdades interesantes sobre la naturaleza de la abundancia y cómo podemos manifestarla en nuestra vida.
La noción de que el mundo es la única fuente de nuestra abundancia es una ilusión. Cada persona que aparece en nuestra vida, cada cliente o cada jefe que nos paga, es simplemente una expresión física de nosotros mismos. Esto se alinea con las enseñanzas de Jacobo Greenberg, quien nos invita a explorar la conexión profunda entre nuestra conciencia y la realidad que experimentamos.
Cuando comprendes que todos somos uno, que cada interacción es un reflejo de tu propio ser, comienzas a desmantelar las barreras que te separan de la abundancia que deseas. Para ser pagado por Dios, primero debemos entender qué significa esto. Se trata de una metáfora que sugiere que debemos alinearnos con las fuerzas universales y espirituales que nos rodean.
Cuando estamos en la nómina de Dios, estamos abiertos a recibir la abundancia que el universo tiene para ofrecer, en lugar de depender únicamente de fuentes humanas limitadas. La primera lección que debemos aprender es que el deseo de abundancia, en sí mismo, puede ser un obstáculo. Cuando deseamos algo intensamente, estamos enviando una señal de carencia al universo.
Por eso, es importante dejar ir luego de establecer tus metas. El deseo implica que no tenemos, y esa falta de alineación crea una frecuencia repulsiva entre nosotros y lo que deseamos. Por eso, para atraer la abundancia, debemos cambiar nuestra mentalidad y adoptar una perspectiva de gratitud y suficiencia.
Para la segunda lección, abordaremos el concepto de la no dualidad. Este principio nos enseña que, en un nivel fundamental, todos somos uno. Cada persona que encontramos en este plano físico es una expresión de nosotros mismos.
Esta idea puede parecer abstracta, pero es crucial para entender cómo funciona la manifestación. Imagina tres globos de diferentes tamaños y colores; a pesar de sus diferencias externas, el contenido es el mismo: aire. De la misma manera, aunque nuestras experiencias y apariencias sean distintas, todos compartimos la misma esencia en nuestro interior.
Esta comprensión nos permite trascender las ilusiones de la tridimensionalidad, donde la separación y la polaridad parecen dominar. Cuando nos damos cuenta de que todos somos uno, comenzamos a ver a los demás como reflejos de nosotros mismos. Por tanto, ni tu jefe ni tus clientes te pagan; te pagas tú mismo a través de ellos.
En este contexto, las otras personas no son más que canales a través de los cuales adquieres la abundancia. Si piensas en eso por un minuto, tu perspectiva de la vida cambiará. Por ejemplo, tu jefe ya no sería una mala persona porque no te valora lo suficiente; eres tú quien no te valoras a nivel subconsciente, y eso se ve reflejado en tu realidad.
Trabajar para alguien que no te valora no sería otra cosa que un reflejo de tus creencias y de tu autoimagen. Desafortunadamente, muchos de nosotros hemos sido condicionados a ver a los humanos como nuestra única fuente de ingresos. Creemos que nuestro trabajo, nuestros clientes o nuestras habilidades son lo que nos proporciona sustento.
Esto es cierto hasta cierto punto; sin embargo, esta forma de pensar limita nuestro potencial. Cuando hacemos de un humano nuestra fuente, estamos extrayendo de un pozo finito, lo que inevitablemente nos llevará a experimentar escasez. En algún punto, necesitarás un nuevo trabajo, nuevos clientes, un aumento y un largo etcétera.
Es esencial reconocer que, aunque trabajamos con humanos, nuestra verdadera fuente de abundancia proviene de lo divino. Cuando alineamos nuestra mentalidad con la Fuente infinita, comenzamos a abrirnos a posibilidades ilimitadas. Y la pregunta aquí sería: ¿cómo abrirnos a esas posibilidades ilimitadas?
Para manifestar la abundancia, debemos cambiar nuestra perspectiva y entrar en la economía de Dios. La economía externa está llena de limitaciones, creencias y miedos que nos mantienen atrapados en la escasez. En cambio, la economía de Dios es un espacio de potencial ilimitado.
Aquí no hay recesiones ni crisis, solo oportunidades para crecer y prosperar. Para acceder a esta economía divina, es necesario cambiar nuestra mentalidad; debemos dejar de lado las creencias limitantes que hemos adoptado y comenzar a ver el mundo a través de una lente de abundancia. Esto significa declarar internamente que tenemos más que suficiente.
Al hacerlo, comenzamos a sintonizarnos con la frecuencia de la abundancia y a atraer experiencias que reflejan esa realidad. La manifestación es un proceso que comienza en nuestro interior. Antes de que algo pueda existir físicamente, debe existir vibracionalmente.
Por tanto, tu frecuencia es el límite de lo que puedes manifestar. Por otra parte, debes entender que la abundancia no es un número específico. Cada persona tiene su propia definición de lo que significa ser abundante; por lo tanto, debemos encontrar lo que funciona para nosotros y alinearnos con eso.
Esto puede incluir la creación de un ambiente que refleje nuestra abundancia interna, rodeándonos de cosas que nos hagan sentir plenos y satisfechos. Un aspecto crucial para estar en la nómina de Dios es mantener un estado de relajación y confianza serena. Cuando estamos en un estado de estrés o preocupación, emitimos una frecuencia que trae más de lo mismo.
En cambio, al relajarnos y confiar en que el universo nos proveerá, comenzamos a atraer situaciones y oportunidades que reflejan esa confianza. La disciplina interna es fundamental para lograr este estado; debemos ser conscientes de nuestros pensamientos y emociones y trabajar para mantener una mentalidad positiva. Es imposible que domines la realidad si antes no.
. . Te dominas a ti mismo, y sé que es difícil mirar a tu alrededor y ver que las cosas no marchan como quieres; créeme que lo sé.
Sé que es difícil sentirte pleno cuando un simple vistazo a tu entorno te da un golpe de realidad, pero también sé que, si estás viendo esto, es porque quieres que eso cambie. Por tanto, permítete creer, permítete intentar algo distinto. ¿Y qué pierdes con eso?
Mantente relajado y no necesites nada. Si realmente estás conectado a la Fuente divina, ¿qué podrías necesitar que ya no tengas? La tensión y la ansiedad son obstáculos que te alejan de la abundancia.
Cuando te permites estar en un estado de calma, abres la puerta a nuevas oportunidades. Estas oportunidades se manifestarán de la forma que quieras. No hay límites, excepto los que tú mismo te impongas vibracionalmente.
Recuerda: tu frecuencia es el límite de lo que puedes manifestar. Aprovecho para enviar un saludo especial a los nuevos miembros del canal: Robert, Alejandro, Ariar y Mauta. Muchas gracias por su apoyo.
Como siempre, me despido deseándote lo mejor y dándote un abrazo en nombre de todo el equipo. ¡Nos vemos pronto! Mantente despierto.