Esta chica es hija de Elon Musk y tiene 20 años. Hace dos años, justo cuando cumplió 18, presentó una solicitud en el tribunal diciendo que no quiere estar relacionada con su padre. la vida de la gente rica y famosa puede ser realmente complicada.
El dinero te puede comprar una casa, pero no te asegura una familia. De hecho, los multimillonarios más ricos de Estados Unidos, se divorcian a una tasa del 49%. ¿Por qué alguien querría ser como ellos?
A veces, ni siquiera ellos quieren ser como son. Lo que realmente necesitamos es una buena autoimagen, y el dinero no puede comprar eso. Al final de la vida, nadie se arrepiente de no haber ganado más dinero, y esto debería hacernos pensar sobre su verdadero valor.
Sí, el dinero puede comprarte una cama, pero no te garantiza que puedas dormir. Te puede comprar un reloj, pero no te da más tiempo. También te puede comprar comida, pero no te garantiza que tengas hambre.
Esta es la realidad para muchas personas. Sin embargo, otros dicen: “Si el dinero no te hace feliz, es porque no estás ganando lo suficiente”. O “El dinero no puede comprarte la felicidad, pero la pobreza no te compra nada”.
Entonces, ¿qué es lo cierto? ¿Ganar mucho dinero te da más felicidad? ¿Son las personas más ricas las más felices del mundo?
Hay una historia muy conocida sobre un hombre de negocios y un pescador que nos puede ayudar a entender mejor esta idea. Un día, en una playa, un pescador estaba relajado, disfrutando del aire fresco mientras su caña de pescar estaba enterrada en la arena a su lado. En ese momento, un empresario pasó por ahí y al verlo tumbado, le dijo que si seguía así no iba a atrapar muchos peces, que debería esforzarse más.
El pescador, tranquilo, le preguntó qué debería hacer entonces. El empresario le sugirió que comprara una red grande, porque con la caña solo podía atrapar un pez a la vez, pero con una red pescaría muchos más. Entonces el pescador le preguntó: '¿Y qué hago con tantos peces?
' A lo que el empresario le respondió que los vendiera en el mercado, que así ganaría más dinero. El pescador volvió a preguntar: '¿Y qué haría con ese dinero? ' El empresario, ya un poco irritado, le sugirió que comprara un barco, y con eso podría pescar aún más peces y ganar más dinero.
El pescador siguió preguntando: '¿Y qué haría con tanto dinero? ' Ahora el empresario, aún más frustrado, le dijo que con ese dinero podría contratar empleados, pescar aún más peces, y hacerse muy rico. Finalmente, el pescador le preguntó: '¿Y después de todo eso qué haría?
' El empresario le respondió que, entonces, podría relajarse en la playa y disfrutar de su vida. El pescador, mirándolo con calma, le dijo: 'Pero si eso es justo lo que estoy haciendo ahora'. ¿Entendéis lo que nos cuenta esta historia?
Nos hace pensar. Si no fuera por el comentario del empresario sobre relajarse en la playa después de ganar tanto dinero, el pescador no habría tenido un final tan gracioso en su respuesta. " Si el empresario hubiera dicho que al hacerse rico podría beber el vino más caro del mundo, el pescador probablemente habría respondido que no bebe.
Y si el empresario hubiera continuado diciendo que podría comprarse ropa de lujo, el pescador podría haber contestado que no necesita ropa cara, porque está feliz con su camiseta. Si el empresario hubiese sugerido que con tanto dinero podría alojarse en un hotel de 5 estrellas y disfrutar de la comida de allí, el pescador habría dicho '¿Qué sentido tiene estar en una habitación de hotel de 5 estrellas, cuando la verdadera paz está aquí, en la naturaleza? '.
El aire fresco, el mar inmenso y los árboles, cocinar el pescado que él mismo pesca, le darían más satisfacción que cualquier comida de lujo en un hotel. ¿Ves el punto de esta historia? Tiene mucho sentido.
A nuestro alrededor, hay muchas personas que no usan ropa cara, no comen en hoteles de lujo ni ganan fortunas, pero aun así son felices y se sienten satisfechas. Por otro lado, también hay gente rica, con mucho dinero, que no es feliz. Tomemos el ejemplo de Elon Musk, la persona más rica del mundo.
En julio de 2017, Musk publicó un tweet donde decía: “La realidad es que hay grandes altibajos y un estrés constante. No creo que la gente quiera oír hablar de los dos últimos” Mira este informe del Wall Street Journal del año pasado. Revela que personas cercanas a Musk lo han visto consumir ketamina en pequeñas dosis.
Aunque luego él minimizó el tema, diciendo que la depresión está sobrediagnosticada en Estados Unidos, y que por lo que ha visto con amigos, tomar ketamina de vez en cuando es una de las mejores opciones. Esto nos lleva a otro aspecto de su vida. Su hija, que tiene 20 años, a los 18 presentó una solicitud ante el tribunal expresando que no quiere tener ningún tipo de relación con su padre.
Si el dinero pudiera comprar toda la felicidad, a Elon no le faltaría, ¿verdad? Entonces, ¿por qué su relación con su hija es tan tensa? El año pasado, su biógrafo reveló que Elon Musk estaba profundamente afectado por la distancia con su hija, ya que no tienen contacto.
¿Por qué su hija no quiere pasar tiempo con él? Elon Musk y su primera esposa, Justine Wilson, se divorciaron en 2008. Después, se casó con la actriz británica Talulah Riley, pero se divorciaron dos años después.
Luego tuvo una relación con la cantante canadiense Grimes, y tras tres años, también se separaron. Además de estas relaciones, ha tenido otras aventuras, pero ninguna funcionó. Según un informe de Insider del año pasado, Elon Musk está soltero ahora.
Entonces, ¿por qué estas mujeres no encontraron la felicidad con uno de los hombres más ricos del mundo? Podrías pensar que el caso de Elon Musk es algo excepcional, pero no lo es. No es el único multimillonario que enfrenta este tipo de problemas.
La segunda persona más rica del mundo es Jeff Bezos, también está divorciado. La tercera persona más rica del mundo es Bernard Arnault, y él también se divorció. Además de ellos, Larry Ellison, Bill Gates y Sergei Brin, que están entre los 10 más ricos del mundo, también se han divorciado.
En total, 6 de estas personas ya se han separado. Según un estudio de la revista Forbes, los multimillonarios mas ricos de Estados Unidos, se divorcian a una tasa del 49%. Es decir, prácticamente uno de cada dos multimillonarios está divorciado, en línea con la tasa del 40% al 50% entre la población general.
Lo curioso es que a los multimillonarios no les falta dinero, entonces, ¿por qué se divorcian? Esto nos hace pensar en lo de siempre: puedes comprarte una casa con dinero, pero no una familia. Incluso con tanto dinero, los hermanos llegan a pelear entre ellos, y ¿para qué?
Por más dinero. Aunque ya tengan millones, no se sienten satisfechos, quieren más y más, y terminan discutiendo por ello. Un ejemplo extremo fue el de los hermanos Ponty Chadha, del negocio de bebidas alcohólicas y propietarios de Wave Cinemas, que se mataron entre ellos en un enfrentamiento.
También está el famoso caso de los hermanos Ambani, cuya pelea legal duró años. Se hicieron declaraciones públicas en contra del otro, hasta que en 2009 el entonces ministro de Finanzas, Pranab Mukherjee, les pidió que resolvieran sus problemas en privado porque ya estaban afectando a los mercados. En nuestra sociedad y en redes sociales, mucha gente ve a estos multimillonarios como inspiración y quieren ser como ellos.
Pero hace tres años, cuando le preguntaron a Elon Musk cómo se puede llegar a ser como él, mira lo que respondió: 'No deberían querer serlo. Creo que suena mejor de lo que es. No estoy seguro de querer ser yo'.
La vida de muchas personas ricas y famosas es así de complicada. En un artículo de 2021, El terapeuta de los súper ricos: son tan miserables como los describe Succession. Hablaba de que muchos multimillonarios con los que trabajo tienen problemas de confianza, carecen de un sentido de propósito y luchan con la vergüenza, la culpa y el miedo.
Tienen problemas para confiar en los demás, lo que hace que sus vidas sean estresantes y miserables. Algunos famosos llegan a deprimirse tanto que terminan quitándose la vida. Pratyusha Banerjee, famosa por su papel en la serie de televisión Balika Vadhu, un día la encontraron fallecida de repente.
Robin Williams, el famoso comediante de Hollywood que hacía reír a todo el mundo, escondía su tristeza y depresión tras su sonrisa. Kurt Cobain, el cantante de Nirvana, se *** a los 27 años, en pleno éxito. Ninguno de ellos carecía de dinero, pero el dinero no pudo darles la felicidad.
También hay otros nombres famosos que, por suerte, lograron escapar de la depresión. Un ejemplo es el humorista y presentador estadounidense Jim Carrey, quien ha hablado abiertamente de sus luchas con la depresión. Dijo que esa experiencia le ayudó a valorar las cosas más simples de la vida.
Otro ejemplo es Lady Gaga, quien también sufrió de depresión y aprendió a priorizar su salud mental. Hoy en día lidera campañas de concientización sobre el tema y promueve la importancia de pedir ayuda y cuidar el bienestar emocional. Aparte de los casos de depresión, hay muchas personas que, aunque no estén deprimidas, no parecen estar satisfechas con sus vidas.
Algunos actores de Hollywood, cuyas películas han recaudado miles de millones de dólares, siguen buscando más dinero promocionando productos que han sido muy criticados. Por ejemplo, Leonardo DiCaprio ha sido cuestionado por ser la cara de campañas para relojes de lujo y automóviles, lo que contradice su imagen de activista ambiental, ya que estos productos contribuyen a la contaminación y el consumismo. Matthew McConaughey ha sido criticado por sus anuncios para autos de alta gama, como Lincoln, que promueven un estilo de vida basado en el lujo y el exceso.
¿Te imaginas el nivel de codicia que se necesita para sacrificar tu responsabilidad social solo por ganar más dinero? Si no están satisfechos con los millones que ya tienen, ¿realmente los pocos millones más que ganan promocionando estos productos les van a dar satisfacción? Nosotros creemos que no.
Por eso, amigos, es importante poner la felicidad y la satisfacción por encima del dinero. Pero, lamentablemente, la mayoría de la gente está cegada por la codicia. Aquellos que hacen del dinero su principal objetivo piensan que serán felices solo cuando tengan una cierta cantidad de riqueza, pero eso no es verdad.
Puede que algunos de vosotros penséis que, aunque los ricos estén insatisfechos y deprimidos, los pobres también lo están. Los pobres también se tiran al vacío, sufren depresión y tienen problemas familiares. También están insatisfechos con su vida, y tenéis razón al pensar así.
No lo negamos. No estamos diciendo que los pobres sean más felices. Lo que queremos dejar claro es que, si con poco dinero no eres lo suficientemente consciente de que la felicidad se encuentra estando contento con uno mismo y teniendo buenas relaciones sociales, tampoco lo serás siendo millonario.
Si alguien vive en la pobreza, claramente hay que ayudarle a salir de esa situación. Romantizar la pobreza está mal. A veces en las redes sociales vemos fotos de niños pobres estudiando bajo una farola, y algunos dicen que es inspirador.
Pero no deberíamos inspirarnos con esas imágenes, deberíamos sentir tristeza porque aún haya niños que tengan que estudiar en esas condiciones. Tienes que ver el dinero es como una base. Se necesita una cierta cantidad de dinero para vivir con un mínimo de bienestar.
Tener una casa digna, asegurarte de que tu familia tenga seguro médico, poder darle una buena educación a tus hijos, y no tener que pensarlo dos veces antes de gastar dinero en cosas básicas como comida, agua y productos esenciales. Es cierto que alcanzar la felicidad es mucho más posible cuando tienes una base económica estable. Entonces, la pregunta es: ¿cuánto dinero se necesita?
La cantidad exacta varía para cada persona, pero para todos hay un punto en el que tener más dinero ya no te hace más feliz. Y este nivel no es tan alto como podrías pensar. También se dice mucho que tus 20 y 30 años son para matarte trabajando para relajarte a los 40.
Creernos, esta etapa en la que se te dice que trabajes y ganes dinero es también el momento en el que debes disfrutar de tu vida. Mucha gente cree que si su coche cuesta 50. 000$, el siguiente tiene que ser más caro, y seguir subiendo hasta poder tener un Mercedes.
Lo único que realmente vale la pena mejorar es cómo te ves a ti mismo, y, aunque no lo creas, eso no lo puedes conseguir con dinero. Debes trabajar en mejorar tu autoestima hasta el punto en que no necesites un Mercedes para demostrar algo. Tienes que dejar de compararte con las vidas que ves en las redes sociales, donde la gente solo muestra lo que quiere presumir.
Lo que ves en Instagram es una fachada, porque la realidad detrás de esas caras sonrientes de los ricos y famosos suele ser muy diferente. Presumir en redes, tratar de dar celos a otros y, a la vez, sentir envidia de los demás, es un círculo vicioso del que tienes que salir. Esta cultura impulsa una carrera sin fin por el dinero.
Ves a alguien con un reloj caro y sientes la necesidad de tener uno también, porque si no, eres menos que esa persona. Este problema empeora cuando algunos 'gurús' de la motivación o millonarios lo refuerzan. Seguro has visto anuncios en YouTube diciendo cosas como: '¿Por qué no eres millonario todavía?
' o 'Si tienes más de 30 años y no has ganado 100. 000$ entonces algo estás haciendo mal'. Como si ser millonario fuera el único objetivo real en la vida.
El dinero es el resultado de tu trabajo y esfuerzo, no debe ser tu único objetivo. Estas personas también te venden la idea de 'jubilarte joven, a los 45 años'. Pero, ¿qué harás después de jubilarte a esa edad?
¿Vas a pasar el resto de tu vida sin rumbo? Estos gurús de la motivación te muestran a personas como Elon Musk o Mukesh Ambani y te dicen que puedes ser el próximo. Como si ser científico, profesor, médico, arquitecto o historiador no fueran profesiones valiosas o lucrativas.
Parece que todo el mundo tiene que convertirse en un empresario multimillonario. Lo que no se dan cuenta es que, en realidad, personas como Musk o Ambani podrían estar envidiando a gente común, que está más satisfecha y feliz con sus vidas. La persona que ha rechazado un ascenso en un trabajo que ya está bien pagado puede disfrutar todas las tardes de sus amigos, familia, o irse a conocer mundo.
¿Qué estará haciendo Mukesh Ambani? Seguramente, en reuniones. Esta historia es graciosa, pero tiene un toque de verdad.
Una enfermera australiana llamada Bronnie Ware, que trabajaba en cuidados paliativos con personas al final de su vida, documentó los mayores arrepentimientos de sus pacientes en su libro 'Los 5 principales arrepentimientos de los moribundos'. Ella preguntó a personas con enfermedades terminales qué era lo que más lamentaban en su vida, y sus respuestas fueron sorprendentes. El primero es que no vivieron una vida fiel a ellos mismos, sino que vivieron según lo que otros esperaban de ellos.
Se arrepienten de no haber vivido bajo sus propios términos, y de haber pasado su vida tratando de agradar a los demás. El segundo gran arrepentimiento es haber trabajado demasiado. Lamentan haberse enfocado tanto en el trabajo, en su carrera y en ganar dinero, en lugar de haber pasado más tiempo con sus seres queridos.
El tercero es que no expresaron sus sentimientos. Muchos lamentan no haber sido más honestos consigo mismos y con los demás sobre lo que realmente sentían. El cuarto arrepentimiento es haber perdido el contacto con sus amigos.
Lamentan no haber mantenido esas relaciones que realmente importaban. Y, por último, se arrepintieron de no haberse permitido ser más felices. Se arrepienten de no haber valorado más los momentos que tenían y no haber buscado su propia felicidad.
Ninguna persona en su lecho de muerte se arrepiente de no haber ganado más dinero, de hecho el segundo es lo contrario. Esto nos da una idea del verdadero valor del dinero. Piénsalo: cuando lleguemos al final de nuestras vidas, ¿realmente nos vamos a arrepentir de no haber comprado ese Mercedes?
¿De no haber tenido un reloj de lujo o ropa de marca? ¿o de haber rechazados salidas con los amigos con los que relajarte tomando algo por las tardes por estar haciendo horas extra en el trabajo porque querías ahorrar para el mercedes? Por eso es importante reflexionar sobre nuestras vidas mientras estamos aquí.
Las filosofías del hinduismo y el jainismo nos enseñan el principio de no posesión, es decir, no tratar de acaparar todo. El mensaje de Gautama Buda sobre el Camino Medio también va en esta dirección: 'No renuncies al mundo, vive en él, disfruta, pero no te apegues a las cosas'. La libertad está en el minimalismo.
Cuanto más dinero ganas, más cosas compras, pero todo eso también trae más responsabilidades y mantenimiento. Mucha gente termina atrapada en la carrera de ganar más para tener más, pero eso no te da felicidad real. Comprar algo hoy puede emocionarte, pero mañana ya lo verás viejo y querrás algo nuevo.
La felicidad verdadera está en hacer lo que te gusta, tener un propósito y compartir con los demás. En lugar de gastar en cosas que pierden valor rápido, mejor usa tu dinero en experiencias que te llenen, como viajar y conocer nuevas culturas, o asegurarte de que tus hijos tengan una buena educación. Al final, lo que más importa son los recuerdos y las experiencias que viviste, no las cosas materiales que acumulas.
Y todo empieza por darle respuesta a esta pregunta, lo cual la mayoría de la gente no sabe: ¿Qué experiencias te hacen feliz?