Y si te dijera que el momento que has estado esperando, el avance, la transformación, la victoria, por fin está aquí. Sí, aquí. No te has tropezado con este vídeo por accidente.
La energía que has estado emitiendo, el trabajo que has estado haciendo, los sueños a los que te has estado aferrando te han traído aquí y ahora. Este es el mensaje que tu yo del futuro ha estado esperando que escucharas. Hoy vamos a desbloquear el poder que hay dentro de ti, romper las barreras que te han estado frenando y mostrarte exactamente por qué este momento es tu punto de inflexión.
Pero antes de entrar en materia, tómate un segundo para darle "me gusta" a este vídeo, pulsa el botón de suscripción y comparte esto con alguien que necesite saber que ha llegado su momento de brillar. Y en los comentarios de abajo, quiero que lo declares: "Suelta, mi momento de brillar es ahora", para que el universo sepa que estás preparado para dar un paso hacia tu poder. Porque esto no es solo un vídeo, es tu señal.
Este es tu momento y al final de esto entenderás por qué ya has ganado. Empecemos. ¿Qué haces cuando la vida parece implacable, cuando la lucha parece interminable y el dolor parece inútil?
¿Qué ocurre cuando parece que por mucho que te esfuerces te encuentras con los mismos obstáculos, los mismos fracasos y las mismas dudas? Quizá hoy estés en medio de una tormenta, enfrentándote a lo que parece el mayor fracaso de tu vida. Tal vez tus relaciones sean tensas o tu salud sea una fuente constante de preocupación.
Tal vez estés luchando contra una ansiedad que te atenaza cada día, dejándote agotado y aislado. Has estado en ese espacio oscuro y solitario en el que parece más fácil rendirse que seguir adelante. Pero esta es la verdad: ese espacio, ese valle, es la encrucijada donde comienza la transformación.
Joe Dispenza suele decir: "En el momento en que decides hacer un cambio, el universo empieza a conspirar a tu favor". Este momento, aquel en el que tienes ganas de abandonar, es el que tiene el poder de remodelar tu vida. Cuando estás bajo presión, cuando parece que todo se desmorona y cuando el peso de las expectativas choca con tus luchas, te enfrentas a una elección crucial: ¿dejarás que la presión te aplaste o la utilizarás para crear algo extraordinario?
Porque la adversidad es el caldo de cultivo perfecto para la audacia. Los retos a los que te enfrentas no son aleatorios, son oportunidades para crecer mentalmente, emocionalmente, espiritualmente. El crecimiento no se produce cuando la vida es fácil; se produce cuando la vida te derriba, cuando te reta a volver a levantarte.
La vida te pondrá a prueba, te empujará hasta tus límites y te exigirá que profundices más de lo que creías posible. El doctor Joe Dispenza enseña que la mente no solo responde al entorno, sino que lo crea. Tus pensamientos son los arquitectos de tu realidad.
Así que, cuando la vida te da un golpe, cuando te dicen que no eres suficiente, cuando tu fe se tambalea o cuando no ves el camino a seguir, tienes el poder de cambiar tu mundo interior. En lugar de preguntarte "¿por qué me pasa esto a mí? ", pregúntate "¿en qué me estoy convirtiendo a causa de esto?
". Cuando alineas tus pensamientos y emociones con el futuro que deseas, no solo sobrevives a la tormenta, sino que te transformas a través de ella. Sí, la vida es dura, pero es a través de la lucha como descubres de lo que eres verdaderamente capaz.
Si nunca te enfrentaras al rechazo, si nunca pusieran a prueba tu lealtad o tu compromiso, ¿cómo sabrías por qué o por quién estás dispuesto a luchar? ¿Cómo sabrías qué o a quién amas de verdad? Incluso en los momentos más oscuros, tu energía, tu luz, no puede extinguirse a menos que tú se lo permitas.
No importa lo abrumadora que te parezca la lucha, mientras sigas adelante, ya estás ganando. La derrota solo llega cuando te rindes, cuando dejas de creer en la posibilidad de algo mejor. Así que este es el reto: no te rindas.
No te rindas cuando sientas que el peso del mundo está sobre tus hombros. Declárate: "soy imparable, esto no me definirá". No se trata de un éxito instantáneo ni de una gratificación rápida, lleva tiempo recablear tu cerebro, liberarte de viejos patrones y alinearte con tu yo futuro.
Pero cada pequeña acción, cada momento de persistencia, es un paso más hacia esa versión de ti que ya ha ganado. Recuerda: el sistema funciona cuando tú lo trabajas. No es fácil, pero es sencillo.
Decide en quién quieres convertirte, comprométete con el proceso, visualiza el futuro que deseas como si ya fuera real y emprende acciones inspiradas para hacerlo realidad. Estás aquí viendo esto porque en el fondo sabes que ya has ganado. Tu yo futuro te está llamando, instándote.
Las dudas solo forman parte del proceso, sigue avanzando porque la victoria que buscas está más cerca de lo que crees. Las personas que realmente tienen un impacto en este mundo no esperan a que aparezcan las circunstancias perfectas; cuando no encuentran lo que buscan, lo crean. Ese es el tipo de responsabilidad que debes asumir en tu vida.
No es fácil, pero merece la pena. La transformación comienza en el momento en que dejas de esperar a que se produzca el cambio y empiezas a tomar las riendas de tu mundo interior. Tú eres el creador de tu realidad y eso empieza por aceptar el poder que ya tienes dentro de ti.
Quizá te estés enfrentando a algo difícil en este momento, tal vez la vida te parezca abrumadora, como si fuera más de lo que puedes manejar. Pero mientras te levantes por la mañana, sigues en el juego. Mientras haya aliento en tu cuerpo, aún tienes el poder de darle la vuelta a las circunstancias.
Cosas que tienes que recordar: no se trata de ser el más listo o de tener todas las respuestas; se trata de tener la voluntad de seguir adelante. Pase lo que pase, el doctor Joe Dispenza enseña que donde pones tu atención es donde pones tu energía. Si te centras en el dolor, este crecerá; pero si te centras en la posibilidad, en la resiliencia, en la visión de tu yo futuro, reunirás la fuerza para seguir adelante.
La vida te pondrá a prueba. Habrá momentos en los que quieras esconderte del mundo, en los que el peso de todo te parezca demasiado pesado para soportarlo. Pero esos momentos de duda son también momentos de elección.
¿Qué harás con tu dolor? ¿Dejarás que te rompa o dejarás que te transforme en algo más fuerte? Es fácil contemplar las dificultades y pensar: “¿Por qué a mí?
”, pero te animamos a que transformes esa pregunta en: “¿Qué estoy aprendiendo? ”. La vida no te está castigando; te está preparando.
Cada revés, cada rechazo, cada fracaso forma parte del proceso y, aunque sea difícil verlo en el momento, las luchas a las que te enfrentas te están ayudando a crecer de formas que aún no puedes comprender. Habrá momentos en los que des todo lo que tienes por un sueño y las cosas no salgan como esperabas. Puede que pierdas dinero, tiempo o energía; puede que incluso sientas que te has perdido a ti mismo.
Pero la verdad es que esas pérdidas están construyendo una versión más fuerte de ti: la parte de ti que está dispuesta a intentarlo de nuevo, a aportar nuevas ideas, a elevar tus propios niveles de exigencia. Esa es la parte que acabará ganando. Joe Dispenza nos recuerda que tu personalidad crea tu realidad personal.
Esto significa que no te define lo que ocurre a tu alrededor, sino cómo respondes a ello. Así que, cuando te encuentres contra la pared, cuando sientas que todo va en tu contra, ese es el momento de profundizar para recordarte a ti mismo: “Tengo más dentro de mí. Puedo hacerlo”.
Habrá fracasos, de eso no hay duda. Pero el fracaso es solo un paso hacia el éxito. Las personas que consiguen grandes cosas no son las que nunca se caen, sino las que se vuelven a levantar.
Cada vez que te levantas, te demuestras a ti mismo que eres más fuerte que lo que intentó derribarte. Sí, la vida puede ser dura; puede ser impredecible e injusta, pero en lo desconocido es donde existen todas las posibilidades. Cuanto más oscura es la noche, más brillante es la mañana.
Tu dolor tiene un propósito, aunque aún no puedas verlo. Cada reto al que te enfrentas es una oportunidad para ser más resistente, más centrado, más alineado con el futuro que estás creando. Así que no dejes que el miedo o el fracaso te detengan.
No dejes que los reveses te definan, por muy difícil que se ponga, por muchas veces que te caigas. Sigue avanzando, porque cada paso que das, por pequeño que sea, es una declaración al universo: “No me rendiré. Estoy convirtiéndome en la persona que estoy destinada a ser”.
Estás aquí, viendo esto, porque ya has ganado. Tu yo del futuro te está llamando, instándote a formar parte del viaje. Y el hecho de que sigas en pie significa que ya estás en el camino de la victoria.
Pero estás haciendo algo mal: estás pensando demasiado, analizando demasiado, dudando de ti mismo a cada paso. Esa vocecita en tu cabeza sigue susurrando: “¿Y si no funciona? ¿Y si fracaso?
” Es hora de dejar de permitir que esos pensamientos dirijan el espectáculo. No necesitas tener todas las respuestas; solo necesitas seguir avanzando, paso a paso. Verás: los pensamientos se convierten en cosas; aquello en lo que te centras da forma a tu realidad.
Cuando te centras en la duda, refuerzas la energía del fracaso; pero cuando pasas a la acción, aunque sea imperfectamente, rompes los muros del miedo. Pasas del modo supervivencia al modo creación. Ahí es donde empieza la transformación.
Sí, la vida te derribará, pondrá a prueba tus límites, y está bien sentir su peso. Permítete llorar si lo necesitas; siente plenamente las emociones, pero no te quedes ahí. Fija un temporizador si es necesario.
Cuando suene ese temporizador, levántate, sacúdete el polvo y vuelve a construir la vida que estás destinado a vivir. Mucha gente se detiene cuando las cosas se ponen difíciles; dejan que el dolor, el fracaso y el miedo les paralicen. Pero tú eres diferente.
Tú sigues aquí, estás viendo esto porque, en el fondo, sabes que hay algo más grande esperándote al otro lado de este reto. Solo tienes que seguir adelante. El cambio requiere coherencia entre tus pensamientos y sentimientos.
Si tu mente dice: “Quiero tener éxito”, pero tus emociones están atascadas en la frustración, la duda o el miedo, no estás alineado con tu yo futuro. Por eso es tan importante recalibrar. Utiliza la respiración, utiliza la meditación, utiliza el poder de la visualización para volver a conectar con la energía de tu visión.
La vida no te pide que seas perfecto; te pide que seas persistente. Las tormentas a las que te enfrentas no están aquí para destruirte, sino para fortalecerte. Puede que aún no lo veas, pero cada desafío te está enseñando algo; cada revés es un peldaño hacia tu futuro.
Esto es reacondicionar el cuerpo a una nueva mente. Cuando dejas de permitir que tu pasado dicte tus acciones, entras en una nueva identidad. Ese es el momento en que dejas de reaccionar ante la vida y empiezas a crearla.
Puede que ahora mismo estés en medio de una tormenta, puede que te parezca que todo se está desmoronando. Pero esta es la verdad: no estás atascado. Este no es el final de tu historia.
Tienes el poder de tomar lo que parece un caos y convertirlo en la base de algo extraordinario. Está bien sentirse cansado. Bien que te preguntes cuánto más puedes aguantar, debes saber esto: la tormenta pasará, y cuando lo haga, serás más fuerte por haberla afrontado.
El doctor Joe Dispenza nos recuerda a menudo que en lo desconocido es donde existen todas las posibilidades. Ahora mismo, estás en el espacio entre quién eras y en quién te estás convirtiendo. ¿Qué harás con este momento?
¿Te rendirás o te elevarás? ¿Dejarás que el dolor te defina o dejarás que te refine? Has llegado hasta aquí y sigues en pie; eso no es casualidad, es la prueba de tu resiliencia.
A cualquiera que esté escuchando y se sienta atrapado en la oscuridad, que cargue con el peso de la depresión, la adicción o la pérdida: no estás solo. Eres humano, sangras, lloras, te duele; pero eso no es debilidad, es una prueba de tu fuerza. Sanar es cambiar tu energía, y esa curación no proviene de evitar el dolor, sino de afrontarlo, aprender de él y utilizarlo como combustible para crecer.
Ahora mismo puedes elegir dejar que este momento te rompa o dejar que te transforme. Estás viendo esto porque en el fondo ya has decidido. Has elegido ganar, y lo harás porque no te definen tus luchas, sino cómo te elevas por encima de ellas.
Tu yo futuro te está animando; está esperando a que des un paso hacia tu poder. Recuerda esto: la lucha no termina hasta que tú dices que termina, y mientras sigas adelante, ya estarás ganando. Todos hemos estado ahí, sintiendo el dolor, la angustia, la frustración.
Forma parte del ser humano. La vida no siempre es tranquila ni predecible, pero esta es la verdad: incluso en los momentos más oscuros, hay una chispa de algo más grande esperando a emerger. El doctor Joe Dispenza suele decir: "No puedes crear un nuevo futuro mientras te aferras a las emociones del pasado".
Eso significa que, por profundos que parezcan los valles en este momento, no son tu destino final. Están aquí para recordarte que hay cimas por delante. La oscuridad a la que te has enfrentado no estaba destinada a definirte; estaba destinada a enseñarte que la luz existe, incluso cuando no puedes verla.
La vida no es perfecta; nunca lo será. Pero eso no significa que no merezca la pena vivirla. Cada tropiezo, cada fracaso, cada desengaño forma parte de un proceso que te está convirtiendo en la persona que estás destinada a ser.
Cuando fracases, no dejes que eso te detenga; vuelve a intentarlo, y otra vez, y otra vez. Haz una breve pausa de dos segundos y otra vez. Lo que te hace avanzar es la fe; no una esperanza ciega, sino la profunda convicción de que algo bueno te espera al otro lado del dolor.
No se trata solo de fe en un poder superior o en el universo; se trata de fe en ti mismo, fe en que tienes la fuerza para levantarte, fe en que puedes abrirte paso. Dispenza enseña que nuestros pensamientos y emociones funcionan como un bucle de retroalimentación. Cuando los alineas con lo que quieres crear, abres la puerta a infinitas posibilidades.
La adversidad no te define, sino cómo respondes a ella. Cuando la vida te presione, cuando sientas que las paredes se cierran, saldrá a la superficie lo que llevas dentro: ¿será frustración, la duda, o será resistencia y determinación? No estás aquí para rendirte; estás aquí para transformarte.
Tal vez te encuentres ahora en una temporada difícil. Quizá hayas fracasado en algo importante y eso te haya sacudido, pero el fracaso nunca es el final; forma parte del viaje. El fracaso no es un callejón sin salida, sino un peldaño.
Así es como creces, te adaptas y descubres quién eres realmente. Piensa en esto: cada vez que te caías de niño, aprendiendo a andar, no era un fracaso, era un progreso. Cada vez que te levantabas, estabas fortaleciéndote.
Lo mismo ocurre ahora: cada revés es combustible para tu éxito. El fracaso no es lo que eres; es un momento que te ayuda a dar forma a tu siguiente paso. No importa lo oscura que te parezca la noche, recuerda esto: el sol siempre sale.
Este momento pasará y, cuando lo haga, serás más fuerte, más sabio y estarás más cerca de tus sueños. Ponte delante de un espejo y dite a ti misma: "Soy una superviviente, puedo superarlo, superaré esto, debo superarlo". Dispenza enseña que el cambio comienza con una elección: la elección de dejar de ser una víctima de tus circunstancias y empezar a convertirte en el creador de tu realidad.
Eso empieza con tu mentalidad. Da vida a tus retos. Si te has estado diciendo a ti mismo que ya no puedes hacer esto, dale la vuelta al guion.
Di "puedo, lo haré, debo hacerlo". Siente el poder de esas palabras. No son solo afirmaciones, son órdenes a tu mente y a tu cuerpo para que se eleven por encima de la lucha.
Es fácil querer rendirse cuando la vida parece pesada, pero recuerda: las batallas más duras suelen venir justo antes de un avance. En las transiciones es donde más se nos pone a prueba. Cuando estás atrapado entre la vida que has conocido y la que estás creando, puede parecer un caos.
Aparecen las dudas, el miedo se apodera de ti. Pero no estás aquí para quedarte en la tormenta, sino para salir de ella. Puede que te enfrentes a retrasos, traiciones o momentos en los que te sientas atascado, pero el destino sigue ahí.
Llegarás allí. Sigue avanzando, aunque te cueste. Levántate de la cama con un propósito, apégate a tu visión, sigue construyendo tu futuro un pequeño paso cada vez.
El doctor Joe Dispenza dice: "La energía fluye hacia donde va la atención". Si te centras en el miedo y en los obstáculos, eso es lo que crece. Pero si te centras en el sueño, en el panorama general, le das vida.
Los ganadores no evitan el fracaso; lo afrontan, aprenden de él y. . .
Siguen avanzando hasta alcanzar sus objetivos. Ahora mismo, ese sueño que llevas dentro está vivo; lo sientes, ¿verdad? Es lo que te despierta por la mañana y te hace seguir adelante, incluso en los días más difíciles.
Aférrate a él. Deja que te guíe; sigue empujando. No estás aquí para rendirte; estás aquí para ganar.
El éxito no te viene dado; es algo que te ganas superando los retos que la vida pone en tu camino. A veces, eso significa superar el agotamiento, el miedo o incluso tus propias dudas. Empujas hacia el siguiente nivel, la siguiente oportunidad, la vida con la que has soñado, no porque sea fácil, sino porque sabes que merece la pena.
Joe Dispenza enseña a menudo que no estamos limitados por nuestras circunstancias, sino por las creencias que llevamos. Si quieres elevarte por encima de donde estás ahora, primero debes cambiar cómo piensas y sientes. La mente y el cuerpo están conectados, y cuando tus pensamientos se alinean con una visión de tu futuro, tu realidad empieza a cambiar.
Sí, la vida es dura; puede que a veces te sientas cansado, frustrado o incluso destrozado, pero mientras estés aquí, tienes el poder de seguir adelante. Piensa en esto: cada prueba, cada revés al que te has enfrentado no estaba ahí para romperte, sino para darte forma. El proceso del éxito no es glamuroso; está lleno de esfuerzo, sudor y perseverancia.
Sin embargo, cada vez que decides no rendirte, te acercas más a la vida que estás destinado a vivir. Cuando crees en tu futuro más de lo que crees en tu pasado, eres libre. Esta libertad es lo que te permite seguir adelante, incluso cuando las probabilidades parecen estar en tu contra.
Tal vez hayas estado llevando una pesada carga; quizá has tenido momentos en los que abandonar parecía más fácil, pero sigues aquí, sigues respirando, sigues intentándolo, sigues empujando. Solo eso demuestra tu fuerza. Deja que ese dolor, esa frustración, alimenten tu determinación.
Deja que te empuje hacia la grandeza. El éxito no consiste en tener las condiciones perfectas o esperar el momento adecuado; se trata de decidir ahora mismo que no te conformarás con menos de lo que mereces. Puede que no tengas los recursos que tienen otros; puede que no tengas un título, una gran red de contactos o dinero en el banco, pero lo que sí tienes es el poder de elegir, de actuar y de crear.
Y eso es suficiente para empezar. Cuando quieras algo de verdad, cuando se convierta en una visión que vivas y respires, encontrarás la forma de hacerlo realidad. Puede que pierdas el sueño, puede que te enfrentes al rechazo, puede que fracases, pero ninguna de estas cosas puede detenerte a menos que tú se lo permitas.
Como enseña Joe Dispenza, la energía es la moneda del universo. Cómo inviertas tu energía definirá tu vida. Invierte en tu futuro; vierte tu energía en tus objetivos.
No se trata solo de desear un cambio, se trata de convertirte en el tipo de persona que puede crear ese cambio. Si no estás contento con el lugar en el que te encuentras, es hora de que cambies de enfoque y adoptes un planteamiento diferente. Nadie más puede tomar esa decisión por ti.
No importa lo que piensen o digan los demás sobre tus sueños. Este es tu viaje. La duda y el miedo son los mayores obstáculos para la transformación.
Si el mundo te dice "es imposible", tienes que mirar en tu interior y decir "mira cómo lo hago". Esta determinación interior, la creencia de que puedes superarlo todo, es lo que distingue a los triunfadores. Recuerda: el éxito no es magia, no es suerte; es el resultado de un esfuerzo y una creencia constantes.
Si sigues pensando y haciendo lo mismo, seguirás obteniendo los mismos resultados, pero si decides cambiar, cambiar de verdad, tu vida empezará a cambiar de formas que nunca habías imaginado. Tu avance se produce cuando tu "yo puedo" interior se hace más fuerte que tus dudas. Cuando superas el miedo y las dudas, te das cuenta de que todos los obstáculos te estaban preparando para este momento.
Este es tu momento de elevarte, de crear, de ganar. Llega un momento en que decides que nada, ningún contratiempo, ninguna frustración, ningún miedo tendrá el poder de sacudirte. Te mantienes firme en tu compromiso con tu felicidad y tu crecimiento, negándote a que las circunstancias externas dicten tu potencial.
Este es el momento en que empiezas a elevarte más allá de lo visible, más allá de lo real. Joe Dispenza enseña que todo empieza en la mente. Para crear una nueva realidad, debes verla en tu mente antes de que se manifieste en el mundo.
Visualízate teniendo éxito, incluso antes de dar el primer paso; visualízate logrando ese objetivo, viviendo ese sueño, encarnando esa versión de ti que ya ha ganado. Porque la forma en que percibes tu situación conforma tu realidad más que la situación. Si puedes cambiar tu perspectiva, incluso ante los retos, todo cambia.
En lugar de ver el dolor como una barrera, lo ves como un peldaño. En lugar de temer el fracaso, lo aceptas como parte del proceso. Cuando aprendes a ver correctamente, empiezas a desbloquear la vida que siempre has deseado.
Todos los grandes triunfadores se han enfrentado a momentos de duda, al impulso de abandonar, de irse, de conformarse, pero no lo hicieron; siguieron adelante. Tú también deberías hacerlo. Puede que no tengas todos los recursos que crees que necesitas.
Quizá no tengas el dinero, los contactos o incluso el apoyo que desearías tener, pero esta es la verdad: no lo necesitas todo ahora mismo. Lo que necesitas es la determinación de seguir avanzando. Puede que te lleve más tiempo que a otros; puede que tengas que aprender nuevas habilidades, volver a hacer exámenes o intentarlo de nuevo después de fracasar.
No pasa nada. El progreso es progreso, por lento que sea. Como dice el doctor Dispenza.
. . Difícil del cambio es no tomar las mismas decisiones que ayer, y cada vez que superas las viejas limitaciones, te estás demostrando a ti mismo que el futuro que estás creando merece la pena.
Sí, es difícil levantarse cuando la vida te derriba, pero quedarse abajo no es una opción. Tienes que decidir: ¿dejarás que el miedo y el fracaso te definan, o te levantarás pase lo que pase, aunque tropieces, aunque te asalten las dudas o el rechazo por el camino? Sigue adelante; tu voluntad de volver a levantarte es lo que da forma a tu carácter y define tu éxito.
Estás aquí por una razón. Ese sueño, esa visión, ese tirón interior hacia algo más grande no es aleatorio; es la llamada de tu propósito, y aunque nadie más lo entienda, tienes que creer en ello lo suficiente como para seguir avanzando. El doctor Dispenza nos recuerda a menudo: tu yo futuro te está observando ahora mismo a través de tus recuerdos.
Sé la persona que quieres recordar. Cada paso que das, cada riesgo que afrontas, está construyendo esa versión futura de ti. En el momento en que decidas ir realmente tras lo que quieres, las distracciones, las dudas y la negatividad empezarán a desvanecerse.
Tu concentración y tu energía atraerán nuevas posibilidades a tu vida, y a medida que avances con valentía y determinación, encontrarás una fuerza que no sabías que tenías. Mantente firme, planta los pies, niégate a rendirte. Sean cuales sean los retos a los que te enfrentes, no te definen; no dictan el resultado de tu historia.
La energía que llevas crea tu realidad. Así que lleva la energía de la resiliencia, de la fe, de la certeza. No es el momento de renunciar; es el momento de transformarse.
Al otro lado de tu lucha están la alegría, la paz y todo aquello por lo que has estado trabajando, pero nunca lo verás si te detienes ahora. Cada poco de dolor que estás soportando hoy se convertirá un día en parte del premio, el producto de la vida que has construido. Así que te reto: no te detengas, no te rindas.
Deja que cada aliento que respires alimente tu determinación; eres capaz de mucho más de lo que crees. Y cuando por fin lo consigas, cuando por fin ganes, comprenderás que cada gramo de esfuerzo ha merecido la pena. Recuerda que no has llegado hasta aquí solo por llegar hasta aquí; estás aquí para crear, para crecer, para prosperar.
La cuestión es: ¿hasta qué punto lo deseas? Si lo deseas tanto como respirar, nada puede detenerte. Ya has dado el primer paso al estar aquí, viendo esto.
Así que sigue adelante, sigue creyendo. Antes de irte, asegúrate de que te gusta este vídeo, suscríbete y compártelo con alguien que necesite escuchar este mensaje hoy. Y cuéntame en los comentarios: ¿cuál es el sueño al que te niegas a renunciar?
Inspirémonos mutuamente para seguir avanzando.