UNA JOVEN VIRGEN FUE VENDIDA A UN CRUEL MILLONARIO, PERO CUANDO ÉSTE LA VIO, SE ENAMORÓ PERDIDAMENTE

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Relatos de vida
Video Transcript:
el sol se apagaba en el horizonte de San Cristóbal un pueblo olvidado por el tiempo donde el viento arrastraba el polvo de calle sin pavimento y los eos de un pasado próspero simena Durán de 19 años regresaba del mercado con una bolsa de maíz y algunas hierbas medicinales su abuela Doña Ramona la esperaba en casa cada día más débil Llegaste tarde niña gruñó su tío Salvador sentado en la mecedora con una botella a medio vaciar simena lo ignoró y fue directo a la cocina sabía que discutir con él era inútil desde la muerte de su
padre aquel hombre se había convertido en la sombra que gobernaba la casa mañana te vas de aquí dijo el de pronto su voz áspera simena dejó caer la bolsa con un golpe seco qué estás diciendo su tío la miró con el rostro cansado pero con Esa frialdad que había aprendido a temer he arreglado un matrimonio para ti nos librará de la miseria un escalofrío recorrió su espalda no no puedes hacer eso ya está hecho sentenció él Héctor Ferrer pagó bien por ti el nombre resonó en su cabeza como un trueno Héctor Ferrer un hombre poderoso
dueño de una de las mayores constructoras del país frío intimidante su nombre es estaba en los periódicos siempre envuelto en rumores de negocios sin escrúpulos no lo aceptaré Salvador Rio seco y amargo y qué opción tienes tu abuela está enferma no tenemos dinero este matrimonio es nuestra única salvación simena sintió un nudo en la garganta era una jaula sin salida en Ciudad de México Héctor Ferrer revisaba documentos en su oficina de cristal cuando su asistente personal entró con una carpeta todo listo señor Ferrer la muchacha llegará mañana Héctor apenas levantó la mirada bien para él
no era más que otro trato cerrado como cualquiera de sus negocios dicen que es hermosa añadió su asistente con cautela Héctor dejó los papeles sobre la mesa y sonrió sin emoción no importa no necesito amor solo Necesito que sepa su lugar el destino estaba sellado el acababa de reclamar su precio el viento frío de la Ciudad de México golpeaba el rostro de simena Durán mientras descendía del automóvil negro que la había traído hasta la inmensa Hacienda de Héctor Ferrer sus manos estaban cerradas en puños su corazón martilla contra su pecho aquello no era un hogar
era una jaula dorada las puertas de La Mansión Se abrieron con un movimiento calculado revelando un salón iluminado por lámparas de cristal mesas decoradas con arreglos de rosas blancas y decenas de invitados con copas en la mano observando con curiosidad la llegada de la nueva esposa del Magnate simena sintió náuseas ese no era su mundo bienvenida a tu nueva vida susurró Salvador su tío con una sonrisa forzada antes de empujarla suavemente hacia adante ella quiso correr pero no tenía a donde ir su destino ya estaba escrito Héctor Ferrer impecable en un traje negro la esperaba
al final del pasillo con expresión inescrutable a pesar del desagrado que la situación le provocaba no pudo evitar notar la fuerza en los ojos de la muchacha no había su misión en su mirada Los murmullos se apagaron cuando simena llegó a su lado el juez comenzó a hablar pero ella no escuchaba nada su era superficial su piel ardía con la humillación de estar allí exhibida como una mercancía puedes besar a la novia declaró finalmente el juez Héctor giró hacia ella sosteniéndola por la cintura con firmeza no la besó con ternura sino con posesión Pero antes
de que sus labios la tocaran una bofetada resonó en el aire un jadeo colectivo recorrió el salón simena lo había golpeado frente a todos Héctor quedó inmóvil nadie jamás lo había desafiado de esa manera los segundos parecieron eternos simena levantó la barbilla desafiante no soy un objeto que puedas comprar la sorpresa inicial en el rostro de Héctor desapareció dando paso a algo más oscuro No ira sino algo más peligroso un desafío aceptado se inclinó sobre ella sin tocarla pero con el peso de su presencia abrumando te arrepentirás de haber hecho esto frente a todos esposa
las palabras eran suaves pero La amenaza supia sente hizo que un escalofrío recorriera la espalda de simena ella lo sostuvo con la misma intensidad y tú te arrepentirás de haber pensado que podrías tomarme el murmullo de los invitados creció a su alrededor pero ninguno de los dos apartó la mirada la guerra había comenzado horas después cuando los últimos invitados se retiraban Sofía Ferrer la hermana de Héctor se acercó a él con una sonrisa cargada de ironía una mujer valiente o insensata Héctor se sirvió un trago sin responder qué harás con ella tomó un sorbo su
mirada fija en la Puerta cerrada de la habitación Donde simena había sido escoltada descubrir hasta donde puede llegar su desafío susurró porque ahora más que nunca estaba decidido a doblegar simena cerró la puerta con fuerza y giró la llave con manos temblorosas apoyó la espalda contra la madera tratando de Recuperar el aliento estaba casada encerrada en una mansión ajena se giró para inspeccionar la habitación demasiado grande demasiado lujosa demasiado fría una enorme cama con dosel de terciopelo lámparas doradas cortinas de seda cubriendo amplias ventanas con Vista a la ciudad iluminada todo en Aquel lugar gritaba
opulencia y encierro simena corrió hacia la ventana y trató de abrirla pero estaba sellada por supuesto Héctor Ferrer era un hombre de control absoluto respiró hondo cerrando los ojos no lloraría no le daría ese placer del otro lado de la puerta Héctor Ferrer bebía lentamente un vaso de Whisky estaba apoyado contra la pared escuchando el silencio de la habitación parece que no planea salir dijo Mateo su asistente Héctor esbozó una media sonrisa se lo permitiré esta noche pero tarde o temprano saldrá y cuando lo haga aprenderá que no hay escapatoria Mateo asintió y se retiró
Héctor se quedó allí unos segundos más no estaba seguro de por qué pero esa mujer era distinta no como las otras que lo miraban con miedo con ambición simena lo miraba con fuego dio un último sorbo al whisky y se alejó aquel matrimonio no había sido una compra había sido el inicio de una guerra horas después en la Inmensidad de la habitación simena se descalzo y se dejó caer sobre la cama exhalando con rabia contenida no podía permanecer encerrada para siempre pero tampoco le daría a Héctor la satisfacción de verla Rendirse escaparía no sabía cómo
pero lo haría con ese pensamiento cerró los ojos era la primera noche de su nueva vida y también la primera batalla ganada la luz del amanecer entraba por las cortinas de seda pero simena no había dormido sus pensamientos giraban en torno a su nuevo enemigo Héctor Ferrer decidida a no encerrarse en esa jaula de oro se obligó a salir de la habitación si iba a luchar debía conocer el terreno los pasillos de La Mansión eran largos elegantes y solitarios se sintió observada aunque no vio a nadie apretó los puños tenía que encontrar la manera de
huir vaya has decidido aparecer simena se giró de inmediato Sofía Ferrer la mujer deporte impecable y mirada afilada se apoyó en una columna y la observó con una sonrisa sin calidez no creí que durarías tanto tiempo encerrada comentó con fingida cortesía Pero supongo que hasta las presas más orgullosas deben salir a respirar simena sostuvo su mirada con firmeza No soy ninguna presa Sofía soltó una pequeña risa claro que lo eres todos lo somos en este juego simena no respondió pero Sofía aprovechó su silencio Si eres inteligente no te encariñar con este lugar ni con mi
hermano Héctor no cambia no siente simena entrecerró los ojos y Qué ganas tú con advertirme Sofía se acercó un poco más su perfume envolvente tal vez por primera vez en mi vida Me apiado de alguien Héctor destruye todo lo que toca y tú no serás la excepción simena sintió una punzada en el pecho Ya lo sabía pero oírlo de los labios de su hermana lo hacía aún más real si fuera tú susurró Sofía encontraría la manera de escapar antes de que sea tarde a kilómetros de distancia en un lujoso despacho del centro de la ciudad
Gabriel Velasco estudiaba un expediente cada línea confirmaba lo que sospechaba cimena Durán era su oportunidad Así que la pequeña esposa del Gran Ferrer viene de un pueblo arruinado interesante un hombre a su lado con expresión sombría asintió la familia de la muchacha perdió sus tierras en una compra agresiva la misma en la que Ferrer salió ganando Gabriel sonrió con satisfacción parece que mi querido enemigo ha acabado su propia tumba si la esposa descubre la verdad el matrimonio se convertirá en su mayor debilidad se levantó con calma Y tomó su teléfono encuentra la manera de llegar
a ella Quiero que sepa quién es realmente el con el que se casó esa noche simena salió a los jardines buscando un momento de calma pero en su interior las palabras de Sofía resonaban con fuerza Héctor destruye todo lo que toca no dejaría que la destruyera a ella Pero y si ya lo estaba haciendo simena apretó las riendas del caballo con fuerza su respiración acelerada por la adrenalina había esperado el momento perfecto para escapar y por fin no el anochecer cubría la Hacienda y con la tormenta aproximándose los empleados estaban ocupados resguardando la propiedad el
caballo galopaba con fuerza el viento azotaba su rostro y la lluvia comenzaba a caer en gotas gruesas el corazón de simena l tía con una mezcla de miedo y Esperanza pero la libertad no era tan fácil una figura oscura apareció en su camino Héctor montado en su propio caballo lo bloqueó su paso con una destreza impresionante su mirada ardía en la oscuridad detente simena rugió sobre el sonido del trueno ella tiró de las riendas con desesperación Pero el caballo asustado por la tormenta relincho y Se encabritado resbaló bajo sus pies y antes de que pudiera
reaccionar simena cayó el golpe le robó el aire sintió el frío de la lluvia contra su piel y la fuerza de un par de brazos rodeándola antes de que pudiera tocar el suelo Héctor la atrapó Por un segundo Solo hubo silencio y respiraciones entrecortadas ella sintió su aliento cálido contra su rostro su cuerpo firme y empapado contra el suyo sus ojos se encontraron en la penumbra fuego y hielo chocaron la tormenta rugía a su alrededor pero simena solo escuchaba los latidos de su propio corazón no vuelvas a hacer esto murmuró Héctor con voz baja peligrosa
simena temblando de frío y rabia lo empujó con fuerza Prefiero morir en esta tormenta antes que vivir en tu prisión Héctor apretó la mandíbula su paciencia al límite sin darle opción la levantó En sus brazos con facilidad y la subió a su caballo basta de juegos simena te guste o no eres mi esposa y no voy a dejar que mueras por tu terquedad ella luchó pero el cansancio y el frío debilitaban su resistencia su cuerpo estaba helado Pero el calor de hctor la envolvía cuando llegaron a la mansión la tormenta caía con Furia Héctor la
bajó del caballo y la llevó en brazos hasta el interior ignorando sus protestas déjame en paz exigió ella tratando de zafarse pero él no la soltó en cambio la miró con una intensidad que la dejó sin aliento no me provoques simena no sabes lo que haces simena lo desafió con la mirada Oh lo sé perfectamente y nunca voy a doblegarme ante ti los segundos se alargaron ambos estaban empapados respirando con dificultad demasiado cerca por primera vez Héctor sintió que la furia que lo consumía no era solo enojo era deseo y simena aunque lo odiaba no
podía ignorar que su propio cuerpo reaccionaba a esa proximidad fuego y hielo si seguían así alguno de los dos terminaría quemado la música suave flotaba en el aire del Gran Salón de la mansión Ferrer simena con los brazos cruzados miraba con frialdad a Héctor quien la observaba con expresión calculadora si vas a asistir a la gala benéfica necesitas aprender a comportarte en mi mundo dijo él extendiendo una una mano simena lo fulminó con la mirada no Necesito aprender nada de ti Héctor dejó escapar una risa baja casi burlona no Entonces dime cómo piensas evitar que
te humillen cuando te toque bailar O prefieres hacer el ridículo simena apretó los dientes odiaba admitirlo Pero tenía razón con un suspiro resignado colocó su mano sobre la de él el contacto fue un golpe de Electricidad Héctor no dijo nada mientras la guiaba al centro del salón colocó una mano en su cintura y sostuvo la otra con firmeza Déjate llevar murmuró no me desórdenes Héctor sonrió entonces hazlo por tu cuenta pero sigue mi ritmo la música comenzó de nuevo y simena con evidente torpeza trató de seguir los movimientos de su esposo cada paso era una
batalla más suave indicó él su voz grave siente la música simena exhaló con frustración no quería sentir nada y mucho menos a él pero poco a poco su cuerpo se sincronizo con el de Héctor un giro Una pausa un movimiento fluido la tensión entre ellos cambió no era solo ira era algo más profundo más peligroso Héctor la miró con intensidad y simena sintió el aire volverse más denso demasiado cerca demasiado él un giro más y de repente simena tropezó Héctor la atrapó antes de que pudiera caer sus rostros quedaron a centímetros por un segundo no
hubo lucha no hubo guerra solo ellos y entonces sucedió Héctor inclinó apenas el rostro y su su labios rozaron los de simena un rz accidental una chispa encendida el mundo pareció detenerse simena sintió una ola de calor recorrer su cuerpo pero antes de que el beso se hiciera real lo empujó con fuerza no vuelvas a hacer eso jadeo llevándose una mano a los labios Héctor no parecía sorprendido al contrario la estudiaba con una mezcla de diversión y deseo lo curioso dijo él con calma Es que no parecías querer detenerlo simena sintió una rabia visceral si
vuelves a acercarte así juro que Héctor se inclinó un poco más su aliento acariciando la piel de cimena qué qué ella tragó saliva y se obligó a recuperar el control no podía caer en su juego que lo lamentará Héctor sonrió encantado Por el desafío lo estoy deseando pero ambos sabían la verdad El beso que no debió ocurrir ya estaba tatuado en sus memorias el salón del hotel de lujo resplandecía con la luz de los candelabros dorados simena enfundada en un vestido rojo de seda que marcaba su silueta con una elegancia peligrosa caminaba por la gala
con el mentón en alto ignorando deliberadamente la mirada intensa de Héctor los invitados empresarios y figuras influyentes la observaban con interés murmullos y sonrisas le rodeaban algunos hombres se acercaban sus miradas apreciativas sus comentarios halagadores no sabía que el señor Ferrer tenía una esposa tan hermosa Dijo uno de ellos con una sonrisa calculada un placer conocerla señora Ferrer añadió otro inclinando la cabeza simena se obligó a sonreír con cortesía Pero antes de que pudiera responder una mano firme rodeó su cintura el aire a su alrededor se tensó Héctor su presencia era abrumadora sus dedos se
aferraban a ella con un toque posesivo mientras su mirada se clavaba en los hombres que la rodeaban Disculpen caballeros su vozo no peligrosa baja pero mi esposa y yo vamos a bailar simena abrió la boca para protestar Pero antes de poder reaccionar Héctor la había arrastrado al centro de la pista la orquesta comenzó una melodía lenta envolvente él la atajó hacia Sí demasiado cerca demasiado intenso no vuelvas a permitir que otro hombre te mire así murmuró su aliento rozando su piel simena lo fulminó con la mirada Y desde cuando te importa quién me mire Héctor
sonrió pero no era una sonrisa amable era una advertencia desde que eres mía el corazón de simena se aceleró odiaba que él hablara Así odiaba que su cuerpo traicionara su propio enojo no soy tuya Ferrer é presionó su mano contra su espalda acercándola más lo eres desde el momento en que firmaste ese contrato desde el momento en que pronunciaste ese s simena sintió un ardor en su piel una mezcla insoportable de rabia y algo más oscuro con una sonrisa falsa inclinó la cabeza y pisó su pie con todas sus fuerzas Héctor frunció el ceño sorprendido
pero en vez de soltarla apretó su agarre una chispa de desafío en sus ojos tienes agallas simena ella sonrió con malicia y t un pie menos funcional el aire entre ellos estaba cargado un campo de batalla de emociones encontradas la música terminó pero ninguno de los dos se movió sus cuerpos seguían Unidos sus respiraciones entrecortadas simena tragó saliva Por qué sentía que en esta guerra ambos estaban perdiendo simena caminaba por los pasillos de La Mansión en silencio su mente aún reviviendo el baile con Héctor en la gala cada vez que intentaba convencerse de que lo
despreciaba algo en su interior se agitaba sembrando dudas que no quería reconocer entró en la biblioteca buscando un respiro lejos de los ojos de Héctor el lugar era imponente con ías de madera oscura y el aroma a papel antiguo impregnando el aire sus dedos recorrieron los lomos de los libros hasta que su vista se detuvo en un cajón entreabierto en el gran escritorio el instinto le dijo que no debía tocar nada pero la curiosidad fue más fuerte dentro del cajón un sobre amarillento llevaba el nombre de su padre el corazón de simena se aceleró con
manos temblorosas sacó las cartas la caligrafía era inconfundible su padre había escrito esas palabras Héctor sé que podemos llegar a un acuerdo Confío en que cumplirás tu palabra mi familia ha trabajado estas tierras por generaciones no quiero perderlo todo pero entiendo tu posición Espero que lo que hemos discutido se mantenga entre nosotros no quiero que Salvador interfiera simena sintió un escalofrío su padre había confiado en Héctor y su tío Salvador había estado involucrado su respiración se volvió errática mientras una verdad inquietante comenzaba a formarse en su mente toda su vida le habían dicho que Héctor
era el culpable de su ruina que él les había arrebatado todo pero estas cartas contaban otra historia Qué estás haciendo aquí la voz profunda la sacudió simena giró bruscamente las cartas aún en sus manos Héctor estaba en la puerta con el ceño fruncido observándola con sospecha por un instante pensó en ocultarlas en negar lo evidente pero su instinto le dijo que él sabía perfectamente lo que había encontrado mi padre te escribió estas cartas dijo con firmeza levantándola Héctor no dijo nada pero su mandíbula se tensó por qué nunca me lo dijiste te exigió simena él
caminó lentamente hacia ella su mirada oscura e impenetrable porque no lo habrías creído el silencio entre ellos era sofocante simena sintió que el suelo bajo sus pies tambaleaba si su tío le había mentido sobre esto qué más había distorsionado y lo más aterrador de todo si Héctor no había sido el responsable de su desgracia Entonces tal vez nunca había sido su enemigo la noche envolvía La Mansión Ferrera en un manto de silencio interrumpido solo por el crujir del viento contra las ventanas simena no podía dormir su mente estaba revuelta por las cartas de su padre
por la duda que se enredaba en su pecho y si Héctor no era el verdadero Villano Y si había creído en mentiras toda su vida un ruido en el jardín la sacó de sus pensamientos un chasquido un movimiento entre las sombras se acercó a la ventana con cautela su corazón golpeando con fuerza allí entre los arbustos una silueta conocida se movía ágilmente Luis simena retrocedió con el aliento contenido qué estaba haciendo aquí antes de que pudiera reaccionar la puerta de su habitación se abrió de golpe qué demonios Héctor se quedó inmóvil en el umbral sus
ojos oscuros clavados en la ventana también lo había visto el tiempo pareció ralentizarse Quédate aquí no con frialdad antes de girarse y salir del cuarto con pasos firmes pero simena no tenía intención de obedecer se apresuró Detrás de él bajando las escaleras justo cuando Héctor cruzaba el gran vestíbulo y abría la puerta de la entrada con un solo movimiento furioso Luis aún intentando forzar la cerradura lateral apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando un puño impactó contra su rostro maldito bastardo rugió Héctor sujetándolo por el el cuello de la camisa y empujándolo contra la pared de
piedra déjalo gritó simena corriendo hacia ellos Luis aturdido apenas logró levantar las manos en defensa y vine a sacarte de aquí logró decir entre jadeos Sofía me dijo que estabas en peligro las palabras cayeron como una bomba Sofía simena sintió su piel enfriarse su cuñada había manipulado a Luis usándolo como una herramienta para desatar el caos pero Héctor no escuchaba razones su Furia era incontrolable su mirada oscurecida por algo más que enojo creíste que podías robarme a mi esposa gruñó su agarre tnd no soy tuya gritó simena apartando a Héctor con toda la fuerza que
tenía no soy Algo que puedas poseer la bofetada resonó en el aire antes de que pudiera evitarlo Héctor se quedó quieto su mejilla enrojecida su pecho subiendo y bajando con respiraciones pesadas Te odio susurró simena con la voz temblorosa su mirada Ardiendo de ira pero en el fondo en lo más profundo de sí misma sabía que ese odio venía acompañado de otra emoción igual de peligrosa el sol apena se alzaba sobre la hacienda cuando Héctor apareció en la puerta de la habitación de cimena con el ceño fruncido y una decis férrea en los ojos nos
vamos ordenó simena que aún no había superado la furia de la noche anterior cruzó los brazos no voy a ninguna parte contigo Héctor ignoró su desafío si sigues aquí Sofía y sus manipulaciones seguirán encontrando maneras de usarte no dejaré que eso ocurra Ven conmigo el tono de su voz no daba lugar a discusión simena no tenía opción minutos después cimena se encontraba montada en un caballo con Héctor Cabalgando a su lado y Qué se supone que vamos a hacer preguntó con desdén vas a escucharme simena bufó no tengo nada que escuchar de un hombre que
cree que puede golpear a otro por celos Héctor apretó la mandíbula celos No seas ridícula pero simena lo vio tensarse sobre el caballo su espalda rígida lo Había tocado en su orgullo si no fueron celos dijo con malicia Entonces qué fue Héctor no respondió en cambio aceleró el paso de su caballo como si intentara alejarse de su propia respuesta simena sonrió con burla pero justo en ese instante su caballo se encabritados su cuerpo El golpe seco contra el suelo el aire escapando de sus pulmones luego unas manos fuertes la levantaron con desesperación simena Dime que
estás bien la voz de Héctor sonaba extraña cargada de angustia simena parpadeó aturdida y vio su rostro pálido su mandíbula apretada por el miedo estoy bien susurró pero él no la soltó sus manos se aferraban a ella con una mezcla de pánico y alivio no vuelvas a hacerme esto murmuró más para sí mismo que para ella simena lo observó con el corazón acelerado por primera vez no vio al hombre arrogante y controlador sino a alguien que temía perderla Héctor se dio cuenta de su mirada y de repente sus ojos se encontraron en un silencio abrumador
Había algo nuevo entre ellos algo peligroso algo que simena no sabía si podía resistir y lo peor de todo no estaba segura de querer hacerlo la tormenta rugía afuera el sonido de la lluvia golpeando los ventanales de la mansión Ferrer con fuerza implacable el clima había obligado a simena y Héctor a quedarse dentro solos atrapados en un silencio que se volvía más pesado con cada minuto en el comedor principal una cena había sido servida bajo la luz cálida de los candelabros Héctor bebió un sorbo de vino su mirada fija en simena quien jugueteaba con el
tenedor sin probar bocado no tienes que mirarme como si fuera a envenenarte comentó él con un tono cargado de ironía simena alzó la vista con una expresión de desafío no es el veneno lo que me preocupa respondió con frialdad es la trampa Héctor apoyó los codos sobre la mesa y entre la sol los dedos no hay trampa simena Solo somos tú y yo y ya es hora de que hablemos con la verdad ella desvió la mirada quería resistirse pero parte de ella también ansiaba respuestas Por qué mi padre confiaba en ti preguntó de repente sin
rodeos Héctor exhaló dejando la copa de vino sobre la mesa porque yo confiaba en él simena sintió un escalofrío no esperaba esa respuesta tu padre y yo teníamos una continuó Héctor con la voz más grave Nunca quise su ruina no fui yo quien lo traicionó el aire se Espe simena ya había empezado a sospechar la verdad Salvador susurró ella con el estómago encogido Héctor asintió lentamente fue él quien vendió las tierras a otro postor yo intenté salvarlas pero cuando quise intervenir ya era tarde simena sintió que el mundo giraba a su alrededor toda su vida
había odiado a Héctor por algo que él no hizo por qué nunca me lo dijiste susurró con la voz cargada de emociones encontradas Héctor la miró con intensidad porque nunca me habrías creído el silencio que siguió fue denso simena sentía el corazón acelerado todo lo que había creído se estaba derrumbando no sé qué hacer con esto admitió en un susurro no te odio pero tampoco puedo confiar en ti Héctor la observó por un largo momento antes de inclinarse un poco hacia ella no quiero tu odio simena pero tampoco necesito tu confianza ahora mismo Solo quiero
que veas la verdad simena sostuvo su mirada algo dentro de ella cambió esa noche no en su mente sino en su corazón y eso la asustaba más que cualquier mentira la noche era densa la luna oculta tras nubes oscuras simena sintió el frío de la incertidumbre antes de abrir los ojos su cabeza latía con un dolor punzante trató de moverse pero sus muñecas estaban atadas el aire a su alrededor olía a humedad a concreto viejo no estaba en la mansión Ferrer por fin despiertas la voz hizo que un escalofrío recorriera su espalda Gabriel Velasco simena
levantó la mirada y lo vio en una esquina del cuarto impecable en su traje oscuro con una sonrisa calculada no entiendo que quieres conmigo Dijo con voz tensa Gabriel inclinó la cabeza con la expresión de un gato jugando con su presa lo que quiero no es contigo querida Eres solo la pieza perfecta para hacer caer a Héctor Ferrer cimena apretó los dientes si crees que a salvarme Oh vendrá la interrumpió Gabriel con una seguridad inquietante vendrá y cuando lo haga se dará cuenta de que no puede protegerte de todo simena sintió un escalofrío sabía que
Héctor iría tras ella pero la pregunta era llegaría a tiempo Mientras tanto en la mansión Ferrer el caos se desataba Héctor sostenía el teléfono con fuerza su respiración pesada Gabriel Velasco había cometido un error fatal si le tocas un solo cabello Velasco su voz era puro veneno No te preocupes Ferrer está intacta por ahora respondió Gabriel con evidente burla pero si quieres recuperarla tendrás que venir por ella solo tú la llamada terminó Héctor apretó El puño hasta que sus nudillos se tornaron blancos el miedo era algo que no solí sentir pero esta vez lo sentía
Mateo su asistente de confianza dio un paso adelante qué hacemos Señor Héctor levantó la mirada fría y letal voy por ella Mateo frunció el seño es una trampa lo sé Héctor tomó su chaqueta y salió de la habitación pero nadie me quita lo que es mío y esta vez no pensaba perder simena sintió el Metal frío de las esposas cortando su piel la habitación donde estaba prisionera era pequeña oscura con las sombras de sus miedos eso me decepciona ella levantó el rostro con la dignidad intacta no te daré el placer de verme rogar Gabriel Rio
con diversión eres valiente Pero dime realmente crees que Héctor vendrá a salvarte simena quiso responder con seguridad pero algo en su pecho se encogió no porque dudara de que él vendría sino porque no entendía por qué lo esperaba con tanta desesperación era más que mi miedo era la certeza de que si moría sin haberle dicho la verdad se arrepentiría por el resto de la eternidad porque lo amaba la puerta se abrió de golpe un estruendo sacudió el aire y suéltala Velasco la voz de Héctor resonó como un trueno simena sintió el mundo moverse a su
alrededor Héctor estaba allí su pecho se expandió con un alivio insoportable Gabriel sonrió con burla sabía que vendrías Ferrer siempre fuiste predecible cuando te importaba algo sacó un arma y la apuntó directamente a simena el tiempo se ralentizó Héctor se movió antes de pensar el disparo retumbó en la habitación simena gritó Héctor tambaleó su cuerpo chocó contra el suelo con un golpe seco no simena se liberó de las esposas con un tirón desesperado y cayó de rodillas junto a él la sangre manchaba su camisa sus ojos oscuros la miraban Pero esta vez no con arrogancia
sino con algo más profundo no no hagas esto susurró cimena presionando la herida con sus manos sus lágrimas caían sobre su Piel Caliente Tienes que vivir Héctor intentó sonreír pero su rostro se crisp de dolor no podía dejar que te imara simena sintió su corazón romperse Por qué harías esto susurró con voz ahogada Héctor la miró como si la respuesta fuera obvia por qué eres mía simena sollos incapaz de contenerse más No me digas eso no cuando ni siquiera sabes la verdad los labios de Héctor se curvaron en una sonrisa débil dímela Entonces ella tomó
su rostro con su sus lágrimas cayendo sin control Te amo Héctor y justo cuando la confesión salió de sus labios él cerró los ojos el aire en la habitación era espeso cargado de un silencio aterrador simena tenía las manos empapadas de sangre no no puedes hacerme esto su voz salió rota temblorosa mientras presionaba la herida de Héctor con desesperación él seguía inmóvil su respir irregular despierta le suplicó su frente apoyada contra la de él no te atrevas a dejarme las lágrimas ardían en su piel su corazón golpeaba su pecho con fuerza descontrolada era la primera
vez que realmente tenía miedo de perderlo porque lo amaba lo había odiado lo había rechazado lo había desafiado a cada paso pero jamás imaginó un mundo en el que él no existiera escuchaste lo que que te dije susurró con la voz entrecortada te amo sus dedos temblaban al apartarle un mechón de cabello empapado de sudor nunca se lo había admitido ni siquiera a sí misma hasta que pensó que era demasiado tarde por favor cerró los ojos su aliento quedando Atrapado en su garganta Quédate conmigo las puertas Se abrieron de golpe Mateo y dos médicos irrumpieron
en la habitación necesitamos llevarlo al hospital ahora ordenó uno de ellos mientras otro revisaba la herida de Héctor simena sintió como la apartaban pero sus manos se negaban a soltarlo señora Ferrer Mateo le habló con voz urgente déjenos ayudarlo simena apenas sintió su propio cuerpo moverse todo se volvió borroso los médicos lo colocaron en una camilla conectándolo a un suero está de pero con suerte uno de ellos murmuró mientras lo sacaban de la habitación con suerte simena sintió su pecho oprimir Héctor Ferrer no era un hombre que confiara en la suerte pero esta vez ella
no tenía más opción que hacerlo horas después las luces del hospital parpadeaban con un resplandor frío simena no había abandonado la sala de espera ni un segundo su vestido estaba arrugado sus manos seguían manchadas con Rastros de sangre seca Mateo se sentó a su lado con la mirada preocupada el médico dijo que lo estabilizaron pero pero no saben si despertará terminó ella su voz casi un susurro un nudo ardiente se formó en su garganta no lo soportaría Héctor tenía que abrir los ojos tenía que verla porque ella aún no había tenido la oportunidad de decirle
todo lo que necesitaba y no iba a dejar que su historia terminara así el sonido de un monitor cardíaco fue lo primero que percibió un pitido constante monótono como si su propia existencia estuviera reducida a una máquina Héctor abrió los ojos con esfuerzo la luz blanca del hospital Le hirió la vista y el dolor en su pecho le recordó lo que había pasado parpadeó lentamente Y entonces la vio simena dormía con la cabeza apoyada en su cama su mano sosteniéndola de él su cabello estaba revuelto su respiración era pausada pero su rostro estaba marcado por
el cansancio y el dolor estuvo aquí todo el tiempo Héctor sintió una punzada en su interior ella lo había odiado lo había desafiado pero ahora estaba allí no pudo evitar mover ligeramente los dedos simena reaccionó al instante sus ojos Se abrieron y Cuando lo vio despierto sus labios se entre abrieron con incredulidad vctor él quiso responder pero su garganta estaba seca simena se incorporó de golpe sus ojos llenos de Lágrimas pero no de tristeza de alivio voy a llamar al médico murmuró soltando su mano con suavidad Pero antes de que pudiera moverse Héctor la sujetó
con la poca fuerza que tenía te quedaste su voz salió áspera débil simena lo miró con algo profundo en los ojos no iba a irme susurró no después de lo que hiciste por mí Héctor sintió su pecho apretarse No por la herida sino por la mujer que tenía frente a él pero en momento se rompió con un ruido en la puerta Sofía llevaba puesto un abrigo negro su expresión era fría pero en sus ojos Había algo que Héctor no reconocía culpa estás vivo fue lo único que dijo simena sintió el aire en la habitación volverse
tenso se levantó de la Silla con la mirada afilada Qué haces aquí Sofía su cuñada dejó escapar un suspiro y desvió la vista vine porque tenía que decírtelo dirigió la mirada a Héctor su expresión endureciéndolas el silencio fue atronador simena sintió que su estómago se hundía Héctor no reaccionó de inmediato solo la observó con una calma peligrosa Por qué Sofía levantó la barbilla Pero había una fisura en su orgullo porque pensaba que estabas perdiendo el control porque creí que simena te Estaba volviendo débil simena sintió una punzada en el pecho pero no de enojo sino
de comprensión Sofía siempre había sido Leal a su hermano pero no de la manera correcta no tienes idea de lo que hiciste murmuró Héctor con la voz más baja que nunca Sofía exhaló con frustración tal vez susurró con un dejo de resignación pero ya no hay vuelta atrás Héctor cerró los ojos por un momento lo que su hermana había hecho no tenía justificación Pero había algo en su rostro algo que hacía que por primera vez pareciera realmente arrepentida simena sostuvo su mano con fuerza no tienes que decidir esto Ahora susurró solo descansa Héctor la miró
Y por primera vez supo que no tenía que enfrentar esto Solo porque simena estaba con él el sol comenzaba a ocultarse en el Horizonte Cuando simena regresó a la habitación de hospital de Héctor habían pasado días desde su recuperación pero algo dentro de ella no encontraba paz se detuvo estuvo en la puerta observándolo en silencio Ya no era el hombre imponente que había conocido el empresario frío que creía controlar todo ahora lo veía con otros ojos no como su enemigo sino como el hombre que arriesgó su vida por ella por primera vez aceptó la verdad
que había estado negando siempre creyó que estaba luchando contra Héctor contra su control contra la forma en que la hacía sentir atrapada pero la verdadera batalla había sido con ella misma había estado luchando contra el amor cerró los ojos inhalando profundamente ya no podía seguir huyendo entró en la habitación con pasos suaves Héctor giró la cabeza hacia ella y al verla su expresión se suavizo pensé que estabas evitando verme murmuró con voz ronca simena dejó escapar una risa leve Quizás lo estaba admitió sentándose en el borde de la cama pero no puedo seguir haciéndolo Héctor
frunció el seño levemente como si intentara leer sus pensamientos A qué te refieres simena tomó aire y lo miró directamente a los ojos no tenía miedo esta vez a que pasé demasiado tiempo creyendo que odiarte era más fácil que aceptar lo que realmente sentía los ojos de Héctor brillaron con algo nuevo simena bajó la mirada Por un segundo antes de alzar una mano y tocar su rostro con suavidad Héctor Te amo él se tensó Bajo su toque sorprendido por la confesión no esperaba esas palabras pero antes de que pudiera responder simena cerró la distancia entre
ellos y lo besó no fue como los besos anteriores llenos de rabia o desafío fue un beso real entregado sin miedo Héctor tardó solo un segundo en reaccionar antes de hundir los dedos en su cintura y prof el beso con desesperación contenida era como si todo el fuego que habían reprimido finalmente los consumiera simena se aferró a él dejando atrás cada mentira cada pelea cada resistencia porque finalmente entendía que Héctor Ferrer nunca había sido su jaula él había sido su elección El Gran Salón de la mansión Ferrer estaba lleno de tensión Héctor se mantenía de
pie en el centro de la sala con simena a su lado mientras Sofía permanecía frente a él con la espalda rígida y la mirada desafiante Los Socios de la familia empleados de confianza y figuras influyentes habían sido convocados esta era una sentencia pública realmente harás esto la voz de Sofía cortó el silencio su tono gélido pero tembloroso Héctor sostuvo su mirada con frialdad me traicionaste Sofía no solo a mí sino a todo lo que construimos Sofía apretó los puños lo hice para proteger el legado de nuestra familia para protegerte de ella dirigió una mirada de
puro odio a simena simena no se inmutó ya no le temía no fue por la familia dijo Héctor con voz dura fue por tu propio egoísmo por tu obsesión con controlarlo que no puedes un murmullo recorrió la sala los presentes intercambiaban sabiendo que lo que estaba por suceder no tenía vuelta atrás Héctor enderezó los hombros su sentencia era Clara a partir de hoy estás fuera de esta empresa fuera de mi vida no quiero volver a verte la respiración de Sofía se volvió errática no puedes hacer esto susurró pero su voz ya no tenía la misma
firmeza Ya lo hice Héctor la observó con desapego te di mi confianza y la destruiste ahora no tienes nada Sofía tembló pero rápidamente escondió su vulnerabilidad detrás de una sonrisa venenosa te arrepentirás de esto espetó con la mirada llena de resentimiento ella te destruirá Héctor se giró hacia simena su odio desbordándose eres una oportunista llegaste a esta casa como una prisionera y ahora crees que puedes quedarte con todo pero no eres más que una extraña en este mundo simena no Se movió ya no era la mujer que Sofía creía que podía derribar con una última
mirada de desprecio Sofía se alejó con la cabeza en alto pero con el peso de su caída reflejado en cada paso las puertas Se cerraron tras ella su reinado había terminado Héctor soltó un largo Suspiro y miró a simena ella sin decir nada tomó su mano no necesitaban palabras solo el entendimiento de que juntos seguirían adelante el despacho de Héctor estaba asumido en un silencio denso simena Se mantuvo de pie frente a él con la espalda recta y la mirada firme sabía lo que iba a decirle antes de que él abriera la boca podía sentirlo
en el aire Héctor se apoyó en su escritorio Cruzando los brazos sobre el pecho su rostro no tenía la dureza de antes pero sus ojos estaban cargados de algo más profundo todo esto comenzó con una obligación dijo finalmente un contrato un acuerdo simena no apartó la mirada lo sé Héctor inspiró profundamente pero ya no hay contratos entre nosotros eres libre simena puedes irte si es lo que quieres el corazón de simena se detuvo Por un segundo era lo que había deseado desde el principio no Por qué entonces no sentía alivio Héctor continuó su voz más
baja no quiero que estés aquí porque no tienes otra opción quiero que estés aquí porque lo eliges simena sintió su pecho apretarse él estaba entregándole todo su poder de decisión no porque quisiera perderla sino porque quería que fuera su igual se acercó un poco sin romper el contacto visual Y si elijo quedarme Héctor no vaciló Entonces será porque quieres estar a mi lado como mi esposa como mi compañera simena cerró los ojos un segundo dejando que las emociones se asentaran dentro de ella había pasado por tanto había odiado tanto había resistido tanto pero en el
fondo había estado luchando por algo que ya no existía cuando volv vió a abrir los ojos ya tenía su respuesta me quedo la tensión en el rostro de Héctor desapareció pero él no se movió esperaba algo más simena se acercó completamente a él y le tomó el rostro entre las manos pero con una condición susurró seremos iguales Héctor entrecerró los ojos siempre lo fuimos solo tardaste en verlo simena sonrió y esta vez no había dudas en ella se inclinó sobre él y lo besó esta vez no había ataduras no había miedo solo la certeza de
que se pertenecían el sol brillaba alto sobre San Cristóbal el pueblo donde todo había comenzado Las calles polvorientas y las casas desgastadas por el tiempo seguían allí pero algo había cambiado simena descendió del coche con el corazón latindo en el pecho Héctor la acompañaba su presencia firme a su lado los pobladores los miraban con curiosidad y desconfianza aún recordaban su apellido para ellos Héctor Ferrer era el hombre que había arrasado con las tierras de su familia el hombre que representaba poder y control pero hoy él no venía a tomar venía a devolver lo que Nunca
debió haber sido arrebatado Don Rodrigo el abogado de confianza de Héctor esperó en la plaza con un sobre en mano dentro los documentos de las tierras que una vez habían pertenecido a la familia Durán simena miró a Héctor en silencio Este era su último acto de redención él Le entregó el sobre con calma esto siempre debió ser tuyo dijo con voz firme pero Serena ahora lo es de nuevo simena sintió un nudo en la garganta al abrir el documento allí estaba su apellido miró a los pobladores quienes comenzaban a darse cuenta de lo que sucedía
sus ojos se llenaron de asombro y susurros de incredulidad recorrieron el lugar es cierto murmuró una mujer las tierras vuelven a ser de la familia Durán un anciano que había conocido a su padre se acercó con el rostro lleno de emoción tu padre estaría orgulloso de ti niña simena sintió que sus ojos se llenaban de Lágrimas hctor se estuvo en silencio observándola no pedía gratitud no pedía reconocimiento solo quería verla recuperar lo que le pertenecía ella tomó su mano con fuerza Gracias susurró solo para él los pobladores comenzaron a reunirse alrededor de ellos algunos todavía
con dudas otros con esperanza las tierras estaban de vuelta en sus manos pero lo más importante era que simena había encontrado su lugar Héctor no la había salvado ella se había salvado a sí misma y él había demostrado que podía ser el hombre en el que ella podía confiar cuando finalmente se giraron para marcharse simena sintió que algo en su pecho se acomodaba en su lugar un capítulo de su vida se cerraba y otro completamente nuevo estaba por comenzar el sol bañaba la hacienda con una luz dorada y cálida esta vez no había frialdad no
había contratos no había imposiciones simena iba a casarse con Héctor Ferrer Pero esta vez por amor se miró en el espejo de su habitación con un vestido blanco sencillo sin el peso de las joyas opulentas de la primera boda no era una esposa vendida era una mujer que elegía su destino Doña Ramona su abuela se acercó con una sonrisa suave te ves hermosa niña simena tomó su mano con ternura esta vez es diferente Así es como siempre debió ser respondió la anciana con sabiduría simena respiró hondo y salió de la habitación no había un altar
grandioso ni cientos de invitados curiosos como la primera vez solo estaban las personas que realmente importaban al fondo del jardín Héctor la esperaba esta vez su mirada no tenía dureza solo simena caminó con paso firme sin miedo cada paso era una decisión cuando llegó a su lado Héctor le tomó la mano con delicadeza segura de esto murmuró Aunque su voz tenía un dejo de emoción ella sonrió nunca había estado tan segura de algo el juez comenzó la ceremonia pero simena apenas escuchaba solo veía a Héctor cuando llegó el momento de los votos Héctor tomó aire
y la miró con intensidad la primera vez que te puse un anillo lo hice con orgullo pero sin amor hoy lo hago con todo mi corazón simena sintió que su pecho se apretaba con dulzura Yo también acepté casarme contigo sin elección Pero hoy te elijo a ti no hubo órdenes no hubo contratos solo amor el juez sonrió ahora pueden y Héctor sin dudarlo la tomó entre sus brazos y la besó Como si fuese la única mujer en el mundo los aplausos y vítores quedaron en segundo plano solo existían ellos dos esta vez su historia comenzaba
de la manera correcta las luces del jardín brillaban con un resplandor cálido reflejándose en los rostros felices de los invitados la hacienda Ferrer estaba llena de vida risas y música era una celebración diferente a cualquier otra no era un evento frío y lleno de apariencias sino un festejo real de amor y felicidad simena miró a su alrededor viendo como la gente disfrutaba como su familia y las personas de San Cristóbal celebraban con ellos todo lo que una vez sintió como una jaula ahora era su hogar una melodía suave comenzó a sonar el primer baile y
cuando giró la cabeza allí estaba Héctor la mano baila conmigo murmuró con una sonrisa cimena tomó su mano sin dudar la música Los envolvió mientras él la guiaba con movimientos fluidos esta vez no había tensión no había resistencia Solo dos almas que finalmente se habían encontrado recuerdas nuestro primer baile preguntó Héctor con una sonrisa divertida simena rió suavemente sí yo estaba furiosa y me pisaste el pie lo merecías Héctor la acercó más su aliento cálido contra su piel y ahora sigues queriendo pisarme simena Lo miró con dulzura no Ahora solo quiero quedarme aquí contigo Héctor
deslizó una mano por su cintura y la abrazó más fuerte Entonces quédate para siempre simena apoyó la cabeza en su pecho mientras seguían moviéndose al ritmo de la música todo lo que habían pasado los había llevado a este momento ya no había odio ni guerra ni cadenas solo amor y mientras el mundo giraba a su alrededor Héctor y simena se quedaron allí danzando bajo las estrellas sabiendo que su historia al fin estaba completa juntos para siempre El Sol de la tarde tenía el cielo con tonos dorados y naranjas mientras el viento cálido acariciaba los campos
que alguna vez habían pertenecido a su familia simena se encontraba en el umbral de la Hacienda restaurada la misma que un día le habían arrebatado pero que ahora volvía a ser suya cada piedra cada Viga de madera cada Rincón de ese lugar llevaba consigo recuerdos de su infancia de las risas de sus padres del aroma del pan recién horneado por su madre era más que una propiedad era su legado respiró profundamente y cruzó el umbral caminando con paso lento hasta el pequeño cementerio familiar detrás de la casa allí entre los viejos árboles que daban sombra
a las tumbas descansaba su padre se arrodilló frente a la lápida pasando suavemente los dedos sobre el nombre grabado en piedra papá el viento pareció susurrar entre las hojas como si la tierra misma la escuchara había pasado tanto desde la última vez que estuvo allí había cargado tanto odio tanto dolor que no se había permitido regresar antes pero ahora todo era diferente perdí el camino susurró con la voz cargada de emoción me aferré a la rabia durante tanto tiempo que no vi la verdad cerró los ojos y dejó que el viento llevara sus palabras pero
encontré algo más encontré amor simena sonrió suavemente No fue fácil su historia con Héctor había sido turbulenta una batalla constante entre Orgullo y deseo entre resentimiento y entrega Pero al final había valido la pena levantó la vista al cielo finalmente sé donde pertenezco tomó una Pequeña Flor Silvestre y la dejó sobre la tumba era su manera de decirle a su padre que estaba en paz sintió pasos acercándose no necesitaba girarse para saber quién Héctor se detuvo junto a ella en silencio no interrumpió su momento solo estuvo allí como siempre lo hacía ahora sin presiones sin
imposiciones simena se puso de pie y lo miró con una sonrisa Serena estoy lista Héctor entrelazo sus dedos con los de ella y le dio un leve apretón vámonos a casa simena miró una última vez la tumba de su padre sintiendo que por primer vez en años no había vacío en su corazón se giró y caminó junto a Héctor dejando atrás el pasado porque el verdadero hogar del corazón no era un lugar era la persona con la que elegías compartir la vida y ella finalmente había encontrado el suyo
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