el reloj marcaba las 9 de la noche cuando Leonardo Gallardo shé salió del edificio de su empresa como siempre vestía un traje impecable y caminaba con paso firme ignorando el bullicio de la ciudad su chófer ya lo esperaba junto a su automóvil negro de lujo pero Leonardo no tenía prisa prefería caminar unas calles antes de meterse en la comodidad silenciosa de su mansión llevaba años sumido en la rutina desde la muerte de su esposa y su hija en aquel el accidente de auto su vida se había convertido en una sucesión de días idénticos trabajo reuniones
decisiones importantes y luego la soledad no tenía familia no tenía amigos solo su empresa y el dinero que irónicamente ya no tenía sentido para él dobló una esquina y vio algo que lo hizo detenerse en la acera una niña descalza estaba sentada junto a un semáforo su ropa estaba sucia y rota y su cabello largo y enredado caía sobre sus pequeños hombros tenía los brazos envueltos alrededor de sus piernas como si intentara hacerse invisible entre el caos de la ciudad a su lado había un vaso de cartón con unas pocas monedas dentro Leonardo sintió un
nudo en el pecho algo en esa imagen le resultaba insoportablemente familiar la niña levantó la mirada y por un segundo sus ojos grandes y oscuros se clavaron en los de él Leonardo sintió un escalofrío recor correrle la espalda su mente lo traicionó vio el rostro de su exija fallecida en aquella niña abandonada en la calle sacudió la cabeza tratando de disipar la sensación era ridículo no podía ser siguió caminando pero algo dentro de él no lo dejó en paz se detuvo a unos metros y miró hacia atrás la niña seguía ahí con la misma expresión
perdida como si ya hubiera aceptado que nadie la vería Leonardo apretó los labios nunca se había detenido a pensar en gente como ella él había nacido en una familia privilegiada nunca había pasado hambre ni frío para él las calles eran solo el fondo de la ciudad que veía desde la ventana de su oficina pero ahora esa niña estaba en su cabeza le vino una idea tenía que ponerla a prueba sacó su cartera rebusca grandes se acercó lentamente a la niña y cuando estuvo lo suficientemente cerca un tropiezo la cartera cayó al suelo los billetes asomándose
por los bordes la niña parpadeó miró la cartera luego a él Leonardo contuvo el aliento si ella la tomaba y salía corriendo confirmaría lo que él siempre había creído que la gente solo buscaba su propio beneficio pero si la devolvía Entonces tal vez solo tal vez aún quedaba algo de bondad en el mundo la niña tomó la cartera con ambas manos Leonardo la vó sin moverse sin respirar siquiera vio como sus dedos sucios rozaban el cuero negro y como sus ojos se agrandan al ver los billetes dentro Por un instante pareció debatirse entre dos opciones
corre Quédate Leonardo ya sabía lo que pasaría lo había visto muchas veces en la vida las personas toman lo que pueden Cuando nadie las está viendo Así es el mundo así funciona la sociedad Pero entonces la niña hizo algo que lo dejó congelado se puso de pie caminó hasta él y le tocó el brazo con suavidad señor su voz era baja apenas un susurro Se le cayó esto Leonardo la miró había una inocencia en su expresión que le resultaba imposible de entender no había Rastros de engaño en su rostro ni de nerviosismo ella no sabía
quién era él no esperaba nada a cambio simplemente había devuelto la cartera porque era lo correcto Gracias dijo él tomándola de vuelta la niña sintió y volvió a sentarse en la acera Leonardo guardó la cartera y por un momento pensó en seguir su camino dejar todo esto atrás no era su problema pero no pudo sacó un billete y lo dejó en el vaso de cartón junto a la niña ella lo miró en silencio sin tocarlo de inmediato Cómo te llamas preguntó Leonardo sorprendiéndose a sí mismo por hacerlo Isabela dijo ella con voz apenas audible Dónde
están tus padres la niña bajó la mirada y su cuerpo se tensó se quedó en silencio como si la pregunta le doliera no tengo susurró Leonardo sintió algo parecido a un golpe en el pecho se agachó frente a ella y le sostuvo la mirada Y dónde vives en la calle respondió simplemente desde que El orfanato se incendió he estado sola Leonardo frunció el seño cómo has sobrevivido Isabela se encogió de hombros a veces la gente me da comida a veces encuentro cosas en la basura no es tan difícil cuando aprendes a buscar no hubo dramatismo
en su voz ni un intento de despertar lástima lo dijo como si fuera la cosa más normal del mundo como si estuviera acostumbrada a vivir así Leonardo sintió una rabia que no entendía no contra la niña sino contra la situación contra un mundo que dejaba que niños como ella terminaran solos en las calles sin nadie que los protegiera siempre viviste en la calle insistió Isabela negó con la cabeza vivía en un orfanato pero se quemó Leonardo frunció el ceño un incendio sí la voz de Isabela tembló apenas una noche el fuego comenzó en la cocina
nos despertamos con los gritos todos corrían había humo por todas partes una de las cuidadoras me sacó afuera pero después de eso no la volví a ver Leonardo sintió un escalofrío alguien intentó buscarte después no lo sé nos separaron dijeron que vendrían por mí pero nadie lo hizo Leonardo tragó saliva Y qué pasó después no s nos sacaron los adultos nos dijeron que alguien vendría por nosotros pero nadie vino por mí la niña bajó la mirada y abrazó sus piernas Leonardo sintió que algo dentro de él se rompía no supo cuánto tiempo pasó ahí mirándola
hasta que sintió la primera gota de lluvia en su mano levantó la vista y vio que el cielo se había oscurecido el viento soplaba con fuerza y la gente comenzaba a apresurar el paso Isabela se abrazó a sí misma temblando la tormenta se acercaba Leonardo se puso de pie no podía dejarla ahí no podía darse la vuelta y olvidar lo que acababa de escuchar No puedes quedarte aquí murmuró Leonardo mirando la lluvia que comenzaba a caer Isabela no respondió solo abrazó sus piernas con más fuerza Leonardo suspiró no tenía idea de qué hacer nunca había
tenido que preocuparse por alguien más pensó en Llamar a la policía en Buscar un refugio pero la imagen de la niña bajo la lluvia lo detuvo Mira solo por esta noche dijo como si intentara convencerse a sí mismo No puedes dormir en la calle con esta tormenta vamos a encontrar una solución mañana Isabela Lo miró con cautela Me prometes que no me llevarás a un orfanato Leonardo asintió Te lo prometo ella dudó sus pequeños dedos se apretaron alrededor de sus rodillas la lluvia comenzó a caer con más fuerza a dónde vamos preguntó con cautela Leonardo
la miró a los ojos y respondió con calma a mi casa la lluvia golpeaba con fuerza el techo del auto mientras Leonardo miraba de reojo a misabel en el asiento trasero la niña estaba rígida con la mirada fija en la ventana como si intentara memorizar cada calle por la que pasaban no tienes que estar tan tensa dijo él sin apartar la vista del camino nadie te va a hacer daño Isabela no respondió solo bajó un poco la cabeza y apretó las manos sobre su regazo cuando llegaron a la casa de Leonardo La niña se quedó
inmóvil en el auto no parecía impresionada por la enorme mansión pero sí desconfiada la observó con ojos cuidadosos como si intentara detectar una trampa vamos dijo Leonardo saliendo del coche ella dudó por un momento pareció considerar la opción de salir corriendo pero la lluvia caía con demas fuerza y el frío la hacía temblar bajó del auto lentamente y lo siguió con pasos cautelosos hasta la puerta cuando entraron el calor de la casa la envolvió de inmediato La Mansión era elegante pero fría como si nadie la hubiera vivido realmente en mucho tiempo las luces eran suaves
los muebles impecables pero no había Rastros de una familia Isabela se quedó parada en la entrada con los pies mojados sobre el suelo de mármol puedes quitarte los zapatos dijo Leonardo dejando las llaves en la mesa Hay ropa seca en el baño si quieres cambiarte Isabela asintió pero no se movió Leonardo se pasó una mano por el cabello no estaba acostumbrado a estas cosas no tenía idea de cómo tratar a una niña tienes hambre ella dudó y luego asintió lentamente Leonardo fue a la cocina y comenzó a preparar algo no era un hombre que cocinara
Pero sabía lo básico abrió el refrigerador y sacó pan queso y jamón cuando volvió a la sala con un sándwich en un plato vio que Isabela seguía en el mismo lugar puedes sentarte le dijo ella avanzó con cautela y se acomodó en el borde del sofá como si no quisiera ensuciarlo tomó el sándwich con ambas manos y le dio un pequeño mordisco cuántos años tienes preguntó Leonardo sentándose en un sillón frente a ella siete respondió sin levantar la vista Y hace cuánto vives en la calle ella tragó antes de respond desde que se quemó El
orfanato Leonardo sintió un peso en el pecho no podía imaginar a un niño Sobreviviendo solo en la calle durante meses nadie te buscó no silencio Leonardo no sabía qué decir se dio cuenta de que no solo le faltaba experiencia con niños sino que Tampoco sabía cómo hablar con alguien que había pasado por tanto no tienes que preocuparte por nada esta noche dijo al final mañana podemos pensar qué hacer Isabela levantó la mirada por primera vez vas a llevarme a un orfanato Leonardo exhaló No lo sé ella asintió y bajó la vista al suelo Gracias por
la comida murmuró Leonardo la observó por un momento quiso decir algo más pero no encontró las palabras voy a mostrarte tu habitación dijo al final poniéndose de pie Isabela dejó el plato en la mesa y lo siguió en silencio cuando entraron en la habitación de huéspedes la niña se quedó quieta en la puerta la cama era enorme con parada con cualquier cosa que hubiera conocido antes las sábanas eran blancas y limpias había una lámpara en el buró y una ventana con cortinas gruesas puedes dormir aquí dijo Leonardo Isabela entró lentamente y pasó una mano sobre
la colcha sintiendo la textura suave bajo sus dedos es bonita susurró Leonardo no supo Qué responder descansa dijo simplemente antes de salir y cerrar la puerta se quedó parado en el pasillo por un momento escuchando el silencio detrás de la puerta luego se fue a su propia habitación sintiendo algo extraño en el pecho por primera vez en años su casa no se sentía completamente vacía Leonardo despertó temprano no por costumbre sino porque su mente no había descansado en toda la noche Isabela la niña no había salido de su cabeza ni un solo momento se preguntó
si habría dormido bien si no se habría escapado se puso una bata y salió al pasillo en silencio la puerta de la habitación de huéspedes seguía cerrada seguía ahí bajó a la cocina y comenzó a preparar café mientras la cafetera burbujea recordó su propia infancia nunca había conocido la falta su padre era un hombre de negocios estricto pero presente su madre lo cuidaba lo mimaba él creció en una casa llena de reglas pero también de estabilidad Isabela no tenía nada de eso sacó pan y huevos del refrigerador no era un gran cocinero pero podía hacer
algo decente en su mente su hija adoraba los huevos revueltos con queso su hija El Recuerdo golpeó con fuerza cerró los ojos por un segundo no podía pensar en eso ahora el sonido de pasos ligeros lo sacó de sus pensamientos se giró y vio a Isabela parada en la entrada de la cocina pies descalzos cabello desordenado ojos grandes y alerta Buenos días dijo él buen Buenos días respondió en voz baja dormiste bien ella se encogió de hombros No estoy acostumbrada a camas grandes Leonardo notó la incomodidad en su voz pero no dijo nada estoy haciendo
desayuno Te gustan los huevos Isabela Lo miró desconfiada no los como hace mucho tiempo Bueno entonces tendrás que decirme si todavía te gustan ella asintió y se sentó en una de las sillas de la cocina Leonardo puso dos platos en la mesa y le sirvió un vaso de leche Isabela comió con calma pero sin dejar de mirarlo de reojo Por qué me trajiste aquí preguntó de repente Leonardo dejó el tenedor en el plato no podía dejarte en la calle la gente lo hace todo el tiempo él apretó los labios yo no soy esa clase de
gente Isabela bajó la mirada y siguió comiendo no parecía convencida después del desayuno Leonardo llevó su taza de café a la sala y se sentó en el sofá Isabela lo siguió pero no se sentó caminó por la sala con cautela observando todo con curiosidad tu casa es muy grande sí vives aquí solo Leonardo hizo una pausa antes de responder Sí ella asintió caminó hasta una repisa llena de fotos y detuvo la vista en una en particular Leonardo supo exactamente cuál estaba mirando Quién es preguntó la niña señalando la imagen de una pequeña de cabello claro
y ojos brillantes Leonardo sintió el estómago a apretarse mi hija dónde está él tragó saliva murió Isabela no dijo nada de inmediato miró la foto en silencio como si estuviera procesando la información Lo siento Leonardo forzó una sonrisa Gracias hace mucho 4 años Isabela pasó el dedo por el borde del marco se parece a mí el comentario Fue como un golpe Leonardo la miró bien por primera vez cabello largo ojos oscuros expresión seria no podía negar que había una similitud la niña soltó la foto y se giró hacia él me trajiste porque te recuerdo a
ella Leonardo sintió un escalofrío no tenía respuesta para esa pregunta No lo sé admitió al final Isabela asintió como si hubiera esperado esa respuesta luego volvió a la mesa y se sentó en silencio Leonardo sintió algo crecer en su pecho algo que no quería analizar no podía apegarse a ella no podía cometer ese error los días pasaron en una extraña rutina Isabela seguía en la casa no hablaba demasiado pero tampoco intentaba escapar observaba todo Siempre con los ojos atentos como si esperara que en cualquier momento Leonardo la echara pero él no lo hizo cada mañana
desayunaban juntos Él trabajaba en su oficina ella exploraba la casa en silencio por las noches veían televisión sin decir mucho no era una familia ni siquiera amigos Pero había algo que los tenía Bajo el mismo techo hasta que una tarde Todo cambió Leonardo estaba en su oficina revisando documentos cuando sintió un cosquilleo en la nuca alguien lo estaba observando se giró y vio a Isabela parada en la puerta sostenía algo entre sus manos una foto una foto de su esposa y su hija Leonardo sintió que el aire se volvía Pesado lo siento murmuró la niña
Estaba mirando las cosas en la sala y la encontré Leonardo tragó saliva y se apoyó en el escritorio no tienes que disculparte Isabela miró la imagen y luego a él Cómo fue Leonardo cerró los ojos un momento no quería hablar de eso nunca hablaba de eso pero caen Isabela seguía ahí esperando respiró hondo fue un accidente de auto la niña apretó los labios tú estabas ahí Leonardo negó con la cabeza estaba en una reunión Cuando me llamaron ya era tarde silencio Isabela miró la foto otra vez se parece a mí Leonardo sintió el estómago apretarse
no era la primera vez que lo decía Sí por eso me trajiste aquí Leonardo la miró no tenía respuesta para esa pregunta o mejor dicho tenía demasiadas respuestas No lo sé admitió Isabela dejó la foto en el escritorio A veces su voz era un hilo me pregunto si alguien me habría buscado si hubiera muerto en el incendio del orfanato Leonardo sintió un escalofrío recorrer la espalda no digas eso es la verdad el corazón de Leonardo l tía con fuerza él conocía ese sentimiento había vivido con esa misma sombra sobre su pecho por años no quería
que Isabela la cargara también se puso de pie y se acercó a ella se agachó hasta quedar a su altura y la miró a los ojos Tú importas entiendes Isabela Lo miró con cautela A quién Leonardo abrió la boca para responder pero no pudo porque no sabía la respuesta no toda todavía las semanas pasaron y zabela seguía en la casa no era algo que Leonardo hubiera planeado al principio pensó que sería temporal que la llevaría a un lugar seguro en cuanto encontrara una solución pero nunca la buscó y ella tampoco se fue era extraño se
habían acostumbrado a la presencia del otro sin siquiera darse cuenta ya no había silencios incómodos en la casa ya no se sentía vacía hasta que una tarde el teléfono sonó Leonardo contestó distraído revisando documentos señor Gallardo le llamamos del departamento de protección infantil Leonardo se enderezó en su silla sobre qué recibimos un informe sobre una menor que está viviendo con usted al parecer no tiene un tutor legal necesitamos evaluar su situación antes de tomar cualquier decisión Leonardo apretó la mandíbula Qué significa eso significa que un trabajador social visitará su casa para hablar con usted con
la niña dependiendo de la evaluación determinaremos el mejor curso de acción un silencio pesado se instaló en la sala Leonardo miró hacia la puerta como si esperara ver a Isabela ahí pero no estaba quién les informó que estaba conmigo la denuncia fue anónima No se preocupe no se considera nada ilegal pero la niña no tiene tutela formal Así que necesitamos proceder con el proceso de adopción Leonardo no respondió de inmediato sentía que algo dentro de él se cerraba como si una sombra cubriera su pecho y si ella no quiere ir con esa familia sería mejor
que hablara con ella es un buen hogar con gente dispuesta a darle estabilidad no podemos dejar que viva sin un futuro seguro Leonardo colgó sin despedirse se quedó sentado en el sofá con la mirada fija en el teléfono no podía evitar sentir que la estaban arrebatando de su vida pero él no tenía derecho a detenerlo Isabela apareció en la puerta con el ceño fruncido por qué tienes esa cara Leonardo la miró y sintió un nudo en la garganta Tenemos que hablar ella cruzó los brazos siempre que dicen eso es algo malo Leonardo exhaló encontraron una
familia que quiere adoptar el rostro de Isabela cambió sus labios se apretaron y su cuerpo se tensó no quiero irme Isabela no quiero dijo con Furia no me conoces no puedes decidir por mí Leonardo se pasó una mano por el rostro no estoy decidiendo por ti solo quiero que tengas la mejor oportunidad y Quién dice que eso es lo mejor el silencio se instaló entre los dos Leonardo nunca había pensado en ello siempre había creído que un niño debía estar con una familia Pero y sí Isabela ya tenía una ella lo miró esperando una respuesta
pero él no la tenía No todavía la casa estaba en silencio pero no era el mismo silencio de antes este pesaba desde la llamada Isabela había dejado de hablar con Leonardo se encerraba en su habitación o pasaba horas en la sala Mirando por la ventana estaba enojada dolida y Leonardo no podía culparla él mismo no sabía qué hacer con la situación no había dormido bien en días la idea de verla marcharse lo inquietaba de una manera que no quería admitir una tarde decidió que ya no podía postergarlo más Necesitaba hablar con ella subió las escaleras
y tocó la puerta de su habitación Isabela nada golpeó otra vez voy a entrar giró la manija y abrió la encontró sentada en la cama abrazando sus rodillas no lo miró Necesitamos hablar dijo él Cruzando los brazos silencio Leonardo suspiró No quiero que te sientas traicionada dijo con voz baja no estoy tratando de deshacerme de ti Isabela levantó la cabeza y lo miró con el ceño fruncido si no quieres que me vaya por qué me obligas le Leonardo sintió un nudo en la garganta no tenía una respuesta Clara no quiero que termes sola en la
calle otra vez no estoy sola respondió ella con firmeza Leonardo la miró fijamente esa familia Puede darte estabilidad una casa padres que te cuiden ya tengo un lugar su voz tembló un poco Leonardo sintió El golpe en el pecho ella estaba hablando de él ella lo veía como su hogar no es tan simple murmuró desviando la mirada Isabela apretó los labios tienes miedo Leonardo frunció el ceño de qué de que me quede susurró ella tienes miedo de que me convierta en algo real para ti el aire pareció volverse más pesado Leonardo sintió algo dentro de
él quebrarse Isabela tenía razón no era ella la que tenía miedo de perderlo era él quien tenía miedo de volver a perder a alguien respiró hondo Mañana iremos a conocer a la familia dijo con voz controlada no tienes que tomar una decisión todavía Isabela Lo miró con rabia ya tomé una decisión se levantó de la cama y salió de la habitación empujándolo levemente al pasar Leonardo cerró los ojos no quería perderla pero Y si ya lo había hecho a la mañana siguiente el ambiente en la casa Era tenso Isabela no había hablado con Leonardo desde
la noche anterior él lo notó pero no intentó forzarla sabía que estaba enojada herida cuando llegó el momento ambos subieron al auto en silencio el viaje hasta la casa de la familia adoptiva se sintió eterno Isabela tenía la mirada fija en la ventana con los brazos cruzados Leonardo se concentró en el camino pero sentía la tensión en su pecho crecer a cada minuto al llegar fueron recibidos por Elena y Andrés un matrimonio de unos 40 años su casa Era grande con un jardín cuidado y un ambiente acogedor bien bienvenida Isabela dijo Elena con una sonrisa
cálida Qué gusto conocerte Isabela asintió pero no sonrío entraron a la casa y les ofrecieron café y jugo Helena y Andrés eran amables pero Isabela no se relajaba tenemos una hija de 10 años dijo Andrés se llama Sofía está emocionada por conocerte Isabela tomó un sorbo de jugo sin decir nada sabemos que todo esto es repentino agregó Helena con dulzura no no queremos presionarte solo queremos que sepas que aquí tendrás un hogar Leonardo observaba la escena en silencio era un buen lugar la casa tenía luz calidez Isabela estaría bien Pero entonces la miró y supo
La verdad ella no quería estar ahí su cuerpo estaba tenso sus manos temblaban levemente no confiaba en ellos no porque fueran malas personas sino porque ella ya había encontrado su hogar en otro lugar puedo hablar con Leonardo a solas preguntó de repente Elena y Andrés intercambiaron miradas Pero asintieron salieron al jardín el viento Era frío el silencio era más pesado que nunca te gustó la casa preguntó él Isabela Lo miró con el ceño fruncido de verdad quieres que me quede aquí Leonardo exhaló quiero lo mejor para ti lo mejor para mí es estar contigo él
sintió que el aire abandonaba sus pulmones No es tan fácil Isabela ella apretó los puños Por qué no Leonardo cerró los ojos porque tenía miedo porque si la adoptaba ya no habría marcha atrás porque la perdería de verdad si algo salía mal Isabela respiró hondo y su voz se quebró si no me quieres dímelo Leonardo sintió El golpe en el pecho la miró de verdad la miró su cabello despeinado sus ojos oscuros y brillantes la niña que había entrado en su vida sin aviso y la había cambiado por completo y entonces lo supo no podía
a dejarla ir no quería se arrodilló frente a ella y sostuvo su rostro con cuidado Nunca vuelvas a decir eso susurró sí te quiero los ojos de Isabela se llenaron de Lágrimas entonces Llévame a casa Leonardo asintió tomó su mano y la apretó con fuerza y por primera vez en años no se sintió solo el camino de regreso a casa fue distinto al deida la primera vez Leonardo había sentido un peso en el pecho como si estuviera perdiendo algo sin poder evitarlo ahora mientras conducía con kak Isabela sentada a su lado todo se sentía más
claro no había duda ella era su familia miró de reojo a la niña tenía la cabeza apoyada contra la ventana con una expresión tranquila Aunque sus dedos tamborilear sobre sus piernas Qué pasa preguntó él nada murmuró Solo estoy esperando a que cambies de opinión Leonardo frunció el ceño no voy a cambiar de opinión ella lo miró de reojo los adultos siempre dicen eso y luego lo hacen Leonardo suspiró no podía culparla aparc el coche frente a la casa y apagó el motor se giró hacia ella y la miró fijamente esto no va a ser fácil
lo sé va a tomar tiempo habrá reglas cosas nuevas lo sé Leonardo tomó aire Pero si me das la oportunidad voy a hacer todo lo posible para ser alguien en quien puedas confiar Isabela bajó la mirada nunca he tenido eso Leonardo sintió El golpe en el pecho quería cambiar eso Lo tendrás ahora ella no respondió de inmediato pero después de unos segundos asintió entraron juntos a la casa Todo se sentía diferente como si por primera vez fuera a un hogar Leonardo comenzó el proceso de adopción sabía que no sería sencillo que habría trabas legales que
tendría que demostrar que podía ser un tutor responsable pero estaba decidido Y si dicen que no preguntó Isabela una noche mientras cenaban no lo harán Cómo puedes estar seguro Leonardo sonrió levemente porque no pienso darme por vencido Isabela sostuvo su mirada por un momento luego lentamente sonrió era pequeña casi imperceptible pero estaba ahí Y eso para él lo era todo 4 meses después Leonardo estaba sentado en la oficina de su abogado revisando una una pila de documentos el proceso no había sido fácil entre entrevistas con trabajadores sociales evaluaciones de su hogar y pruebas psicológicas sintió
que había tenido que demostrar más sobre sí mismo en esos meses que en toda su vida el tribunal revisará la solicitud final la próxima semana dijo su abogado si todo sale bien tendrás la custodia oficial de Isabela Leonardo exhaló aliviado aún había nervios en su pecho pero estaba más cerca de lo que nunca imaginó Leonardo soltó un suspiro que ni siquiera sabía que estaba conteniendo miró a Isabela que estaba sentada a su lado con las manos apretadas sobre su regazo sus ojos se agrandaron y por un momento pareció no entender lo que acababan de decirle
eso significa que Leonardo asintió significa que oficialmente eres mi hija el rostro de la niña se mantuvo serio por unos segundos más como si no terminara de creerlo luego sin aviso se lanzó sobre él y lo abrazó con fuerza Leonardo sintió un nudo en la garganta mientras la envolvía En sus brazos Gracias murmuró ella contra su pecho No susurró él cerrando los ojos Gracias a ti Leonardo llegó a casa más temprano de lo habitual por primera vez en años no tenía prisa por estar en la oficina dejó las llaves en la mesa y se dirigió
a la sala donde encontró a Isabela sentada en el sofá con los pies descalzos y un Libro abierto sobre las piernas levantó la vista y lo miró con Curiosidad no es temprano para ti Leonardo sonrió a veces está bien llegar a casa temprano se sentó junto a ella y vio el libro que estaba leyendo De qué trata Isabela encogió los hombros no sé de alguien que encuentra su lugar en el mundo Leonardo la observó por un momento y tú ella frunció el seño yo qué encontraste el tuyo Isabela sostuvo su mirada por un largo segundo
luego lentamente asintió sí Leonardo sonrió me alegra oír eso ella lo miró como evaluándolo y después hizo algo que nunca había hecho antes se recostó contra su brazo y apoyó la cabeza en su hombro Leonardo sintió el corazón apretarse El silencio en la casa ya no se sentía vacío por primera vez en años era un silencio lleno de paz era hogar a veces la vida nos pone pruebas inesperadas pero también nos da segundas oportunidades para encontrar nuestro verdadero hogar qué habrías hecho en el lugar de Leonardo crees que el destino juntó a Isabela con él
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