Seguramente has escuchado que 8 de cada 10 negocios no resisten la prueba del tiempo, y. . .
quiebran. Pero, ¿por qué pasa esto? ¿Por qué aproximadamente el 80% de los negocios no duran más que 5 años?
Veamos el ejemplo de Sofía. Sofía trabaja en una tienda donde venden galletas, donde cada día se encarga de hacerlas y hornearlas. Le gusta lo que hace, pero después de trabajar aquí, por más de tres años, se pregunta, “¿por qué no abrir mi propia tienda de galletas?
Mi jefe ni siquiera sabe como hacer galletas, pero es él quien se lleva la mayoría de las ganancias. ” Entonces, un día, Sofía presenta su renuncia y abre su propia tienda. Desafortunadamente, en unos pocos días su entusiasmo se pone a prueba.
Porque antes, Sofía dedicaba todo el tiempo de trabajo para hacer las galletas, y ahora además de hornearlas, tiene también otras actividades urgentes: Necesita atender a los clientes, limpiar antes y después de abrir la tienda, hacer la contabilidad y promocionar su negocio. Son actividades en las cuales Sofía no es hábil, y además no le gusta hacerlas. Ella quiere hacer galletas, pero sin realizar las demás cosas, el negocio se va a pique, y en este momento no cuenta con alguien que le ayude.
Pronto, Sofía se siente agotada y estresada de estar a cargo de todo. Ella se imaginaba haciendo y vendiendo galletas, pero parece que esto no es suficiente para tener un negocio próspero. Sofía es ejemplo de un técnico, que ha caído en incautación empresarial.
¿De qué se trata? La emoción de la independencia, y trabajar sin un jefe que este encima, a menudo no nos deja ver lo que realmente es trabajar por cuenta propia. El técnico cree, erróneamente, que porque sabe cómo hacer un trabajo, ya sea cocinar, hacer diseño gráfico, reparar un auto, u otro tipo, puede convertir esa capacidad en un negocio que le libere del jefe.
El cocinero crea un restaurante. El diseñador gráfico crea un negocio de diseño gráfico. El mecánico crea un taller.
Pero en lugar de liberarse del jefe, se han convertido en su propio jefe, uno más exigente, y que los hace trabajar aún más que antes. Antes de seguir con la con historia de Sofía. .
. necesitamos entender que cada persona que abre un negocio es 3 personas en uno: un empresario, un gerente y un técnico… Un empresario es la parte de nosotros que tiene una visión, tiene sueños, y convierte algo fugaz, como son las ideas, en una excelente oportunidad. Un empresario vive en el futuro.
Siente necesidad de un cambio. Cuanto más excepcional es su idea, más esfuerzo pone en realizarla. Su problema es que lo hace sin mirar el costo.
Al perseguir los sueños se está separado de la realidad. Al gerente por otra parte le gustan las cosas predecibles, le gusta planificar y tener todo en orden. Si el empresario vive en el futuro, el gerente vive en el pasado.
Le gusta analizar cosas que ya pasaron y basado en ello sacar las conclusiones. Y el técnico sabe realizar su trabajo, y en lugar de pensar sobre el futuro o pasar horas organizando las cosas, prefiere hacer el trabajo y disfrutar los resultados. Por lo tanto, los técnicos a menudo se encuentran trabajando para alguien más… Todos tenemos un poco de cada uno, pero en su mayoría prevalece el técnico.
Por ejemplo, puede ser que somos un 70% el técnico que le gusta realizar el trabajo, un 10% gerente que le gusta organizar las cosas y un 20% el empresario que planea y piensa en el futuro. Igual que hay tres personajes, también el negocio tiene 3 etapas. En el ejemplo de Sofía, podemos ver la etapa de infancia donde una persona hace todo sola.
Tiene un negocio, pero en lugar de trabajar 8 o 10 horas, trabaja 14 o más horas al día. En esta etapa, pronto te das cuenta de que te estás sacando el jugo, y que si quieres seguir adelante necesitarás contratar a alguien que te ayude. Sofía por ejemplo, después de unas semanas de no descansar ni un solo día, ha contratado una persona para hacer la contabilidad de su empresa.
Contrató a Víctor, y cuando Víctor ha tomado parte de sus responsabilidades, Sofía se sentía muy aliviada. Ya que no le gustan los números, ha dado carta blanca a Víctor y ella empezó dedicar más tiempo a lo que le gusta - hacer galletas. Otra cosa que no le gusta a Sofía es tener que hacer promoción de su negocio.
Víctor le ha sugerido qué contrate a alguien que lo haga por ella. Pero, a Sofía tampoco le gusta a contratar y manejar personal, (ya ha tenido suficiente contratando a Víctor) por lo que pregunta a Víctor, si él podría buscarle a alguien para este nuevo puesto. Mientras Víctor maneja este asunto, Sofía se dedica a lo que ella le gusta - hacer sus galletas.
El negocio crece y pronto terminan contratando la tercera persona, que ayuda a hacer galletas y limpia el lugar. Sofía aún no se da cuenta de que pierde el control de muchas cosas que pasan dentro de su negocio. No lo está manejando activamente, deja a cargo a Víctor, y aunque hay asuntos que ella no sabe o no entiende, confía que Víctor lo está haciendo bien.
Mientras ella sigue horneando las galletas, su negocio crece en empleados, y entra a la etapa de adolescencia. (Error de Sofía, Manejar por abdicación) En este caso de Sofía, en la etapa de adolescencia, puede pasar uno de los siguientes 3 escenarios. Primero, después de un tiempo nota qué el negocio está enfrentando un problema recurrente.
Por ejemplo, algún cliente se queja, de la calidad de galletas que hizo la empleada, dicen que esta ha bajado, o llaman del banco y dicen que los números no concuerdan, que algo no está bien con la contabilidad. Entonces empiezan los problemas, y Sofía enlista todo lo que hacen mal otras personas en su empresa. Revisa todos los asuntos, encuentra varias inexactitudes y.
. . las mejora.
Finalmente llega a la conclusión que Víctor y lo demás, no saben hacer bien su trabajo. Pierde confianza en su gente y piensa que fue mejor cuando ella estaba sola, porque entonces nadie se quejaba por su trabajo. Despide los empleados, o incluso si no lo hace, se van por su propia cuenta.
El negocio de Sofía otra vez regresa a la infancia, el punto donde empezó. Segundo escenario: el negocio de una sola vez va a la quiebra. Para Sofía esto pasaría si los gastos de su tienda se salen de control antes que ella reaccione.
En la vida real, esto pasa especialmente con los negocios innovadores, como son las empresas tecnológicas. Alguien hace un negocio y busca crecerlo lo más rápido posible, sin preocuparse por los gastos que genera. La idea es que un día el negocio valga muchísimo y el dueño lo venda.
Pero en el camino algo se sale de control, hay tantos empleados, y los gastos fijos son tan altos, que la empresa no se puede mantener y se va a la quiebra. En el tercer escenario: él negoció sobrevive. Y este es el más trágico de todos los escenarios.
En el ejemplo de Sofía, significaría que ella siga resolviendo todas las metidas de patas de sus empleados, y aunque no tiene control de todo lo que pasa, el negocio sobrevive. Actualmente trabaja no 12, sino 16 horas al día, hace todo su esfuerzo para mantenerse a flote. Podemos trabajar así un mes, tres meses, tal vez un año, pero después nos sentimos muertos en vida, sin fuerza y ganas de seguir.
Es como si hubiera un motor de 6 cilindros, pero solo un cilindro, trabaja efectivamente. Simplemente no se puede. El cilindro explotará en cualquier momento.
Perdemos la salud, la energía y también. . .
el negocio. Estas son las razones de porque aproximadamente 8 de cada 10 negocios quiebran. PERO, hay una manera totalmente diferente para empezar un negocio de cómo lo hizo Sofía, y de cómo lo hacen los técnicos.
Hay un camino mejor y que cualquiera puede seguir. Un camino hasta la madurez. Lo explica Michael Gerber en su libro El mito del Emprendedor, y nosotros te lo vamos a compartir en uno de los futuros vídeos.
¡Gracias y no vemos pronto!