[Música] dejaré mi nombre en el anonimato pero soy médico forense en la Ciudad de México he trabajado años en la morgue viendo lo peor que la muerte puede ofrecer me acostumbré al hedor de la descomposición al sonido hueco de los cuerpos al caer sobre la plancha de metal a la sensación de abrir carne fría sin vida creía que nada podía hasta aquella noche en la que algo cambió para siempre mi percepción de la muerte era casi medianoche cuando llegó un hombre atropellado su cuerpo había sido destrozado por el impacto de un camión de carga cráneo
fracturado tórax colapsado extremidades dislocadas su piel estaba pálida cianótica con cortes profundos en su rostro nada fuera de lo común para mí firmé el ingreso Y pedí que lo trasladaran a la sala de autopsia llevaba demasiadas horas de guardia pero mi turno aún no terminaba tomé mis guantes ajusté mi cubrebocas y me preparé para la disección encendí la grabadora y comencé con la incisión en forma de y sobre su pecho todo iba bien hasta que en el momento exacto en que deslicen escuché algo imposible un susurro no estoy muerto me congelé era un murmullo bajo
futural pero claro como el sonido de mi propio aliento mi cuerpo entero se tensó miré alrededor de la morgue asegurándome de que no hubiera nadie más pero estaba solo solo con el cadáver intenté racionalizar quizá era el sonido del bisturí contra el hueso Quizá el silvido del aire acondicionado pero cuando miré de nuevo el rostro del hombre sentí como la sangre se me helaba sus labios estaban temblando tragué saliva y respiré hondo coloqué dos dedos en su cuello buscando un pulso Aunque sabía que era inútil su piel estaba fría como el mármol revisé sus reflejos
sus pupilas cualquier signo vital y nada estaba clínicamente muerto alucinaciones por el cansancio me dije tratando de convencerme pero cuando tomé el costotomo para abrir su caja torácica lo escuché otra vez más claro más fuerte no estoy muerto mi mano tembló dejando caer la herramienta di Un paso atrás sintiendo una presión helada en el pecho no podía ser real no podía pero ahí estaba el cuerpo inerte de aquel hombre con los labios apenas abiertos de donde parecía salir aquella voz espectral el miedo me nubló la razón pero la lógica me obligó a continuar si había
siquiera una mínima posibilidad de que estuviera vivo debía hacer algo a pesar de que todos los signos indicaban lo contrario debía asegurarme tomé el desfibrilador coloqué las paletas sobre su pecho y dispar una descarga su cuerpo se tomé el bisturí con más firmeza y abrí la cavidad torácica y fue Entonces cuando vi algo que jamás olvidaré su corazón aún latía no era un latido normal era lento errático imposible pero la tía di Un paso atrás con un escalofrío recorriéndome la espalda aquello no tenía sentido revisé su expediente había sido declarado muerto en el lugar de
del accidente sin signos vitales rigor mortis incipiente Cómo podía estar su corazón funcionando sentí un mareo una opresión en el pecho que no podía explicar Fue entonces cuando noté algo más algo que me hizo desear nunca haber abierto ese cuerpo sus ojos esos ojos que minutos antes estaban opacos vidriosos ahora me miraban no no solo me miraban me veían un terror primitivo me invadió retrocedí hasta chocar contra la pared no podía apartar la mirada de ese cadáver que de alguna forma aún tenía un rastro de vida en su interior su pecho subió apenas como si
intentara inhalar pero no tenía pulmones funcionales no tenía tráquea nada de eso debía estar pasando Fue entonces cuando en el más absoluto silencio de la morgue escuché algo más un sonido húmedo pegajoso que provenía de dentro del cuerpo como si algo se moviera dentro de su cavidad torácica contuve el aliento miré el interior de su pecho y lo vi algo negro viscoso retorciéndose entre sus órganos era imposible describirlo no era Carne no era sangre no era nada que hubiera visto antes en un cadáver se movía lento como un parásito buscando un huésped Y entonces como
si sintiera mi presencia se detuvo el silencio Se hizo insoportable Hasta que el cadáver aquel hombre que no debía estar vivo abrió la boca y con una voz que no era suya con una voz que no era humana susurró algo más el pánico se apoderó de mí no recuerdo exactamente cómo salí de la morgue no sé cómo logré correr hasta la salida sin caerme Pero cuando me detuve jadeante en la sala de descanso supe que jamás volvería a estar solo en ese lugar al día siguiente cuando el turno matutino llegó encontraron el cadáver en la
plancha cerrado como si nadie lo hubiera tocado el informe forense Fue normal muerte por traumatismo Severo nada extraño nadie me creyó nadie vio lo que yo vi pero sé lo que pasó sé que no fue un sueño y sé que aquella noche algo más que un cuerpo llegó a la morgue desde entonces no trabajo solo porque en este lugar entre los muertos hay cosas que no deberían despertar la niña que volvió de la tumba la primera vez que vi su cadáver no podía creer lo que tenía enfrente no porque fuera algo grotesco en este trabajo
uno se acostumbra a la muerte sino porque su piel seguía tersa sus labios apenas amoratados y su cabello oscuro se extendía como una sombra sobre la camilla metálica su historial decía que había muerto hacía dos décadas pero si no lo hubiera leído con mis propios ojos habría Jurado Que la niña había fallecido apenas unas horas antes soy médico forense en La Paz Bolivia y he visto cosas que la mayoría de las personas preferirían no imaginar Me han llegado cuerpos en Estados avanzados de descomposición otros que han sufrido muertes violentas pero nunca había tenido algo como
esto un cadáver que desafía el tiempo revisé el expediente con las manos temblorosas la niña había sido enterrada hace 20 años exhum tres veces y siempre volvía a aparecer en la misma tumba quienes la encontraban aseguraban que no había signos de que la hubieran desenterrado siempre estaba ahí como si alguien la depositara en su lugar original como si nunca hubiera abandonado la tierra la sala de autopsias tenía el aire pesado la iluminación blanquecina de los tubos fluorescentes apenas lograba mitigar la sensación de opresión Miré a mi asistente un joven llamado Eduardo quien también se notaba
incómodo no dijo nada pero sus ojos lo revel todo nadie quería ser parte de esto nos lavamos las manos nos pusimos los guantes y comenzamos el procedimiento al hacer la primera incisión el bisturí deslizándose por la piel sin resistencia un escalofrío me recorrió la espalda la carne estaba extrañamente fresca no había Rastros de descomposición interna sus órganos parecían intactos su sangre espesa y oscura corría con una fluidez antinatural sentí que Eduardo contenía la respiración mientras yo examinaba cada parte de su interior nada tenía sentido un cadáver no se conserva así Después de Tanto tiempo sin
un tratamiento especial y esta niña no tenía signos de haber sido embalsamada era como si la muerte no hubiera terminado de reclamarla Fue entonces cuando sucedió su cuerpo tembló no fue un reflejo muscular postmortem ni una contracción espontánea fue un temblor real un movimiento que recorrió su torso como si algo dentro de ella intentara aferrarse a la vida Eduardo dio Un paso atrás sus guantes ensangrentados temblaban yo me congelé miré su rostro y sus labios estaban entreabiertos un sonido suave apenas un susurro salió de su boca no pude entender lo que decía si es que
de verdad decía algo pero Fue suficiente para hacer sentir el frío de la muerte recorriendo mi piel retrocedí con la respiración entrecortada esto no era posible no podía ser me forcé a racionalizar quizás se trataba de un escape de aire Atrapado en los pulmones una reacción postmortem sí tenía que ser eso pero en lo profundo de mi mente algo me decía que no decidí que termináramos la autopsia lo más rápido posible mientras lo hacíamos un sentimiento de opresión se fue acumulando en la habitación como si alguien nos observase como si no estuviéramos solos los bisturís
chocaban contra la bandeja de metal el sonido se amplific en el silencio sepulcral cuando terminamos document cada hallazgo no había nada médicamente explicable en este caso ninguna patología especial ninguna condición extraordinaria solo un cuerpo que se negaba a aceptar su propia muerte la dejamos en la cámara de refrigeración y salimos de la morgue con una sensación que ninguno de los dos podía sacudirse esa noche me costó dormir cada vez que cerraba los ojos veía su rostro no era un rostro terrorífico pero algo en él me inquietaba había una quietud antinatural en su expresión una calma
que no pertenecía a este mundo desperté varias veces con la sensación de que alguien estaba en mi habitación a la mañana siguiente volví a la morgue con la intención de revisar el expediente una vez más pero al llegar sentí un vacío en el estómago la puerta de la cámara de refrigeración estaba abierta no la habíamos dejado así Miré a Eduardo quien negó con la cabeza pálido como un muerto nos acercamos con cautela la bandeja estaba vacía el cuerpo de la niña había desaparecido buscamos en toda la morgue nadie había ingresado sin autorización no había registros
de traslado simplemente se había ido el horror se clavó en mis entrañas cuando horas después recibimos una llamada la habían encontrado otra vez en el mismo cementerio en la misma tumba con su vestido blanco impecable con la piel intacta como si nunca hubiera sido tocada por el bisturí Esa fue la última vez que me involucré en su caso no quise saber más no pregunté si la volverían a exhumar no quise Escuchar explicaciones porque en el fondo entendí que no había ninguna algunas cosas no pueden ser explicadas con ciencia algunas cosas simplemente son desde entonces evito
pasar por ese cementerio pero a veces cuando cerró los ojos creo escuchar su susurro aquel sonido apenas perceptible que salió de sus labios aquella noche en la morgue un sonido que no era viento ni aire Atrapado un sonido que aunque nunca pude entender sigue persiguiéndome en mis sueños no supe cómo justificar lo que pasó en mi informe escribí lo que cualquier médico forense en su sano juicio hubiera escrito el cuerpo fue extraído sin autorización en circunstancias desconocidas No añadí mi sospecha no mencioné la sensación de que algo más estaba en juego sabía que nadie me
creería ni siquiera Eduardo se atrevió a discutirlo pero en el fondo ambos entendíamos que lo que vivimos no era un simple robo de cadáver los días pasaron y traté de convencerme de que debía olvidar todo pero entonces los sueños comenzaron primero imágenes borrosas estaba en la morgue la niña yacía sobre la de autopsias su rostro inmóvil pero en mis sueños sus ojos estaban abiertos vacíos oscuros me despertaba en medio de la noche con la sensación de que alguien estaba parado al pie de mi cama observándome sentía su presencia en cada Rincón de mi casa no
estaba solo una semana después llegó la noticia que terminó de quebrar mi cordura la niña había sido exhum otra vez un grupo de trabajadores del cementerio encargados de hacer una excavación cerca de la tumba la encontraron ahí enterrada nuevamente intacta intenté ignorarlo intenté decirme que no era mi problema pero una parte de mí sabía que no podía escapar no de algo como esto así que fui al cementerio tenía que verla una vez más llegué al atardecer Cuando el sol agonizaba tras las montañas y las sombras se alargaban como garras sobre Las lápidas los trabajadores ya
se habían ido pero el sepulturero me dejó pasar me indicó la tumba y se marchó apresurado sin querer quedarse más tiempo del necesario él también sentía que algo no estaba bien la fosa estaba abierta me asomé y allí estaba igual que antes el vestido blanco sin una sola mancha la piel fría pero sin rastro de putrefacción como si nunca hubiera muerto un escalofrío me recorrió la espalda algo estaba mal algo estaba terriblemente mal quise alejarme Pero entonces lo escuché el susurro el mismo que había oído en la morgue un sonido suave como un aliento Atrapado
entre los labios de la niña pero esta vez pude entenderlo no me dejes mi sangre se congeló Tropecé hacia atrás sintiendo un frío antinatural envolverme no podía ser real pero lo era ella me estaba hablando corrí salí del cementerio sin mirar atrás no recuerdo cómo llegué a mi casa pero cuando cerré la puerta tras de mí supe que no podía escapar porque ella ya estaba conmigo los días siguientes fueron un tormento no podía dormir cada cada noche escuchaba su voz en mi habitación susurrando mi nombre la veía en los reflejos de los espejos en las
sombras de los pasillos ella no me dejaría ir desesperado investigué más sobre su historia descubrí que hace 20 años había muerto en circunstancias extrañas nadie sabía exactamente qué pasó su familia la enterró pero cada cierto tiempo su cuerpo reaparecía como si se negara a quedarse bajo tierra como si algo o alguien no quisiera que descansara Y entonces lo entendí ella no estaba muerta o al menos no de la forma en que nosotros entendemos la muerte estaba atrapada comprendí lo que debía hacer esa misma noche regresé al cementerio llevé gasolina cerillos y la determinación de terminar
con aquello si la muerte no la reclamaba yo lo haría por ella cuando abrí la tumba por última vez Supe que me estaba esperando sus ojos estaban abiertos encendí el fuego sin dudarlo la madera del ataúd crujió las llamas danzaron como espectros alrededor de su cuerpo y entonces ella sonrió fue una sonrisa triste una sonrisa de alivio el fuego consumió todo las llamas se elevaron y con eso el susurro se desvaneció desde aquella noche nunca volví a verla nunca volvía escuchar su voz pero a veces cuando paso cerca del cementerio siento un extraño alivio en
el aire como si algo o alguien finalmente hubiera encontrado la paz el corazón caliente era el año 1998 en un pequeño pueblo de Guatemala un lugar donde las creencias y la realidad parecían mezclarse en formas inquietantes para mí la muerte no era un misterio como médico forense había visto cuerpos desmembrados Víctimas de rituales macabros y accidentes que desafiaban cualquier explicación lógica pero lo que ocurrió aquella noche en la morgue aún me persigue todo comenzó cuando recibimos el cadáver de un sacerdote su nombre era padre Esteban un hombre conocido por su devoción pero también por susurros
de herejía que corrían entre los feligreses se decía que practicaba ritos extraños en la iglesia que murmuraba palabras en lenguas desconocidas y que en sus últimos días su mirada se había vuelto vacía sin alma murió en circunstancias que nadie supo explicar hallado arrodillado ante el altar con las manos crispadas y la piel marcada con lo que parecían ser símbolos antiguos lo colocamos en la mesa de autopsias su cuerpo estaba frío rígido pero cuando coloqué mi mano sobre su pecho Sentí algo imposible su corazón aún estaba caliente me quedé inmóvil por un momento tratando de racionalizar
quizás el rigor mortis no había terminado de asentarse quizás la sangre había quedado atrapada en su cavidad torácica de alguna manera que mantenía el calor pero la sensación no era normal no era tibieza sino Un calor profundo como si algo dentro de él aún estuviera vivo mi compañero el doctor Fuentes se acercó y también lo notó se apartó rápidamente su rostro reflejaba algo más que simple desconcierto no lo abras me susurró No entendí su miedo pero algo en su tono me hizo dudar lo ignoré tomé el bisturí y realicé la primera incisión en el pecho
En cuanto la hoja tocó la piel un nido seco y profundo resonó en la sala como un Lamento ahogado que no debía estar allí me congelé el bisturí tembló en mi mano y por un instante sentí que algo me observaba no Fuentes no un reflejo sino algo más profundo algo que residía dentro del cadáver Entonces los instrumentos quirúrgicos sobre la mesa comenzaron a vibrar primero apenas perceptibles luego más fuerte hasta que uno de ellos cayó al suelo con un estruendo seco el líquido negro comenzó a brotar de los ojos del sacerdote no sangre ni fluidos
cadavéricos comunes sino algo espeso aceitoso con un olor rancio y penetrante me aparté de golpe Fuentes murmuró una oración en voz baja no sigas insistió su rostro completamente pálido pero yo ya estaba demasiado comprometido con la autopsia empujado por la por la necesidad de entender de no dejarme vencer por supersticiones absurdas así que ignoré el instinto que gritaba dentro de mí corté más profundo la piel se dio con facilidad y la cavidad torácica quedó expuesta fue ahí cuando lo vi el corazón del sacerdote no solo estaba caliente la tía no con la fuerza de la
vida sino con un ritmo pesado errático como un tambor golpeado por una mano débil pero insistente mi respiración se entrecorta posible el hombre llevaba muerto más de 12 horas retrocedí pero entonces el cadáver Se movió no un espasmo postmortem no una contracción nerviosa sino algo más deliberado sus dedos se crisparon lentamente y el aire se volvió denso opresivo como si la misma morgue respirara el líquido negro que goteaba de sus ojos se esparció por la mesa formando líneas irregulares que parecían dibujar algo incomprensible fuente salió corriendo supe que debía hacer lo mismo pero no lo
hice algo me mantenía allí una fuerza invisible que me ancla miré el corazón otra vez la tía más rápido sentí una presión en el pecho un peso inexplicable Y entonces el sacerdote abrió la boca no fue un simple reflejo cada su mandíbula se desencajo en un ángulo imposible su garganta Parecía un pozo sin fin y de su boca salió un sonido que no pertenecía a este mundo no era un grito ni un susurro sino un eco profundo cargado de una tristeza infinita mi visión se tornó borrosa el cuarto parecía encogerse unas manos invisibles me oprimía
en el cuello me sentí arrastrado hacia algo que no comprendía hacia un vacío helado y rente al mismo tiempo no sé cómo reuní la fuerza para moverme quizás fue puro instinto de supervivencia quizás fue el eco de la advertencia de fuentes resonando en mi cabeza me alejé de la mesa y Tropecé con la puerta salí corriendo sin mirar atrás esa noche la morgue permaneció cerrada no regresamos hasta la mañana siguiente cuando la luz del sol llenó el lugar con una calidez reconfortante pero el cadáver del sacerdote ya no estaba la mesa de autopsia estaba vacía
solo quedaban manchas oscuras en el suelo y una sensación de vacío indescriptible nunca supimos Qué pasó con el cuerpo la iglesia se negó a dar explicaciones y Poco después el edificio donde trabajábamos fue clausurado sin razón aparente desde aquella noche jamás volví a realizar un autopsia en Soledad pero lo peor es que en las noches más silenciosas cuando el mundo se su en penumbras Aún puedo escuchar aquel latido en mi cabeza firme errático esperando el hambre soy médico forense desde hace más de 30 años he visto horrores que la mayoría de las personas no podrían
imaginar cuerpos mutilados restos carbonizados huesos que cuentan historias de una violencia inimaginable sin embargo nada me preparó para aquella noche de 1987 en Caracas nada me preparó para ese cuerpo ni para lo que sucedió después era un indigente sin identificación un hombre de unos 50 años Aunque su piel curtida y su delgadez extrema lo hacían parecer mucho mayor murió de hambre su cuerpo era solo piel pegada a los huesos pero lo más perturbador lo descubría al abrir su estómago allí entre los restos ácidos de una digestión incompleta Había algo que no debería estar ahí carne
humana pedazos fibrosos parcialmente digeridos mezclados con bilis y otros fluidos llevé una muestra al laboratorio sin decir nada no quería sacar conclusiones apresuradas pero en el fondo ya sabía lo que había visto esa noche mientras redactaba el informe la morg estaba en completo silencio solo el zumb lejano de las lámparas fluorescentes y el goteo de un Grifo mal cerrado me acompañaban llevaba horas trabajando el olor del formol y la muerte impregnado en mi ropa y en mis manos afuera la ciudad dormía indiferente a los muertos que yacían en las camillas de acero Entonces lo escuché
un gruñido bajo cutural como el de un animal hambriento me quedé inmóvil sintiendo un escalofrío recorrerme la espalda miré al alrededor asegurándome de estar solo Quizás mi mente me jugaba una mala pasada después de tantas horas sin dormir Me levanté y Caminé hacia la sala de autopsias la puerta rechin cuando la abrí y el edora muerte golpeó mi nariz con más intensidad encendí la luz y ahí estaba él El cadáver del indigente sobre la mesa metálica cubierto con una sábana blanca todo parecía estar en orden hasta que mis ojos se detuvieron en su rostro los
labios habían sido mordidos no arrancados con un bisturí ni lacerados por un accidente había marcas de dientes los suyos pequeños pedazos faltaban como si se hubiera comido a sí mismo después de muerto sentí una presión en el pecho un terror primitivo que no podía justificar con lógica me acerqué lentamente mi respiración entrecortada mis manos frías y sudorosas toqué su mandíbula revisé sus dientes pequeños pedazos de carne aún colgaban entre ellos no era posible no debía ser posible su cuerpo Estaba rígido sin signos de haber sido manipulado después de la autopsia me quedé mirando sus ojos
cerrados sintiendo una presencia opresiva en la habitación algo no estaba bien apagué la luz y volví a mi oficina diciéndome que lo revisaría en la mañana que seguramente había una explicación racional pero mientras intentaba escribir algo no me dejaba concentrarme me sentía observado miré de reojo el pasillo oscuro que conectaba mi oficina con la sala de autopsias y un escalofrío me recorrió la espalda no había nadie pero la sensación persistía como si algo algo hambriento esperara en la sombra las horas pasaron afuera la noche se hacía más densa no podía sacarme la imagen de la
carne entre sus dientes y si no estaba muerto cuando lo trajeron pero lo revisé no había signos vitales ni reflejos ni actividad cerebral había estado muerto sin duda alguna me levanté de golpe sintiendo la piel erizada algo Se movió en el pasillo un sonido suave un Rose contra el suelo me armé de valor y Caminé de regreso a la sala de autopsias la luz p deó cuando la encendí El cadáver seguía ahí no se había movido y sin embargo algo era distinto la sábana que lo cubría estaba mal colocada unos segundos de duda me invadieron
antes de acercarme y destaparlo mi corazón se detuvo su boca estaba abierta sus dientes estaban cubiertos de sangre y en su mejilla cerca del mentón había una nueva mordida pero lo peor no fue eso lo peor fue que la mordida aún estaba fresca retrocedí sintiendo que el aire se volvía denso no había forma de que nadie más hubiera entrado no había forma de que él lo hubiera hecho pero ahí estaba la evidencia Y entonces lo escuché de nuevo el gruñido esta vez más fuerte más cercano giré lentamente sintiendo un terror paralizante el pasillo estaba oscuro
pero algo se movía en él Algo que no debía moverse la temperatura en la morgue descendió y un olor fétido más intenso que cualquier otro impregnó el aire Mi instinto me gritaba que corriera Pero mis piernas no respondían luego un sonido suave el arrastre de algo pesado contra el suelo mi corazón latía tan fuerte que podía sentirlo en mis oídos y entonces vi una sombra no algo más denso que la sombra misma estaba de pie justo en la entrada de la sala no podía distinguir su rostro Pero sabía que me observaba y en ese instante
entendí algo que mi mente se rehusaba a aceptar el hambre de aquel hombre no había muerto con él me armé de valor y retrocedí lentamente sin apartar la vista de esa presencia mi mano temblorosa alcanzó la manija de la puerta de la sala de autopsias y con un movimiento rápido la cerré con llave el silencio Se hizo eterno solo mi respiración agitada rompía la quietud esperé minutos tal vez horas hasta que finalmente me convencí de que lo que vi fue producto del cansancio del estrés pero entonces un sonido heló mi sangre un golpe un golpe
sordo pesado del otro lado de la puerta luego otro y otro más algo rascaba la madera algo que no debía estar ahí me quedé inmóvil conteniendo la respiración el rasguño cesó y luego un susurro casi imperceptible pero lo suficientemente claro para que lo escuchara tengo hambre el terror se apoderó de mí me quedé ahí paralizado esperando que pareciera que todo fuera una pesadilla pero cuando el silencio volvió supe que jamás lo olvidaría que algo esa noche había despertado en la morgue algo que nunca debió haber existido a la mañana siguiente cuando los primeros Rayos de
sol entraron por las ventanas finalmente reuní el valor para abrir la puerta la morg estaba en completo silencio El cadáver seguía sobre la mesa su piel grisácea e inerta todo parecía normal todo excepto por una cosa había marcas de dientes en su lengua como si en sus últimos momentos hubiese intentado saciar su hambre consigo mismo desde entonces no volví a trabajar de noche y cada vez que recuerdo aquella noche me pregunto si el hambre de los muertos Alguna vez se apaga o si solo espera en la oscuridad a su próxima víctima no DM Ni esa
noche ni la siguiente mi mente trataba de racionalizar lo sucedido de encontrar una explicación lógica tal vez estaba agotado tal vez mi cerebro me jugaba una mala pasada pero en el fondo algo me decía que no era así Esa mañana después de reunir el valor para salir de mi oficina revisé cada Rincón de la morgue con el pretexto de encontrar alguna prueba de que todo había sido un simple delirio no hallé nada fuera de l no había ruidos ni sombras ni Rastros de aquel susurro que aún resonaba en mi cabeza pero cuando volví a la
sala de autopsias mi corazón volvió a helarse El cadáver del indigente seguía allí sobre la mesa de acero cubierto con la sábana su cuerpo parecía inmutable su piel aún cetrina sus dedos huesudos asomándose bajo la tela pero en su rostro algo había cambiado los labios aquellos mismos que encontré mordiscos la noche anterior estaban aún más deteriorados como si alguien hubiera seguido [Música] devorándose marcaban la piel alrededor de su boca y en su lengua las marcas de dientes eran más profundas retrocedí un paso sintiendo como la angustia me oprimía el pecho ya no podía engañarme algo
estaba sucediendo algo imposible me apresur a llenar la la documentación para que el cadáver fuera retirado cuanto antes no quería que pasara una noche más en la morgue antes del mediodía el cuerpo fue enviado al crematorio me quedé observando mientras los trabajadores lo subían a la camilla metálica y lo introducían en el horno incinerador un alivio extraño me recorrió cuando la puerta del horno se cerró y las llamas empezaron a consumirlo pero el alivio duró poco esa noche en casa traté de olvidar lo sucedido me repetí que todo había terminado que el fuego había acabado
con cualquier posibilidad de lo que fuera que estaba pasando pero mientras intentaba dormir lo sentí esa misma opresión en el pecho esa sensación de que algo me observaba desde la sombra mi habitación estaba en completo silencio pero de pronto un sonido sutil rompió la quietud el gruñido mi sangre se heló no podía ser no debía ser abrí los ojos lentamente mi corazón latiendo con violencia la habitación estaba oscura apenas iluminada por la luz de la farola en la calle pero en un rincón donde la penumbra se hacía más densa algo Se movió no era una
sombra no era mi imaginación era algo más un murmullo bajo y áspero llenó el aire un susurro que que se deslizó hasta mi oído como un aliento gélido tengo hambre el pánico se apoderó de mí me incorporé de golpe Buscando desesperadamente el interruptor de la lámpara en la mesita de noche cuando la luz llenó la habitación no había nada nada en el rincón nada en la puerta nada bajo la cama pero el aire olía distinto olía a carne quemada a muerte el insomnio se convirtió en mi única compañía durante las siguientes noches traté de seguir
con mi trabajo pero la sensación de ser observado nunca se fue llegó un punto en el que evit las autopsias nocturnas siempre asegurándome de terminar temprano pero el hambre de aquella presencia no desapareció una semana después volví a escuchar el susurro esta vez en la morgue era de madrugada y estaba Terminando de revisar unos expedientes cuando sentí que la temperatura descendía de golpe la luz parpadeó y un escalofrío me recorrió la columna levanté la vista y por el rabillo del ojo vi una figura en el umbral de la puerta era borrosa como una silueta más
densa que la oscuridad pero lo peor fue cuando escuché su voz tengo hambre el sonido no vino de la puerta vino de detrás de mí mi cuerpo se tensó no me atreví a girar podía sentirlo tan cerca que su aliento helado acariciaba mi nuca sin pensarlo me lancé hacia la salida tropezando con la silla y golpeándome el costado contra la mesa salí corriendo al pasillo sin atreverme a mirar atrás corrí hasta que estuve fuera de la morgue bajo la luz fría de las farolas solo entonces me detuve con el pecho agitado y un sudor frío
empapando mi espalda no volví a entrar esa noche al día siguiente pedí mi traslado no di explicaciones solo dije que no podía seguir ahí mi solicitud fue aceptada sin muchas preguntas Tal vez porque notaron mi deterioro O tal vez porque no fui el único en sentirlo escuché rumores después de mi partida técnicos que afirmaban oír pasos en los pasillos cuando no había nadie guardias de seguridad que renunciaron tras ver sombras moverse en la morgue algunos trabajadores dijeron que a veces al revisar los cadáveres en la mañana encontraban sus bocas entreabiertas con marcas de mordidas en
sus propias lenguas nunca conté Mi historia nunca volví a la morgue pero a veces en la noche cuando todo está en silencio siento esa misma opresión en el pecho siento el aire enfriarse a mi alrededor y de vez en cuando escucho un murmullo débil arrastrándose desde la oscu tengo hambre no está muerta soy médico forense mi trabajo no es para los débiles lo sé he abierto cuerpos destrozados examinado restos carbonizados olido la muerte en sus peores formas pero hay cosas que ni la lógica ni la ciencia pueden explicar cosas que no deberían esto pasó en
1998 en un pueblo pequeño de Argentina una noche de invierno recibimos el cuerpo de una niña ocho quizá 9 años su piel estaba pálida y fría su abdomen extraño hinchado deforme la morga era fría con ese olor a químicos y a muerte que se impregna en la ropa en la piel aquella noche sin embargo Sentí algo más algo que me hizo dudar el acta policial decía que la encontraron sola en una casa abandonada no tenía heridas visibles Solo esa hinchazón antinatural mientras la preparaba para la autopsia un escalofrío me recorrió el cuello no sé por
qué pero sentí que no estaba solo Miré a mi alrededor nada Solo mi reflejo en las vitrinas de acero pero esa sensación persistió hice la primera incisión en su abdomen la piel se dio con facilidad la sangre ya coagulada separé los tejidos con cuidado aparté los órganos y ahí estaba algo que no tenía derecho a estar ahí algo que me hizo contener la respiración una muñeca pequeña de porcelana envuelta en los intestinos como si hubiera sido tragada Pero eso era imposible no había desgarros en el esófago en la tráquea saqué la muñeca con manos temblorosas
su rostro era espantoso sus ojos abiertos en una mueca de horror la boca deformada como si hubiera gritado en agonía un golpe fuerte en la puerta me sobresaltó me giré bruscamente nada el pasillo estaba vacío mi compañero Raúl estaba en la otra sala respiré hondo y miré la muñeca otra vez no podía ser real no podía haber salido del cuerpo de la niña pero lo había hecho entonces supe que algo Andaba mal tomé el bisturí y volví al cuerpo de la niña algo en su expresión me parecía diferente sus ojos estaban entreabiertos la piel más
tensa revisé sus signos vitales nada muerta o eso creí el foco titil un parpadeo de luz después un sonido un leve crujido como el de un juguete viejo mi piel se erizó Miré a la muñeca sus ojos parecían distintos como si ahora me observaran Me obligué a continuar algo en su garganta me llamaba la atención tomé unas pinzas y extraje un objeto un papel antiguo amarillento lo de des doblé solo tres palabras escritas con Tinta roja no está muerta el aire se volvió denso el frío más penetrante algo me oprimió el pecho sentí que no
debía estar allí que debía salir corriendo pero no lo hice El Monitor de la sala se encendió solo un pitido agudo irregular las luces parpadear más rápido y entonces lo vi la niña o lo que quedaba de ella se movió primero un espasmo después sus dedos crispados torpes mi respiración se volvió errática no era posible no podía ser posible me alejé Pero mis piernas Se sentían pesadas la camilla rechin su cabeza giró lentamente sus ojos abiertos fijos en mí no estaba muerta el pánico se apoderó de mí Mi instinto me gritaba que corriera pero estaba
Atrapado en la escena como si mi cuerpo no obedeciera vi su pecho moverse levemente como si intentara respirar su boca se abrió sus labios cuarteados se separaron pero no emitió sonido solo un chasquido seco como el de una garganta rota intentando hablar y entonces la muñeca cayó al suelo no se rompió no se movió pero su sombra su sombra sí Raúl entró en ese momento me miró con el ceño fruncido estás bien quise responder Quise advertirle pero cuando miré a la camilla la niña estaba inerte otra vez sin vida muerta Cómo debía estar la muñeca
seguía en el suelo con la misma expresión de horror en su rostro de porcelana esa noche no dormí al día siguiente regresé a la morg decidido a entender lo que había pasado pero la camilla estaba vacía la niña había desaparecido la muñeca también buscamos registros nunca hubo un reporte de su ingreso ni su cuerpo ni la autopsia estaban en los archivos como si nunca hubiera existido pero s lo que vi Y cada noche cuando las luces se apagan y el silencio Se apodera del lugar aún escucho ese crujido ese eco de algo que no está
vivo pero tampoco muerto no volví a hablar de lo que pasó en la morgue no había pruebas nadie me creería pero algo dentro de mí me decía que esto no había terminado intenté convencerme de que fue mi mente jugándome una mala pasada el cansancio la sugestión pero las noches Se volvieron insoportables al principio solo pesadillas la niña de amue parada junto a mi cama sus ojos fijos en mí su boca abierta en un grito silencioso me despertaba sudando jadeando con esa sensación de que algo estaba en la oscuridad observándome luego comenzaron los ruidos un leve
crujido en mi departamento cuando Todo estaba en silencio como el sonido de un juguete viejo sombras moviéndose en el rabillo del ojo cosas cambiando de lugar pequeños detalles que cualquiera ignoraría pero que se volvieron imposibles de descartar hasta que una noche la vi no en sueños estaba en el pasillo de mi departamento pálida sucia con el mismo vestido con el que llegó a la morgue sus pies descalzos dejaban huellas húmedas en el suelo se quedó allí móv con la cabeza inclinada su cabello cubriendo parcialmente su rostro mi corazón martilla en mi pecho No podía moverme
Y entonces habló no está muerta su voz era débil un susurro seco quebrado parpade y ya no estaba pero la muñeca Sí tirada en el suelo de mi departamento con esa boca deformada en una mueca de horror Me obligué a la recogí con manos temblorosas y la observé sentí un nudo en el estómago sus ojos antes de un azul opaco ahora eran oscuros casi negros no podía seguir ignorándolo tomé mi auto y conduje fuera de la ciudad con la muñeca en el asiento del copiloto la sensación de ser observado era insoportable no puse la radio
no podía soportar el silencio ni el sonido de estática que a veces emergía de la nada llegué a las afueras del pueblo a un terreno abandonado el mismo donde según el informe habían encontrado a la niña el lugar olía a tierra húmeda y podredumbre la casa en ruina seguía en pie como un esqueleto olvidado algo en el aire se sentía pesado como si el mismo entorno me estuviera rechazando Caminé hacia el interior las tablas crujieron bajo mis pasos no tenía un plan solo sabía que tenía que regresar la muñeca a este lugar la dejé en
el suelo y me alejé unos pasos si perteneces aquí Quédate aquí murmuréis infantiles pero distorsionadas un escalofrío me recorrió la espalda me giré lentamente la muñeca Ya no estaba el pánico me golpeó como una corriente helada me apresur hacia mi auto con el corazón desbocado el motor no arrancó las luces del tablero parpadear el aire se volvió helado dentro del coche mi reflejo en el retrovisor parecía borroso como si no fuera completamente mío algo estaba detrás de mí el vío a empañarse como si alguien respirara muy cerca lentamente con el estómago hecho un nudo giré
la cabeza ahí estaba ella sentada en el asiento trasero pálida su boca abierta en una mueca imposible su piel grisácea me observaba no podía moverme mi cuerpo estaba congelado por el terror entonces lentamente levantó su mano y la apoyó yo en mi hombro un frío insoportable me recorrió mi visión se volvió borrosa mi cuerpo pesado todo se oscureció desperté en la morgue no en mi cama no en mi departamento en la misma morgue donde todo había comenzado las luces parpadeaban el aire olía a formol y carne muerta Miré a mi alrededor desorientado entonces la vi
sobre la camilla el mismo cuerpo la misma niña sus ojos Se abrieron de golpe y Esta vez sí gritó un alarido inhumano desgarrador me tapé los oídos retrocediendo pero el sonido llenó la morgue se filtró en mi cabeza las vitrinas temblaron los focos explotaron la oscuridad me envolvió cuando estaba en el suelo la morga en silencio me puse de pie con dificultad todo parecía normal pero yo no lo estaba sentía su presencia Miré a la camilla vacía La niña se había ido pero la muñeca la muñeca estaba sobre la mesa con su boca aún abierta
en esa expresión de horror y en mi pecho una sensación nueva una certeza que me heló la sangre Yo tampoco estaba muerto pero algo dentro de mí sí lo estaba y no iba a irse el niño de la morgue tengo 42 años y trabajo en la morgue judicial de Buenos Aires no soy un hombre impresionable he visto cuerpos en estados que desearía poder olvidar desmembrados quemados hinchados tras días flotando en el riachuelo he sentido el edor agrio de la muerte impregnarse en mi piel y he abierto cadáveres cuyo interior estaba podrido Más allá de lo
imaginable la muerte es mi rutina una constante que aprendí a ver sin miedo ni repulsión pero hubo una noche Solo una en la que algo se quebró dentro de mí llegó como cualquier otro cuerpo un niño de 7 años atropellado en un cruce peatonal del microcentro su nombre era Tomás según la etiqueta adherida a su pequeño pie a primera vista parecía haber muerto en el acto no había signos de agonía su expresión era tranquila pero cuando me acerqué a examinarlo algo me hizo detener sonreía no era un simple reflejo muscular postmortem he visto esos espasmos
antes labios tensos por la rigidez cadavérica mandíbulas trabadas en Muecas grotescas esto era diferente sus labios estaban apenas curvados como si en su último instante hubiera encontrado algo divertido lo miré Por un instante largo intentando hallar una explicación racional quizás su mandíbula quedó en esa posición por el impacto me dije aunque no tenía sentido los traumatismos severos suelen desfigurar los rostros no dejarlos con expresiones tan serenas la noche cayó Rápido como siempre ocurre en ese sótano sin ventanas el frío estancado del depósito de cuerpo se me metió en los huesos estaba acostumbrado pero aquella noche
me sentía inquieto revisé el expediente del niño fractura craneal severa hemorragia interna masiva murió en el acto cerré el informe y me giré hacia la camilla donde lo había dejado su sonrisa parecía más ancha un escalofrío me recorrió espalda no no podía ser era la misma sonrisa que había visto antes me acerqué forzándola descansar los ojos disipar la tensión Absurda que me estaba afectando cuando las encendí de nuevo juro por mi vida Que vi un leve cambio en su r rostro sus labios se habían estirado un poco más no podía seguir viéndolo me alejé tratando
de ignorar el escalofrío que me erizaba la piel traté de concentrarme en otros cuerpos otros informes pero el silencio del sótano se hizo insoportable sentía que algo estaba mal una presencia invisible pesando en el aire no sé cuánto tiempo pasó la morgue tiene un ritmo extraño en la noche donde las horas parecen desvanecerse en la penumbra en algún momento una corriente de aire recorrió el pasillo fue débil pero suficiente para mover levemente las cortinas que separaban las áreas de trabajo sentí un nudo en el estómago allí abajo no hay corrientes de aire de repente un
sonido seco me hizo girar bruscamente algo había caído al suelo avancé con pasos lentos conteniendo la respiración Me encontré con un par de tijeras quirúrgicas en el piso no recuerdo haberlas dejado mal colocadas la mesa donde las guardo estaba a varios metros entonces miré hacia la camilla del niño mi garganta se cerró su cabeza ya no estaba recta se había inclinado ligeramente hacia mí quería pensar que era mi imaginación un juego de sombras una mala postura inicial que no había notado antes Pero sabía que no era así no podía hacerlo el aire en la morgue
estaba más denso más pesado cada latido de Mi corazón se sentía como un golpe seco contra mi pecho Me acerqué lentamente el impulso de verificar ganando sobre el miedo irracional que crecía dentro de mí puse mis manos sobre su cabeza tratando de enderezarla su piel estaba más fría de lo normal en ese instante sentí una presión sutil en mis dedos un temblor me recorrió el cuerpo entero retiré la mano de inmediato no podía ha ser no podía haber sentido lo que creí sentir una contracción los cadáveres no se mueven no así el pánico se deslizó
por mis venas como veneno retrocedí sin apartar los ojos de su rostro su sonrisa su sonrisa ahora era más pronunciada no era la sonrisa de un niño era algo torcido algo que no pertenecía a este mundo corrí hacia la puerta y me detuve antes de salir no podía dejarlo ahí no así respiré hondo y regresé le coloqué una sábana sobre el rostro como si con eso pudiera borrar lo que había visto pero antes de cubrirlo por completo supe que había cometido un error sus ojos antes estaba cerrados ahora estaban abiertos negros vacíos no grité pero
mi mente lo hizo salí de la morgue dejando todo atrás Subí las escaleras tan rápido que casi tropiezo pedí el cambio de turno la misma noche no regresé al sótano no quise saber que hicieron con el cuerpo del niño al día siguiente un compañero me preguntó por qué había de turno no supe que responderle Pero antes de que pudiera insistir otro forense uno de los más viejos se unió a la conversación otro que no soportó la morgue de noche dijo con una sonrisa extraña lo miré fijamente qué queres decir se encogió de hombros y respondió
con la voz más tranquila del mundo no sos el primero que pide cambio después de una noche con un nene muerto no qu saber más nunca pregunté pero a veces cuando cierro los ojos en la oscuridad juro que puedo ver su sonrisa y sé en lo más profundo de mi ser que él también me recuerda no regresé a la morgue por varias semanas me asignaron a otro turno lejos del sótano donde todo ocurrió traté de seguir con mi rutina de convencerme de que había sido una alucinación un efecto del cansancio del estrés acumulado tras años
trabajando con la muerte pero el recuerdo de esa sonrisa seguía aferrado a mi mente Como una garrapata succionando mi tranquilidad las noches Se volvieron difíciles apenas dormía cuando lograba cerrar los ojos lo veía a veces era solo un Destello en la penumbra de mi habitación otras sentía que estaba en la esquina del cuarto observándome nunca lo veía moverse pero su presencia era una sombra atente en mi conciencia entonces comenzaron los ruidos primero fueron leves Golpes en la puerta de mi departamento siempre pasadas las 3 de la madrugada pensé que era algún vecino borracho o una
Ráfaga de viento golpeando algo mal asegurado pero cuando revisaba no había nadie después los golpes se trasladaron al interior un susurro de madera crujiente en el pasillo un tintineo metálico en la cocina como si alguien moviera los cubiertos en la oscuridad Una madrugada desperté sintiendo algo sobre mi pecho un peso no podía moverme el terror se me clavó en el pecho como un puñal cuando abrí los ojos y lo vi estaba sentado sobre mí el niño su pequeño cuerpo pesaba más de lo que debería su rostro estaba a centímetros del mío los ojos abiertos vacíos
fundos como túneles sin fin y la sonrisa Dios La sonrisa no podía gritar no podía respirar sentía su fría mano en mi mejilla acariciándome con ternura grotesca entonces abrió la boca un sonido emergió de su garganta pero no era voz humana era un murmullo gorgot como si hablara desde un lugar ahogado distante no entendía las palabras pero el significado en mi sangre me recordas Ahora yo te recuerdo no sé cómo logré moverme fue un espasmo un acto de puro instinto me incorporé de golpe y el niño se desvaneció disipándose en la oscuridad no dormí el
resto de la noche ni la siguiente decidí que tenía que volver a la morgue Había algo que no estaba terminado el sótano estaba tan frío como siempre pero esa noche sentía un peso diferente en el aire era como si las sombras se adensar como si la morgue respirara con vida propia busqué en los registros necesitaba saber qué había pasado con el cuerpo de Tomás lo habían enterrado tres días después de su muerte sin autopsia profunda Un entierro rápido demasiado rápido la sensación de que algo estaba mal me golpeó con fuerza Y entonces en medio de
la búsqueda algo cayó detrás de mí Era una de las etiquetas de los cadáveres me incliné para recogerla no tenía nombre solo una fecha la fecha de mi muerte un frío indescriptible se deslizó por mi columna me giré lentamente la morga estaba vacía o eso creí al fondo del pasillo entre los estantes metálicos lo vi Tomás estaba de pie con la cabeza ligeramente ladeada su sonrisa era inmensa el pánico me paralizó no podía moverme él dio un paso adelante y entonces comprendí no quería asustarme quería que lo recordara que lo llevara conmigo que lo hiciera
parte de mí y en ese momento supe que nunca me dejaría que seguiría viendo su sonrisa en cada sombra que cuando muriera él estaría esperándome con los brazos abiertos sonriendo la novia que sonreía era el año 2005 en Lima Perú trabajaba como médico forense en la morgue central un lugar donde donde el silencio pesaba más que la muerte misma la gente piensa que después de años rodeado de cadáveres Te acostumbras No es cierto a veces hay cuerpos que simplemente no te dejan en paz Aquel día nos llegó el cuerpo de una mujer joven encontrada en
la habitación de un hotel barato del centro la recepcionista había llamado a emergencias Cuando nadie respondió al servicio de limpieza cuando los agentes entraron la encontraron en la cama vestida de novia con el velo cuidadosamente acomodado sobre su rostro causa preliminar de muerte asfixia pero no había signos de lucha ni marcas en el cuello ni Rastros De Veneno la habían encontrado con las manos Cruzada sobre el pecho como si alguien la hubiese dejado Ahí con cuidado cuando destapamos la bolsa mortoria un frío extraño recorrió la sala no era el frío común de la morgue era
algo más denso la mujer estaba impecable su vestido blanco sin una sola arruga como si aún estuviera esperando su gran día mi asistente un joven inexperto pero entusiasta se encargó de retirarle el velo apenas lo hizo soltó un jadeo ahogado está llorando le lancé una mirada incrédula Pero entonces lo vi unas delgadas líneas húmedas surcaban sus mejillas pálidas no podía ser sudor no en un cuerpo sin vida me acerqué más tratando de encontrar alguna explicación lógica Pero lo que más me perturbó no fueron las supuestas lágrimas fue su boca sus labios estaban levemente curvados hacia
arriba En una sonrisa rígida y antinatural como si la muerte la hubiera sorprendido en medio de una carcajada intenté abrirle la boca con cuidado y Sentí algo crujir bajo mis dedos al examinarla más de cerca la realidad se hizo evidente todos sus dientes estaban fracturados no Uno no dos todos como si hubiera apretado la mandíbula con una fuerza imposible hasta pulverizar losos el aire en la sala se volvió insoportablemente pesado mi asistente retrocedió murmurando una oración que no logré entender Yo sin embargo Me obligué a seguir con el procedimiento la ciencia no tiene espacio para
supersticiones la autopsia en Sí fue desconcertante No encontramos signos de violencia no había rastro de veneno en su sistema sus pulmones estaban colapsados como si hubiese dejado de respirar por puro terror su corazón aunque detenido mostraba signos de un paro provocado por una sobredosis de Adrenalina como si en el último momento de su vida hubiese experimentado un miedo indescriptible pero lo más extraño vino después cuando terminamos de examinarla y la dejamos sobre la mesa de acero para proceder con la reconstrucción facial La sonrisa había desaparecido sus labios ahora estaban completamente neutros juraría que la habíamos
dejado con aquella expresión siniestra Pero ahí estaba con un rostro sereno sin rastro de la mueca de mente sentí un escalofrío recorrerme la espalda no dije nada mi asistente tampoco ambos queríamos terminar con esto lo antes posible esa noche mientras archiva el informe en la morgue me quedé solo en la oficina No suelo ser paranoico pero sentí la necesidad de revisar las imágenes de la autopsia cuando abrí el archivo en la computadora mi respiración se detuvo en las primeras fotos su expresión era la misma que cuando la trajeron esa sonrisa rota y perturbadora pero en
las últimas imágenes su boca estaba completamente cerrada no podía haber sido un error revisé las fotografías anteriores Y en todas aparecía sonriendo solo en las últimas estaba diferente como si se hubiera acomodado sola cerré el expediente con un nudo en el estómago miré la camilla donde yacía su cuerpo cubierto con una sábana el aire de la morgue estaba denso pesado con un olor que no pertenecía ahí algo rancio dulce como flores marchitas me levanté con la excusa de tomar un poco de café y despejar la mente Cuando regresé sentí un cambio en la atmósfera fue
sutil pero suficiente para heriz arme la piel la sábana la sábana no estaba como la había dejado antes cubría completamente el cuerpo pero ahora la tela se había deslizado apenas unos centímetros dejando al descubierto su boca y en la penumbra de la sala juraría que la vi sonriendo de nuevo me quedé helado no podía ser me acerqué con cautela sintiendo cada latido como un tambor en mi pecho con una lentitud aterradora levanté la sábana por completo sus labios estaban partidos como si alguien hubiera intentado forzar una sonrisa en su rostro muerto me alejé de inmediato
mi respiración descontrolada en ese momento una sensación meó la espina dorsal no estaba solo lo sentía una presencia algo que no pertenecía al mundo de los vivos el frío se hizo insoportable algo rozó mi espalda un susurro apenas perceptible se deslizó en el aire como el rce de un vestido sobre el suelo corrí no me importó nada más no archivé los papeles no cerré la morgue Solo salí de ahí dejando todo atrás al día siguiente me enteré de algo aún más inquietante la mujer la novia sin boda había estado desaparecida Desde hacía dos semanas su
prometido nunca apareció nadie supo Cómo llegó al hotel quién la había vestido o por qué estaba ahí y lo peor cuando volvimos a examinar su cuerpo su expresión había cambiado otra vez ahora su boca estaba completamente abierta como si estuviera gritando esa noche no dormí cada vez que cerraba los ojos veía su rostro no solo la imagen de la morgue sino algo más algo peor la veía en el hotel sentada en la cama con su vestido blanco Mirando a la nada con aquella sonrisa rota sus manos temblaban sobre su regazo los nudillos pálidos mientras sus
labios se curvan más y más no podía sacármelo de la cabeza Durante los siguientes días intenté convencerme de que todo había sido una mezcla de estrés y cansancio Pero entonces comenzaron los ruidos al principio fueron cosas pequeñas susurros en los pasillos de la morgue cuando sabía que estaba solo pasos suaves en el suelo de baldosas cuando todos los cuerpos estaban inmóviles mi asistente lo notó también pero ninguno de los dos quiso hablarlo en voz alta era como si reconocerlo lo hiciera má más real hasta que sucedió algo que no pudimos ignorar Una madrugada mientras terminábamos
de clasificar informes un ruido seco resonó en la sala de refrigeración un golpe sordo como si alguien hubiese chocado contra la puerta metálica desde adentro nos miramos paralizados segar M es un fallo del sistema de refrigeración intenté decir pero mi voz sonó hueca poco convincente otro golpe más fuerte la luz parpadeó por un segundo el aire en la morgue se tornó helado Más allá de lo normal Caminé hacia la puerta con pasos pesados sabía lo que encontraría pero aún así tenía que verlo giré la manija dentro todas las camillas seguían en su lugar los cuerpos
cubiertos con sábanas blancas excepto uno Ella la sábana se había deslizado hasta la mitad de su torso sus manos que habíamos cruzado sobre su pecho estaban ahora a los costados del cuerpo pero lo peor era su cara su mandíbula estaba desencajada los dientes rotos aún visibles y lo que me heló la sangre fue notar que su boca ya no tenía Rastros de piel endurecida por la muerte no sus labios estaban húmedos como si hubiera intentado decir algo retrocedí mi asistente soltó un jadeo y se cubrió la boca con la mano el aroma volvió ese perfume
rancio dulzón flores marchitas algo Se movió no un cuerpo no una sombra algo en el aire apenas perceptible corrimos no nos detuvimos hasta llegar a la salida de la morgue fuera el aire nocturno se sentía irreal como si el mundo se hubiera deformado no regresamos hasta la mañana siguiente cuando el supervisor revisó la morgue Todo estaba en orden la sábana cubría su cuerpo completamente las manos estaban en su lugar nada indicaba que algo Hubiese pasado pero lo sabíamos solicité que el cuerpo fuera enterrado de inmediato no quería que pasara ni un día más en la
morgue la familia aceptó sin problemas nadie reclamó el cadáver no había parientes cercanos la ceremonia fue pequeña y rápida después de que el ataúd fue descendido me quedé unos minutos más no podía irme sin saber algo me acerqué a la lápida recién colocada pasé la mano sobre la piedra fría quién eras susurré el viento sopló suave pero cortante no hubo respuesta pero al dar la vuelta para irme escuché un crujido como dientes apretándose como una sonrisa formándose en la oscuridad la morgue embrujada El sonido del viento golpeando las ventanas antiguas de la morgue me acompañaba
cada noche mientras realizaba mi trabajo mi nombre es Manuel Aguirre y soy médico forense en ciudad de Veracruz recientemente la morga en la que trabajo Fue renovada la estructura de más de 100 años había recibido una actualización moderna con nuevos equipos y una mejor organización Sin embargo a pesar de las mejoras algo oscuro parecía haberse despertado con la renovación desde el primer día que regresé a trabajar en la morgue renovada noté Una atmósfera pesada una presencia en el aire que no podía explicar era como Y las paredes antiguas guardaran secretos que no querían ser revelados
la morgue con su estructura colonial y sus pasillos largos y oscuros siempre había tenido un aire de misterio pero ahora Había algo más algo que me hacía sentir vigilado las primeras noches fueron relativamente normales los nuevos equipos funcionaban perfectamente y el trabajo continuaba como de costumbre pero pronto comenzaron a ocurrir cosas extrañas sombras que se movían en el rabillo del ojo susurros ininteligibles que llenaban el aire cuando estaba solo y una sensación constante de que algo no estaba bien recuerdo una noche en particular estaba trabajando en un caso complicado el cuerpo de un hombre que
había sido encontrado flotando en el puerto las condiciones del cadáver requerían un análisis minucioso y estaba completamente absorto en mi trabajo Fue entonces cuando sentí un frío intenso como si alguien hubiera abierto una puerta al invierno en pleno verano levanté la vista y vi una sombra moviéndose rápidamente por el pasillo pensé que era mi asistente pero al llamar su nombre no recibí respuesta cuando fui a investigar el pasillo estaba vacío a medida que pasaban los días los fenómenos se intensificaron empecé a escuchar pasos detrás de mí aunque sabía que estaba solo las luces parpadeaban sin
razón aparente y a menudo encontré mis instrumentos de trabajo desplazados la situación llegó a un punto crítico una noche cuando estaba terminando un autopsia los susurros se hicieron más claros Y aunque no podía entender lo que decían el tono era claramente amenazante decidí investigar el pasado de la morgue intentando encontrar alguna explicación racional para los eventos que estaba experimentando descubrí que la morga había sido construida a finales del siglo X y había servido como hospital durante varias décadas antes de convertirse en una morgue durante esos años hubo numerosos rumores sobre prácticas oscuras llevadas a cabo
en sus sótanos se hablaba de rituales y sacrificios realizados por un grupo secreto que operaba en la clandestinidad el sótano de la morgue ahora cerrado al público siempre había tenido una reputación siniestra decidí bajar y explorar el lugar Aunque sabía que podría estar metiéndome en problemas equipado con una linterna y mi determinación descendí las escaleras hacia el sótano el aire se volvía más denso y frío a medida que bajaba y el silencio era abrumador el sótano estaba lleno de viejos equipos médicos cajas polvorientas y restos de lo que parecía ser mobiliario antiguo Pero lo que
más me llamó la atención fueron las marcas en las paredes símbolos extraños casi borrados por el tiempo pero aún visibles decoraban el lugar había una aura palpable de maldad que impregnaba el ambiente mientras inspeccionaba el sótano comencé a sentir que no estaba solo las sombras parecían moverse con vida propia y los susurros se hicieron más fuertes me di cuenta de que estaba parado en el epicentro de algo Antiguo y maligno algo que había despertado con las renovaciones los siguientes días fueron un infierno las actividades paranormales no cesaron sino que se intensificaron comencé a tener pesadillas
sueños vívidos en los que veía los rituales oscuros llevados a cabo en el sótano veía rostros distorsionados por el dolor y la desesperación escuchaba gritos y lamentos que me seguían incluso Al despertar decidí compartir mis experiencias con Laura mi asistente y la única persona en la que podía confiar Laura también había notado cosas extrañas pero no a la misma intensidad juntos comenzamos a investigar más a fondo buscando cualquier información que pudiera ayudarnos a entender y quizás a detener Lo que estaba ocurriendo descubrimos que la morg había sido el escenario de rituales oscuros dirigidos por un
grupo conocido como la orden de la sangre Negra este grupo activo a principios del siglo XX creía en la inmortalidad a través del sacrificio humano utilizaban el sótano de la morgue para llevar a cabo sus rituales y muchas personas desaparecidas en esos años nunca fueron encontradas con esta nueva información decidimos que debíamos hacer algo para detener los fenómenos paranormales consultamos a un experto en lo oculto quien nos aconsejó realizar un ritual de limpieza para intentar liberar los Espíritus atrapados Aunque era escéptico no veía otra opción la noche que decidimos realizar el ritual la morga estaba
más oscura y fría de lo habitual Laura y yo preparamos todo lo necesario siguiendo las iones al pie de la letra a medida que comenzábamos el ritual los susurros y Sombras se intensificaron sentí una presencia abrumadora como si todas las almas atrapadas en la morgue se hubieran reunido en ese momento recitamos las palabras del ritual y mientras lo hacíamos el aire se llenó de un chillido agudo un grito de desesperación que parecía venir de todas partes y de ninguna a la vez las sombras se retorcían y los susurros se convirtieron en gritos pero seguimos adelante
determinados a liberar a las almas atrapadas finalmente un silencio absoluto cayó sobre la morgue el frío desapareció y las sombras se desvanecieron sabíamos que habíamos tenido éxito Aunque el ambiente seguía siendo sombrío el experto nos dijo que el lugar necesitaría tiempo para sanar completamente pero que el peor de los males había sido erradicado los días siguientes fueron extraños la morgue parecía más tranquila como si una pesada carga hubiera sido levantada sin embargo el recuerdo de lo que habíamos experimentado permanecía conmigo las pesadillas cesaron pero aún sentía una conexión con el pasado oscuro de la morgue
poco a poco las cosas volvieron a la normalidad continué con mi trabajo pero siempre con una sensación de respeto y temor por el lugar en el que trabajaba la morgue con su historia oscura y sus secretos enterrados me había enseñado que hay cosas en este mundo que no pueden ser explicadas por la ciencia a veces en las noches tranquilas Aún puedo sentir una leve presencia un eco de los Espíritus que una vez habitaron este lugar pero ya no es una presencia amenazante sino una que parece agradecida por la paz que les hemos dado y así
continúo mi labor sabiendo que la línea entre la vida y la muerte es más delgada de lo que jamás podría haber imaginado si te gustaron los relatos Nos gustaría que nos apoyar con un like o un comentario ya que eso nos ayudaría bastante y si no estás suscrito o suscrita te invito a que lo hagas para que no te pierdas lo mejor de oscuros relatos de la noche sin más gracias por escucharnos hasta el próximo relato i