la niña mendiga vio una maleta llena de dinero junto al anciano desmayado la niña decidió Hola a todos disfruten de estos momentos de relajación mientras miran el viento helado cortaba la piel y la carne Lucía necesitaba un lugar donde refugiarse por la noche pero nadie abría la puerta a una pequeña mendiga caminaba por los callejones esperando encontrar algún alero que fuera suficiente para bloquear el viento pero no había ningún adecuado Qué estás haciendo aquí pequeña Lucía se sobresaltó y se dio la vuelta frente a ella estaba un anciano de barba y cabello blanco como la
nieve con una mirada bondadosa pero algo cansada el anciano llevaba un abrigo grueso pero Lucía notó que estaba temblando yo solo estoy buscando un lugar para protegerme del frío señor el anciano la miró por un largo rato y luego asintió ligera mente Si no tienes miedo hay un lugar bastante resguardado del viento en el cementerio cercano cementerio Lucía sintió un escalofrío pero la niña no tenía otra opción quedarse en la calle así podría morir congelada antes del amanecer puedo puedo ir con usted señor el anciano asintió y comenzó a caminar lentamente Lucía lo siguió un
poco asustada pero decidida a continuar el cementerio San Miguel estaba envuelto en Niebla Las lápidas cubiertas de nieve hacían que el paisaje fuera aún más sombrío Lucía temblaba abrazándose a sí misma Pero al menos allí no había corrientes de viento tienes frío el anciano se quitó la bufanda y se la ofreció a Lucía la niña con movida extendió la mano para tomarla gracias señor pero justo cuando Lucía se envolvió la bufanda alrededor del cuello de repente notó que el anciano se tambaleaba cayó de rodillas con la mano temblorosa aferrada al pecho señor Qué le pasa
Lucía corrió hacia él alarmada y lo sostuvo la respiración del anciano era débil su rostro estaba pálido la niña confundida no sabía qué hacer pero entonces sus ojos se detuvieron en un junto al anciano una maleta de cuero y estaba entreabierta Lucía parpadeó en la tenue luz pudo ver que dentro de la maleta había montones de fajos de billetes gruesos algunos billetes se habían caído y el viento los hacía volar creando una escena extraña en medio del cementerio helado la niña tragó saliva su corazón l tía con fuerza dinero demasiado dinero si lo lo tomo
nunca más tendré que pasar hambre ni frío ese pensamiento se coló en su mente pero de inmediato Lucía apretó los puños no podía hacer eso este anciano parecía una buena persona si moría aquí tal vez necesitaba ayuda más de lo que ese dinero podría significar para una niña vagabunda como ella voy a buscar ayuda susurró Lucía decidida a correr pero justo cuando se levantaba una voz fría resonó a sus espaldas nadie va a ninguna parte Lucía se quedó helada se dio la vuelta y vio a un hombre de pie a pocos pasos de distancia era
alto llevaba un abrigo largo y negro su rostro anguloso reflejaba frialdad y sus ojos oscuros parecían capaces de devorarlo todo Lucía retrocedió su instinto le decía que este hombre era extremadamente peligroso Dame esa maleta ordenó él con una voz grave que resonó en la noche Lucía apretó los puños negó con la cabeza este dinero es de él el hombre soltó una risa burlona en serio una pequeña vagabunda como t pretende protegerlo avanzó más cerca sus ojos brillaban con una amenaza palpable no tienes idea de En qué te estás metiendo niña Dame la maleta o no
dudaré en enviarte a acompañar a ese viejo Lucía sintió que se le cortaba la respiración nunca había sentido un miedo tan claro no su voz tembló el hombre entrecerró los ojos crees que tienes opción dio un paso adelante Lucía retrocedió aterrada con el corazón desbocado miró a su alrededor buscando desesperadamente una forma de escapar pero el cementerio era vasto y estaba sumido en la oscuridad sabía que no podría correr más rápido que él está bien voy a contar hasta tres dijo él con una voz cargada de amenaza uno dos Lucía aferró la maleta con fuerza
en ese breve instante supo que solo tenía una oportunidad Y entonces justo cuando el hombre estaba a punto de decir tres Lucía arrojó la maleta hacia el otro lado el dinero voló por los aires el hombre giró la cabeza por instinto Esa era la oportunidad que Lucía necesitaba sin dudarlo La niña se dio la vuelta y corrió se escucharon los pasos del hombre detrás de ella pequeña Lucía corrió con todas sus fuerzas el corazón latindo con Furia no sabía A dónde iría pero sabía una cosa si la atrapaban no tendría ninguna otra oportunidad la oscuridad
envolvía el cementerio Las lápidas permanecían silenciosas como fantasmas que se asomaban entre la niebla nocturna Lucía corría con todas sus fuerzas sus pies descalzos pisaban la nieve helada cada paso era como un corte en su piel su corazón l tía descontrolado su respiración era entrecortada no se atrevía a mirar atrás pero los pasos detrás de ella se acercaban cada vez más pequeña para la voz fría resonó a sus espaldas Lucía apretó los puños no no podía detenerse corrió entre las hileras de tumbas buscando un lugar donde esconderse pero el cementerio era vasto como un laberinto
y cada camino parecía llevar a otro callejón sin salida respiraba con dificultad intentando mantener la calma tengo que pensar tengo que encontrar una manera de escapar de repente adelante apareció un muro bajo y Lucía decidió probar suerte tomó impulso saltó con todas sus fuerzas y sus manos se aferraron al borde del muro pero justo en ese momento una mano grande agarró con fuerza el cuello de su ropa a Lucía gritó sintiendo como si todo su cuerpo fuera levantado ad en el aire el hombre la bajó de un tirón sujetándola firmemente por el cuello de la
ropa y gruñó pequeña Pensaste que podrías escapar de mí Lucía levantó la mirada sus ojos abiertos de puro terror ahora podía ver claramente a su perseguidor un hombre de mediana edad con una barba desaliñada ojos fríos y llenos de crueldad llevaba un abrigo largo negro y su rostro hacía que uno sintiera escalofríos Lucía tragó saliva su voz temblorosa quién quién es usted el hombre apretó más fuerte acercándola a él me llaman Antón se inclinó hacia su rostro sus ojos Destilando peligro y no tengo tiempo para jugar a las persecuciones con una niña como tú Lucía
sintió un escalofrío recorrer la espalda tartamudeo qué qué yo no tomé su dinero Antón soltó una risa burlona no tomaste el dinero crees que soy estúpido esa maleta no es tuya verdad apretó aún más el cuello de la ropa de Lucía levantándola del suelo Lucía se debatía moviendo brazos y piernas desesperadamente suélteme Antón torció la boca en una mueca silencio no tengo tiempo para estas tonterías bajó la voz pronunciando cada palabra de manera aterradora escucha bien pequeña no me importa quién eres ni por qué estabas ahí pero viste demasiadas cosas que no deberías haber visto
Lucía se quedó inmóvil tartamudeo Qué quiere decir Antón entrecerró los ojos su voz grave y escalofriante es ese viejo don Alfonso no se desmayó por casualidad Yo le preparé una dosis especial se suponía que ya estaría muerto Lucía abrió los ojos de par en par horrorizada usted usted lo envenenó Antón soltó una risa fría y se encogió de hombros bueno no me gusta usar la palabra envenenar suena demasiado malvado Pero en fin algo por el estilo Lucía sintió que todo su cuerpo se helaba nunca imaginó que se vería envuelta en algo tan horrible anton se
inclinó más cerca de ella susurrando El problema es que tú estabas ahí viste lo que no debías ver sonrió con frialdad Y eso significa que no puedo dejarte ir lucí entró en pánico y se retorció con más fuerza no no le diré nada a nadie no sé nada anton la miró fijamente como si estuviera evaluándolo puedo confiar en ti Lucía temblaba sabía que si no encontraba una manera de escapar no tendría otra oportunidad de repente a lo lejos se escuchó el repique de las campanas de una iglesia Antón se detuvo frunciendo el seño bendita sea
Lucía no dejó pasar la oportunidad con todas sus fuerzas pateó con fuerza la pierna de Antony de repente le mordió la mano con fuerza anton gritó soltándola por reflejo Lucía corrió al instante Vuelve aquí Antón la persiguió pero la niña ya había salido del cementerio corriendo lo más rápido que podía Lucía no sabía cuánto tiempo había corrido solo sabía que cuando se detuvo sus pulmones parecían a punto de estallar y sus piernas estaban entumecidas se encontraba en un callejón pequeño abrazando la maleta con fuerza su corazón aún latiendo descontroladamente qué voy a hacer ahora sabía
que no podía quedarse con ese dinero para siempre si Antón realmente había envenenado a don Alfonso seguro que no la dejaría en paz pero a Don dónde ir a quién pedir ayuda Lucía se mordió el labio Y entonces sus ojos se iluminaron la policía Claro si podía llegar a una comisaría podría contarles todo ellos la ayudarían Lucía apretó los puños y decidió correr directamente a la estación de policía más cercana en otro Rincón de la ciudad Antón estaba de pie en un callejón oscuro apretando los de Furia uno de sus secuases Javier estaba en silencio
a su lado esa pequeña se escapó dijo Javier con una voz ronca Antón apretó los dientes se escapó pero no se librará por mucho tiempo Javier levantó una Ceja quieres que la busque Antón torció la boca mostrando una sonrisa peligrosa no hace falta lo que va a hacer ahora sacó su teléfono y marcó un número Aló Haz algo por mí la policía del área central sí Exacto necesitamos adelantarnos un paso soltó una risa burlona esa pequeña no se lo espera Lucía corría en medio de la noche oscura con la respiración agitada las gotas de sudor
frío rodando por su frente a pesar del frío fuera del cementerio las calles estaban desiertas de manera aterradora la niña no se atrevía a detenerse ni por un segundo porque cada paso resonante en la noche podía ser una señal de que anton y sus secuaces la estaban persiguiendo tengo que llegar a la comisaría tengo que darme prisa con el estómago vacío y los pies doloridos el miedo La mantenía en pie los ojos de Lucía escanean tensamente las filas de calles oscuras no se atrevía a tomar las avenidas principales por miedo a ser descubierta pero tampoco
podía seguir escondiéndose Eternamente en las sombras la niña abrazaba con fuerza la maleta sintiendo una creciente ansiedad en su interior sabía que estaba sosteniendo algo que los malvados harían cualquier cosa por recuperar de repente se escucharon pasos pesados detrás de ella Lucía se giró sobresaltada Javier el secuaz de Antón estaba parado al inicio del callejón sus ojos penetrantes fijos en la niña Jaja Te lo dije esta pequeña no iba a llegar lejos Lucía tembló y retrocedió un paso qué podía hacer ahora Javier soltó una risa burlona su voz ronca por el tabaco corre pequeña me
gustan los juegos de persecución pero es esta vez no vas a escapar dicho esto sacó un cuchillo pequeño cuyo filo de acero brilló fríamente en la oscuridad Lucía sintió que su corazón estaba a punto de explotar no no podía dejar que la atraparan Lucía se dio la vuelta y corrió a toda velocidad sea Javier rugió lanzándose tras ella los pasos resonaban apresuradamente entre las desiertas una verdadera persecución había comenzado Lucía corría por callejones estrechos con la respiración entrecortada los pasos de Javier se acercaban cada vez más corre rápido pequeña se burló él desde atrás pero
apuesto a que no puedes correr para siempre Lucía intentaba acelerar pero sus piernas empezaban a agotarse no podía seguir corriendo eternamente de repente apareció un camión estacionado a un lado del camino con la puerta trasera entreabierta Lucía no lo pensó más corrió hacia él se deslizó dentro y se escondió detrás de unas cajas afuera Javier llegó corriendo sus ojos escaneando rápidamente los alrededores se detuvo frunciendo el ceño puedes correr pero no puedes esconderte para siempre inspeccionó el lugar con la mirada y luego murmuró sea esta pequeña es rápida sacó su teléfono y marcó un número
Aló Antón perdí de Vista a la pequeña pero no puede estar lejos seguro sigue rondando por esta zona apretó El puño voy a registrar cada Rincón no va a escapar colgó una maldición y siguió caminando en busca de ella dentro del camión Lucía se mordió el labio y se tapó la boca para no hacer ruido no se atrevía a respirar fuerte su corazón Lía tan fuerte que parecía a punto de estallar la descubriría 5 minutos 10 minutos ya no se escuchaban pasos afuera Lucía levantó la cabeza lentamente intentando mirar hacia afuera no veía a Javier
por ningún lado la niña dejó escapar un suspiro pero no bajó la guardia con cuidado salió del camión y miró a su alrededor sigilosamente tengo que seguir no puedo detenerme Lucía apretó la maleta con fuerza y corrió lo más rápido que pudo finalmente después de más de una hora de huir Lucía vio un edificio iluminado al final de la calle la comisaría la luz que salía de las ventanas de vidrio le hizo sentir como si hubiera encontrado su última esperanza lo logré La niña se secó las lágrimas y corrió directamente hacia adentro gritando por favor
Ayúdenme los policías en la comisaría se giraron mirándola con sorpresa un oficial de mediana edad con barba se acercó frunciendo el seño Oye Qué pasa pequeña Lucía jadeaba con la voz temblorosa yo un hombre llamado Antón me persiguió envenenó a un anciano en el cementerio puedo dar testimonio quiere matarme para silenciarme los policías pusieron caras serias El oficial de mediana edad intercambió una mirada con su colega un asesinato dijo en voz baja tienes alguna prueba pequeña Lucía abrió la maleta mostrándoles los fajos de billetes esto pertenece al anciano Antón quiere recuperar este dinero El oficial
abrió los ojos de par en par Pero antes de que pudiera decir algo la puerta de la comisaría se abrió un hombre entró Lucía se quedó helada Antón él la había adelantado vestía un traje impecable con un rostro lleno de rectitud y para el horror de Lucía sonrió a los policías y dijo con una voz completamente diferente Buenas noches Señores soy Antón Sánchez representante de Don Alfonso estoy aquí por una niña que robó la maleta con dinero de mi jefe Lucía se congeló los policías se giraron hacia ella con miradas llenas de sospecha es eso
cierto pequeña Lucía abrió la boca pero no pudo articular palabra no esperaba que Antón pudiera actuar tamban bien ahora quién le creería Lucía se quedó inmóvil en el lugar temblando por completo no por el frío sino por el terror él realmente estaba aquí Antón con su traje elegante avanzó lentamente hacia los policías con un rostro calmado hasta el punto de ser aterrador ya no era el hombre cruel que había agarrado el cuello de su ropa en el cementerio ni el que había ordenado un asesinato ahora era un empresario respetable alguien con una apariencia perfecta para
engañar a todos esto parece ser un malentendido grave anton suspiró sacudiendo la cabeza Lamento las molestias pero esta niña tomó algo que no le pertenece Lucía entró en pánico no el está mintiendo No es una buena persona envenenó al anciano la niña miró a los policías con ojos desesperados pero su reacción no fue para nada lo que ella esperaba El oficial de mediana edad Carlos Herrera frunció El ceño Mirando a Lucía y luego a Antón qué está pasando aquí preguntó en voz baja Antón se encogió de hombros como si estuviera muy contrariado Don Alfonso mi
jefe fue asaltado esta noche estábamos buscándolo cuando nos enteramos de que esta niña llevaba la maleta con su dinero se giró hacia Lucía con una mirada fría pero una voz muy tranquila pequeña sé que estás asustada pero mentir No ayudará en nada Lucía apretó los puños temblando de rabia este hombre estaba actuando frente a todos No no es estoy mintiendo él atacó al anciano yo no robé nada Carlos asintió lentamente pero su rostro seguía lleno de dudas entonces tienes alguna prueba Lucía se quedó inmóvil pruebas Qué tenía ella la palabra de una niña sin hogar
contra un hombre que parecía completamente confiable Lucía se mordió el labio con lágrimas brotando en sus ojos yo lo vi en el cementerio Antón sonrió levemente de verdad pero yo estuve en casa toda la noche con dos de mis empleados se giró hacia los policías con voz tranquila si los señores quieren puedo llamarlos ahora mismo para que den su testimonio Carlos frunció El seño dices que él atacó a su jefe lo viste con tus propios ojos Lucía negó con la cabeza no pero él estaba inconsciente y él me persiguió para quitarme la maleta los otros
policías en la comisaría susurraron entre ellos algunos miraron a Lucía con ojos llenos de sospecha una niña mendiga con una maleta llena de dinero sonaba más como un robo que como un intento de asesinato Lucía comenzó a sentir un miedo real podía verlo en sus ojos no le creían Carlos suspiró y miró a un oficial más joven Miguel Torres llama a los guardias de seguridad de la mansión de Don Alfonso confirma si Antón realmente estuvo en casa Esta noche Miguel asintió y se alejó Antón no mostró ninguna señal de pánico solo se quedó allí esperando
tranquilamente Lucía sintió una desesperación aterradora creciendo en su interior si él había planeado matar a don Alfonso cómo iba a dejar algún cabo suelto si Antón ya había preparado todo si sus secuaces también iban a mentir quién le creería 10 minutos después Miguel regresó sosteniendo el teléfono se lo entregó a Carlos llamamos a la mansión señor informó Miguel la empleada doméstica asegura que el señor ant estuvo en casa toda la noche Carlos miró directamente a Lucía con una expresión seria tienes algo queé decir Lucía sintió un frío helado recorrer su cuerpo no podía creerlo Todo
estaba dentro del plan de Antón desde el principio sabía que ella iría a la policía y había creado pruebas falsas para engañarlos anton sonrió levemente como si esto fuera solo un juego infantil Entonces quieres disculparte ahora por el malentendido Lucía apenas podía respirar todo se derrumbaba frente a sus ojos los policí No le crean no for de enfrentarse a Antón Carlos suspiró y cruzó los brazos Lucía estás reteniendo dinero que no te pertenece extendió la mano hacia la niña tienes que devolver la maleta a su dueño Lucía abrió los ojos de par en par Presa
del pánico no no se la den a él es un malvado Carlos la miró fijamente Lucía No seas cerca te estás metiendo en problemas tú sola Lucía sintió como si todo se desmorona temblando abrazó la maleta con fuerza si dejaba que se la quitaran Antón ganaría no no podía permitirlo intentó resistirse pero otro policía se acercó y la sujetó con firmeza suéltenme no robé el dinero los policías confiscaron la maleta y se la entregaron a Antón él sonrió entrecerrando los ojos al mirar a Lucía bien hecho Gracias señores Lucía sintió como si el mundo entero
se hiciera pedazos todos su esfuerzo había sido en vano él había ganado Carlos asintió como no hay pruebas de que Antón haya hecho algo malo no podemos retenerte aquí miró a Lucía puedes irte Lucía no podía creer lo que escuchaba la dejaban ir pero eso significaba qué no tenía a dónde ir ella estaba siendo abandonada Lucía no pudo articular palabra las lágrimas brotaron en sus ojos Antón se acercó y le susurró al oído nadie te creerá Y ahora te has convertido en alguien Sobrante sonrió y luego se alejó Lucía se quedó inmóvil en medio de
la comisaría una vez más fue empujada a la calle sin nadie que le creyera sin nadie que la protegiera y lo más aterrador de todo era que sabía que Antón no la dejaría en paz Lucía estaba atónita todo había pasado tan rápido que no tuvo tiempo de reaccionar los policías no le creían Antón había recuperado la maleta llena de dinero y ahora él estaba completamente libre Lucía temblaba la niña sabía muy bien que él no la perdonaría Antón salió de la comisaría Pero antes de ir se dio la vuelta y esbozó una sonrisa gélida pequeña
espero que la próxima vez seas más lista se marchó su figura se fundió en la oscuridad de la noche Lucía se quedó inmóvil petrificada sentía como si una mano invisible estuviera estrujándolo el corazón no no podía terminar así digo la verdad no estoy mintiendo Lucía suplicó mirando a los ojos del oficial Carlos Herrera yo no robé el dinero él es el malo él envenenó al anciano Carlos suspiró pero su rostro ya no era tan Severo como antes Lucía escucha Eres una niña callejera no tienes a nadie que te proteja si sigues diciendo estas cosas sin
pruebas solo vas a empeorar las cosas para ti misma Lucía se quedó atónita Qué quería decir con eso Carlos miró a un policía joven que estaba cerca Julián Gómez enciérrala por ahora necesita un lugar seguro al menos por esta noche Lucía entró en pánico encerrarme Yo no hice nada malo Carlos no cambió su decisión Lucía no quiero dejarte afuera en este momento Si lo que dices es cierto Enton anton seg gamente vendrá por ti Pero si estás inventando historias Será mejor que lo pienses bien mientras estás en la celda Lucía abrió los ojos de par
en par sintiendo que el mundo se derrumbaba a su alrededor nadie le creía nadie la protegía y ahora la abandonaban en una celda Lucía se acurrucó en la dura cama de hierro abrazándose con fuerza esa noche Tal vez sería la más larga de su vida sus lágrimas caían en silencio por qué Por qué el cielo era tan Injusto Si tan solo no hubiera entrado al cementerio en ese momento Si tan solo hubiera seguido caminando en silencio fingiendo no haber visto nada Quizá ahora seguiría siendo solo una niña sin hogar y no el blanco de un
asesino Lucía se mordió el labio tratando de no llorar en voz alta Pero qué podía hacer ella Nadie estaba de su lado nadie le creía la una de la madrugada se escucharon pasos provenientes del exterior Lucía se sobresaltó y se sentó de golpe esos pasos no eran de un policía eran lentos con algo extremadamente aterrador entonces una figura apareció detrás de los barrotes Lucía se quedó helada Antón ahí estaba él con las manos en los bolsillos los ojos brillando como los de una bestia Cazadora Hola pequeña estás contenta Lucía retrocedió su corazón la tiendo desbocado
él cómo pudo entrar aquí Antón soltó una risita y se inclinó acercándose a los barrotes qué tal te gusta tu nueva habitación Lucía sintió un frío recorrer todo el cuerpo y la policía no tiene miedo de que lo descubran como si adivinara sus pensamientos Antón río suavemente Oh dónde están ellos verdad parece que todos acabaron de ser llamados a otra parte Lucía se quedó pasmada llamados a otra parte qué significaba eso Antón entrecerró los ojos y se inclinó para mirarla no querían que anduvieras vagando por las calles Pero sabes qu Lucía este lugar que llaman
seguro también es justamente la trampa que te prepararon Lucía se ahogó con su respiración anton suspiró sacudiendo la cabeza yo no quería meterme contigo desde el principio pero tú eres demasiado molesta su voz bajó más peligrosa que nunca así as que pienso que tendré que deshacerme de esta molestia Lucía sintió que su respiración se atoraba el quería matarla ahí mismo en la comisaría Lucía negó con la cabeza frenéticamente retrocediendo hasta pegarse contra la pared No tú no puedes hacer eso Antón levantó una Ceja y soltó una carcajada Por qué no aquí nadie te cree y
cuando pase algo solo pensar que t misma te hiciste daño sonrió con frialdad muy limpio verdad Lucía sintió un escalofrío recorrer la espalda no no podía ser tenía que salir de ahí pero cómo miró a su alrededor buscando cualquier cosa que pudiera ayudarla a escapar pero no había nada la habitación era pequeña la puerta Estaba bien cerrada afuera Antón esperaba su oportunidad para actuar Lucía en pánico intentó pensar en alguna idea de repente se acordó Julián El joven policía que parecía no confiar del todo en Antón Lucía respiró hondo y gritó Julián estás ahí ayúdame
Antón frunció el seño y maldijo pequeña se escucharon pasos acercándose desde lejos Lucía temblaba pero también sentía un rayo de Esperanza Julián apareció con una mirada llena de sospecha dirigida hacia Antón Qué estás haciendo aquí Antón se giró con calma su voz tan suave como siempre solo vine a revisar me preocupaba que esta niña pudiera causar problemas Julián entrecerró los ojos Esta es el área de deten No tienes ninguna razón para estar aquí Antón apretó los labios pero no respondió Julián avanzó y miró a Lucía qué pasa Lucía agarró los barrotes con fuerza con lágrimas
a punto de salir él quiere matarme no es una buena persona tienes que creerme Julián se detuvo con un Destello de duda en los ojos Antón soltó una risa suave no le hagas caso a sus tonterías esta pequeña parece estar muy cansada Julián miró a Lucía y luego a Antón finalmente no dijo nada más Pero en sus ojos había un dejo de sospecha Lucía se mordió el labio sabía que esta era su única oportunidad Julián se quedó en silencio frente a los barrotes con los ojos mostrando un leve titubeo Lucía se aferró a los barrotes
con fuerza su corazón latiendo con intensidad sabía que este podía ser su único chance de salvarse tienes que creerme su voz temblaba pero era firme Antón no es bueno él envenenó al viejo don Alfonso Está tratando de silenciarme Julián frunció El seño miró a Antón quien mantenía una calma aterradora en su rostro qué viniste a hacer aquí preguntó Julián con un tono más serio Antón sonrió Pero esta vez su sonrisa ya no tenía la confianza absoluta de antes solo quería asegurarme de que la niña estuviera bien se encogió de hombros después de todo ella robó
dinero de mi jefe pero si mi presencia te parece inapropiada me voy ahora mismo Julián entrecerró los ojos claramente aún sospechando Lucía al ver esto Hablar de nuevo por favor no lo dejes ir si se va de aquí no tendré ninguna oportunidad de sobrevivir Julián dudó Pero antes de que pudiera decir algo Carlos Herrera apareció desde el final del pasillo qué está pasando aquí preguntó con voz severa anton se giró con calma y saludó con un asentimiento no es nada oficial Herrera solo me estaba yendo Carlos miró a viendo como temblaba aferrada a los barrotes
y luego miró a Julián él dice que este hombre intentó matarla dijo Julián con un tono lleno de dudas Carlos suspiró y cruzó los brazos Julián no te dejes llevar por palabras sin fundamento esta niña no tiene ninguna prueba Lucía sintió que una oleada de desesperación la invadía no estoy mintiendo gritó si lo de dejan irse voy a morir Carlos no cambió de actitud Lucía necesitas calmarte no tenemos ninguna razón para retener al Señor Antón aquí luego se volvió hacia Julián sacaa mañana por la mañana esta noche puede dormir aquí pero no podemos retenerla más
tiempo Julián apretó los labios pero no contradijo Antón sonrió y dijo suavemente Gracias señores no los molestaré más se alejó su figura desapareciendo por el pasillo Lucía se quedó inmóvil su corazón cayendo en un abismo profundo se había ido y ella sabía que él no se rendiría 3 de la madrugada toda la comisaría estaba en silencio absoluto Lucía estaba acurrucada en la cama fría pero con los ojos bien abiertos no podía dormir no había manera de que lo lograra una sensación de inquietud crecía cada vez más en su pecho algo no estaba bien De repente
escuchó un pequeño click Lucía se sobresaltó y se sentó de golpe con los ojos muy abiertos el sonido venía de la puerta de la celda sus manos apretaron con fuerza la delgada sábana no podía ser entonces la puerta se abrió Lucía se llenó de un miedo tan intenso que sintió que su corazón dejaba de latir una figura entró sigilosamente moviéndose sin hacer ruido no era un policía Lucía lo reconoció de inmediato Javier el leal secuaz de Antón el que la había perseguido en el cementerio Javier entró y cerró la puerta con suavidad como si no
quisiera que nadie lo descubriera Lucía se encogió su voz ahogada por el miedo no no puede ser Javier sonrió pero esa sonrisa le heló la sangre Parece que la policía no quiere retenerte mucho tiempo pequeña dijo acercándose lentamente pero yo quiero asegurarme de que no salgas de aquí Lucía retrocedió hasta la esquina de la pared temblando de pies a cabeza no por favor Javier sacó un cuchillo pequeño el brillo del acero destellando en la oscuridad No te preocupes lo haré rápido Lucía abrió los ojos de par en par Presa del pánico Total no podía morir
ahí tenía que hacer algo de repente se acordó la taza metálica en la mesa Lucía estiró la mano tomó la taza y la lanzó directo a la cara de Javier Ah gritó él dejando caer el cuchillo al suelo Lucía no dudó y corrió hacia la puerta Javier maldijo y se lanzó tras ella la puerta aún no estaba cerrada con llave Lucía usó todas sus fuerzas para abrirla y gritó ayuda sálvenme Javier la agarró del cabello y tiró con fuerza Ah Lucía gritó de dolor pero mordió con fuerza la mano de él Javier le dio una
bofetada con la otra mano Lucía cayó al suelo pero el ruido ya había alertado a alguien desde el fondo del pasillo un oficial llegó corriendo qué está pasando aquí Julián Javier giró la cabeza y salió corriendo de inmediato para gritó Julián sacando su pistola pero Javier ya había desaparecido en la oscuridad Julián corrió hacia delante levantando a Lucía estás bien Lucía jadeaba con lágrimas corriendo por su rostro él él quería matarme Julián apretó El puño con fuerza y giró la cabeza hacia el pasillo oscuro alguien había abierto la puerta para que Javier entrara eso significaba
que en la comisaría alguien había recibido dinero de Antón Julián apretó los dientes y volvió a mirar a luí tenemos que sacarte de aquí ahora mismo Lucía se quedó helada pero pero a dónde Julián tomó su mano con una mirada decidida conozco un lugar seguro Lucía Lo miró su corazón lleno de dudas y miedo pero no tenía ninguna otra opción Lucía apretó con fuerza la mano de Julián sus ojos todavía llenos de pánico tú dices que tenemos que irnos de aquí Pero a dónde Julián miró a su alrededor su rostro lleno de tensión no podemos
quedarnos aquí en esta comisaría hay alguien que recibió dinero de Antón si nos quedamos te eliminarán de inmediato Lucía tembló era cierto Javier no podría haber entrado aquí solo si no hubiera tenido ayuda eso significaba que ni siquiera la policía era de fiar ella apretó El puño y asintió entiendo pero cómo vamos a escapar Julián giró la cabeza bajando la voz hay una salida en la parte trasera te sacaré por ahí Lucía tragó saliva su corazón la tiendo con fuerza la salida trasera podrían salir a salvo pero no tenía ninguna otra opción vamos susurró Julián
tomó con fuerza la muñeca de Lucía y la jaló tras él 2:45 de la mañana comisaría de Madrid toda la comisaría estaba silenciosa de una manera aterradora Julián vio a Lucía por el pasillo tratando de no hacer ningún ruido pero Lucía no podía dejar de temblar con que alguien los descubriera con un solo ruido pequeño los atraparía atrapaban ella nunca tendría otra oportunidad de sobrevivir de repente se escucharon pasos a lo lejos Lucía apretó la mano de Julián y ambos se detuvieron de inmediato desde el pasillo del otro lado aparecieron dos policías uno de ellos
miró a su alrededor frunciendo el ceño escuchaste algo el otro se encogió de hombros seguro fue el viento quién estaría caminando a esta hora Lucía contuvo la respiración tratando de pegarse a la pared pero uno de los policías se estaba acercando si los descubrían Lucía sintió que su corazón estaba a punto de estallar Julián miró a su alrededor y luego apretó la mano de Lucía corre ahora gritó en voz baja y jaló a Lucía directo hacia la puerta trasera para el policía de atrás gritó pero ya habían salido del pasillo la puerta se abrió de
golpe y Julián y Lucía salieron corriendo el viento de la noche cortaba la piel pero Lucía no tenía tiempo de sentir el frío tenían que correr la sirena de alarma sonó detrás de ellos Julián apretó los dientes jalando a Lucía a través de un callejón estrecho Tenemos que salir de esta zona ahora mismo Lucía jadeaba sus piernas ya le dolían pero seguía esforzándose por mantenerse al paso de él pero a dónde vamos Julián miró rápidamente hacia atrás la policía los estaba persiguiendo a una Iglesia Vieja el padre Manuel está ahí él puede ayudarte Lucía se
sorprendió el padre Manuel Julián asintió pero no se detuvo es el único en quien fío si hay alguien que pueda ayudarte a escapar de Antón es él Lucía no necesitaba Escuchar más mientras hubiera una chispa de Esperanza no se rendiría agarró con fuerza la mano de Julián y siguió corriendo a toda velocidad Lucía echó un vistazo rápido hacia atrás la policía había desaparecido de su vista jadeaba su cuerpo Casi colapsaba nos escapamos ya Julián negó con la cabeza sus ojos todavía llenos de tensión No todavía Antón no se rendirá tan fácilmente Lucía se mordió el
labio su corazón l tía con fuerza era cierto él No dejaría las cosas así de repente el rugido de un motor de auto resonó ambos se sobresaltaron y giraron la cabeza un auto negro se acercaba a velocidad con los faros apuntándolo Lucía gritó de puro pánico Julián la agarró con fuerza y tiró de ella para saltar a otro callejón el auto frenó en Seco justo frente al callejón desde adentro una voz familiar resonó atrápenlos Antón Lucía sintió un escalofrío en la nuca él los había encontrado Lucía y Julián corrieron desesperadamente atravesando calles oscuras detrás de
ellos los secuaces de Antón los perseguían de cerca el sonido de pasos maldiciones y metal chocando resonaba en la noche Lucía estaba casi exhausta pero no se atrevía a detenerse Julián sostenía su mano con firmeza su voz urgente solo un poco más la iglesia está justo adelante Lucía reunió todas sus fuerzas y corrió más rápido que nunca de repente una mano enorme agarró su ropa Ah Lucía dio un salto sintiendo como todo su cuerpo era arrastrado hacia atrás uno de los secuases de anton la había Atrapado Julián se dio vuelta al instante y se lanzó
contra el hombre pum le dio un puñetazo fuerte en la cara haciéndolo caer hacia atrás corre Lucía gritó Julián Lucía no dudó y siguió corriendo hacia adelante la luz tenue se filtraba desde el interior la puerta aún estaba abierta Lucía casi lloró de alivio llegamos Julián tomó su mano y ambos se precipitaron adentro justo cuando entraron la puerta de la iglesia se cerró de golpe afuera los secuaces de Antón rugieron de Furia Lucía cayó de rodilla respirando con dificultad se había salvado Julián se agachó y la ayudó a levantarse estás bien Lucía asintió con lágrimas
corriendo por su rostro en ese momento una voz cálida y grave resonó desde el interior de la iglesia hijos míos Vengan aquí Lucía levantó la mirada un anciano de barba Blanca vestido con una túnica de sacerdote estaba allí el padre Manuel Lucía apretó los labios sintiendo como si todo el peso se acumulara en su pecho había escapado pero realmente estaba a salvo la puerta de la iglesia se cerró de golpe separando a Lucía y Julián de los hombres de Antón afuera se escucharon gritos de Furia sea se metieron adentro Lucía presionó su espalda contra la
pared sus pequeñas manos apretaban con fuerza el borde de su ropa por la tensión Julián también respiraba con dificultad sus ojos aún fijos en la pesada puerta de madera afuera los secuases de Antón no se daban por vencidos los golpes resonaron con fuerza contra la puerta sal pequeña crees que puedes esconderte para siempre Lucía se estremeció todo su cuerpo temblaba no iba a detenerse hijos míos cálmense la voz cálida y grave resonó Lucía se sobresaltó y giró la cabeza Viendo al padre Manuel de pie cerca del altar el sacerdote de barba plateada caminó lentement hacia
ellos su mirada amable pero también llena de seriedad entren aquí no están seguros Julián asintió Gracias padre Lucía también corrió rápidamente tras él la iglesia San Rafael era vieja con paredes de ladrillo desgastadas pero aún transmitía una extraña sensación de calidez Lucía jadeaba sus manos todavía entrelazadas con fuerza el padre Manuel la observó y luego preguntó con suavidad puedes contarme hija Qué te trajo aquí en esta situación Lucía apretó los labios las lágrimas a punto de brotar había intentado ser fuerte había intentado salvarse a sí misma pero ahora al estar temporalmente a salvo todas las
emociones reprimidas durante tanto tiempo estallaron lloró entre sosos su voz quebrada ellos ellos quieren matarme no hice nada malo pero nadie me cree el padre Manuel colocó suavemente una mano sobre su hombro su voz cálida Cálmate hija todo estará bien Aquí estás a salvo Lucía temblaba las lágrimas caían sin parar pero justo en ese momento Boom la puerta de la iglesia tembló violentamente los hombres afuera estaban tratando de derribarla Julián maldijo y apretó la pistola que llevaba en la cintura no se rendirán Lucía aterrorizada giró hacia el padre Manuel padre van a entrar el anciano
sacerdote suspiró levemente sus ojos reflejaban una profunda reflexión hay un pasadizo secreto en el sótano pero me Temo que no los dejarán irse tan fácilmente Lucía se mordió el labio Mirando desesperadamente a su alrededor realmente estaban acorralados él bajó del auto con las manos en los bolsillos de su abrigo su mirada afilada Como un cuchillo uno de sus secuases corrió hacia él jadeando mientras informaba están atrincherados adentro señor Antón frunció el seño y luego soltó una risa fría de verdad sacó su teléfono y marcó un número Aló sí quiero que ocurra un pequeño accidente en
la iglesia San Rafael tras decir eso colgó y una sonrisa peligrosa se dibujó en su rostro Lucía se sobresaltó al ver humo comenzando a salir por las rendijas de la ventana humo Julián miró por una rendija de la puerta sus ojos Se abrieron de par en par maldición están quemando la iglesia Lucía entró en pánico no quieren matarnos a todos los ojos del padre Manuel se oscurecieron pero actuó rápidamente al sótano Ahora yo los detendré Lucía se quedó atónita pero pero qué pasa con usted padre el sacerdote sonrió sus ojos eran Bondadosos pero firmes ya
he vivido lo suficiente hija pero tú todavía tienes un futuro Lucía negó con la cabeza las lágrimas volvieron a brotar no no puedo dejarlo aquí Pero Julián ya la estaba arrastrando no hay tiempo Lucía Tenemos que irnos Lucía se mordió el labio y finalmente rompió en llanto corriendo tras Julián El padre Manuel se quedó Frente al altar viendo como las figuras de ambos se desvanecían en el pasadizo secreto cerró los ojos y murmuró una última oración el pasadizo era estrecho oscuro y frío Lucía temblaba tratando de seguirle el paso a Julián A dónde vamos ahora
Julián apretó la mano con fuerza su voz seria tenemos que encontrar un lugar seguro pero tal vez necesitemos regresar al cementerio Lucía se quedó inmóvil el cementerio Por qué Julián se detuvo y se giró para mirarla porque solo don Alfonso puede desenmascarar a Antón si sigue vivo tenemos que encontrar la manera de rescatarlo Lucía se mordió el labio su corazón la tía con fuerza en el pecho seguía vivo el anciano si era así él era su única esperanza respiró hondo y asintió con determinación está bien Vamos el padre Manuel seguía allí sus ojos contemplaban con
calma las llamas que se extendían lentamente afuera Antón se acercó sus ojos fríos padre anciano no le teme a la muerte el padre Manuel sonrió su voz tan cálida como siempre la muerte no es aterradora hijo pero vivir como un malvado si lo es Antón frunció el seño odiaba la tranquilidad de este anciano miró su reloj y luego se volvió hacia sus secuaces apaguen el fuego confirmen si esas ratas Todavía están adentro uno de los secuases corrió hacia dentro y minutos después salió corriendo en pánico no están señor se escaparon Antón se quedó petrificado habían
escapado apretó los puños sus ojos chispeaban de Furia esta vez no podrán correr muy lejos sacó su teléfono y llamó Aló amplíen el rango de búsqueda la niña y el policía están escondidos sus ojos eran fríos como el hielo asegúrense de que nunca lleguen al cementerio ambos estaban en un callejón oscuro con la respiración agitada a lo lejos la iglesia San Rafael se consumía en llamas rojas reflejando luces parpadeante sobre la nieve Lucía se mordió el labio su voz temblaba padre Manuel él Julián apretó con fuerza sus hombros su voz decidida no podemos pensar en
eso ahora si él se sacrificó para protegernos tenemos que hacer algo para derribar a Antón Lucía levantó la mirada hacia Julián sus ojos llenos de determinación dijiste que don Alfonso podría estar vivo Estás seguro Juliana asintió sus ojos reflejaban seriedad él quería matar al anciano pero no creo que Antón sea tan estúpido como para actuar de inmediato necesita tiempo para limpiar las pruebas si sigue vivo tenemos que encontrarlo antes de que sea demasiado tarde Lucía apretó los puños una chispa de esperanza brilló en su corazón entonces Vámonos el viento soplaba fuerte trayendo un frío cortante
Juli y lucí ieron detrás de un muro de piedra observando la vieja mansión de Don Alfonso dentro del cementerio Lucía tragó saliva sus ojos bien abiertos si sigue vivo Entonces dónde está Julián señaló una pequeña habitación junto a la mansión apuesto a que lo tienen encerrado ahí no puede permitir que don Alfonso aparezca antes de que todo esté resuelto Lucía asintió y luego susurró Entonces cómo entramos Julián sonrió ligeramente y sacó un juego de llaves soy policía tengo mis métodos Lucía no dijo nada más solo apretó los puños con fuerza había esperado este momento demasiado
tiempo el anciano estaba atado firmemente a una silla de madera con la boca amordazada sus ojos estaban cerrados pero aún respiraba click la puerta se abrió y Julián junto con Lucía entraron Lucía contuvo El aliento y de inmediato corrió hacia el anciano abuelo Don Alfonso se sobresaltó y abrió los ojos al ver a Lucía los abrió aún más por la sorpresa Julián sacó un cuchillo y cortó rápidamente las cuerdas que ataban al anciano venimos a rescatarlo don Alfonso tosió con fuerza su voz era débil pero urgente tú pequeña te conozco eres la niña del cementerio
esa noche Lucía sintió las lágrimas a punto de salir intenté decírselo a la policía pero nadie me creyó pero ahora no dejaré que él gane otra vez don Alfonso tomó con fuerza la mano de la niña sus ojos brillaban Gracias hija pero tenemos que salir de aquí ahora mismo juliá asintió su voz cortante no solo salir de Aquí vamos a derribar a Antón esta misma noche Lucía se quedó inmóvil y levantó la mirada hacia Julián derribarlo Pero cómo Julián sonrió y sacó su teléfono dejaremos que el mismo se haga daño anton estaba sentado en la
sala con una copa de vino tinto en la mano su rostro lleno de satisfacción Javier estaba a su lado su voz algo confundida jefe todavía no encontramos a la niña Antón soltó una risa fría y tomó un sorbo de vino no hay prisa solo es una niña Mientras tengamos dinero y poder nadie le creerá Javier asintió pero justo en ese momento el teléfono de Antón vibró lo levantó con voz tranquila Aló una voz débil pero llena de indignación resonó desde el otro lado de la línea Antón creíste que estaba muerto Antón se quedó petrificado se
puso de pie de un salto con los ojos muy abiertos don Alfonso imposible estaba seguro de que ese viejo no podía haber sobrevivido Javier también se alarmó cómo puede ser don Alfonso soltó una risa fría a través del teléfono sigo vivo Antón y ahora voy a recuperar lo que me pertenece anton apretó el teléfono intentando mantener la calma dónde estás don Alfonso río suavemente Pero esta vez su voz estaba llena de autoridad lo sabrás pronto porque la policía está a punto de llegar Antón sintió un escalofrío recorrer la espalda la policía imposible estaba a punto
de gritar cuando los faros de los autos policiales iluminaron directamente La Mansión afuera decenas de oficiales de policía ya habían rodeado toda la casa Antón palideció y arrojó el teléfono sobre la mesa Javier les pagué a los policías cómo está pasando esto Javier estaba en pánico Pero entonces una voz voz diferente resonó a través de un megáfono Antón Sánchez está arrestado por asesinato soborno y conspiración para matar a una menor Antón comenzó a sudar frío no no puede ser Julián salió de las sombras de pie entre los policías junto a don Alfonso Lucía también estaba
allí sus ojos llenos de indignación esta vez no podrás escapar Antón los policías irrumpieron apuntándole con sus armas directamente Antón retrocedió desesperado esperen puedo explicarlo esto es un malentendido Julián se encogió de hombros y arrojó un grueso expediente frente a él registros financieros documentos de sobornos pruebas del envenenamiento de Don Alfonso quiere explicarlo Antón palideció había perdido Lucía lo miró directamente a los ojos su voz fría por fin tendrás que pagar la policía lo esposó y lo empujó para llevárselo esta vez Antón realmente no podía escapar Lucía observó como su figura desaparecía y en su
interior sintió un alivio repentino la justicia había triunfado a la mañana siguiente el cielo estaba despejado pero pero el aire aún cargaba un toque de frío de la larga noche anterior Lucía estaba frente a la entrada de la comisaría sus ojos siguiendo al vehículo blindado que se alejaba dentro anton estaba esposado con fuerza su rostro oscurecido ya no tenía esa arrogancia ni la actitud de vencedor de antes esta vez había fracasado de verdad Lucía apretó ligeramente la mano una sensación indescriptible creciendo en interior Julián se acercó a su lado Y puso una mano sobre su
hombro estás bien Lucía tomó una profunda respiración y asintió sí por fin él ya no podrá hacerle daño a nadie Julián sonrió sus ojos llenos de alivio lo hiciste muy bien Lucía si no fuera por ti don Alfonso no habría sobrevivido y Antón no estaría enfrentando su castigo Lucía sonrió levemente pero sus ojos aún Tenían un toque de vacío después de todo lo que había pasado a dónde iría ahora El oficial de mediana edad suspiró y golpeó ligeramente los dedos sobre la mesa Seguiremos investigando las conexiones ocultas de Antón pero gracias a usted y a
Lucía tenemos suficientes pruebas para condenarlo don Alfonso asintió pero luego sus ojos se dirigí hacia la ventana donde Lucía estaba de pie el anciano habló lentamente su voz llena de reflexión esa niña ella arriesgó su vida para salvarme pero ahora no tiene a donde ir Carlos guardó silencio por un momento y luego asintió ligeramente podemos llevarla a un orfanato pero creo que usted tiene otro plan verdad don Alfonso sonrió pero en susj había una calidez especial Así es Creo que ya es hora de que haga algo por ella Lucía estaba frente a una gran Puerta
de Hierro sus ojos abiertos de asombro yo qué estoy haciendo aquí don Alfonso estaba a su lado mostrando una sonrisa amable crees que te dejaría volver a las calles Lucía se quedó atónita su corazón latiendo con fuerza quiere decir que don Alfonso asintió y colocó suavemente una mano sobre su hombro Lucía tú me salvaste la vida Eres una niña valiente y honesta y sé que mereces una vida mejor tomó una profunda respiración y luego dijo lentamente Si estás de acuerdo me gustaría adoptar como mi nieta Lucía se quedó completamente rígida todo esto nunca se había
atrevido a soñarlo una familia un hogar alguien que realmente se preocupara por ella sintió las lágrimas surgir Pero esta vez no eran de dolor sino de felicidad usted habla en serio don Alfonso sonrió y asintió quieres vivir conmigo Lucía Lucía no pudo contenerse más se lanzó a sus brazos las lágrimas cayendo sin parar sí quiero en los meses siguientes la vida de Lucía cambió por completo ya no vagaba por las calles ya no tenía que huir en la oscuridad de la noche ahora tenía una habitación cálida ropa limpia y comida deliciosa todos los días pero
lo más importante Ella tenía una familia don Alfonso la quería como si fuera su verdadera nieta y Julián pasaba frecuentemente a visitarla trayendo consigo historias interes an sobre su trabajo Lucía comenzó a ir a la escuela tuvo nuevos amigos una nueva vida realmente había escapado de la oscuridad de su pasado Lucía estaba sentada en una silla de madera sus ojos siguiendo los rayos del sol al atardecer don Alfonso se acercó y colocó suavemente una taza de té sobre la mesa cómo te fue hoy en la escuela nieta Lucía sonrió sus ojos brillaban de alegría muy
bien saqué una nota alta en la prueba de matemáticas don Alfonso soltó una carcajada sus ojos llenos de orgullo lo sabía mi nieta es muy inteligente Lucía río entre dientes y luego miró al anciano sus ojos llenos de gratitud abuelo gracias por darme un hogar don Alfonso apretó suavemente su mano su voz cálida no Lucía soy yo quien debe agradecértelo si no fuera por ti yo no estaría aquí Lucía se atragantó y luego lo abrazó con fuerza no necesitaba nada más porque ahora Tenía una familia de verdad Antón estaba sentado en su celda sus ojos
vacíos ya no tenía poder ni dinero ni nada otro prisionero golpeó con fuerza su hombro su voz cargada de de desprecio Oye el Gran Jefe del crimen que controlaba todo No ahora solo eres un preso común y corriente anton apretó los dientes Pero no podía hacer nada lo había perdido todo porque la verdad siempre triunfa Lucía estaba de pie frente a una pequeña tumba su mano descansando sobre la lápida padre Manuel Lucía sonrió suavemente sus ojos brillaban padre lo logramos bajó la cabeza y susurró Gracias padre por salvarme una Brisa suave pasó trayendo consigo Rayos
de sol cálidos Lucía cerró los ojos y tomó una profunda respiración sabía que de ahora en adelante todo estaría bien porque la justicia había triunfado porque la oscuridad había sido disipada y sobre todo porque ella había encontrado la verdadera felicidad la historia de Lucía nos enseña que la verdad y la justicia siempre prevalecen sin importar cuán difíciles sean las circunstancias aunque fue incomprendida perseguida y cayó en la desesperación Lucía mantuvo su valentía honestidad y nunca se rindió eso la llevó a encontrar una familia amor y verdadera felicidad al mismo tiempo los malvados y codiciosos como
Antón finalmente tuvieron que pagar la bondad la fe y la perseverancia siempre guían hacia la luz mientras que los malvados no pueden escapar de las consecuencias de sus actos si te ha gustado esta historia te invitamos a dar like y suscribirte a nuestro canal tu apoyo nos motiva a seguir trayendo historias conmovedoras casi todos los días estamos muy agradecidos por tu apoyo nos vemos pronto