[Música] Bienvenida familia nocturna a esta oscura fogata de historias. El día de hoy hablaremos acerca de duendes siniestros, brujos malévolos y casas perturbadoras. Pero antes de iniciar, permíteme decirte que los relatos del día de hoy son profundamente oscuros. Y si tuviste la mala suerte de que esta sea la primera vez que estás aquí, lo lamento. No creo que vayas a sobrevivir a la fogata. Sin embargo, como sé que eres nuevo o sé que eres nueva y te recomendaron este canal, no te quiero dejar solo, porque cada uno de los relatos que vayas escuchando va a
ser cada vez más oscuro, va a ser un pasillo más cerquita del infierno, pero no quiero que andes por este camino solo. Así es que invoco a la familia más chida, la más oscura y más linda de todo el internet de invoco a la familia nocturna para que se haga presente en los comentarios. Y les pido por favor que pongan ahí un fueguito, una fogata, una lucecita para que alumen y den tantita esperanza a todos esos incautos que acaban de llegar. Una vez dicho esto, veo a los supervivientes al final del episodio para darles la
bienvenida a esta familia. Comenzamos. Ten mucho cuidado con lo que deseas porque tal vez tengas la mala suerte de obtenerlo y que esto no sea lo que esperabas, sino algo muchísimo más oscuro y horripilante. Lamentablemente, esa es la historia de Elena y de Samuel. Al día de hoy ya ni siquiera están entre nosotros. Pero te quiero contar cuáles fueron los sucesos que vivieron y que todavía hoy en día, casi 60 años después, siguen trayendo bastante destrucción a muchas personas. Samuel y Elena se conocieron probablemente en alguna fiesta o reunión de su pueblo. Estoy hablando algo
de la segunda década de los 1900, por ahí de 1920 inicios mediados o finales. Se conocieron, se enamoraron perdidamente el uno del otro y eran una familia muy atípica. La familia de la época el hombre mandaba y normalmente la mujer no le quedaba más que aceptar las cosas. En este caso no eran bastante iguales, las cosas las platicaban, eh, el uno se lo decía al otro, sus inquietudes, sus necesidades. Y Samuel fue un tipo que estaba pero endiosado con su mujer. Desde que fueron novios, él era un tipo totalmente feliz y una de las cosas
que a Samuel más lo complacía era satisfacer los deseos de Elena. Por otro lado, Elena era una persona con los pies en la tierra de un corazón enorme. Desde que vio que estaba con Samuel, logró ver más allá de esa capa exterior de la belleza física y se dio cuenta con el tipo de hombre con el que estaba. De alguna forma, esto logró un vínculo tan profundo entre los dos que hicieron una pareja y una relación hermosa. Las personas a su alrededor no lo veían así. Era escandaloso. Era escandaloso que Samuel no tomara las decisiones
por sí mismo, que a veces fuera a consultar con Elena de forma pública. ¿Te imaginas ese tipo de cosas en ese tiempo? Pero a ellos no les importaba. Eso los llevó poco a poco a darse cuenta que querían criar a su familia a su manera, no como se los estaban imponiendo. Y esto los llevó poco a poco a tener deseos, digamos, un poquito usuales. Había un deseo de Elena que era muy usual y muy difícil de conseguir. Justo en medio de la carretera, a unos 20 km de donde ellos vivían, había un lugar que estaba
un poquito descuidado, que se sabía que había sido un convento. Era un tipo de hacienda, no era tan grande, era un lugar pequeño. El costo era imposible de pagar en ese tiempo. El día de hoy sería descomunal, pero en ese tiempo ya era un costo alto y imposible para, digamos, sus arcas, sus ingresos. que tenían. Samuel, una vez que vio el deseo de Elena, se dedicó incansablemente a estar en 1 cosas a la vez. Tenía un trabajo de rutina, pero comenzó a aprender diferentes cosas. herrería descubrió que era un muy buen carpintero, de hecho casi
un evanista porque el tipo hacía unos detalles en la madera y lo hacía con tanto esmerio y tanto cariño que había personas que le pedían trabajos, pero no era buen negociante al inicio y no sabía vender su trabajo. Con el tiempo se hizo de cierta fama y ya tenía un gran gran negocio. se habían mudado ya de tres ciudades, no por situaciones sociales, sino por el crecimiento del negocio y porque Samuel poco a poco se había dado cuenta que podía llegar a tener un negocio sumamente lucrativo. Esto no fue de la noche a la mañana,
fueron años y años de trabajo, pero pasados 10 años y después de tres ciudades, estos dos se pudiera decir que eran unos nuevos ricos. Habían amasado una fortuna. Samuel tenía negocios en cuatro o cinco ciudades. Él residía en una. y se había asociado con un par de personas con las cuales hacía muy buenos negocios porque se fue dando cuenta con el tiempo que aparte de carpintero, de ser un tipo muy entregado y alguien profundamente enamorado de su esposa, aparte de todo eso, era muy bueno con los negocios y empezó a descubrir que los números se
le daban muy bien. Así es que las negociaciones que tenía iban de bien a mejor. Y fue avanzando las cosas, hubo una temporada ya cuando ellos habían pasado de los 15 años de casados, en los que Elena sintió a Samuel muy extraño. Él estaba un poco ausente. Lo notaba en muchos momentos fuera de casa por temporadas medianamente largas y cuando estaba en casa no tenía tanta conversación con ella. Nunca sospechó de él, pero sí se sentía extraña. Un día, cuando ella estaba decidida a ir a hablar con él y abrir este tema, Samuel llegó con
una sorpresa. Elena, nos tenemos que ir de aquí. Quiero llevarte un lugar. Está de más decir, y eso lo tienen que saber ustedes por detalles que vamos a ver en la historia, que para este entonces ya no estaban nada más ellos dos solos, ya tenían tres hijos. Y esos tres hijos no eran ya niñitos, ya no eran unos renacuajos ni unos críos. Ya el más chiquito tenía cerca de 12 o 13 años. Entonces, cuando le dice que se tienen que ir de ahí, Elena le dijo, "Pero, ¿cómo? ¿Qué pasó? O sea, de la noche a
la mañana así no más. No, no, no, no. Me vas a entender, me vas a entender cuando te lleve al lugar al que vamos a ir a vivir." Y Elena no entendía. Los muchachos habían hecho ya cierto círculo de amistades, ellos ya tenían cierta reputación en la ciudad en la que estaban viviendo. Cambiarse no era cualquier cosa. Sin embargo, Samuel le dijo, "Muy bien, acompáñame un fin de semana." Dejaron a sus hijos encargados con las personas que los ayudaban allí en el hogar. Aparte invitaron a algún familiar para que se hiciera cargo y de repente
Elena comenzó a andar por unas carreteras que tenía años sin transitar. Y es entonces cuando Samuel para en un lugar en el que Elena tiene la sensación que lo ha visto en el pasado, pero está en medio de la nada, está muy cerquita del pueblo donde ellos dos se conocieron, pero está segura que este lugar si lo había visto no era así. Samuel detiene el vehículo, se baja del auto y simplemente le muestra unas llaves y se las da en la mano. Esta es nuestra nueva casa. Le había comprado la hacienda. Y no solo eso,
porque Len estaba impactada. Cuando abrió la puerta, todo adentro estaba renovado. No había rastro ahí que el tiempo hubiera pasado. Todo era nuevo, era lujoso y bonito. Por eso su ausencia de los meses pasados estaba reconstruyendo la hacienda para su esposa. Elena estaba maravillada, maravillada. Había una zona que era un tipo de caballeriza, la cual Samuel se había dado el tiempo de reconstruirla para que pareciera algo que fuera de muchísimo antes que el tiempo que tenía realmente esa hacienda. Te puedes imaginar un aroma al pasado tremendo. Y Elena, Elena estaba extasiada. Era una sensación de
estar en un nuevo lugar, un lugar que había deseado tanto en el pasado que ya desde hace tiempo ni siquiera pensaba en él. Tú sabes por los niños. Pero al estar ahí era como si todo fuera perfecto. Sin embargo, había una sensación extraña en el aire. Era la sensación de que algo que estaba ahí oculto no le gustaba la presencia ni de uno ni de otro. Era como siera celos en el ambiente, una sensación extraña. Y suena tan loco y tan ridículo que Elena se lo va a callar. Tienen muy buena relación. Hablan mucho las
cosas, pero esto es raro y esto no es de esas cosas que sean fáciles de externar. Elena se lo calla. Se suben al auto de regreso pasando ese fin de semana. Llegan entonces al hogar donde están los muchachos solo para darles la noticia. Muchachos, nos mudamos. Ya ahí en ese momento no hay nada que negociar. Van a ir a la casa de los sueños de Elena, la casa de las pesadillas de toda la familia, porque desde el momento uno que comienza la mudanza, se empiezan a dar cuenta de cosas extrañas. Samuel renovó el lugar, pero
no estaba lleno. Ellos tenían muebles, tenían que llevarlos para allá. Así es que contrataron un equipo profesional, gente muy capacitada para las mudanzas y llevaban aparte un capatazo, un tipo que se iba a encargar de la instalación de todas las cosas para que estuvieran perfectamente bien puestas, para que entonces la familia simplemente llegara y se acomodara al lugar. El capataz junto con su gente cada dos o tres días le está hablando a Samuel diciéndole que están teniendo problemas, que necesitan cambiar de personal. Samuel no entiende y le dice, "Oye, yo creía que eras un profesional,
¿qué está pasando?" Y este tipo le dice, "Están saliendo inconvenientes. A ver, explícame, porque si tiene inconvenientes la construcción, no puedo llevar a mi familia. No se preocupe, señor Samuel. Son puras tonterías, pero necesito que cambiemos de personal y le pido por favor que vaya y contrate a dos personas más de estas características." Se le hizo muy extraño que dentro de las características de las personas era que fueran ateos, que no creyeran en nada. que no se encaran ante Dios ni ante el Y entonces cuando le dio estas recomendaciones el capataz, Samuel soltó una carcajada
y le dijo, "¿Qué onda? Aparte saliste blasfemo." Y le dice, "No, no, te lo digo en serio. Te lo digo en serio, por favor." Le dice, "Entonces, tu gente se está poniendo mal porque es un convento" y dice, "No, no, no son tonterías de ellos, ¿entiendes? Nada más ve y consiguen, se nos va a facilitar todo si nos traes personas que no le crean a nada." Bueno, Samuel. consigue cuatro personas y le habla al capataz diciéndole que ya no quiere que sea lento el trabajo, que lo aceleren. Las personas van para allá y se acabó
muy rápido. Parece que con ateos se podía trabajar muy bien ahí. Samuel no entendía por qué. Supersticiones, tal vez ideas que se creó el primer grupo de trabajadores y cada vez que llegaba uno nuevo lo contaminaban. ¿Quién sabe? Ya no tiene importancia. Ya se van a ir a vivir para allá. Y es ahí cuando la familia se instala en la casa y se dan cuenta que este lugar tiene oscuridad, a pesar de ser de día, a pesar que es muy luminoso, hay algo oscuro ahí, no saben exactamente qué, pero desde los primeros días el chico
mayor, el mayor de los tres hermanitos, no puede dormir solo en su habitación. Dice que hay algo que lo está viendo desde el closet y Samuel le dice, "Oye, muchacho, ya estás grande, no me vengas con esos cuentos. Papá, papá, no estoy jugando. Hay algo que se asomó del closet. No vi un reflejo, no vi algo. Se salió una cabeza del closet y me vio. Tenía años de no traer historias de este tipo, su muchacho. Samuel le dijo, "Sí, ándale, duérmete acá, pero no te vas a dormir en la cama. A ver, ¿qué te da
más miedo? Dormirte en el piso aquí y aguantar eso o la cos esa del closet. No le quería creer. Pero entonces sus otros dos niños comenzaron a hablar de diferentes cosas: murmullos en la habitación, sangre en las paredes. Y cuando dijeron sangre en las paredes, Samuel dijo, "A ver, aquí estamos hablando de otra cosa. Él creía que podía ser un químico, que podía ser algo que él mismo construyó, que trajera un problema, que podía ser alguna fuga por alguna de las cañerías o de las tuberías, pero la habitación está limpia y intacta y comienza a
hablar de las paredes sangrantes. No tiene sentido. Parece como si los tres chicuelos se hubieran puesto de acuerdo y al pobre Samuel lo quieren traer de bajada y enfriega. Así es que un día ya no aguanta más, agarra los tres y dice, "A ver, van a elegir ustedes una habitación porque juntos van a ser más valientes. Ya no quiero que me estén viniendo con estos cuentos. Ya no quiero que me cuenten de esas cosas." Y los muchachos eligen una habitación y esa noche parece que todo está tranquilo y todo está con calma. Al día siguiente
no hay ninguna habladuría de cosas que hayan pasado ahí y pasan dos, tres, 5, 7, 10, 15 días y la casa está otra vez en la normalidad. Eso le permite a Samuel regresar a sus negocios. Cuando regresa a los negocios, las cosas empiezan a ocurrir un poco extrañas. De vez en cuando hay llamadas de la casa. Elena le pide que si por favor puede regresar. Elena es una persona muy consciente que sabe que Samuel está en unos negocios de expansión. fuertes, importantes, se le hace raro y le dice, "¿Por qué, mujer? ¿Pasa algo? ¿Me necesitas?"
"No, no te quiero preocupar." Entonces, si está pasando algo, cosa sin importancia, pero no te preocupes, sigue en lo tuyo. Sigue en lo tuyo. Cuando termines, regresa. Ya sabes que aquí está tu casa y aquí te quiero ver. Formas en las que ellos se despedían. Cuando regresa a la casa, las cosas empiezan a tornarse un poco raras. sus muchachos que lo recuerda perfectamente. De hecho, el más grande de todos fornido, que ya bastante musculoso, lo ve lánguido, lo ve acabado, lo ve como medio callado y los otros dos tienen miedo. No entiende qué está pasando.
Va a hablar con Elena y le dice, "Es que ya ves, hombre, que les da mucho miedo en la noche y yo no he querido que se duerman conmigo para que ellos no dejen de de mostrar como su valentía. No los quiero volver más débiles, pero por eso te he pedido que vengas, porque me cuentan muchas cosas. Pero no había parado todo eso. No te dejaron de contar porque les dijiste que ya no te contaran, pero no te diste cuenta que se cambiaban de habitación cada noche, no podían permanecer dos noches en el mismo lugar.
Y Samuel se asusta y es donde le viene un golpe de culpa muy fuerte. ¿Cómo pude haber sido tan tonto? Pues si yo les dije que ya no me hablaran de esto, estos muchachos son bien disciplinados, me hicieron caso y ahora ya no me enteré. Y resulta que el problema se hizo más grande, así es que va, reúne a los chicos, se los lleva de nuevo ahora a la ciudad para un paseo, ir a dar una vuelta, va y les compra algo. Y estando ahí en medio de un parque, les dice, "A ver, ahorita que
estamos afuera de la casa, explíquenme qué está pasando." Y aquí viene la sarta de cosas que estos pobres muchachos vieron. Hay un lugar en la caballeriza en la cual si tienes la peor suerte del mundo y por alguna situación que no te das cuenta, tuviste unambulismo y comenzaste a caminar por la casa y llegaste ahí cerca de las 3 de la mañana, te vas a topar con un hombre que está trabajando adentro de esa caballeriza y está con una pala haciendo como algún tipo de pozo. El hombre es muy alto, sumamente musculoso, no lleva camisa,
lleva unos tirantes y un pantalón, un jeans, un pantalón de mezclilla, pero no tiene la cabeza de un ser humano, tiene la cabeza de un toro y si te voltea a ver, va a seguir trabajando, pero es como si la mirada poco a poco comenzara a escarvar dentro de ti y si él, sin que te dieras cuenta, comenzara a tener un pedazo adentro de tu cabeza, adentro de tu ser. Es como si rompiera algún tipo de velo entre tú y él y ahora ambos fueran lo mismo. Es muy extraño de explicar, pero es que desde
ese día el mayor de ellos está cambiando. Él cuenta que simplemente estaba dormido y cuando abrió los ojos estaba ahí afuera de la casa frente a la caballeriza. Y este sujeto que estaba dándole la espalda, volteó y con unos ojos rojos, pero con una cabeza de un toro, simplemente siguió trabajando y los ojos eran algo como lleno de rabia, lleno de odio, y el muchacho no se podía mover por miedo, por una parte, pero la otra es que esto parecía un sueño y no lo lograba entender. Pero también después era que era imposible escuchar sus
pensamientos. Había un bufido, el bufido de un animal en su cabeza y no podía escuchar otra cosa. Pareciera un sueño, ¿no? El problema es que el bufido seguía y habían pasado un par de semanas. El bufido le impedía comer, le impedía dormir bien, le impedía siquiera bañarse porque era aún más fuerte que el agua que caía de la regadera. El muchacho se sentía muy alterado por eso. El del medio, el de en medio le dijo que él estaba soñando con las paredes que sangran, que esas paredes que sangran son porque ahí pasaron cosas, que hay
personas que están ocultas detrás de las paredes. Y entonces Samuel le dijo, "Pero, ¿de qué estás hablando? Yo ayudé a reconstruir la casa. Aquí no había personas. es que hay personas aquí detrás de las paredes y entonces es cuando va y contacta a las personas que le ayudaron en el trabajo de carpintería a modificar paredes, etcétera, y les pregunta qué fue lo que encontraron en la casa. Porque aquí detonó algo, que cuando Samuel estuvo trabajando en la casa no tuvo importancia, pero ahora tiene toda la importancia del mundo. Había muchísimo más bultos de cosas que
se llevaban que las que metían. Te lo voy a decir de una manera en la que me entiendas. Las personas llegaban con una carreta llena de algún tipo de material que iban a utilizar a modo de cemento y tenían que sacar de ahí seis, pero no hicieron pozos, no era tierra, era algo más. Y él en ese momento no le había prestado atención. Hasta ahora decía sacaron cosas de la casa sin decirme. Comenzó a contactarlos y resulta que sí. Detrás de las paredes había osamentas, pero no lo querían asustar, no querían perder el trabajo. Sabían
que cualquiera que llegara con Samuel con esa noticia iba a provocar que todos perdieran el trabajo. Así es que decidieron mejor guardarlo. Y mientras el patrono pregunte, oculten todo. Lo mezclaban con la tierra y se lo llevaban. La alta rotación que hubo en los momentos de traer los muebles ahora también tenía importancia. Así es que se puso a contactar a las personas, al capataz, al sujeto que llevó a la gente ahí. ¿Por qué había esa rotación? ¿Qué pasaba? Pues me hablan de un hombre toro, decía, me hablan de un sujeto que anda caminando allí en
las madrugadas con cabeza de toro. Pues, ¿quién crees esas estupideces? Son gente creyente. Por eso yo te dije que me trajeras a gente más capaz, gente que no creía nada. Y Samuel entiende que metió su familia en una trampa. En la habitación del pequeño, esa habitación donde hay voces, algo le llamó en el interior de Samuel y fue y se metió en esa habitación. Cerró la puerta. Y después de eso, durante 10 años, no volvió a pasar nada en la casa, nada. La familia creció. Los muchachos ya no son muchachos, los muchachos son adultos. 10
años es una cantidad de tiempo muy fuerte. Queda la gran incógnita de qué demonios fue lo que hizo Samuel. Samuel se metió en esa habitación, en la habitación de las voces. Él no es ni un brujo, ni un sacerdote, ni un creyente, ni nada. es un sujeto que es bueno comerciando, es bueno en los negocios, que se ha dado cuenta que tiene muchas capacidades, pero ¿qué demonios hizo para que dejaran de pasar cosas en la casa? Y lamentablemente 10 años después, cuando los muchachos ya son adultos, lo van a descubrir porque de la noche a
la mañana su papá enferma y nadie, ningún doctor, ni todo el dinero del mundo lo puede sacar de ahí. No saben qué tiene. Y cuando están buscando alternativas, Samuel tranquilo les dice, "Muchachos, dejen de estar buscando cosas. Todo tiene un ciclo y el mío está llegando a su final. Acéptenlo y ya." Su papá era un tipo tan luchador que no hacía sentido que se pusiera en esa actitud. En menos de 3 meses había bajado todos los kilos que tú quieras porque ya era un manojo de huesitos y piel que estaba postrado en una cama. Pobre
Elena, sufrió con él todo lo que podía sufrir una mujer porque ahí estaba con él. Nunca le mostró una lágrima, nunca se puso a mostrarle como que un poquito de menosprecio, solo era, "A ver, Samuel, anímate, no, no, no estés ahí, como que no quieres hacer nada. Pues si tú eres un hombre de muchas ganas, ¿qué vas a hacer?" Y Elena ahí estaba mostrándole la mejor cara por dentro. Estaba destrozada en 1 pedacitos, pero eran las cosas como se tenían que enfrentar. Había tres muchachos que ya eran adultos, pero aún así sus papás tenían que
seguir siendo ejemplo. Y Elena lo entendía y lo sabía muy bien. Y Samuel en su corazón estaba muy agradecido. Por eso le contó la verdad pocos días antes de que él falleciera. Resulta que cuando él comenzó a preguntarle a las personas acerca de las cosas que habían pasado en esa casa, destapó una coladera y una muy apestosa. La casa había sido un convento hace mucho, pero le perdieron huella muchos años. La casa no había estado vacía esos años. Durante ese tiempo fue una guarida de maleantes, sujetos que desaparecían personas de pequeños pueblitos alrededor y ahí
los enterraban. Después de eso, como los pequeños pueblitos donde Samuel y Elena se conocieron, crecieron más y eran mini ciudades, ese lugar estaba en las afueras y les gustaba para que personas que quisieran ocultar sus gustos se dieran ahí placer. Y fue un prostíbulo, un prostíbulo muy fuera de la ley, en el que se enterraron a muchas personas que ya no cumplían ciertos perfiles o podían provocar ciertos escándalos o reclamaban cosas que no les tocaba reclamar. El lugar estaba lleno de historias de personas que habían desvivido. Los muros habían sido cubiertos de sangre muchas veces
y pintados después de blanco de diferentes colores. Y ese aroma, ese aroma hierro, lo habían cambiado por perfumes deliciosos, por velas que tenían algún tipo también de aroma que lograba ocultar todo el edor de la propiedad. Todo ese mugrero se fue cultivando, se fue llenando durante décadas. Cuando Elena y Samuel llegaron al lugar, lo despertaron. Porque dicen las personas que estaban ahí, que creían en algo, que hicieron rezos, que pasaron alguna temporada, porque Samuel se dio la oportunidad de investigar bien. Dicen algunos que había una mujer que era la que se declaraba como la dueña
de la propiedad, una sombra oscura. de una mujer delgada, alta, con el rostro cadavérico, con las manos huesudas y utilizaba una ropa oscura victoriana. Y a esta mujer le gustaba andar caminando por ahí. Y si alguien estaba en su propiedad, las personas solo veían como en un parpadeo la tenían frente sus rostros. Parecía que no hacía nada, solo y simplemente con verla. Sabías que no eras bien recibido ahí y las personas optaban por irse. Probablemente las altas rotaciones tenían que ver también con eso. El punto es que decían que en el lugar en el que
la lograban ver y que permanecía en muchas ocasiones inmóvil era el cuarto de las voces. Así es que Samuel decidió que tenía que hablar con la dueña de la propiedad y le hizo un trato. Deja en paz a mi familia y llévame a mí. déjanos 10 años para que mis niños ya no sean niños y entonces haz lo que quieras. Samuel no vio a nadie, pero sí sintió una mano en el hombro que la apretó con muchas fuerzas y entendió que el trato estaba pactado. ¿Por qué no buscó otras alternativas? ¿Por qué mejor no se
fue a otra casa? Son cosas que van a quedar en la historia para siempre ahí una gran incógnita porque la familia no lo sabe. Elena después de la muerte de Samuel lo primero que hace es llevarse a todos de ahí. No quiere estar en ese maldito lugar, en el lugar de las pesadillas. No quiere saber ya nada más del lugar que destruyó a su familia. Ella sabe ahora por la historia de Samuel que esas cosas que vieron los muchachos son verdad y que tomó la vida de su esposo. Es muy extraño porque parecía que el
lugar le había tomado cierto cariño a algunos de los integrantes de esa familia, porque cuentan que cuando se estaban llevando las cosas, todas las paredes del lugar sangraron como si fueran lágrimas de sangre, como si los extrañaran, como si no quisieran que se fueran de ahí. Elena se fue, se quedó con la propiedad. Tenía suficiente dinero. Su esposo había hecho en vida una fortuna bastante grande. Vendió los negocios porque ella no los iba a atender. Sus hijos fueron haciendo sus vidas, pero las cosas no terminaron ahí. La familia tiene una herencia Tienen ahí una propiedad
que está embrujada, que cuando los muchachos fueron creciendo y ya pasaron 15 años, ay, ya recuerdan esas cosas como cosas de niños. Son cosas que pasaron o no pasaron, ¿no? Hombre, me las inventé. Es que ahí estábamos viviendo un momento difícil. Papá se enfermó porque en la mente el tiempo se revuelve y los acontecimientos, la secuencia que tuvieron a veces se distorsiona. Pero alguien que los vivió como Elena, que recuerda paso por paso cómo fue cada cosa, a ella no se le olvidan. Los niños llegan un momento en el que tienen sus propios niños, ya
tienen su familia. Elena es abuela y Elena tiene nietos ya hasta de 10 y 12 años. Y es entonces cuando uno de sus hijos viene con la ocurrencia, "Mamá, ¿por qué no reconstruimos la casa que tenemos? Pues está echando ahí tierra, es toda deshecha en medio de la nada. Vamos a hacerlo un lugar que sea como una quinta, como una hacienda, un pequeño hotelito donde las parejas, familias eh puedan pasar un ya sea un momento, un fin de semana y tendremos un negociazo. Y la mamá lo ve con unos ojos de incredulidad y Elena le
dice a su hijo, "¿Ya no te acuerdas, verdad? ¿Por qué nos fuimos de ahí, hijo? No te quiero recordar cosas que ni tú mismo quieres recordar, pero te lo voy a dejar claro. A ese lugar, mientras yo esté viva, no vuelve a entrar. nadie. Y si quieres mucho a tu familia, jamás los lleves para allá, ni siquiera cuando yo ya no esté. Y van a pasar años. Y van a pasar años porque los nietos ya tienen 20 años. Esas historias de la buena Elena, en paz descanse. Ay, qué cosas nos contaba. De repente tenía cada
historia de terror que nos contó de adolescentes. Nunca se acerquen a la casa de la abuela porque aunque es una quinta y les llame la atención, está Ay, los nietos cuando lo escuchaban les daba miedo en las historias, pero ahora de 20 años suena un lugar interesante. Suena un lugar al que pues son supersticiones del pasado. ¿Por qué no vamos? Los tíos no se acuerdan, dicen, "Sí, vivimos un tiempo ahí. Yo prefiero no ir para dejar a mamá descansar en paz." Ella como que se empecinó mucho que ni vendiéramos el lugar y que nunca entráramos.
Pero pues si quieres ir un fin de semana, ve nada más toma precauciones, toma precauciones porque ya no está tan en las afueras de la ciudad, ya crecieron mucho los pueblitos de ahí y pues quién sabe qué han estado haciendo en ese lugar. Así es que primero vas y revisas y después te quedas. Ya no son los millonarios que fueron Elena y Samuel, ya esas fortunas se perdieron. Ya son otras costumbres, ya son otros estilos, ya es otro tipo de unión. Y es cuando entonces van a la casa y es cuando los nietos de Elena,
entre ellos ahora primos, comienzan a platicar acerca de la leyenda del hombre toro. Oye, es que lo vi. Y el otro dice, "Ay, me vas a venir a cuantear, ¿quién te va a creer eso?" Y comienzan a platicar en estas generaciones acerca de un sujeto que está ahí en las madrugadas que parece que está siendo como un tipo de pozo. Hablan acerca de que en ese lugar se aparece la llorona, pero que la llorona no se viste de blanco, se viste de negro. hablan acerca de murmullos en las habitaciones. Murmullos que dan miedo, murmullos que
te ponen la piel chinita y que hay mucha imaginación en ese lugar porque probablemente tiene algún tipo de mo en las paredes porque de repente parece como si las paredes se doblaran un poco y como si empezaran a brotar de ahí un líquido rojo como un tipo de barniz. ¿Quién sabe? De seguro la propiedad está sucia o tiene algo, pero son cosas que se empiezan a decir los unos a los otros. Es ahí cuando pasan dos generaciones más, generaciones jóvenes que tuvieron chicos como a muy temprana edad. Y llega al día de hoy la chica
que me mandó la historia. Resulta que ella había escuchado tantas cosas de la casa de la tatarabuela. ¿Qué decidió? O de la tatara tatara tatar abuela. Ahí ustedes me dicen qué generación es, pero escuchó tantas, tantas, tantas cosas de esta casa que ella quería saber si para empezar existía y se dio la oportunidad de irse con un grupo de amigos a una ciudadcita que estaba ahí cerquita y buscó un viaje a quién sabe dónde que pasaba justo por esa carretera que era donde decían que estaba la casa y que se va llevando la sorpresa porque
el dichoso lugar que antes fue un comento que era una sienda chiquitita, Sí, estaba ahí y estaba solo y se veía muy deteriorado. Va y busca con sus tíos, tíos abuelos o con los abuelos a ver si verdaderamente existen las escrituras de propiedad, si son de la familia y se topa con que sí, si son de ellos, está sola la casa, nadie la utiliza y es cuando dice, "Tengo que ir a ver." Comienza a recopilar las historias y después dice, "Mejor ya no quiero ir sola." Porque se da cuenta que las historias están s sras
que se han pasado de generación en generación ciertos datos de que alguien sí vio al hombre toro, que alguien se topó a la llorona, que se escuchan voces en la casa, que la casa está bien embrujada, así. y ella dice que con cuatro o cinco amigos sí se anima a ir para allá, les va a vender una idea, una idea que es una genialidad, a nadie se le ha ocurrido. Y si remodelamos esta casa y la convertimos en algún tipo de hotelito, un lugar donde las parejas o las familias puedan pasar ahí tal vez un
ratito o un fin de semana, pudiera ser un muy buen negocio. Es una idea de un emprendedor, algo que nadie había pensado en la familia. Pero aquí, a diferencia de los anteriores miembros de esta familia, nadie se la detuvo. Ya había pasado mucho tiempo desde las vivencias directas, leyendas, cuento sobre cuento. La importancia se perdió. Esta chica fue con dos amigos y pasaron ahí solo una noche de supuestas tres que tenían que pasar. No se acuerda absolutamente de nada porque dice que la tuvieron que sacar de ahí en ambulancia. Los amigos le dicen que lo
que vivió fue muy escabroso porque la chica entró como que en un modo automático en el que desde que pisó la propiedad empezó a describirles cada una de las habitaciones qué era lo que se hacía ahí y les describía muchas personas que se hicieron, digamos, autodesvivición y otros que los llevaron a las puertas del otro mundo sin que ellos quisieran. comenzó a contar acerca de secretos que ocultaban las paredes, acerca de fantasmas que se escondían y moraban allí y andaban en la noche y sus amigos creían que era un performance, que ella les estaba vendiendo
la idea. Lo que nos dijiste de que pasen aquí el fin de semana no es para un lecho de amor, es que pasen en algún tipo de escape room, en algún tipo de casa embrujada. Esta es una genialidad. Y ella lo cuenta, narra las cosas como con una naturalidad, con una credibilidad tal como si ella hubiera estado ahí, que ellos solo la siguen y van viendo esta guía que no está consciente de lo que está haciendo y ellos no se han dado cuenta. Como ellos habían llegado a las 8 de la noche, no se dieron
cuenta que en un santiamén eran las 3 de la mañana y por eso para ellos fue el momento culmen cuando vieron que un sujeto, un actor increíblemente bueno, estaba haciendo un pozo en un techo ahí de madera que estaba rumbado en una parte del patio y estaba haciendo un pozo, pero llevaba una botarga, un tipo de máscara de toro que era tan increíble. blemente precisa y buena, que ellos no dejaban de estar fascinados y solo vieron como su acompañante les dijo, "Aquí está mi dueño." Se acercó con él, lo abrazó al sujeto con la cabeza
de toro y comenzó a reírse ella, pero con varias voces distorsionadas, lo cual hicieron que ellos dos voltearan a verse y al regresar la mirada con ella, el toro ya no estaba y empezaron a entender que ahí estaba pasando algo raro. La chica se desmaya, entra en un estado muy extraño que parece algo similar a la epilepsia, está ventando espuma, está convulsionando en el piso, entonces llaman de alguna manera o logran contactar con una ambulancia y la tienen que sacar de ahí. Ella no recuerda nada. Pero después de eso hay algo bien fuerte que está
viviendo y es que veas que hace mucho tiempo que ya no están entre nosotros. Pero hay un detalle, un detalle. Ella creía que desde ahí, que esto pasó hace ya un par de años, desarrolló un don, el don de tener contacto con los muertos, de tener contacto con la gente que va al más allá, con las personas que cruzaron el velo. Pero hubo una persona en una iglesia que haciendo una oración solo se le acercó y le dijo, "No uses eso porque no te dieron un don, te dieron algo que es una trampa." Esta chica
jamás le había hablado de eso a nadie. Era algo muy pronto y era algo que estaba pasando como de manera esporádica. Cuando le dijeron eso directamente, la dejó impactada, pero también estaba en un ambiente muy religioso. Son ideas, ¿no? Hasta hace lamentablemente un año. Hace un año. Lo que te voy a contar fue el suceso que hace que me mande la historia. La casa de la tatarabuela. Pasó al segundo término, una historia, una leyenda, cosas que se seguirán contando, cosas que dicen mis amigos, yo no creo que haya sido así. Tal vez, tal vez sí
desarrollé algún tipo de epilepsia, lamentablemente, y por eso ahora veo esto. Mil explicaciones va a tener ella en su cabeza desde que fue ese lugar. Lo que sí es que ve estas cosas y sabe ya por varias cosas que ha revisado que no se está imaginando. Está viendo personas que sí existieron y ella no conoció en vida. Una noticia horrible, una noticia difícil. Su hermana está hospitalizada, está muy grave. Tenía una enfermedad de la cual no se habían dado cuenta y ahora que revisaron como unos síntomas porque se sentía un poco mal, resulta que no
era nada benigno, era algo que estaba ya en una etapa final. Creo que ya saben de qué estoy hablando y pues lamentablemente lo que le dijeron los doctores son, "No te damos ni siquiera el mes. No, no creemos que vayas a lograr un mes." La hermana estando hospitalizada pide a su esposo que por favor llame a toda la familia. Quiere aunque sea tener la oportunidad de despedirse de todos sus seres queridos. Cuando esta chica se entera de eso, va directamente por allá, pero no puede entrar al hospital. Hay entidades oscuras, hay sombras negras, hay cosas
que están rondando por ahí que desde que llega le vuelven imposible dar un paso adentro porque va a tener algún tipo de ataque de histeria, de pánico, de ansiedad. Y es donde se dice, vamos a ponerle un nombre a esta suscriptora, Ingrid dice, Ingrid, te estás vendiendo ideas, por favor, por favor, tranquilízate. Y decide que al día siguiente va a ser el día que vaya al hospital, que ahorita la noticia le impactó, llegar a este lugar le impactó, necesita entrar en sus cinco sentidos y le pide a su cuñado que por favor le dé oportunidad
de dormir en su casa. No traía tantos recursos económicos. Esas historias de Lenny y Samuel ya quedaron muy en el pasado, muy muy en el pasado. Y aquí ciertos emprendimientos de Ingrid no la han dejado tan bien parada. Así es que el cuñado sabiendo su situación le dice que claro que sí, que por favor se quede allí en la noche, que de hecho es muy probable que la mamá de Ingrid y Susana, su hermana va también quedarse ahí esa noche. Todavía no sabe porque está yendo todavía con familiares que están en la ciudad para avisarles
acerca lo de su niña. Y bueno, esa noche Ingrid en la casa de su cuñado está dormida en la habitación con su mamá cuando escucha que alguien comienza a hablarle desde la sala. Y es muy raro porque ella está 100% segura que es la voz de su hermana. Así es que se levanta, abre la puerta de la habitación, escucha a su mamá que le habla, pero Ingrid, ¿está segura que mamá estaba acostada en la cama? Pero aquí le acaba de escuchar que está allá en el baño, allá en el baño y en el baño principal
al que está bien lejos del cuarto. Y entonces escucha a su mamá, pero no le presta tanta atención, solo la escucha a lo lejos. va caminando a la sala y ve que en un mueble que originalmente estaba pegado en una esquina, un tipo de sofá para una persona ahora está en el centro de esa habitación y justo al centro está sentada una sombra negra bastante alargada con un vestido negro. Y cuando Ingrid ve esta sombra y comienza a ver los detalles y posa su vista en la zona que debería de ser su rostro, ve como
se descubren unos dientes blancos, blancos, blancos y es lo último que recuerda. Cuando recobra la conciencia, ella está tirada en esa sala. Su mamá y el esposo de su hermana están al lado de ella y solo están ahí diciéndole, "Qué bueno que estás bien, pero nota algo en su mirada y en su forma de estar. Están tristes, pero tristes de una forma terrible, terrible. Es como si algo les hubiera quitado el alma, el espíritu, la esperanza. Y es entonces cuando Ingrid les dice, "¿Qué les pasa?" "No entiendo qué pasa." "Nada, nada, hija." Y el otro
dice, "Nada, cuñada, ¿estás bien?" Sí, nos da gusto, pero se nota que no es verdad. Una hora después reciben una llamada. La hermana de Ingred acaba de fallecer. Los siguientes días es una boráine de situaciones muy duras. Ella no puede creerlo. No pudo despedirse su mamá tampoco, el esposo de su hermana tampoco. Y es cuando ella se va a enterar lo que pasó esa noche. Dice la mamá de Ingrid que ella vio cómo empezó a hablar dormida, se puso de pie en la cama y empezó a hablar, pero con la voz de una niña. Y
su mamá le decía, "Ingrid, hija, ¿estás bien? ¿Qué haces?" vio que se puso de pie, caminó a la sala, se fue caminando al centro de la sala, porque el centro es la sala en un lugar despejado. Y estando ahí, volteó hacia el pasillo y empezó a hablar con una voz que sonara rara, como si tuviera mucho peso, como si fuera una voz que viniera desde lo alto y golpeara e hiciera que la casa sebrara. Y cada vez que decía algo, los virus crujían un poco, el suelo crujió un poco, algo horrible. La voz era de
la hermana, exactamente la voz de la hermana, pero las cosas que decía eran cosas terribles. Y le empezó a decir a su mamá en qué momento iba a morir, de qué momento iba a morir. Le dijo que no guardara ninguna esperanza, que ella era dueña también de esta chica que estaba en el hospital y no le iba a dejar que viera el sol de este día. Entonces empezó a hablarle a gritos al que era el esposo de su hermana y el esposo sale de la habitación asustadísimo porque escucha que la casa está tronando como si
hubiera algún tipo de terremoto como ataque o algo así y cuando sale lo único que ve es a su cuñada con las manos abiertas se empieza a reír y él reconoce la risa de la risa de su esposa, pero suena terrible, suena oscura, suena malvada, una forma en la que su esposa nunca se ha reído, pero la voz es la misma y entonces le empieza a hablar de manera directa y le dice, "Te hubieras despedido de mí cuando pudiste. Siempre te quise, pero siempre te quise muerto." Y fue lo último que escuchó con la voz
de su esposa. Los destrozó. Cuando ellos terminaron esa situación, querían marcar al hospital, no les daba línea. Y es entonces cuando ven que la pobre muchacha golpea el piso, comienza ataques epilépticos, tienen que atenderla y reciben la llamada del hospital. Es entonces cuando Ingrid entendió las palabras que le dijeron en la iglesia, "Lo que te dieron no es un don, no lo [Música] uses. Si te dan miedo las muñecas, te vas a aterrar con esta historia." Melissa me mandó una historia que me dejó los pelos de punta. Esto le pasó cuando era niña y como
a muchos nos han ocurrido cosas en el pasado, llegan un momento que los años que vas viviendo haciendo que la memoria le vaya dando espacio a cosas nuevas y cosas pasadas y aparte medias traumáticas. Mira, mejor las enterramos en el olvido. Mie me cuenta que ella no sabía por qué desde que era muy pequeña tenía cierta atracción por temas paranormales. El tema de duendes era su temática. No sabía por qué. Si le preguntaban, "Oye, pero ¿por qué te gusta tanto ese tema de duendes? ¿Por qué te gustan las historias de fantasmas y de terror?" No
sé, no sé, pero me atraen, me gustan. Y también conforme fue creciendo se dio cuenta que ya le sabía. Si daban algún dato relacionado con los duendes, ella decía, "Ese es verdad, no, esa es mentira." Como si hubiera captado tanta información con el paso del tiempo que ella estuviera llevando su propio registro de lo que es y lo que no es, pero no sabía por qué lo hacía. no tenía la menor idea. Y fueron pasando los años y llegamos ahora cuando Mely tiene 27 años, ya no es una niña y Mely a esta edad comienza
a escuchar Hablemos de lo que no existe. Por lo cual, Melyi, te mando un super abrazote, gracias por ser parte de la familia nocturna. Pero al escucharnos puso mucha atención en una frase que se las he dicho en varias ocasiones. Si tú preguntas a tu mamá, tu papá, tus hermanos o a personas con las que has vivido un tiempo considerable, si tienen alguna historia paranormal, extraordinaria o que no se puede explicar, te vas a dar cuenta de repente que hay historias que ocurrieron a tu alrededor y simplemente tú no te diste cuenta o las entendías
distinto. Este es el caso de ella. Ella 27 años después de que le ama el tema del terror, que le gusta el tema de los duendes, que nunca he podido explicar por qué, va y le pregunta a mamá y a papá y su mamá le dice, "Pues hay una historia que tiene que ver contigo, pero yo no me la sé bien. Se la sabe tu tía porque te pasaba en su casa." Y Merisa y dice, "Con mi tía." Ella solo tiene una tía del lado de su mamá, entonces saben perfectamente a quién se refiere. Dice,
"Pero a mí, mi tía su casa, ay, a mí ni me gusta ese lugar." Ajá. No te gusta ese lugar porque te pasaron cosas ahí, pero ya no te acuerdas. Si quieres una historia de terror que tal vez sí te da miedo porque te pasó a ti, ve y pregúntale a tu tía. Pues Mely va y le marca a la tía, quedan de echarse un cafecito y la tía le dice, "¿Cómo que ya no te acuerdas, mija, si no podías estar aquí en esta casa?" y le dice, "Si ti casa nunca me ha gustado." No,
no, no, porque digas que no te guste. Es verdad. A ti esta casa te encantaba, después ya no te gustó. Déjame te cuento cómo estuvo la cosa. La tía le empieza a contar esto. Ella le dice que cuando My tenía apenas cerca de 5 años, su tía estaba pero embelezada con su sobrinita. La tía el día de hoy está casada, pero no tiene niños. nunca pudieron tener y ella siempre anheló una niña. Por eso cuando tuvieron a Mely se transformó en su consentida al instante. Ahí no hubo ningún tipo de censo o no había nada
que preguntar, era la consentida y lo que quería la princesa, la tía se lo daba y resulta que a la princesa le gustaban las muñecas. Así es que la tía de sorpresa, cada vez que tenía oportunidad, Ivey compraba muñecas, pero no se las daba a Mely en una habitación que ella originalmente deseaba que iba a ser la habitación para sus niños, que no se podían tener conforme avanzaban los años, le empezó a llenar de las muñecas. tú pudieras decir algo muy creepy, pero la realidad es que lo que ella quería es que cuando Mely se
fuera a quedar a dormir a su casa estuviera en la habitación de ensueño. Era un deseo muy bonito. Y entonces ocurrió que después de unos mesecitos que esta tía comenzó a hacer esa compra de muñecas, ya tenía una colección muy considerable de unas 15 o 20 muñecas. Esas 15 o 20 muñecas que eran de diferentes tipos, colores, vestimentas, estilos. Un día Mely descubre y queda fascinada y ama la casa de su tía. No quiere salir de ahí. ¿Cuándo se va a quedar Medly ahí? No, ¿cuándo vas a sacar a Mely de ahí? Es la pregunta,
porque Mely quiere estar todo el día. Y es lo que la tía se acuerda, pero así con un gusto enorme, porque para ella era como tener a su niña. La mamá de Mely era una profesional que estaba dedicada también a la medicina y entonces por situaciones, no sé si de trabajo o de estudios, ella estaba como tan feliz que su hermana le hubiera dado ese detalle a su niña porque le permitía tener espacios de tiempo. Así es que ella se dedicó más al área profesional y digamos que se la dio en adopción durante una temporada.
Ella esperaba que la temporada fuera mínimo 6 meses, no porque no quisiera su niña, sino porque la situación profesional le estaba exigiendo mucho y era una forma de equilibrar las cosas. Y Mely, Mely estaba encantada de ya no volver a pisar su casa. Ella ya tenía un nuevo hogar en el que tenía todas sus muñecas y era la casa de las muñecas y la casa de las muñecas para allá y la casa de las muñecas para acá hasta que empezaron a pasar cosas muy raras. No se cumplieron seis meses, se cumplieron dos. Y al final
del segundo mes, Mely odiaba la casa de su tía como ninguna otra casa y nunca la quería volver a pisar. Pero era tanto, tanto, tanto, tanto, tanto, tanto lo que le odiaba, inclusive se pudiera decir que le tenía miedo. Ahí te va lo que ocurrió. Y esa es la historia que cuenta la tía. En esa casa de las muñecas, Mely tenía ya un par de semanas y había platicado hermana con hermana acerca de la niña. Habían dicho las cosas de forma muy clara y digamos que la tía de Myel estaba consciente que iba a estar
una temporada larga esta niña all en su casa. La niña estaba encantada, fascinada y ella ella sentía que su maternidad estaba al fin por primera vez como satisfaciendo esa esa área que ella no la había podido satisfacer. Todo parecía perfecto, todo parecía feliz. Hasta que de repente Mely empezó a pedirle como que su espacio. Se le hizo raro para una niña tan chiquita. No se lo pedía con la voz, no le decía, "Tía, quiero mi espacio." Simplemente cerraba la puerta después de que entraba en la habitación de las muñecas y se ponía a platicar. Las
primeras ocasiones que esto ocurre, la tía entiende que es una niña con juegos y que está platicando con las muñecas. Tú te sientas aquí, tú te sientas acá, ay, ¿por qué te gusta ese té? A mí no me gusta ese té. Y está la niña haciendo sus vocecitas. Entonces ella está encantada fuera escuchando hasta que de repente dice, "Oye, esta niña tiene mucho talento para las voces porque escucha una voz que suena tan diferente a la de ella, que es una voz que no distingue bien si es un niño o es una niña, pero es
muy pilluda y muy aguda. Y cuando Mie habla con una muñeca y con otra muñeca, pero está muy metida en su rol, cambia las voces rapidísimo y de repente está con la monita así chiquita, la de azul. A ver, Celestina, ¿por qué no te gusta eso? Ya, Melisa, deja de decirme eso. Y tú, Rosita, ¿por qué de eso? Es que tú eres la favorita de Celestina y la tratas mejor a ella que a mí. Y empieza a hacer esas vocecitas, pero después está una voz bien pilluda, agresiva, que empieza a decir que deje de jugar
con las otras que nada más la quiere para ella. Le llama la atención a la tía. También entiende que es una niña que está jugando y tiene que darle su espacio, así es que no abre la puerta. grave error porque los días van avanzando y en esos días que va avanzando nota que Mely no quiere pasar ya tanto tiempo con ella. Ella por diferentes circunstancias decide que no hay tanto problema. Le dice, "Si necesitas cualquier cosa, mi hijita, por favor háblame." Y le da espacio en su casa. Aprovecha para hacer cosas de la casa, tal
vez aseo, tal vez remodelaciones, cositas así. El punto es que Mely poco a poco empieza a tener experiencias extrañas. Lo que te voy a decir son las cosas que le fue contando a la niña. Tía, no me gusta la niña de mi habitación me quita las muñecas. La tía cree que es parte del juego porque había una muñeca más grande de las demás que tenía un asiento propio y ahí era donde la ponían como un tipo de mecedora. Era una muñeca pero bastante bastante grande, ¿no? Era una muñeca que tenga el tamaño de un niño
un poquito más chiquito, pero bastante más grande que las demás, que las pueden llevar los niños en brazos. Entonces ella cuando le decía de la niña de mi habitación, creía que se refería a ella y le decía, "Es que la niña de mi habitación me quita las muñecas y es bien mala." Y le decía, "Pe y pregúntale que si quieres ser tu amiga. Es que no, yo no quiero que ella sea mi amiga, se ve que es mala." y le dice, "Melly, tienes que ser una buena niña." Así es que ve y platica con ella
porque tal vez lo que ella quiere es ser amiga tuya, pero no sabe cómo decirte. Van pasando los días y Melis está más tranquila y le dice, "Tía, tenía razón, la niña sí quiere ser mi amiga. Dice que me quiere conocer." Y a partir de ahí está muy chistoso lo que ve la tía, porque la tía ve que Mely se mete al cuarto, ve que cierra la puerta y comienza a escuchar unas conversaciones larguísimas donde Melissa está diciendo puras cosas acerca de ella. A mí no me gusta el chocolate, me gustan mucho los dulces. El
caldito de pollo me gusta, pero no me gusta el pollito. Ay, mi tía le pone limón a todo, pero a mí no me gustan las cosas con limón. y empieza a decir como puras cosas bien triviales. El rojo sí me gusta, el azul no me gusta, ese vestido me pica en las piernas, esta blusita me gusta mucho, esas caricaturas no son divertidas. Y comienza a hablar y decir demasiadas cosas de ellas como si alguien más hablara. Hasta que la tía comienza a escuchar que hay una voz que le responde, que está hablando en murmullos y
era esa voz pilluda de antes, pero ahora suena más apelmazada. suena como menos pilluda, menos molesta, menos agresiva y le está diciendo cosas como, "¿Y cómo te gusta que te llamen? ¿Y cuánto tiempo vas a estar aquí? ¿Y qué pasaría si tú te vas y yo me quedo?" Y cuando escucha eso, la tía se pone como que un poquito rara de que, "A ver, ¿qué fue eso?" intenta abrir la puerta y no puede. Le toca a Mely dice, "Es que no me deja salir." Dice que tenemos que platicar. Y escuchen lo bajito la vocecita que
le está hablando a Mely, pero no logre entender qué. Llega un momento en el que la tía dice, "Si hay una persona aquí, pero cuando Melisa logra abrir la puerta, la habitación solo tiene muñecas y ya." Y le dice, "A ver, enséñame quién es la niña." La niña que me decías. No, ella me dice que no no quiere que las veas. Por eso, pero ¿cuál de las muñecas es? No es ninguna muñeca, tía. Es la niña que vive aquí, pero es mi amiga. Pero se está poniendo media rara. La tía comienza a tener mucho miedo
antes que Melissa porque ya van varias ocasiones en la noche cuando está dormida, que escucha Melisa hablarle al oído y ella se despierta porque no termina de escuchar qué fue lo que le dice, pero se da cuenta que su habitación tiene la puerta abierta. Así es que la niña obviamente se despertó, vino caminando y le dijo algo y no le escuchó. Así es que la tía se levanta en la noche, va al cuarto de Melissa y cuando entra en la habitación de Melissa, Melissa está totalmente dormida y cuando le pregunta en la mañana dice, "No
tía, yo no me levanté, yo no fui a molestarte." ¿Hay alguien más en la casa o no hay alguien más en la casa? Esa es la gran interrogante. Comienza a hablar con su esposo acerca de estas cosas raras, no lo había querido incomodar. Son juegos de niños. le empieza a decir acerca de esa voz de la niña y él dice, "Sí, a mí ya me ha pasado que cuando voy al baño viene, me toca la puerta y me empieza a hablar y me empieza a decir cosas, pero yo no le termino de entender y a
ve el oído." Dice, "Pero pero sí está actuando rara la niña. Qué bueno que te das cuenta. Hay que hay que ver qué hacemos." El problema es que en las ocasiones que él ha estado en el baño, ella nota mucho, digamos, la tía de Melissa nota mucho cuando él está, "¿Por qué este sujeto canta? Entonces lo nota perfectamente en qué zona de la casa está y qué es lo que está haciendo. El problema es que ella ha estado con Melissa cuando él está cantando en el baño. Le comienza a preguntar otros momentos y no, resulta
que no han sido otros momentos. Han sido los momentos en los que ella está con la niña, él está en el baño y él ha escuchado a alguien que va, le toca la puerta y cree que es Melisa. Entonces, esto llega a un punto en el que la tía tiene los pelos de punta, está media paranoica, el tío le dice que también hay que abrir mucho los ojos, que la niña está actuando extraña. Y Melisa simplemente un día dice que ya que ya no quiere estar ahí. Le va a contar un día o dos después
de que se vaya de esa casa porque la casa le da miedo. Que esa cosa a esa niña era media rara. tenía todos los cabellos enredados, la cara oscura, oscura, oscura, oscura, como si lo hubieran quemado con algo, pero le dijo que ella le gustaba mucho su carita y un día llegó con una máscara y se parecía mucho a Melissa. Se veía un poquito diferente, pero se parecía bastante y después le dijo, "A ver si te gusta mi voz." Y empezó a hablar como ella. Y desde ahí Melisa dijo, "Yo ya no quiero estar aquí.
Esa niña me da miedo. Naomi y Javier tuvieron una experiencia tan aterradora que no tienen ni la menor idea de qué fue lo que pasó, pero jamás quieren volver a vivir algo así. Lo peor del caso es que no saben por qué vivieron eso. Ellos estaban a punto de hacer una celebración. Esta celebración era algún tipo de aniversario que tenían como pareja. No sé si es matrimonio, novios o alguna situación de este tipo. Y se decidieron en que se iban a dar un regalazazasazazo. Rentaron una quinta solo para ellos dos. Querían estar solos totalmente, tener
todo el fin de semana para ellos y pasarla increíble. El costo de la quinta no era nada barato, pero habían ahorrado justamente para eso y lo querían. Había un pequeño tema y es que ellos la rentaron para pasar la noche del viernes para el sábado, la noche del sábado para el domingo y el domingo le habían dicho al dueño de la quinta que ellos pretendían quedarse hasta cerca de las 5 o 6 de la tarde, pero tenía una restricción el dueño y fue muy claro. Okay, yo te doy permiso hasta las 5 o 6 de
la tarde, pero si te vas a quedar tantito más, me tienes que avisar y me tienes que pagar un extra y si no te vas. Y ellos le dijeron, "Oye, ya te estoy pagando dos días y me quedo un ratito más." No, no, no, no. Entiéndeme. Si te vas a quedar más allá de las 5 o 6 de la tarde, necesitas pagar un extra. Es importantísimo que pagues un extra. Y ellos simplemente entendieron como que una negociación muy rara y le dijo, "Ya, ya no te preocupes, es más, me voy a ir entre cuatro y
cinco para que me dejes en paz." Javier fue el que estaba a cargo de la negociación y mientras le decía eso al tipo, al dueño de esta quinta, estaba pensando, "No, hombre, yo me voy a quedar ahí hasta prácticamente hasta que me corras. Me voy a quedar ahí, te voy a esperar hasta que llegues y ya cuando llegues, mira, subo mis cosas y me voy." Pues, ¿qué tanto es tanto? Y si ya estando ahí, me pides más dinero, ¿no? Vamos a llegar a algún arreglo o ya me vas a querer correr y se acabó. Pero
al final, Javier era como que aquí mis chicharrones tra aquí las decisiones que tomo son las que se van a hacer, ¿no? Naomi ni estaba enterada de esta situación. Ella simplemente iba a pasar un fin de semana espectacular y listo. Viernes, sorpresa y detalle romántico y bonito tras detalle romántico y bonito. los dos, un par de enamorados de tortolitos que se habían hecho un montón de detallitos desde Javier preparar una cena que le quedó exquisita, que parecía de alta cocina internacional y Naomi haber llevado ahí unos pequeños detallitos, unos bocadillos que Javier tenía un par
de años sin probar que ella le había hecho cuando habían sido novios hace muy buen tiempo. cositas, detallitos de esas cositas que solo son para los románticos y enamorados, que hicieron un video de los mejores momentos, pasaron una noche haciendo un juego de mesa con el ¿te acuerdas de? Y empezaban a contar puros momentos ridículos que pasaron como pareja, situaciones que en el pasado fueron difíciles y que ahora te acuerdas hasta riéndote, cosas así. Noche de viernes, noche de sábado, todo es perfecto, el fin de semana perfecto, no faltaba una sola cosa, todo salió exactamente
como lo habían planeado domingo. ¿No están cansados? De hecho, surgió la pregunta, ¿no? Nomi, diciéndole a Javier, imagínate, imagínate que pudiéramos vivir aquí, que este fuera nuestra casa. Y entonces Javier suelta una carcajada y dice, "No, pues así deberíamos de estar ganando para estar viviendo aquí. Está tremendamente grande lugar. tiene alberca, ¿te has imaginado el mantenimiento? Y ella se ríe y dice, "Oye, ya lo romántico ya se te acabó." No, deja de pensar en esas cosas, nada más imaginémos lo bonito. Y bueno, suelta una carcajada Javier, le está sacando ahí la conversación a Naomi. Va
avanzando el día hasta que llegue el momento de la duda de Naomi. "Oye, ¿a qué horas nos vamos a ir? Cuando nos corran. Vamos a quedarnos hasta que nos digan que ya nos tenemos que ir. ¿Cuándo nos vamos a poder dar otra vez el lujo de estar aquí?" Y ella le dice, "Oye, no, Javier, no, no seas así. ¿A qué horas nos dijeron que nos fuéramos? No, no, tú olvídate de eso, que no te importe hasta que llegue el dueño, nos corra. ¿Por qué estás en esa actitud? ¿Tú no eres así? Dice, "No, pero es
que no creo poderte dar este regalo otra vez en muy poco tiempo. Disfrutemos." Y yo tengo la esperanza de que tal vez ni llega hoy y nos quedamos una noche extra. Y entonces ella ya le brillaron tantito los ojitos, fue como que ya te entendí la idea y le dijo, "Bueno, pero déjame hacer algo antes." Y se pone a recoger las cosas Naomic, pero como si fuera un bólido como alma que lleva el Y entonces Javier le dice, "¿Qué estás haciendo?" Estoy dejando lo indispensable, pero todo lo demás que ya esté arriba del carro, porque
se lleve el dueño, qué vergüenza que nos ve aquí. que parezca que estamos aquí a nuestras anchas como si no nos importara, que parezca más que nos retrasamos. Y entonces él se ríe y dice, "Oye, saliste más calculadora que yo." Y dice, "Si las cosas las vamos a hacer mal, hay que hacerlas mal, pero completas." Y ya se están riendo los dos. Recogen el lugar completo, no falta nada. Tienen nada más las cosas indispensables. Están un poquito cansados y son las 7:30 de la tarde. Se supone que a las 6 se tenían que ir ellos.
están juntitos como pareja adentro de la casa porque este lugar, como te digo, una quinta más o menos para que te des una idea, una alberca de un lado, una zona tipo jardín, una entrada grande en la que pueden caber hasta 20 vehículos formados uno al lado del otro, un lugar bastante grande y al centro un complejo habitacional de un solo piso, pero de ocho habitaciones, con una zona de sala comedor que está bastante grande para más o menos 20 personas. Entonces, bueno, ya te puedes imaginar, ellos están dentro de esta parte de la casa
con la puerta cerrada. Cuando escuchan que alguien les toca la puerta, se ponen helados al instante. No sé si te ha pasado que te acostumbras tanto a los sonidos de un lugar y te acostumbras tanto a hacer las cosas de cierta manera que cuando algo aunque sea pequeñito, desentona por completo, se nota y apesta. Este era el caso. ¿Por qué les tocaron la puerta? Hay un portón y detrás de ese portón hay una barda perimetral. Están cerradas, tienen candados por dentro. Ellos están esperando al dueño que toque un timbre desde fuera, no que les toquen
la puerta de ahí. Se queda helado. Helado. Javier, ¿qué carajos es eso? Va caminando hacia la puerta, se para al lado de la puerta donde hay un ventanal, mueve la cortina, intenta asomarse, no ve nada ahí porque logra ver apenas un pedacito de la puerta y le vuelven a tocar. tiene mucho miedo. Le dice a Naomi, "Oye, por favor, ve por mi celular, márcale este sujeto, márcale este tipo y entonces dile que si él está aquí en la casa, le marca el señor este, no le contesta, le vuelve a marcar, no le contesta y solo
le regresa un mensaje. Si siguen en la casa, ya no salgan, están en peligro. Toda la noche comienzan a ocurrir cosas muy extrañas porque a partir de ahí ya no hay señal de celular. Es como si hubieran puesto algún tipo de bloqueador de antena. Afuera de la casa se empiezan a escuchar pasos, pero no de una persona, de dos personas o de tres, de una multitud. Imagínate los pasos de un ciento de personas que van casi marchando y que van caminando desde la zona donde se estacionan los vehículos, pasando al lado de la alberca y
después rondando tu casa. Cuando se llegan a asomar en medio de todo ese miedo que están sintiendo hacia afuera, lo único que ven son un montón de velos blancos y velos negros, como si estuvieran en un lugar en el que algún tipo de secta extraña hace sus rituales y ellos no sabían. Comienzan a ver de repente por reflejos del vidrio que alguien encendió una hoguera afuera de este lugar y empiezan a escuchar a una mujer que está gritando. En algún momento Naomi le dice, "Vamos a salirnos, nos vamos al carro y arrancamos." Y Javier le
dice, "Los portones están cerrados. ¿Por dónde se metieron? Están en medio de una borágina de cosas. personas coreando, cantando, otras personas gritando, los vidrios de la sala y el comedor en momentos empiezan a sonar como si un montón de personas lesieran golpeando para que les abrieran. La puerta empieza a crujir como si estuviera a punto de ceder ante las manos de más de 100 personas. Ellos no entienden qué está pasando. Los celulares no tienen señal. Y lo peor, después pasando las 2 de la noche, la luz se fue y están en absoluta oscuridad. Javier y
Naomi desde hace rato los dos cada vez que tienen oportunidad soyan, porque sienten que esa va a ser la última noche de sus vidas. Sienten que en cualquier momento alguien va a entrar, este grupo de personas se los va a llevar, algo malo les va a pasar. Hasta que la luz del sol entra por una ventana y ellos se dan cuenta que desde hace rato todo está en absoluto silencio. Mueren de miedo por asomarse. No vieron rostros, no vieron caras. Era como si siempre les dieran la espalda. No hacía nada de sentido. Pero ahora cuando
se asoman todo está en perfecta calma. Nada se movió afuera del lugar. Nada estaba en un lugar distinto que como ellos lo habían dejado el día anterior antes de que estuvieran adentro de la casa. Los celulares ya tienen otra vez señal y entonces reciben un mensaje de este tipo. Les dije que pagaran. No quisieron averiguar nada, no quisieron saber nada, no entendieron que era lo que ocurría. Pero algo tienen clarísimo. Esos que estaban ahí no eran personas. ¿Qué crees que eran esas cosas que se le aparecieron a Javier y Naomi? Y con esta historia, querida
familia nocturna, hemos llegado al final de esta oscura fogata de historias. Y ahora que hemos llegado al final, me interesa saber dos cosas. La primera, ¿sobreviviste de una? Si es así, házmelo saber en los comentarios para darte la bienvenida a la familia. Solo que antes, suscríbete y dale a la campanita para que seas parte de la familia nocturna. Y la segunda cosa que me interesa saber de las historias del día de hoy, ¿cuál fue la que más te gustó y por qué? Y una vez dicho esto, nos vemos el próximo jueves, pero de aquí al
jueves te deseo algo, algo importante. Te deseo que tengas dulces pesadillas. Bye bye. [Música]