Dios quiere que escuches estas palabras. Solo te tomará un momento, querido hijo mío. Hoy te traigo una señal, la que tanto has buscado.
Sé que en tu corazón hay una carga pesada, que el cansancio te agobia y la fatiga te arrastra en este caminar. A veces sientes que los problemas son montañas imposibles de escalar y que tus oraciones parecen no llegar a mis oídos. Te preguntas si realmente te estoy mirando, si mis ojos te ven en medio de tanto dolor y lucha.
Tal vez sientes que no hay quien te comprenda, que el amor parece ausente y que las sombras de tus dificultades te rodean sin cesar. Pero hoy quiero que escuches mi voz, que te habla suavemente desde lo más profundo de tu ser. Yo te conozco, hijo amado, conozco en lo más íntimo.
Sé cada deseo que mora en tu corazón, cada anhelo que llevas dentro, cada sueño que crees que tal vez nunca se hará realidad. Conozco tus esfuerzos, tu afán por hacer mi voluntad, por permanecer en oración y en fe. Aunque el cansancio te embargue, sé cuánto te entregas.
Aunque te sientas agotado, sé que sigues buscando mi rostro. Y por eso, hoy te traigo mi palabra. No temas, querido mío, no temas lo que viene.
Aunque el camino parezca incierto y las sombras se alarguen, quiero que sepas que no estás solo, que mi presencia te rodea. En cada paso que das, yo soy tu Dios, y como un padre que cuida a su hijo, te sostengo con mis brazos de amor. Toma fuerzas en mí, levántate con confianza, porque tú eres mi hijo, mi tesoro precioso, y nunca te dejaré.
Estoy contigo, ahora y siempre, y te aseguro que te levantaré sobre todas tus pruebas. Serás la cabeza y no la cola, estarás por encima de tus circunstancias y no debajo de ellas. Voy a honrar tu esfuerzo, te pondré en un lugar de autoridad, un lugar donde puedas actuar con justicia y verdad, guiado por mi sabiduría celestial.
Serás bendecido, mi amado, y tu vida será un reflejo de mi gracia. Así como una flor florece en su máximo esplendor, tú también crecerás y prosperarás. Te haré un faro de luz para otros, un testimonio de mi amor y mi poder en el mundo.
Aquellos que te rodean verán en ti la paz que proviene de mi presencia y la abundancia que fluye desde mi corazón hacia el tuyo. Estoy preparando cosas maravillosas para ti, mucho más grandes y hermosas de lo que puedes imaginar en este momento. Mantente alerta y expectante, porque las oportunidades que has estado esperando llegarán con una fuerza arrebatadora, como un torrente de bendiciones que inundarán.
Recibas todo lo que has pedido con fe desde este día. Cada lágrima que derrames será de alegría, será una lágrima de gratitud, porque verás cómo mis promesas se cumplen una por una. Tu corazón rebosará.
Quiero que recuerdes siempre esto: tú eres mi tesoro más preciado. Yo, tu padre celestial, nunca dejaré de bendecirte, de guiarte, de fortalecerte. Te haré florecer en cada temporada de tu vida, y las bendiciones fluirán como un río que no cesa.
Te daré paz, te daré prosperidad y te llenaré de gozo. Mi amor por ti no tiene fin y no importa lo que hayas vivido hasta ahora, lo mejor está por venir. Te abrazo con todo mi ser y te aseguro que mi plan para ti es perfecto, lleno de bien, de paz y de esperanza.
Así que levanta la cabeza, hijo mío, porque hoy es el día en que mis promesas empiezan a manifestarse en tu vida. Yo soy tu Dios y nunca te fallaré. Escribe "Amén" en los comentarios para recibir las bendiciones que Dios tiene preparadas para ti.
Que Dios te bendiga, suscríbete y hasta la próxima.