[Música] Bienvenida familia nocturna a esta oscura fogata de historias. Hoy hablaremos acerca de brujas, embrujos y ángeles. Ángeles que se presentan de muchas maneras diversas, a veces de forma esperanzadora y en ocasiones de formas muy oscuras. Porque tú sabes, hay ángeles que están en lo alto, pero también hay ángeles caídos. Si tú es la primera vez que estás aquí, déjame decirte que estás a punto de iniciar una oscura fogata de historias y te recomiendo que prendas la luz. Una vez dicho esto, comenzamos. Estaba recopilando las historias para este episodio, cuando me topé con la historia
de Polo y dije, "Esto está de locos." Polo al día de hoy le tiene miedo a tres cosas. Los fantasmas. los espíritus y las brujas. Y sabes algo, durante más de 17 años, Polo nunca querido escuchar historias. Es algo lo que evita por todas partes. Hasta hace unos meses que conoció el podcast y se animó a mandar el por qué al día de hoy sigue teniendo pesadillas. Polo cuando era pequeño tenía un gran amigo, Tomás. Tomás y él vivían en la misma colonia, una colonia que estaba, digamos, bastante bien, bastante tranquila. Pero no era una
colonia de ricos ni mucho menos. Gente trabajadora, gente que iba viviendo el día a día y de repente los papás de Tomás le pegaron a la buena. Ellos habían pasado una situación muy difícil. No sé si papá o mamá quedan desempleados y entonces comienzan con un puestito de tacos, el puestito de tacos les funciona. De repente ya son tres puestos de tacos, después brincan a cinco y de un momento a otro se están mudando de colonia. se mudan a una colonia nueva, entre comillas. Es como un fraccionamiento nuevo dentro de una colonia que tiene mucho
tiempo. Este fraccionamiento, un fraccionamiento un poquito de lujo que conecta justo en la parte trasera de las casas con la colonia que ya tiene muchos años. Una colonia también de gente trabajadora, un lugar no peligroso y tiene una particularidad muy cerquita de ahí hay un río y están prácticamente a las faldas de un cerro. Cuando Tomás se va a vivir para allá, Tomás es el amigo de Polo, pierde comunicación completa casi por 8 meses. Y cuando se vuelven a encontrar, que esto no sé si es porque se ven en el puesto de tacos de los
papás o por una llamada telefónica, hay un momento en el se vuelven a topar estos dos amigos, que te estoy hablando que estos dos amigos para ese entonces tienen alrededor de unos 11 años. Cuando se topan, Tomás le revela el secreto más grande que Poolo ha escuchado en alguien. Y es que le jura, le asegura que en su casa hay fantasmas. Y cuando Plo escucha eso, como al narrador le huele la cabeza y le dice, "Me tienes que invitar." Hay que entender el contexto de Polo. Polo no sabe de estos temas y él lo único
que alguna vez había visto relacionado con fantasmas es la caricatura de Gasparín, el fantasma amigable. La única idea que tuvo es imaginarse jugando fútbol con el fantasma y con su amigo Tomás. Y la idea se le hizo tan fascinante que quería ir ya platicar, hacerse amigo del fantasma, porque eso era lo que él creía que iba a pasar. Tomás habla con sus papás, Polo habla con sus papás, ambos padres se conocen y le dan permiso a Polo. Se va a ir a quedar allá un fin de semana. Ese fin de semana hay una pequeña situación,
algo chiquitito. Los papás de Tomás tienen que salir el viernes alrededor de las 7 de la noche y van a irse y hasta allá hasta tarde van a alguna fiesta. Como son niños, pero no tan niños, deciden dejaros en casa y dan una advertencia a los dos. No anden jugando por la casa y voltean con Tomás. Ya sabes lo que pasa cuando juegan aquí en la noche. Se van de ahí y acaban de dejar a Tomás nervioso, pero Apolo fascinado. ¿Por qué te dijeron eso? ¿Qué pasa aquí en la noche? Y quieres saber toda toda
la idea y Tomás le dice, "Es que sí hay fantasmas." Por lo es por los fantasmas, por eso vamos a jugar con ellos fútbol. Y Voltea Tomás y se le queda viendo. ¿Cómo que jugar fútbol? Sí, si tienes fantasmas aquí podemos jugar entre todos fútbol. Tomás se le queda viendo a Polo y le dice, "¿Y en qué estás pensando que son los fantasmas que hay en esta casa? No vamos a jugar con ellos fútbol." No, dices, "Sí, te traje aquí. Sí, los vas a ver aunque yo no quiera, pero no vas a jugar con ellos
fútbol." Y entonces Polo le dice, "Ay, eres un aguafiestas. ¿Cómo que no vamos a jugar fútbol?" Polo no sabes ni de qué estás hablando. Y donde está terminando esas palabras, escuchan la risa de un niño que viene del segundo piso. Y Tomás se aterra y dice, "Voy a prender las luces. Voy a prender las luces." Y se va caminando al pasillo, se pega a la pared, mueve la mano, prende una luz y Polo se va corriendo detrás de él. Y donde prende la luz Tomás, Polo se adelanta y le dice, "Ya, ya no seas miedoso,
vamos a jugar, vamos a hacer un equipo de fútbol con los fantasmas." Y Tomás nada más le habla en lo bajito, "No hables tan fuerte, están aquí." Esa noche Polo no vi nada, nada, pero la casa está llena de sonidos. Sonidos que no son cosas que te puedes confundir en la vida real. Como cuando dicen las personas, "Ahí viene la llorona." Y realmente es el sonido del viento, el sonido del viento que entra por alguna comisura de una ventana y suena a veces hasta casi como un aullido un alarido, ¿no? Lo que se está escuchando
en esa casa son cosas claras, son conversaciones de personas, son risas de mujeres. Hay una situación, la casa es espaciosa, está grande, todo lo que se escucha ahí suena como murmullos y viene en todos los pisos. A veces es en el segundo, a veces en el tercero que tiene una terraza, a veces desde el sótano. Todos los pisos tienen ruidos distintos. Los pasitos y las risas de niños. Hay un hombre que está hablando por ahí que cada vez que te acercas a escuchar se calla. Es como si te viera como si supiera que estuvieras ahí
y quiere hablar, pero no quiere que le pongas atención y que lo escuches. Esa noche Tomás está asustado, no le gustan esas cosas. Cuando se pone a jugar ahí y ya le ha pasado, ves sombras que se mueven de un cuarto a otro y eso es horripilante. Polo está decepcionado. ¿Por qué no salen? Vamos a jugar fútbol. Y Tomás está impaciente. Este es un idiota, no entiende de lo que está hablando. Con estas cosas no se juega. Eso es porque a Tomás ya le explicaron sus papás que estas cosas tal vez no son buenas, que
hay que tener cuidado. Iba a pasar toda la noche. En algún momento llegaron los papás de Tomás. Ellos dos ya estaban dormidos. Bolo se fue a dormir decepcionado. Muy probablemente siguió pensando en cosas relacionadas con el fútbol y fantasmas porque al día siguiente le dijo a Tomás claramente, "Hoy tenemos que ser nuestro equipo fantasmal." Y entonces Tomás, molesto, le dijo, "Que entiende que no es un juego. No es un juego. Olvídate de equipos y de eso. No se trata de eso. Deja de pensar, esto no es una caricatura." Y entonces Polo se queda como refunfuñando
y hay un momento en el que están junto con los papás de Tomás y le pide Tomás a sus papás que le expliquen a Polo acerca de los fantasmas, pero los papás vienen tan desvelados y están tan incómodos que le dicen que sí, que le van a decir después. Y le preguntan que si los asustaron anoche. Y Tomás dice, "Un poquito, pero prendí todas las luces y ya no pasó nada. Prenden las luces para no ver las sombras." Ese es todo el tema. Cuando llega la segunda noche, los papás de Tomás estaban tan cansados que
se van a dormir alrededor de las 7. Polo estuvo esperando todo el día para este momento. Si su amigo es un aguafiestas y un cobarde, a él no le va a quitar las ganas de hacer su equipo de fútbol. Así es que se pone muy atento a partir de que oscurece la casa. Cuando escucha a los papás de Tomás que están dormidos, dice, "Esto es para mí y ya no me va a importar mi amigo. Yo los voy a conseguir. Voy a hablar con ellos y vamos a hacer un equipo de fútbol. ¿Por qué tiene
tanto esta idea? No tiene nada de sentido. Y él me lo confiesa ahora. No sé, narrador. Pensaba como un niño. Me aferré a una idea. Sentía que no iba a volver a pasar. No sé, pero con lo que me topé fue algo demasiado siniestro. Comencé a seguir las voces y los pasos y los ruidos de la casa y me di cuenta que había unas voces diferentes a las demás. Las voces de las mujeres, las voces que hablaban. Esas voces no eran fantasmas, esas voces venían de afuera, pero no se habían dado cuenta ni mi amigo
ni sus papás porque tenían miedo de las cosas que pasaban en la casa. Yo voy con Tomás y le digo, "Oye, las mujeres que se ríen, esas no son fantasmas, son vecinas tuyas." Y él dice, "Claro que no. Acompáñame. Vamos a tu patio. Prende si quieres las luces, pero vamos a tu patio. Desde ahí vamos a ver. Porque en el patio que tenía mi amigo, la barda era bajita, tenía el uno escalera y había un asador de piedra y podíamos poner de tal manera las cosas que sobrepasábamos a la barda. No estábamos en tantos riesgos,
hueso creía, y podíamos ver varios patios desde ahí y yo estaba seguro que estas mujeres que hablaban y sonaban medias extrañas estaban muy cerquita de la casa. Pusimos todo, nos asomamos y ahí es donde me topé una escena que hasta el día de hoy me sigue persiguiendo. Las risas de las mujeres cuando ya estábamos cerca no sonaban como susurros, eran estridentes, pero tenías que estar muy cerca porque era como si en un metro o dos perdieran toda su fuerza y se transformara en algo que apenas podías escuchar. Pero a un metro eran casi gritos. Es
algo muy extraño, pero es algo que no he vuelto a vivir. He visto gente gritar en todas partes. Eso no pasa. El grito conforme más fuerte sea, desde más lejos lo puedes escuchar. Esto no era como si el sonido estuviera solo en un espacio y a partir de ahí estuviera prohibido que saliera. Mi amigo y yo estábamos arriba de la barda, estábamos viendo para uno y otro lado y entonces vemos que es justo la casa que está detrás de la de él. Ahí hay tres mujeres, tienen un asador de piedra como el de mi amigo,
pero ellas no están ahí en el asador. Ellas están paradas alrededor de una hoguera que se ve que es algo que ellas hicieron. Y lo que me quedé impactado es que una de estas mujeres está saliendo de la hoguera totalmente envuelta en llamas. Sale de ahí, las llamas se apagan y todas sueltan una carcajada y una risa. Y después una de ellas entra, mete la cabeza y todas hacen un silencio. Y entonces sale del otro lado la mujer y todas sueltan la carcajada y la risa. Cuando la tercera hace lo mismo, termina de hacer eso,
todas se ríen y las tres nos voltean a ver a los dos. Sus miradas no eran miradas normales. Los ojos, tal vez era porque era de noche, tal vez era porque era el fuego. Pero a la fecha yo no he vuelto a ver nadie que pueda hacer eso. Tus ojos eran totalmente negros. Era como si no los tuvieran. Como si estuvieras viendo el cielo totalmente despejado en la noche sin ni una sola estrella. Ahí no había luz, no se reflejaban las llamas. Era un negro absoluto y cuando se empezaron a reír narrador, la sonrisa la
tenían marcada, pero de una forma exagerada y horrible. Y se les veían los dientes. Y los dientes se veían feos, muy feos. El problema es que las bocas no se movían y sonaban carcajadas de tres mujeres. Esa escena hasta el día de hoy me persigue porque nos metimos corriendo a la casa como alma que lleva el y ahora sí, adentro de la casa comenzamos a escucharlas. Nos empezaron a chistar, nos empezaron a hablar desde los cuartos. ven, ven, ven a jugar conmigo. Y otra decía, "Yo quiero jugar en tu equipo." Como si hubieran escuchado nuestras
conversaciones y nuestros pensamientos. Narrador, esa noche no pudimos dormir. Estuvimos huyendo dentro de la casa. Las luces se apagaban, las sombras aparecían, siempre eran tres y eran las sombras de las tres mujeres que vimos en ese patio. Les contamos a los papás de mi amigo el día siguiente todo lo que habíamos pasado y ellos no nos creían bien bien, pero se salieron de la casa. Dijeron que iban a caminar. Como a las 2 horas regresaron y le hablaron a mis papás. Me sacaron de ahí y nunca me volvieron a dejar juntarme con su hijo. Yo
creo al día de hoy que se enteraron con quién nos topamos y lo que querían era protegernos. ¿Con qué crees que se toparon en esa casa? Muchos de ustedes lo saben, especialmente los que ya son familia nocturna desde hace más de un año, pero todos aquellos que son nuevos en la familia nocturna, este dato que les voy a dar probablemente no lo habían escuchado. A mí, en lo personal, el tema de los sueños me resulta fascinante. Me resulta fascinante porque ha sido un tema que desde muy pequeño ha tenido un nivel importante de relevancia. Cuando
era muy pequeño me di cuenta que en el mundo de los sueños se podía tener conciencia. Empecé a darme cuenta que en las mañanas recordaba lo que soñaba y podía hacer las caricaturas que a mí me gustaban ahí en los sueños, sin las restricciones de la duración de episodios o que los personajes hacían algo que simplemente yo sentía que se podía hacer diferente o podía mezclar cosas que vi para tener como nuevos episodios que fueran como especiales. Así es que de alguna manera me transformé en mi propio caricaturista y cuando era pequeño soñaba con estas
caricaturas, con episodios que jamás salieron al aire, con personajes que no existían y era una cuestión como muy creativa, pero fue pasando el tiempo y me di cuenta que dentro del sueño podía tener conciencia y podía manejar cosas. Durante la mayor parte de mi infancia y adolescencia, mis sueños iban en relación normalmente a caricaturas, videojuegos, cosas de ese tipo. Pero en la edad adulta viví por primera vez lo que era una pesadilla lúcida y eso hizo que cambiara por completo mi percepción del sueño. Estar en un lugar en el que no te puedes despertar, en
el que todo es una pesadilla y aunque sabes que estás dormido, no puedes hacer nada para salir de ahí. Era algo que se volvía horripilante, especialmente por la percepción del tiempo. Durar segundos en eso no es ningún problema, pero tener la percepción, la sensación que ya han pasado horas y no puedes salir de ahí, que estás siendo perseguido por algo que no puedes ver y si te lo topas, el desenlace de va a ser mortal en tu contra era algo horrible y fue algo continuo. Todo esto que estoy a punto de contarte, me di cuenta
que era arena de otro costal. Vamos a ponerle de nombre Manuel a la persona que vivió este sueño. Resulta que Manuel durante un periodo medianamente largo, te estoy hablando de 8 meses, tuvo un sueño recurrente, un sueño que la primera vez que lo tuvo no tuvo mayor importancia que simplemente ser una pesadilla. La segunda vez se le hizo que ese sueño ya lo había tenido. La tercera vez era indudable. la veintava vez estaba harto de soñar eso porque le daba mucho miedo. El sueño siempre es el mismo. Él está en un vehículo que no conoce.
Está lo que parece conduciendo cuando voltea a ver sus manos. Sus manos son unas manos extrañas. Son bastante más grandes que las que él tiene. Y son femeninas, muy femeninas. Pero él sabe que son sus manos. por alguna extraña situación está golpeando el volante y ve que el tablero está encendido, pero el auto no se mueve. Entonces abre la puerta, va y abre la parte de adelante del vehículo, el cofre está ventando humo. Y es entonces cuando unas personas que vienen en otro carro van avanzando, se detienen cerca de su carro, el conductor se baja,
un sujeto que está calvo y la otra persona es una persona que lo hace sentir muy incómodo. Es una persona con una mirada como fulminante, agresiva, barba de candado. Tienen el rostro como marcas de heridas, pero no recientes. Son como cicatrices, como si fuera una persona que hubiera estado en muchos combates, tal vez a golpes o tal vez con algún tipo de instrumentos. El punto es que es una persona que no se ve buena y este sujeto, el que no tiene cabello, aunque le está ayudando o lo está ayudando, tampoco inspira mucha confianza. De repente
la persona sin cabello va caminando su vehículo, abre la parte de atrás, la cajuela, el maletero, saca un par de cosas, viene con esta persona o con Manuel en su sueño, le pone agua en el radiador, hace un movimiento de un par de cosas, tapa una manguera con algún tipo de cinta y le dice, "Sigue adelante, a 3 km está un pueblo y te van a tener que hacer una reparación, pero con eso ya estás." Y entonces Manuel se siente muy incómodo, nervioso y agradecido porque realmente lo acaban de ayudar y ve que el sujeto
se va caminando, se va a la parte del maletero y está ahí batallando en meter cosas. Entonces él para regresarle el favor corre junto con él, pero corre de una manera en la que desconoce el movimiento. Es un movimiento como como si fueran unos golpes en el pavimento con sus pies muy extraños. Así es que voltea al piso y ve unas piernas de mujer. Y estas piernas de mujer terminan en zapatos de tacón y él se le hace muy extraño, pero al mismo tiempo sabe que es él. Es muy raro. Va corriendo, llega a la
parte del maletero y le dice a esta persona, "Déjame, te ayudo." Y entonces voltea al maletero y en el maletero hay un chico de unos 14 o 15 años golpeado, ensangrentado, amarrado y tiene la boca tapada. Entonces se abre la puerta de la persona que va de copiloto y el sujeto sin cabello le dice, "Eh, no, no se necesita." Y nada más voltea con Manuel, el Manuel del sueño, y le dice, "¿Verdad que no se necesita? ¿Verdad que no vimos nada?" y se pone el dedo en la boca como diciéndole, "¡Cállate!" El Manuel del sueño
nada más ve donde mueve la cabeza de arriba a abajo y temblando se regresa caminando a su carro. Cuando entonces ve que viene una patrulla y no lo piensa dos veces, comienza a gritar y mover las manos, la patrulla se para y en eso se acaba el sueño. En las otras ocasiones que ha tenido este sueño, nota algo y es que a veces detrás de esta persona que está en el lado derecho hay una sombra oscura dentro del auto, una sombra que pudiera jurar que lo está observando y es una sombra que tiene alas. A
veces aparece, a veces no, este es un sueño, son ideas que tengo. ¿Por qué estoy soñando eso? Porque estoy en el cuerpo de una mujer entiendo nada. Y van a avanzar esos 8 meses. Por ahí del mes se la familia está distraída por un asunto muy delicado y aunque él de vez en cuando viene a contar su anécdota, prefiere ya no contarlo. Su hermano está muy preocupado, está muy afligido, pasó una situación muy dura. La familia también está muy impactada por la situación. Y bueno, ya Manuel decide que contar ese sueño no sirve de nada.
Y en el mes 8, cuando lo tiene por última vez, al día siguiente ven unas noticias. En cierta carretera de su país, una mujer por suerte se topó con un auto de policía y pudieron detener unos secuestradores que traían el cuerpo de un muchacho de 14 años. Dicho muchacho era el amigo de su hermano, un amigo que él no conocía, un amigo que estaba metido en el maletero. De esos dos personas que cuando las vio en las noticias eran los mismos del sueño. El sujeto que iba del lado derecho y el cuate que le volteó
diciendo, "Tú no digas nada." "¿Y tú qué harías si tuvieras un sueño así? Si me permites, voy a contarte la historia de la santa. Lisa me dice que ella la criaron con una idea en la cabeza que toda la vida se le hizo una idea muy tonta y muy extraña. Hasta que conoció el canal. Fue y preguntó en su casa y entonces se topó con una historia super aterradora. La idea era la siguiente: "Ser normal es una bendición." Y su mamá continuamente desde pequeña le decía que es mejor ser normal con dones o con poderes.
Estamos hablando de que Lisa cuando escuchaba eso le decía, "Mamá, ¿cómo va a ser mejor no poder hacer nada extraordinario que hacer algo fuera de lo normal? Está muy tonto tu pensamiento." Y su mamá siempre le respondía, "Si supieras." Cuando conoció el canal y comenzó a escuchar que muchas personas han vivido cosas bastante extrañas, decidió ir a preguntarle a su mamá, "Oye, mamá, ¿por qué me decías eso?" Y se topó con esta historia. Cuenta su mamá que ella, como Lisa sabe, no nació en la ciudad. Ella viene de un pueblito y que era un pueblito
medianito, ni tan chiquito ni tan grandote. Y en ese pueblo medianito había una a lo que al día de hoy sería una leyenda, pero que cuando ella era niña era algo que estaba pasando ahí y se hablaba de la santa, ¿no? La santa, la niña blanca y estas cuestiones, no. La santa. Decían que la santa era una niña que había nacido con bendiciones, que había nacido con algo con el poder de Dios, con la bendición de Dios. Era una niña que desde muy pequeñita, te estoy hablando, cuando tenía alrededor de 6 años, podía ver la
suerte de las personas, los ayudaba a encontrar cosas perdidas, les decía cosas que iban a pasar en su futuro, a veces buenas, a veces malas, le llevaban a los niños y al ponerle las manos a esta niña, los niños se sentían mejor. Si estaban pasando alguna enfermedad, se les quitaba. personas mayores con dolencias en el momento en el que esta niña les ponía las manos encima, se sentían otra vez bien y esta chica comenzaron a llamarle la santa, la que cura enfermedades, la que está cerquita de Dios. A los 14 años hubo un evento muy
fuerte. Aún cuando es la Santa y esta chica está viviendo cosas extraordinarias, no deja de ser una persona y tener cerca de 14 años. La descuidaron sus papás, no estaban en casa y quién sabe cuántos días la habían dejado ahí con este contacto con el público de manera abierta. y un sujeto que no era del pueblo fue y hizo cosas horribles. Ella siguió viva y al mes, poco más, poco menos, se dieron cuenta que la santa estaba embarazada. La santa los siguientes 9 meses los vive dando atención al público y la gente le decía, "Vas
a tener un niño bendito, vas a tener un niño bendito. Ese niño viene del cielo." Pero la santa se veía cada vez como más molesta. enojada. Todas las señoras que tienen más de cierta edad veían eso y decían, "Es normal, así son los embarazos. A veces no tienes ganas de nada, es muy pesada, aparte es una niña." El problema era que la santa parecía que estaba absorbiendo como lo malo de las cosas. Y te digo esto porque había temporadas que nadie se quería acercar a ella y todavía no tenía su bebé, pero no se querían
acercar a ella porque todo lo que pronosticaba era fatalidad. Las enfermedades ya no las quitaba, empeoraban. Y eran temporadas, era temporadas que las notabas porque comenzaba a vestirse de manera diferente, a vestirse como de una manera poco asiada. Su mirada se veía molesta, se veía como cargada de una energía malévola. Su niño, su niño nació aparentemente normal, pero todavía no cumplía el año cuando ya decía muchas palabras, muchísima más de las normales. El niño se ponía en pie y caminaba solo. El problema eran las palabras y eran los movimientos. No parecía un niño aprendiendo a
caminar. Parecía alguien que en momentos tomaba control del cuerpo del niño, porque la voz que expedía era la voz de un anciano. Estás hablando de un niño de un año de edad y tenía la voz de alguien como ronco, como una voz avejentada. La gente comenzó a tener miedo y le decían la santa oscura, la santa malévola, la santa endemoniada. Y empezaron cada vez a alejarla más. El niño cuando hablaba y ya tenía cerca de dos añitos, hablaba de vidas pasadas. Hablaba que él venía de un lugar donde lo mataron, que iba a cobrar venganza.
Un niño de 2 años, hablando de manera articulada, el pueblo estaba horrorizado. Ya nadie quería los servicios de la santa. La santa intentaba disculparse con unos y con otros y decirles que que el niño simplemente tenía dones, que era como ella, que Dios les había dado como algo bueno y los lincharon. Una noche la casa se incendió, el pueblo no fue en auxilio de nadie y santa, niño y padres de la santa, todos fallecieron ahí. Ella, la mamá de la chica que nos mandó la historia, no sabemos si es a raíz de eso o por
algo más. Ella se fue junto con su familia de ese lugar. ¿Dónde es exactamente? No tengo ni la menor idea. No es algo que quiera revelar, pero desde entonces, desde que ella es pequeña, tiene claro algo. A veces es mejor ser normal que tener ciertos tipos de dones. ¿Y tú qué harías en sus zapatos? Julio cree en los ángeles, pero no de la manera habitual. Cree de una manera bastante más cruda porque tuvo contacto con uno, pero las cosas que vivió fueron muy muy fuertes. Cuando Julio tenía cerca de 16 años, pasó un momento muy
difícil de su vida. Estaba saliendo de la preparatoria. Se supone que iba a entrar a estudiar, pero la realidad es que Julio estaba confundido, no sabía a qué dedicarse. Todos sus amigos parecían peces en el agua. Yo voy a ser médico, yo voy a ser ingeniero, yo voy a ser futbolista, yo voy a ser y ahí ponle la categoría y la profesión que gustes. Diseñadores gráficos, pintores, había personas que querían ser banqueros y bueno, había un montón de profesiones. Julio no se sentía ninguna y veía que todos los demás eran como peces en el agua.
Estaban ahí. Exactamente. Les gustaba hablar de eso y ahí iban a hacer el examen de admisión. Y él no había elegido ninguna profesión, ninguna carrera, no había hecho ningún intento de ingreso a ninguna universidad, pero en su casa no lo sabían. En su casa iba diciendo que sí, que él iba a ser ingeniero como su papá, solo para tener al papá tranquilo. Y durante los siguientes 6 meses, donde se supone que estaba cursando su primer semestre, Julio se salía de casa por la mañana y se iba a andar en diferentes puntos de la ciudad, toda
la mañana y parte de la tarde, hasta regresar a la casa a las 3. Les inventaba historias acerca de cómo le estaba yendo a la universidad, del problema que tenía con tal o cual maestro. Y los papás estaban encantados, le decían que le echara muchas ganas. Él seguía esta mentira. Y un día, un día muy lamentable, la mentira se descubrió. Alguien, algún amigo de la familia vio a Julio andando en una plaza y era muy temprano y no era la primera vez que lo veía. cuando reportó a sus papás, sus papás le resultó de lo
más extraño, pero digamos que lo engatuzaron de tal manera que él siguió diciendo mentiras y lo confrontaron. Le dijeron que ya lo habían visto en tal en tal y cual lugar, que había estado allí en estas ocasiones y que eran días en los que les había contado diferentes cosas que había pasado en la universidad. Así es que la confrontación fue directa. ¿Estás o no estás estudiando y dinos la verdad, ya no queremos mentiras? Se le cae la cara de vergüenza hasta el piso y es cuando le revela de golpe que no, que él nunca se
inscribió. Él no estaba estudiando en ninguna universidad. Y cuando le preguntan, "¿Qué es lo que has estado haciendo con el dinero que te dimos para la colegiatura?" Va a su cuarto y regresa con una caja con el dinero. Dice, "Lo estoy ahorrando. No sé qué quiero hacer de mi vida." El papá de Julio le pegó tanto esta noticia, pero le pegó tan hondo, jamás se había sentido tan deshecho y tan decepcionado. Y la forma de mostrarlo, porque no encontró otra en ese momento, fue con odio, con coraje, con mucho enojo. Comenzó a golpear una mesa
ya de forma descontrolada y casi se le avienta encima a Julio para soltarle un golpe. Cuando entonces algo pasa, tal vez la voz de su esposa diciéndole, "¿Qué estás haciendo? Detente tu niño. Y también la cara de Julio con miedo intentando detener el golpe de su papá. Algo, algo hizo que se quebrara todavía más dentro de él, porque el señor se asustó de lo que estaba haciendo. Sale de la casa con llaves en mano, se sube a una motoneta que tiene y arranca toda velocidad. Julio jamás había estado tan arrepentido en su vida. Son miles
de voces que tiene la cabeza. su amiga diciéndole desde la prepaila, "Ve y dile a tus papás que no quieres estudiar todavía. Te van a entender. Te van a entender. Ve y diles voces de los papás de sus amigos diciéndoles, Julio, es que no estás estudiando nada. Tienes que hacer las cosas en su momento. Este es tu momento de estudio." Y Julio contestando sandeces, contestando tonterías y comenzaba a sentir un arrepentimiento horrible. La cara de su papá llena de coraje, de vergüenza, de tristeza, de decepción. La decepción era lo peor. Nunca había tenido una mala
relación con su papá y había decepcionado una persona que para Julio era importante. Estaba su cabeza llena de ideas. Su mamá está rota. Ya habrá otro momento para explicaciones, pero en este momento es tan fuerte el dolor, es tan dura la decepción, que no tiene no tiene manera de poderlo confrontar, de poder estar ahí con él. Y es ahí en esta situación que Julio está en la sala de su casa. Nunca había estado tan vacío y tan triste. Nunca había estado tan arrepentido. Y escucha que viene llegando algún tipo de camión o vagoneta de estas
viejas destartaladas que hacen un ruidazazo cuando van pasando. Tocan la puerta de su casa, él no quiere salir a contestar. vuelven a tocar, tocan el timbre, vuelven a tocar y entonces alguien con una voz ya de una persona mayor, con una voz un poquito guardientosa, le dice, "Julio, Julio se levanta, va caminando hacia la puerta, abre la puerta y se topa un señor medio mal vestido, camisa un poco manchada y el rostro ya de una persona de más de 60 años." Y esta persona jamás la había visto. Julio se le queda viendo y le dice,
"Sí, dígame." Dice, "Necesito que estés tranquilo. Tu papá tuvo un accidente." Y donde dice eso, Julio tira el grito al instante. "Mamá, mamá, papá se accidentó." Y la señora, aunque estaba quebrada, mire, en ese momento, se recompuso en 2 segundos, viene corriendo la puerta y le dice, "¿Qué pasa?" y está enfrente esta persona, está agarrando una gorrita ahí en sus manos y le dice, "Discúlpeme, señora, pero le tengo que decir, su esposo se accidentó, yo los llevo, está aquí cerquita." Entonces los dos se suben a la camioneta de este señor, no le sacan mucha conversación.
Julio va temblando, la señora está preocupadísima, pero ¿qué pasó? ¿Pero qué pasó? Se cruzó un alto muy rápido, señora. Le chocó un carro. Fue un accidente fuerte. Prepárense porque está fuerte la escena. Pero yo los llevo. Ya vamos a llegar. Y entonces se para la camioneta, la mamá abre la puerta de golpe, sale corriendo de la camioneta y donde Julio está a punto de bajarse, el señor le agarra la mano y entonces Julio voltea a verlo y se cruzan las miradas y por un instante dice, por una milésima de segundo ya no era una persona
mayor, era alguien mucho más joven y con una calidez, pero una calidez tremenda y nada más me dijo, "Despídete de él, despídete ahorita. y me suelta la mano. Yo me bajo corriendo, me voy con mamá, escucho donde la camioneta se va. Papá, gracias a que llegamos logramos alertar un par de personas. Llegó una ambulancia al poco tiempo. Cuando llega la ambulancia y lo están subiendo, papá recobra el conocimiento. Estamos hablando que el golpe había sido contundente. El rostro ya no era el que yo recordaba, estaba muy mal. Pero toma algo de conciencia y me acuerdo
de esa persona que me dice, "Despídete de él." Y le empiezo a pedir perdón. Le digo, "Perdóname. Perdóname. Voy a ser de aquí en adelante una buena persona. Voy a ser un buen hijo. Perdóname, papá. Perdóname." Y entonces el papá le agarra la mano y mueve la cabeza de arriba a abajo. No podía ni hablar el Señor. Probablemente se había dañado muchísimo. No llegó al hospital. fallece en el camino del hospital y desde ahí, julio comienza a hacer una indagación por años. ¿Quién fue ese señor? ¿Por qué sabía que era mi papá? ¿Por qué vino
y nos buscó? y durante 5 años, que fue lo que le dedicó muchísimo tiempo mientras estudiaba una ingeniería, porque a partir de ahí resignificó todo y ahí ya entendió, aquí tenía que hacer frente ahora de su mamá, de su hermanito, tenía que hacerse frente y era un momento ya de que no se podía dar el tiempo a estas mentiras y estas cosas cambió de un momento a otro, fue un momento muy fuerte también para él, pero en esos 6 años, en el tiempo que estudió, jamás entendió quién era esa persona hasta que se graduó y
ya graduado en la graduación está seguro que allá en el fondo en el pasillo, esta persona estaba atrás sonriendo y le movió la cabeza de arriba a abajo y nunca más lo ha vuelto a ver. Cuando lo vio ahí en el pasillo, llevaba la misma ropa, el mismo atuendo del día del accidente. ¿Y tú crees en el ángel de la guarda? Lupita el día de hoy es una persona muy dramática y como que media payasa al contar las cosas. Por eso la gente no la toma tanto en cuenta. Se la toma como más a juego,
más como un chiste. Pero todo tiene su razón de ser. Cuando era pequeña vivió algo tan fuerte y tan traumático que su mente lo bloqueó. No tiene ni idea de un suceso que ocurrió ahí cuando ella tenía 6 años. No se acuerda de una casa, no se acuerda de su amigo imaginario del que le habla a su mamá. Y cuando he intentado saber la historia a detalle, su mamá se opone. No quiere contarle esas cosas o no quería porque le ocurrió algo hace apenas un año y fue tan fuerte que tuvieron que indagar en su
pasado para saber qué demonios estaba pasando. Vamos de nuevo. Lupita cuando tenía 6 años vivía algo y fue tan fuerte que su mente lo bloqueó. Pero Lupita el día de hoy no tiene 6 años. Lupita el día de hoy tiene 36 años. A sus 36 años, justo el año pasado, vivió algo tremendamente fuerte. Vamos a empezar por ahí. El año pasado, lamentablemente, Lupita estaba peleada con su novio, un novio que había tardado mucho tiempo, mucho, mucho tiempo en consolidarlo en una relación. Pero de repente, de un día para otro, ella se puso un poco celosa,
le hizo un zafarrancho, él se fue muy molesto y como tenía familia en otra ciudad, aprovechó para irse en unas vacacioncitas. un fin de semana ya no tener contacto, despejarse, iba a seguir o no en la relación, ya lo verían cuando él regresara porque estaba muy molesto. Al día siguiente del safarrancho del pleito y ella sabiendo que no estaba en la ciudad, empezaron a tener como que muchos miedos dentro de ella. Empezó a tener cabida muchos pensamientos, va a estar con otra, me va a dejar. inseguridades. Así es que comenzó a marcarle una y otra
y otra vez. Y el teléfono sonaba y sonaba y sonaba, pero nadie contestaba y eso solo hacía que las inseguridades se fueran para arriba. Al final del sábado, ella ya estaba totalmente desahuciada en este tema. Ya ni para qué le doy vueltas ya me dejó. Está con alguien más. Está con alguien mejor que yo. Yo sabía que me iba a dejar. Yo sabía que él no merecía mi confianza. Y trae estos pensamientos. Pero ya es un pensamiento fatalista. Todo se acabó. Esa noche ni siquiera puede dormir bien. Está entre llantos, entre ataques de coraje, de
ira, entre ideas paranoides, de quién fregados con quién está y por quién me dejó y yo no le hice nada. Y él que me había prometido que íbamos a estar siempre juntos y puras cosas así. Todo está pasando en la mente de Lupita, pero se desgastó tanto que el domingo ya se quedó completamente dormida y le dieron las 3 de la tarde. Y cuando se levanta hay muchas llamadas perdidas en su celular, no son de su novio, son de un amigo que tienen en común. Y nada más un mensaje de texto que dice, "Lo siento,
es por el mismo amigo." Ella le comienza a marcar y no le contestan y le vuelve a marcar y no le contestan y se pone ya muy desesperada hasta que finalmente le contestan el teléfono y es este amigo en común. Y ella le dice, "¿Qué está pasando? ¿Qué está pasando?" Y le dice, "Lupita, ¿ya te enteraste o no te has enterado?" Y entonces ella pega el grito en el cielo. "Lo sabía. Lo encontraron con otra. me dejó. Lo sabía. Yo lo sabía. Lo sabía. Y entonces el amigo le dice, "Lupita, te voy a contar algo
muy grave. ¿Dónde estás?" "No, no, ¿qué puede ser peor que esto?" Y empieza Lupita con sus cosas, su magena, sus mil historias. Y entonces ella me dice, "Narrador, yo ahí me di cuenta del error que hacía a tomarme las cosas tan a pecho. Estaba haciendo todo un drama. No quería escuchar a mi amigo, así es que de repente ya él desesperado se le salió y me dijo, "Se mató, Lupita, se mató." Y dice, "No ocupé ni una palabra más ni que me explicara nada. Yo nada más sentí cómo me iba poniendo fría, fría, fría, fría,
fría y caí de pompas al piso. Me quedé ahí sentada. Yo ya sabía de quién estaba hablando, por eso no me contestaba mis llamadas. Por eso no habíamos podido hablar. Y nada más escucho y ya no sé si fue ahí o si fue en el velorio, escucho a mi amigo decir un accidente de auto, iba viajando y los envistieron. Él junto con otras dos personas no sobrevivieron. Y me están dando detalles que mira, ahorita te quisiera decir exactamente dónde estaba y como pero los escucho como si yo hubiera estado dentro de una burbuja. De repente
está mi mamá conmigo consolándome. Ella me contó que yo estaba gritando como loca. Cuando vamos a la ciudad en donde ocurrió el accidente, porque allá lo van a velar y allá va a ser el entierro, llego allá, me presento con la familia y comienzo a sentir mucho frío y escalosfríos. La familia está deshecha. Yo los quiero ver y quiero hablar con ellos, pero ellos no me quieren mucho, nunca me han querido mucho. Así es que yo también les doy un poco el espacio y llega el momento en el que hay que elegir la ropa de
el difunto y la familia no se quiere hacer cargo. Están tan afectados que yo digo yo, yo lo quiero ver, me quiero despedir de él. y narrador paso a donde estaba mi novio. Él de alguna manera lo habían dejado muy bien porque yo no noto los signos del accidente. Comienzo a vestirlo y noto algo que me dio mucho miedo. Cuando yo llego y lo veo, su rostro se veía como un rostro no molesto, pero sí inexpresivo, como si estuviera muy serio. Y cuando le estoy poniendo la ropa, lo veo con una ligera sonrisa y me
dio miedo. Era como si me pudiera sentir como si pudiera estar conmigo. Y nada más me acuerdo que le agarro la mano y le digo, "Perdóname por lo último que pasó." y noto como si algo dentro de él, energía, algo energético se moviera y de alguna manera me respondió con energía y le solté la mano de golpe. Me dio mucho miedo. Yo nunca había vivido algo así o no que yo me acordara. Sigue avanzando el tiempo del velorio. Yo tengo como que presentes momentos y momentos, ¿no? Porque estaba devastada, estaba desecha, no podía creer que
eso fuera verdad. Sentía que en cualquier momento me iba a despertar. En momentos me sentí enojada con todo y con todos y llega un momento en el que siento que alguien se sienta al lado mío y recarga su cabeza en mi hombro como mi novio lo hacía y me quedo ahí como ida y hasta llevo mi mano y le empiezo a acariciar el cabello como yo le hacía a mi novio. Y entonces caigo en cuenta que quién está haciendo eso, por qué está haciendo eso conmigo. Con nadie tengo esas confianzas más que con mi novio.
Y él está ahí enfrente en el ataúd. Entonces, con la mano en la cabeza, acariciando el cabello, volteo y no hay nadie. Y siento los cabellos en mi mano. Narrador, no te puedo ni describir porque sentí que en ese momento ya me había vuelto loca. Ya estoy sintiendo cabellos en mi mano. No hay nada aquí. No veo nada. No hay nadie ahí y lo estoy sintiendo. Así es que quito mi mano lentamente, bajo mi hombro y me alejo. Después de ese momento en el velorio, en el panteón, cuando estaba sola en la casa, en más
de una ocasión se prendía Alexa en alguna canción que él y yo cantábamos juntos o bailábamos o nos habíamos puesto a cantarle el uno al otro. Nadie se las pedía y no aparecían en mi celular que se estuvieran reproduciendo. En más de una ocasión, mientras me estaba bañando, sentía que alguien me estaba observando dentro del baño. Llegó un momento en el que yo me sentí hasta acosada, porque cuando me iba a acostar, alguien se acostaba detrás de mí y me abrazaba exactamente igual que él. tenía miedo, me sentí invadida, sentía que estaba loca, que me
estaba inventando estas cosas y entonces ya con mucha como vergüenza, miedo, eh sintiéndome acosada, voy y hablo con mi mamá y le digo, "Mamá, estoy viviendo estas cosas, creo que tengo que ir al psiquiatra." Y mi mamá, de forma muy extraña, porque ella no es una persona que esté como que en temas espirituales, me dice, "No, vamos con un padre." Y le digo, "No, mamá, es que esto esto no son cosas, o sea, me lo estoy imaginando todo, me estoy volviendo loca." Y le dice, "No, hija, es que, o sea, es que sí, si tú
viviste algo hace mucho y sí puede ser algo que sea más para un padre que para un psiquiatra." Y le digo, "¿De qué estás hablando?" y me dice, "De la historia de tu amigo imaginario y narrador, la historia que me contó mi mamá resulta que es el suceso más escalofriante que alguna vez he escuchado de cualquier persona y resulta que lo viví yo." Me dice mi mamá que es fecha que yo no me acuerdo, que cuando era pequeña, por ahí de los cuo c 6 años vivíamos en una casa. Esa casa justamente colindaba con un
panteón y mamá vivía ahí porque en ese tiempo ya no creía nada de esas cosas. Aparte estaba en un muy buen punto de la ciudad y el punto es que vivíamos ahí ella y yo, y éramos las únicas que estábamos en la casa. Me cuenta que en esa casa, en el patio, a ella no le gustaba pasar mucho tiempo porque le traía como que malas vibras. No creía en vibras, pero ahí te va. ¿Por qué? o a qué se refería con malas vibras. Ella le gustaba la jardinería y decía que toda planta que pusiera en
ese patio, planta que se le moría. Si la ponía en otra parte de la casa, no pasaba nada, pero en el patio no sobrevivía. puso plantitas, arbolitos, matorrales, inclusive el césped. Había una zona grande del patio que el césped estaba siempre seco y mi mamá decía que eso era porque el suelo tenía algún tipo de contaminación y que eso era lo que le daba la mala vibra, como que estaba en un lugar contaminado. Lo que se le hacía muy raro a ella es que a mí me gustaba mucho estar ahí en el patio y justo
en el patio había un arbolito no muy grande, un árbol en el que ni en sueños me podía subir, pero ese árbol estaba seco y como iba a costar un trabajo quitarlo y iba a costar dinero y el rentero no quería quitarlo, ella dijo que se iba a quedar ahí. Y se le hacía muy raro que a mí me gustaba mucho jugar en el patio y siempre estaba cerca del árbol. Cuando pasaron unos meses de estar en la casa, me preguntó que qué jugaba tanto en el árbol y yo le dije que jugaba con mi
amiguito, que a mi amiguito vivía debajo del árbol y mi mamá dice que le dio miedo la respuesta. Dice que se le puso la piel chinita, pero entró en un juego conmigo como que no me quería asustar y quería saber más información, así es que me hacía preguntas de vez en cuando. Eso ella es lo que tiene como muy claro. ¿Y quién es tu amigo? ¿Y cómo se llama? y a que juegan. Y cada respuesta que le daba era aún peor que la anterior. Mi amigo, mi amigo lo enterraron debajo del árbol, pero a veces
escapa. Lo tienen ahí amarrado con cadenas. No es un niño. A veces sí, pero muchas veces yo ya he visto que no es un niño. Mamá no siempre es bueno, es medio travieso y a mí me da miedo que se enoje porque parece que cuando se enoja sí es muy malo él. dice que vive en varias partes de la casa y que te ha visto a ti, que le gusta mucho espiar, que le gusta mucho hablar sin que lo escuchen y dice que ya van dos veces que tú lo ves, pero que no te das
cuenta que es él. Y dice mi mamá que cuando escuchó esa frase se quedó boca abierta y entendió que lo que estaba pasando ahí no era mentira. En dos ocasiones en la casa, ella estando en su habitación, sintió perfectamente que yo entré, caminé hacia ella, la abracé de la pierna y cuando me puso la mano encima no tocó nada, se tocó directamente la pierna y al voltear la habitación estaba vacía. dos ocasiones específicamente, que sintió que algo estaba ahí, pero no lo estaba. Y entendió que eso que estaba ahí en el árbol o que vivía
debajo del árbol probablemente era algún tipo de espíritu o algo que fuera incorpóo. La mamá de nuestra suscriptora hizo que este juego escalara, lo transformó como en una hija real y comenzó a decirle que le hiciera preguntas. ¿Qué eres una persona? Y al día siguiente regresaba la niña, "No, dice que no es una persona. Pregúntale que si es bueno y malo." Y respondía, "Depende. Pregúntale que si él sabe cosas que nosotras no." Y ella llegaba y decía, dice que sabe muchas, pero que no quiere saber muchas de las cosas que él sabe. Pregúntale que si
nos va a hacer daño. Mamá dice que sí, que si nos va a hacer daño. Pregúntale que si le puedo seguir preguntando. Y dice entonces que cuando la niña regresó, cuando nuestras suscriptoras regresó, ya no tenía su voz. Sus ojos eran completamente blancos porque estaban volteados hacia arriba y empezó a hablarle con la voz de una mujer y empezó a decirle, "Tic toc, tic toc, tus horas están contadas. Tic toc, tic toc y me desmayé. Eso, ese suceso fue tan alucinante para mi mamá y tan impactante que no duró un día más en esa casa.
Al día siguiente nos fuimos a casa de una tía. Después estuvimos brincando de un a otro lugar. No sé en qué momento mamá fue y recuperó las cosas de esa casa, pero me dice que después cuando intentaba platicar conmigo para que les dijera a más personas de la familia acerca de ese amigo del árbol, yo no me acordaba de nada. No me acordaba del niño, no me acordaba del árbol, no me acordaba de esas pláticas y no me acordaba de haber vivido en esa casa. Mi mamá estaba impactada porque me dijo que después de ese
momento yo empecé a cambiar. y me empecé a volver una persona como diferente, como si fuera alguien más, como si en momentos fuera yo y en momentos fuera esa voz. La personalidad que sea vio esa que una vez le dijo tic toc y que le dijo que sus horas estaban contadas. Cuando mi mamá me contó ese suceso y me contó esta historia y me dijo lo que había pasado, no lo pensé dos veces. Fui con un padre. El padre no tenía ni la menor idea de qué hacer. Me dijo que me pusiera a rezar padres
de estos y aves Marías. Después terminé con un grupo de liberación carismática. Después de eso empecé a hacer rezos por mi cuenta. Y narrador, no sé si fue algo en especial lo que funcionó, no sé si fue el cúmulo de todo, no sé si esa cosa se aburrió de mí, no sé si lo bloqueamos. Simplemente un día me dejó de molestar. Pero yo al día de hoy siento que dentro de mí hay algo más que no descansa. Y desde que escuché la historia que me contó mi mamá, yo creo que esa cosa que estaba debajo
del árbol de repente la tengo pegada. ¿Qué crees que fue lo que se toparon en esa casa? Y con esta historia, querida familia nocturna, hemos llegado al final de esta oscura fogata de historias. Si este episodio te gustó, si pudiste llegar hasta el final y alguna de estas historias eh se te hizo interesante o escalofriante, compártelo para que cada vez seamos más personas en la familia nocturna. Y recuerda que esta semana te voy a revelar una sorpresa, una sorpresa por motivo del episodio 300 y por esas cositas que también te conté en el sábado de
sombras. Ahora sí, te deseo bonita semana. Nos vemos el próximo jueves, pero mientras tanto te deseo que tengas dulces pesadillas. Bye bye. [Música]