Esto es mente abundante. Si estás cansado de excusas y límites, has llegado al lugar correcto. Listo para el cambio.
¿Sabías que todo lo que creemos saber sobre nuestra realidad podría estar completamente equivocado? Quizás en este momento sientes que la vida tiene algo que no termina de encajar, como si hubiera una pieza oculta que falta, algo que todos buscan sin saber realmente qué es. Hay una inquietud que compartimos en silencio, una sensación profunda de que algo no está bien.
Y en medio de esa búsqueda, nos volvemos hacia las creencias y las verdades que nos han enseñado desde siempre. Sin embargo, ¿y si te dijera que muchas de esas creencias son ilusiones, construcciones que hemos aceptado sin cuestionar? Es tiempo de cuestionarnos lo que parece evidente, de abrir la puerta hacia una comprensión mucho más profunda de la vida y la existencia.
Quiero invitarte a un viaje de descubrimiento, a explorar el terreno de lo desconocido, aquello que no se puede ver con los ojos, pero que todos llevamos dentro. Soy Deepak Chopra y, desde hace décadas, he investigado los misterios de la mente, el cuerpo y el espíritu. Lo que estoy a punto de compartir contigo puede conmover las bases de lo que crees que es real.
Pero, si tienes el valor de abrir tu mente y permitirte ver más allá, puede que encuentres una verdad que resuene con lo más profundo de tu ser. Si lo que vas a escuchar comienza a despertar algo en ti, un destello de conciencia o una nueva visión, entonces suscríbete al canal y hazte parte de esta transformación. Porque la verdad es poderosa y estás a un paso de descubrirla.
Permíteme hacerte una pregunta simple pero contundente: ¿quién eres realmente? No estoy hablando de tu nombre, ni de tu profesión, ni de las etiquetas que te has acostumbrado a usar. Estoy hablando de la esencia que habita detrás de todas esas identificaciones.
Si pudieras despojarte de todo eso, ¿qué quedaría? Esta es una de las primeras preguntas que necesitamos hacernos si queremos trascender la gran mentira en la que la humanidad está atrapada. La mayoría de las personas vive identificada con sus pensamientos, sus emociones y su historia personal.
Creemos que somos la suma de nuestras experiencias y logros, pero esto es solo una ilusión. Este es el primer engaño, la gran mentira de la que nadie habla. Vivimos identificados con una construcción mental, un personaje que creemos ser, mientras nuestra verdadera esencia permanece olvidada.
El mundo que percibimos a través de nuestros sentidos es como un sueño, una realidad ilusoria que cambia y se adapta a lo que creemos, pero que rara vez refleja la verdad. Nos enseñaron a medir nuestro valor en base a los éxitos, el estatus social y la acumulación de posesiones. Desde pequeños, nos condicionan a seguir un camino: estudiar, trabajar, ganar dinero, encontrar un lugar en la sociedad y aferrarnos a una idea de éxito que nos da una falsa sensación de propósito.
Sin embargo, este modelo de vida nos ha alejado de lo esencial. Nos ha hecho pensar que lo único importante es aquello que se puede ver, tocar o poseer. Nos hemos desconectado de nuestra verdadera naturaleza, de esa parte inmortal y eterna que habita en cada uno de nosotros.
Nos han enseñado que la realidad es solo aquello que podemos ver y medir, pero la ciencia misma está empezando a descubrir lo contrario. En el campo de la física cuántica, cada vez es más claro que la materia no es algo sólido, sino más bien una serie de fluctuaciones y vibraciones. En realidad, el mundo físico que vemos es solo una pequeña parte de un universo mucho más vasto y profundo, un universo que existe en dimensiones que no podemos percibir con los sentidos.
Y si el universo entero es mucho más de lo que creemos, ¿no podría ser lo mismo con nosotros mismos? La humanidad está viviendo una gran mentira porque hemos construido nuestras vidas sobre una base de identificaciones falsas. Nos creemos individuos separados, con un principio y un fin, como si el yo terminara en el límite de nuestra piel.
Pero la conciencia, ese aspecto de ti que observa, que piensa, que siente, no tiene límite alguno. La conciencia no puede ser medida ni destruida; es lo que le da vida a todo. Sin embargo, estamos tan atrapados en nuestro pensamiento, en nuestros miedos y deseos, que hemos olvidado quiénes somos en realidad.
Nos hemos limitado a una pequeña fracción de lo que verdaderamente somos. Vivimos en una especie de prisión mental, encerrados en el personaje que hemos creado y que la sociedad refuerza cada día. Quizás sientas que lo que te estoy diciendo es desafiante, incluso incómodo.
Pero pregúntate: ¿qué te da más miedo, vivir en esta mentira y no explorar quién eres realmente, o abrir la puerta a una posibilidad que quizás cambie toda tu percepción de la vida? Porque si tienes la valentía de mirar más allá, lo que encontrarás es una libertad sin límites. Cuando comprendas que no eres tu cuerpo, ni tus pensamientos, ni tus miedos, serás libre de todo aquello que te ha encadenado.
Esa libertad está aquí, esperando a que decidas verla. No necesitas lograr nada porque ya eres completo. Sin embargo, por siglos hemos creído que necesitamos algo externo para sentirnos plenos: un título, una pareja, una casa, una carrera exitosa.
Pero cuando alcanzamos esos objetivos, la satisfacción es momentánea y pronto volvemos a sentir el vacío. Ese vacío no se llenará con nada de lo que está afuera, porque el verdadero viaje no es hacia afuera, sino hacia adentro. La humanidad está atrapada en la mentira de que necesitamos buscar algo fuera de nosotros para ser felices, pero esa búsqueda externa solo perpetúa la insatisfacción y el sufrimiento.
Solo cuando aprendes a mirar hacia dentro, puedes encontrar la paz y la plenitud que has estado buscando. Es hora de cambiar nuestra percepción y entender que la verdadera realidad. .
. Está más allá de las apariencias: todo lo que ves, todo lo que puedes tocar, está sujeto a cambio y eventualmente desaparecerá. Las cosas externas vienen y van, pero la conciencia que eres permanece.
Esta es la verdad que pocos se atreven a contar. Este es el secreto que muchos han olvidado, pero que puedes recordar si decides mirar en tu interior. Si en este momento sientes que algo está despertando en ti, que estas palabras han tocado una parte de ti que había estado dormida, quiero pedirte que te comprometas, de verdad, que declares tu intención de buscar la verdad.
Escribe en los comentarios: “Me comprometo a descubrir mi verdadera esencia” y todas las cosas buenas llegarán a mi lado, porque cuando tomas esa decisión consciente, el universo responde. La vida misma comienza a alinearse para ayudarte en ese camino. La mente es poderosa y crea la realidad que experimentas, pero la mente no es la dueña de tu ser; es una herramienta, y es necesario aprender a dominarla.
Los pensamientos son como nubes pasajeras; no tienes que identificarte con ellos porque tú eres el cielo, ese vasto espacio que permanece siempre en calma, siempre en paz. Y cuando empieces a observar tus pensamientos sin dejarte arrastrar por ellos, encontrarás una paz que el mundo exterior no puede darte. Esta es una de las mayores liberaciones que puedes experimentar, porque entonces descubrirás que todo lo que te afecta en la vida no es más que una proyección de tu mente.
Cambia tu percepción y cambiarás tu mundo. Nos han hecho creer que la felicidad es algo que debe buscarse, un objetivo en el futuro, cuando en realidad la felicidad es un estado natural del ser que surge cuando dejamos de lado el miedo, el apego y el juicio. Cada ser humano tiene el potencial de vivir en un estado de plenitud, de paz y de amor, pero para eso necesitas liberarte de las ilusiones que te han vendido; necesitas tener el coraje de deshacerte de las mentiras que has aceptado como verdades y abrazar la verdad que vive dentro de ti.
No estás aquí para sobrevivir, sino para despertar a tu verdadero potencial, para recordar quién eres en esencia y vivir desde esa verdad. Esto es lo que da significado a la vida; esto es lo que realmente nos llena de propósito. Cuando te liberas de las limitaciones que la sociedad y tus propios pensamientos te imponen, te das cuenta de que eres parte de algo mucho más grande; eres una expresión, una manifestación de la conciencia que lo crea todo, y esa comprensión te permite vivir con paz, con amor y con una conexión profunda hacia todo lo que existe.
Ahora quiero que reflexionemos sobre la magnitud del engaño en el que hemos estado inmersos. ¿Qué tan profundamente estamos dispuestos a mirar en nuestro interior para desmantelar cada capa de lo que creemos que somos? ¿Cuántas de nuestra vida, de nuestras decisiones, de nuestras relaciones están construidas sobre las falsas ideas que la sociedad ha puesto en nuestra mente?
Cada uno de nosotros carga con miedos, ambiciones y limitaciones que han sido construidos poco a poco, casi como si fuéramos moldeados por manos invisibles. Crecemos creyendo que debemos cumplir con ciertas expectativas, encajar en determinados moldes, alcanzar metas externas que nos definirán como valiosos o exitosos. Pero estas son construcciones mentales; no reflejan nuestro verdadero ser, son el resultado de una programación a la que hemos estado sometidos desde nuestra infancia.
A lo largo de la historia, las personas que han alcanzado una sabiduría profunda y real han sido las que se atrevieron a romper con estas ilusiones. Ellas vieron lo que hay detrás de la cortina, entendieron que el verdadero poder, la verdadera paz, no viene de lo que está afuera, sino de lo que vive dentro de nosotros. Liberarse de estas ilusiones, sin embargo, no es un proceso fácil; requiere de una valentía y un compromiso que pocos están dispuestos a asumir, porque implica abandonar las zonas de confort, enfrentarse a verdades incómodas y aceptar que hemos estado viviendo en una especie de trance, en un sueño colectivo del que ahora podemos despertar.
Piensa en todos los miedos que cargamos a diario, desde el miedo al fracaso, el miedo al rechazo, hasta el miedo a la muerte. Estos temores nos limitan y nos impiden explorar lo que somos realmente capaces de ser, nos mantienen aferrados a una identidad falsa, una identidad que vive en la carencia y en la inseguridad. Pero ¿por qué tenemos miedo?
La mayoría de las veces, esos miedos no son más que proyecciones de nuestra mente; son como sombras en una pared, ilusiones que desaparecen cuando nos atrevemos a mirar de cerca. Si eres capaz de observar tus miedos sin identificarlos como una parte de ti, comienzas a liberarte de ellos; te das cuenta de que tú no eres ese miedo, eres el observador que lo está mirando, y en esa comprensión reside una paz infinita. Este es el poder de la conciencia: cuando despiertas a esa presencia interna que observa, que es pura conciencia, comienzas a deshacer las mentiras que te han atrapado.
Empiezas a experimentar la vida con una libertad nueva, una libertad que no depende de lo que tienes o de lo que los demás piensan de ti, y en ese momento entiendes que lo que realmente importa no es la acumulación de bienes materiales, no es el estatus ni el reconocimiento. Lo que importa es la conexión contigo mismo y con el mundo, desde un lugar de autenticidad y paz. Es un estado de ser que está disponible para todos, pero que solo se alcanza cuando rompemos con la mentira colectiva.
Quiero que te detengas un momento y te preguntes: ¿cómo cambiaría tu vida si vivieras sin miedo? Si no estuvieras atado a la necesidad de ser aceptado o de probar tu valor ante los demás. Imagina, por un instante, la ligereza, la tranquilidad y la paz.
¿Qué experimentarías desde esa libertad interna, sin permitir que el mundo externo determine quién eres o cómo debes sentirte? Porque la verdad es que puedes vivir de esa manera. Puedes despertar a una vida que no esté definida por el miedo, una vida en la que no seas esclavo de las expectativas o del juicio ajeno.
Liberarse de la gran mentira significa también abrazar la incertidumbre. Hemos sido condicionados para buscar certezas, para aferrarnos a aquello que nos da una ilusión de control; pero la realidad es que la vida misma es un proceso continuo de cambio, y aferrarnos a lo fijo solo crea sufrimiento. Cuando te permites aceptar la naturaleza incierta de la vida, dejas de resistir, dejas de luchar y empiezas a fluir con lo que la vida te ofrece.
Aceptas lo que viene y lo que se va, y encuentras una paz que nunca habías conocido. En ese estado, te das cuenta de que nada externo puede realmente perturbar tu paz interior, porque esa paz es parte de tu esencia. Este camino de liberación no es un destino, sino una práctica diaria.
Cada día puedes elegir vivir desde tu esencia, recordar quién eres y no dejar que el mundo te arrastre a las ilusiones que te atan. Al practicar la presencia, te vuelves más capaz de observar la vida sin reaccionar a cada estímulo, sin dejar que cada pensamiento o emoción te controle. Te conviertes en el testigo de tu experiencia en lugar de ser su esclavo.
Este es el arte de vivir desde la verdad: no reaccionar ante cada cosa que sucede, sino observar, aprender y permitir que tu conciencia se expanda a través de cada experiencia. Sé que este mensaje puede parecer desafiante y hasta radical, porque va en contra de muchas de las creencias que hemos aceptado. Pero quiero que sepas que tienes la capacidad de explorar esta verdad y experimentarla por ti mismo.
Si te permites seguir esta senda, descubrirás que no estás solo; la conciencia universal está siempre contigo, y al reconocer tu conexión con ella, dejas de sentirte separado y encuentras un sentido de pertenencia que trasciende cualquier logro o posesión. No hay nada que te falte, porque tú eres parte de la totalidad; eres una expresión de la inteligencia misma que lo crea todo. Si has llegado hasta aquí, si estas palabras están tocando algo dentro de ti, entonces ya has comenzado a despertar.
Y quiero que hagas un compromiso contigo mismo: escribe en los comentarios «Me comprometo a vivir desde mi verdadera esencia». Todas las cosas buenas llegarán a mi lado, porque cuando declaras ese compromiso, comienzas a alinearte con tu propósito más elevado, y la vida misma te guiará en el camino. Esta es la clave para vivir con propósito en armonía con la verdad de quién eres.
Es una promesa que te haces a ti mismo de buscar la verdad y de no dejarte vencer por las ilusiones del mundo. Quiero que recuerdes que este viaje no es un camino fácil, pero sí es el más gratificante que puedes emprender. Vivir desde la verdad es un acto de valentía, porque significa vivir desde la conciencia en lugar de desde el miedo; significa confiar en la vida, confiar en tu propia sabiduría interna y dejar de buscar respuestas fuera de ti.
Cada vez que vuelvas a tu respiración, que te detengas a observar tus pensamientos y emociones sin identificarse con ellos, estarás fortaleciendo tu conexión con tu esencia. La humanidad está en un momento crucial; cada vez más personas están despertando y cuestionando las mentiras en las que han estado atrapadas. Este despertar colectivo es lo que puede cambiar el curso de nuestra existencia.
Cuando uno se libera de las ilusiones, contribuye a la liberación de todos. Cada ser que despierta a su verdadera naturaleza es una chispa de luz que ilumina el camino para otros. Así que, al emprender este viaje hacia la verdad, no solo te estás liberando a ti mismo, sino que estás ayudando a toda la humanidad a liberarse de las cadenas que la han mantenido prisionera.
Si sientes que este mensaje ha tocado tu corazón, te invito a unirte a esta comunidad de personas comprometidas con la verdad, a suscribirte al canal y ser parte de esta transformación colectiva, porque juntos podemos crear una realidad más consciente, un mundo en el que cada ser humano viva en paz consigo mismo y con los demás. La verdad está dentro de ti, siempre ha estado ahí, esperando a que te des cuenta. Este es el momento de recordar quién eres, de vivir desde la libertad que surge cuando sueltas las ilusiones y abrazas tu esencia.
El poder está en ti. Este es el momento de recordar quién eres, de vivir desde la libertad que surge cuando sueltas las ilusiones y abrazas tu esencia. El poder está en ti.