Reedifique y establezca una vida de fe constante y de comunión con Dios Comience hoy mismo. [música] locutor: En Contacto con el Dr Charles Stanley celebra 45 años de la fidelidad de Dios y de llevar el mensaje del evangelio alrededor del mundo. Hoy, en el programa En Contacto, "Sabiduría para tiempos difíciles".
Dr Stanley: Una de las preguntas que se hace con más frecuencia es esta: ¿Por qué Dios, quien es un Padre amoroso, permite que sus hijos pasen por pruebas terribles? Pruebas dolorosas, ¿por qué las permite? Decimos que Dios es omnipotente y amoroso.
Si Él es amoroso y omnipotente, es decir, todopoderoso, debe amarnos lo suficiente para no permitirlas. Entonces, si en verdad Dios nos ama, ¿por qué permite las pruebas? ¿Simplemente suceden y ya?
¿Creó Dios todo, se distanció y deja que las cosas pasen sin su intervención? ¿O más bien está involucrado en ellas? Por ejemplo, pienso en los tornados, inundaciones y todas las penas, cargas y pruebas que la gente tiene que pasar--¿Dónde está Dios en todo eso?
La respuesta está en la Biblia el único lugar donde hallar la respuesta real. Hay toda clase de opiniones. Algunos dicen: "Dios creó el universo, pero se mantiene distante ajeno y no interviene en él".
Otras personas dicen: "No sé lo que sucede, me es indiferente. Pasa y ya, aquí estamos, y somos víctimas". Esa clase de actitud no trae paz, ayuda, ni tranquilidad.
¿Qué dice la Palabra de Dios respecto a las pruebas que enfrentamos? Bueno vayamos a Santiago capítulo 1, porque él aborda este tema de cómo enfrentar los tiempos difíciles y hacerlo con sabiduría. Al leer el segundo versículo, alguien que no sea cristiano quizás diga: "¡No cuenten conmigo!
Porque es imposible hacer eso". Veamos lo que dice Santiago 1; y notemos que quizás parezca que él habla de 3 o 4 cosas distintas, pero en realidad es el mismo tema. "Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud".
Aquí se refiere a los judíos que habían sido dispersados por todo el mundo a raíz de su cautiverio y otros sucesos. Luego dice: "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.
Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman". Como dije, pareciera que habla de 3 o 4 cosas, pero no es así. En la primera parte del capítulo, hay una afirmación que pienso que quien la lea por más de una vez, quizás diga: "Un momento.
¿Realmente quiere decir que tengo que sentir gozo al pasar por momentos difíciles? " En otras palabras, digámoslo así: "Es decir pruebas o sea lágrimas; pruebas y dolor; pruebas y cargas; pruebas y rechazo; pruebas y sufrimiento; pero pruebas y gozo, no van de la mano". Bueno, no compaginan a no ser que entendamos la perspectiva que Dios tiene de la vida.
Y al leer este capítulo, vemos que dice específica y claramente esto: "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando. . .
no dice "si acaso. . .
", sino "cuando os halléis en diversas pruebas". Note que habla de "diversas pruebas", eso lo abarca todo. Toda clase de dificultad, adversidad y prueba que pasamos.
Afirma: "cuando os halléis". Hallarse en pruebas es que ellas vendrán a nuestra vida. Es decir, situaciones repentinas que no necesariamente hemos ocasionado.
En esas pruebas, dice, debemos gozarnos. Y aquí, Santiago no se refiere a un sentimiento alegre y frívolo. Se trata de la sensación interna de calma, quietud, paz, tranquilidad, y seguridad que es mucho más que solo aplaudir y decir: "¡Estoy feliz por esta prueba!
" Eso no es lo que quiere decir Santiago. Es algo mucho más profundo. Note cómo lo expresa, dice: "tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que".
Sabiendo que algo sucede. Así que, mire, es lo que sabemos durante esas pruebas, lo que marcará la diferencia y definirá si podremos superarlas o no. Todos podemos recordar alguna prueba que hemos tenido.
Pienso en la gente que ha pasado por tantas pruebas en lo que respecta a los desastres naturales y calamidades que han ocurrido en la actualidad, aun en este momento. Tienen razón para cuestionar: "Un momento, ¿cómo voy a gozarme por todo esto? " ¿Cuál es nuestra actitud?
¿Cuál es la actitud correcta al pasar por dificultades en la vida? Bueno al pensar en esto, considero lo que dice Dios en este pasaje y me hago esa pregunta. Primero, afirma: "tened por sumo gozo".
Luego pareciera que cambiase el tema a sabiduría. Realmente no ha cambiado el tema. Lo que quiere decir es que para poder entender las pruebas, y hacerlo de manera que podamos tener ese profundo sentido de gozo en nuestro ser, a pesar de las circunstancias, necesitamos tener sabiduría, necesito sabiduría para saber cómo verlas.
Definamos lo que es sabiduría y la Biblia dice que el principio de la sabiduría es el temor a Dios. La sabiduría es ver las cosas, ver las cosas desde la perspectiva de Dios y reaccionar a ellas conforme a los preceptos bíblicos. No es suficiente ver las cosas como las ve Dios, debemos actuar conforme a quiénes somos como seguidores de Cristo y acorde a lo que dice la Biblia.
Así que es tener la perspectiva de Dios y seguir los principios bíblicos que Él nos da. Al hacerlo, por ejemplo, queda de manifiesto que podremos evaluar las circunstancias y a la gente, para tomar decisiones acertadas. Asimismo, podremos basar nuestras decisiones en las experiencias vividas, la situación presente ahora, y nuestros planes futuros.
Pero al recordar diversas situaciones pasadas, en el pasado vemos cómo Dios ha actuado en nuestras vidas. De igual manera, si somos sabios, debemos preguntarnos: ¿Qué desea Dios que hagamos en una situación en particular? Sabiduría, ver las cosas desde la perspectiva de Dios y responder adecuadamente.
Ahora la sabiduría nos capacita a enfrentar las pruebas confiada y triunfalmente. Por eso dice Santiago: "Sabiduría. .
. para que. .
. " Así que Dios nos da sabiduría para capacitarnos para enfrentar tiempos difíciles y salir, mire, bendecidos, no destruidos, ayudados, no impedidos, expresando su amor, no su disgusto. Entonces esto se adapta para cualquier prueba que enfrentemos, no importa lo que sea, porque habló de "diversas pruebas".
Ahora pensemos por un momento en cuál es el propósito de Dios el permitir estas dificultades en nuestra vida. Bueno, en primer lugar, ¿cuál es su fin? Probar nuestra fe.
Mucha atención a esto. La palabra que Santiago utiliza aquí es el término o vocablo griego dokimion, que quiere decir una fe aprobada. y si vamos, por ejemplo, a 1 Pedro 1, versículo 7, dice así versículo 6: "En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas", "afligidos por ellas" .
Escuche lo que dice: "para que sometida a prueba dokimion", la prueba, la aprobación, "de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo". ¿Qué quiere decir? Simplemente dice que podemos regocijarnos aunque pasemos por una prueba en particular.
¿Cómo nos gozamos? Dice, sabiendo que esta prueba es para hallar o probar que nuestra fe es genuina. Así que, mucha atención, probar que nuestra fe es genuina es algo mucho más valioso para nosotros, ¿que qué?
Que el oro o cualquier clase de metal precioso. Nada se le puede comparar. Entonces, le pregunto: ¿Diría usted que vale la pena una prueba para que Dios aumente su fe en su vida?
Esa es la única manera. Dice "en diversas pruebas" dice, "para que. .
. " "sea hallada. .
. " nuestra fe. Dios no nos prueba para encontrar falta en nuestra fe.
La prueba de nuestra fe es para fortalecerla porque la fe que no ha sido probada es incierta. Una persona que nunca ha sido probada, examinada no sabrá si tiene o no tiene fe. Los momentos difíciles de la vida edifican nuestra fe y la hacen ser lo que Dios quiere que sea.
Una razón por la que Dios permite pruebas en nuestra vida es para edificar nuestra fe. También lo hace para probar nuestra devoción a Cristo. Digamos, por ejemplo, que pasamos por dificultades en la vida, y Dios.
. . ¿para qué nos manda Dios esas pruebas?
Para probarnos y ayudarnos a entender dónde estamos en la escala de obediencia a Él. ¿Dónde estamos? Si Dios nos demanda algo en una prueba, ¿estamos dispuestos a decir: "Señor, aunque no me agrada y no lo escogería, te obedeceré cueste lo que cueste".
Mire, la única manera de saber cuán obedientes seremos es cuando nuestra obediencia es puesta a prueba, al ser probados examinados. Y vemos que tenemos oportunidades de hacer lo correcto o lo incorrecto. ¿Cómo saber qué tan obedientes somos?
¿Dónde estamos en la escala de obediencia? Solamente cuando somos probados, solo cuando se nos ofrecen alternativas a la obediencia. Podemos escoger obedecer o no a Dios.
Entonces, ¿cómo crecemos? Crecemos cuando nuestra fe es probada. Crecemos en nuestra devoción a Cristo al tomar decisiones sabias a prueba de fuego.
Otra de las razones por las que Dios nos manda pruebas, mucha atención, es porque le dan una oportunidad de demostrar su amor por nosotros, demostrar su poder en nuestra vida, y demostrar su intenso cuidado y amor por nosotros. Si todo saliera como queremos, y no tuviéramos que pasar por pruebas ni adversidad, lo damos por sentado. ¿Cuando oramos más?
Cuando las cosas empeoran. Entonces y una razón por la cual debemos ser sabios es para reconocer el hecho de que a veces Dios crea una situación en nuestra vida en la que puede demostrar algo: "Puedo darte ese empleo, 25 personas lo han pedido, pero te lo daré a ti". "Puedo suplir tu necesidad, aunque no tengas idea de cómo será posible".
"Puedo sanarte, pese a tu diagnóstico negativo". Es decir, Dios está haciendo algo bueno en nuestras vidas, no importa cuáles sean las pruebas. Y al pensar en esto, considero que siempre uno de sus propósitos es desarrollar en nosotros un carácter como el de Cristo.
Dios siempre busca eso. Mire, mucha atención, cada una de nuestras pruebas tiene una prescripción divina. Dios sabe exactamente dónde estamos, dónde quiere que estemos y cómo llevarnos allí.
Sin duda, Él actúa en nuestras vidas. Puedo asegurarle algo, si yo tuviese unos 30 años, podría ignorar lo que le digo. Pero he vivido lo suficiente de tiempo para asegurarle que esto sí funciona no importa lo que pase.
Si funciona siempre y cuando reaccionemos sabiamente. Sin culpar a nadie más; sino que pase lo que pase digamos: "Señor, ¿qué estás haciendo en mi vida? " Dios está haciéndonos semejantes a Cristo.
Ahora, el asunto aquí es que necesitamos sabiduría para discernir cómo reaccionar correctamente. Le daré una lista de 10 puntos. Y le animo a tomar notas.
Si no puede escribir, pídale ayuda a alguien; porque lo necesitará. Número 1, veamos lo que dice, dice: "tened por sumo gozo cuando os halléis en varias y diversas pruebas". Ahora, la pregunta es: ¿Cuándo podemos gozarnos?
¿De qué debemos estar convencidos para poder gozarnos en esas pruebas? Número 1: Debemos confiar en que Dios controla la duración e intensidad de nuestras pruebas. Para poder superarlas en victoria, debemos tener la convicción de que Dios controla la duración e intensidad de nuestras pruebas.
Nada sucede sin su conocimiento. Número 2: Dios tiene un propósito específico para cada prueba. Así es.
Sea que las envíe o las permita. Tiene en mente un diseño y un propósito claro para lo que hace. Debemos creerlo.
Tener fe en que Dios tiene el control y un propósito. Número 3: que Dios diseña cada prueba para suplir una necesidad específica en nuestra vida. Cuando oramos no le decimos: "Señor, bendíceme".
Oramos por algo específico. Dios no envía ni permite pruebas al azar. Él nos conoce; sabe su propósito, sus metas y lo que quiere que logremos.
Dios diseña las pruebas a nuestra medida. Por ejemplo, si una dama encarga un vestido, no le diría a la modista: "¡Hágalo de la talla que guste! " No se lo diría.
Ni un hombre le diría al sastre: "Uso tal talla, pero déme la que quiera". No lo haría. Lo quiere a su medida.
Dios diseña las pruebas mire conforme a su propósito para nuestras vidas. Por eso no nos hace bien quejarnos de ellas. Número 4: cada prueba nos beneficiará si reaccionamos en fe.
Nos beneficiará si respondemos en fe. Si no lo hacemos y objetamos, ¿qué ocurrirá? Desperdiciaremos nuestro dolor lamento y sufrimiento, y no ganaremos nada.
Y claro cada prueba puede fortalecer nuestra fe. Debemos creerlo. Sin la convicción de que la prueba nos ayudará, fortalecerá, nos hará semejantes a Cristo, nos edificará, nos ayudará a ser mejores siervos de Dios, entonces no reaccionaremos bien y no saldremos bendecidos.
Es decir, para responder sabiamente, debemos tener estas convicciones. Asimismo, debemos estar convencidos de que cada prueba es una oportunidad de demostrar perseverancia bajo presión. Porque uno de nuestros testimonios más grandes es que alguien nos vea pasar por una dificultad en la vida, y que de alguna manera, mientras otros estarían llorando y quejándose, nos ven con una fe firme.
Avanzamos. No nos estancamos. Tenemos plena confianza y seguridad.
Quizás por dentro lloremos, pero por fuera nuestra perseverancia es muy, muy evidente. Si tenemos la convicción de que en verdad Dios usará las pruebas en nuestra vida para nuestro bien, y creemos que podremos perseverar, superaremos esas dificultades con plena seguridad. Además, debemos creer que cada prueba desarrolla el carácter de Cristo en nosotros, hace un rato lo dijimos que era su propósito.
Con esa convicción, mire, si pasamos por una situación muy muy dolorosa, ¿creemos que Jesucristo la usará para hacernos semejantes a Él? Madurarnos, edificar nuestra fe, transformarnos equiparnos para algo en el futuro, si no lo creemos, no responderemos bien. Si creemos estas cosas, no importa por lo que pasemos, podremos superarlo triunfantemente.
También debemos estar convencidos de que las pruebas pueden ayudarnos a evaluar nuestro andar espiritual con Dios. Las pruebas son para evaluar. La última vez que tuve una prueba, ¿qué hice?
Llorar, quejarme, lamentarme. Esta vez, de algún modo, tengo una sensación de quietud, calma, paz y seguridad en mi vida. ¿Por qué?
Porque Dios nos edifica, Él nos madura. Dios actúa en nuestra vida. O sea, ¿qué está haciendo?
Él nos hace las personas que diseñó que fuésemos. Dios actúa en nuestras vidas. Mire, no significa que ya no seremos sensibles.
No quiere decir que ya no seremos sensibles a otros. Pero ya no nos preocupan las cosas que antes nos afligían, porque Dios nos ha demostrado que Él nos ayudará a superarlo, sin importar lo que pase Desde luego, solo nos gozaremos si sabemos que Dios está con nosotros en cada prueba a nuestro lado y que al final resultará en algo bueno. ¿Cree que Dios está con usted?
Por eso afirmo que cuando alguien dice: "Estoy desesperado". Y llora desconsolada y desesperadamente, sin saber qué hacer. ¿Dónde está Cristo?
No significa que seamos insensibles al sufrimiento y al dolor. Solo preguntarnos: ¿cuál es la reacción sabia? La respuesta sabia es: "Señor, esto no me agrada".
¿Podemos decirle eso a Dios? Más vale decírselo, de todos modos Él ya lo sabe. Sabe que no nos gusta.
Sabe que sufrimos. Conoce nuestro dolor, lo que cambiaríamos y que no nos gusta lo que está haciendo. Eso no le molesta.
¿Sabe lo que hace? Mantiene la presión hasta quebrantar nuestra terca voluntad y le digamos: "Esta bien, Señor". A veces es muy cómico pensar en cuán paciente es Dios y que, sin importar lo que pensemos o sintamos, Él sabe lo que hace.
Creo que quizás a veces Dios sonríe porque mientras estamos quejándonos y llorando, Él ve algo maravilloso que hará en nuestra vida, y dice: "Hmm, hmm, hmm, hmm"; y poco a poco nos va llevando, y Él sabe que cuando lleguemos diremos: "¡Gracias, gracias, gracias, por no haberme dado lo que te pedía! " "¡Gracias, amado Dios, por no hacer lo que quería que hicieras! " Y la razón es esta: Dios nos ama tanto para sucumbir ante nuestras quejas porque tiene algo grande para nuestras vidas.
También debemos creer que podemos vencer toda prueba con la gracia y el poder de Dios. Si creemos esas 10 cosas, seremos sabios para enfrentar cualquier cosa que Dios permita en nuestras vidas. Ahora la pregunta es: ¿Cómo reaccionar?
Las pruebas están allí y seguirán viniendo, seguirán aumentando. Cuando se tornen más difíciles, recordemos que Dios tiene algo cada vez mejor y mejor, no peor y peor. El asunto es cómo reaccionar a las pruebas, las cargas y las cosas que Dios permite en nuestras vidas; para que cuando Él nos lleve a ese punto, estemos listos, preparados, y nuestra influencia, y habilidades, y nuestro testimonio sean de impacto en la vida de alguien que necesite lo que sabemos.
Quizás alguien diga: "Ni siquiera soy creyente". "No me hable acerca de ese gozo. Ni siquiera soy creyente".
Eso lo entiendo. Permítame preguntarle, al pasar por pruebas, ¿A quién tiene? Tal vez diga: "Tengo a mi madre, mi padre, mis amigos".
¿Qué pueden hacer por usted? "Pueden hacer esto y lo otro". Cuando llegan los momentos críticos, hay cosas que nadie puede ayudarnos a hacer.
No pueden darnos un segundo más de vida. Pero Dios sí puede. Hay situaciones de las que no pueden protegernos, porque no están allí.
Y así podría mencionar miles y miles de cosas. Lo más importante en su vida es su relación personal con Cristo; que comienza cuando usted le pide perdón por sus pecados, cree que su muerte los pagó en el Calvario, lo invita a su vida y se rinde a Él. Así Él estará en y con usted y al andar sabiamente con Él, Dios se encargará de todo lo que hemos dicho.
¿Qué opción tiene? Mire, es esto, andar solo. Quizás diga: "No estoy solo.
Tengo a mucha gente". No, solo los tiene temporalmente. O tiene vida en Cristo, o no la tiene.
Lo más sabio que puede hacer ahora mismo es aceptar a Cristo en su vida, dígale que sabe cuánto usted se ha equivocado. No está listo para vivir como agrada a Dios. Ni siquiera es apto para una vida feliz y pacífica.
Y hay tantas personas a nuestro alrededor que tienen esto, aquello y lo otro. Tienen toda clase de reconocimiento, popularidad, etcétera. Pero cuando se acuestan a dormir y apagan la luz, ¿sabe qué?
Son desdichados. Si no son infelices, están preocupados. Permítame preguntarle, como creyente, si lo es, ¿qué tiene usted que realmente le pertenece, que en verdad puede poner su fe y confianza en eso, que no podría perder en un instante?
¡Nada! Si tiene a Cristo, lo tiene todo; mi oración es que así sea. Padre, te pido que el Espíritu Santo despierte el corazón de las personas que escuchan y ven, que han sido engañadas a creer que están bien, cuando la única esperanza del cielo es Cristo.
Cuando el único amigo verdadero y eterno es Jesucristo. El único que puede atender todo aspecto de nuestras vidas es Cristo. Concédeles sabiduría simple para decirte sí en este mismo instante.
Te damos gracias en el nombre de Jesús, amén.