Cuántas veces has deseado algo con todo tu corazón, pero el universo parece ignorarte. Tal vez has pedido amor, abundancia o salud, pero todo lo que recibes es silencio, y entonces te preguntas: ¿estoy haciendo algo mal? ¿Hay algo que no entiendo?
La respuesta es simple pero poderosa. Sí, hay una forma correcta de pedirle al universo, y si no la conoces, es como si estuvieras tocando a una puerta que jamás se abrirá. Hoy voy a revelarte el método que transforma un simple deseo en una certeza inquebrantable.
Aprenderás cómo pedir de una manera tan clara, tan alineada, tan irresistible, que el universo no tendrá más opción que decirte sí. Y no, no es magia, pero te aseguro que se sentirá como si lo fuera. Este conocimiento se basa en enseñanzas de Jacobo Greenberg, un hombre que dedicó su vida a descifrar los secretos de la conciencia.
Quédate conmigo porque lo que estás a punto de descubrir es mucho más poderoso de lo que imaginas. Suscríbete para no perderte nada. Así que, sin más preámbulos, prepárate una taza de té.
Para entender cómo pedir, primero tienes que entender sobre la realidad. La realidad no es algo que sucede fuera de ti, es algo que creas dentro de ti. Piénsalo por un momento: todo lo que experimentas en la vida pasa primero por tu mente.
Tus pensamientos, tus creencias y tus emociones son como los lentes a través de los cuales interpretas el mundo. Pero no solo interpretamos la realidad; la proyectamos. Es decir, lo que piensas y sientes no solo afecta cómo percibes el mundo, también afecta cómo el mundo responde a ti.
¿Y cómo sucede esto? Todo tiene que ver con algo que los científicos y los místicos llaman energía. Todo en el universo vibra, desde los átomos que forman tu cuerpo hasta los planetas que giran en el espacio, y tú también vibras.
Tu vibración energética, ese estado en el que tus pensamientos, emociones y creencias se encuentran, es lo que vibras. Es lo que atraes. Ahora detente y pregúntate: ¿qué estoy vibrando en este momento?
¿Estoy vibrando gratitud y abundancia o miedo y carencia? La mente humana es un canal entre lo que es posible y lo que es real. Si ese canal está limpio y alineado, puedes manifestar prácticamente cualquier cosa.
Pero si está bloqueado por dudas, ansiedad o miedo, ahí es donde tus deseos se quedan atrapados. Cuando entendí que el universo responde a mi vibración, empecé a experimentar con distintas formas de pedir, y después de muchas pruebas, encontré tres pasos que lo cambian todo. Estos pasos no solo me ayudaron a manifestar lo que quería, sino que también transformaron mi forma de pensar y sentir.
Primer paso: visualización multisensorial. Siente como si ya fuera real. El primer paso fue cambiar completamente mi forma de visualizar.
Antes me limitaba a imaginar lo que deseaba, pero lo hacía como si estuviera viendo una película desde lejos, como si fuese algo que le estaba pasando a otra persona. Ese enfoque, aunque bien intencionado, no me llevaba a ningún lado. ¿Por qué?
Porque no estaba involucrando mi mente, mi cuerpo y mis emociones de manera completa. Entonces decidí intentar algo diferente: me senté en un lugar tranquilo, cerré los ojos y me sumergí en mi deseo. Pero esta vez lo hice con total intensidad.
Imaginé que ya lo tenía, que ya era parte de mi realidad, y me obligué a involucrar todos mis sentidos, como si estuviera viviendo esa experiencia en el momento presente. Por ejemplo, en una de las primeras ocasiones en que probé esta técnica, estaba enfocado en conseguir un trabajo que realmente amara. No me quedé en la imagen superficial de un escritorio o un jefe sonriente.
Fui más allá. Me imaginé caminando hacia mi nueva oficina, sintiendo el peso de mi portafolio en la mano, escuchando el eco de mis pasos en el pasillo. Cuando me senté en la silla, en mi mente sentí la suavidad del cuero bajo mis dedos.
Me concentré en el sonido de las teclas mientras escribía un correo; incluso imaginé el aroma del café recién hecho en mi escritorio. Pero no me detuve ahí: sentí la satisfacción de haberlo logrado, esa mezcla de orgullo, emoción y alivio al saber que todo por lo que había trabajado finalmente estaba dando frutos. Y esto es lo más importante: la emoción no es suficiente.
Visualizar las cosas de manera mecánica, como si fueran simples imágenes mentales, no funciona. Tienes que vivirlo con el corazón. ¿Qué sentirías si ese deseo ya fuera parte de tu vida?
Alegría, gratitud, paz. Esa emoción es la vibración que el universo reconoce. Otro ejemplo: hace unos años, quise manifestar un viaje a un lugar que siempre había soñado.
Me senté, cerré los ojos y visualicé cada detalle. Me vi en el aeropuerto con mi maleta en la mano, escuchando los anuncios por los altavoces. Sentí la textura de mi pasaporte mientras lo entregaba al oficial.
Me imaginé mirando por la ventana del avión, viendo las nubes pasar; incluso sentí la brisa cálida en mi piel al llegar a mi destino. Y aquí está el truco: no solo imaginé que estaba allí, sino que agradecí por estar allí. En mi mente repetía: "Gracias, universo, por esta experiencia.
Es más increíble de lo que jamás imaginé". Cada vez que hacía este ejercicio, mi energía cambiaba; me sentía más ligero, más esperanzado, más alineado con mi deseo. Era como si poco a poco el universo empezara a organizarse para que todo encajara de forma perfecta.
Y cuando finalmente ese viaje se materializó, me di cuenta de que no se sentía extraño ni sorprendente porque ya lo había vivido tantas veces en mi mente que se sentía completamente natural, como si siempre hubiera estado destinado a suceder. Y, para mi sorpresa, no solo acabé viajando una vez a este lugar, sino que ya han sido varias. Las oportunidades comenzaron a surgir de maneras inesperadas: invitaciones, promociones y hasta situaciones que parecían.
. . Pequeñas casualidades, pero que terminaron siendo piezas clave para que pudiera regresar.
Cada uno de esos viajes se sintió como una confirmación de que la energía que proyectamos no solo crea una oportunidad, crea un flujo constante de posibilidades. Esto me enseñó algo profundo: cuando pides con claridad, sientes con emoción y agradeces como si ya fuera real, no solo manifiestas un deseo puntual, sino que abres una puerta a un torrente continuo de abundancia. Y, honestamente, nunca pensé que algo tan simple como visualizar con intención podría tener un impacto tan grande en mi vida.
La clave aquí es que no puedes dejar ningún detalle al azar. Si estás manifestando un nuevo hogar, por ejemplo, no te limites a imaginar las paredes o los muebles. Camina por las habitaciones en tu mente, escucha el crujido de las tablas del piso, percibe el aroma de la madera nueva o el suave sonido de las cortinas moviéndose con el viento.
Siente cómo tus pies descalzos tocan el suelo frío por la mañana. Vive esa experiencia con tanta intensidad que sea imposible distinguir si es un sueño o una realidad. Y lo mejor de todo es que este proceso no solo afecta cómo piensas, afecta cómo te sientes y cómo actúas.
Cuando visualizas con esta profundidad y emoción, comienzas a comportarte como si ya tuvieras lo que deseas. Esa confianza, esa certeza, envía una señal clarísima al universo: "Estoy listo, esto ya es mío". Esto es lo que Jacobo Greenberg describía como la creación de una realidad alternativa en tu mente que eventualmente se convierte en tu realidad física.
No es magia, es un proceso natural en el que tus pensamientos, emociones y energía trabajan juntos para moldear el mundo a tu alrededor. Desde que comencé a aplicar esta técnica, la visualización dejó de ser un simple ejercicio mental y se convirtió en una experiencia transformadora. Cada vez que lo hago, no solo estoy pidiendo, estoy viviendo mi deseo con cada fibra de mi ser.
Y cuando haces eso, el universo no tiene otra opción que responder. Segundo: gratitud. Agradece como si ya lo tuvieras.
La gratitud fue el segundo cambio que hice, y te aseguro que fue un antes y un después en mi vida. Es algo tan simple, pero tan poderoso, que me sorprendió como no lo había entendido antes. Antes solía agradecer solo por lo que ya tenía: mi salud, mi familia, mis logros hasta el momento.
Y aunque esto es importante, no estaba aprovechando el verdadero poder de la gratitud. El cambio vino cuando aprendí a agradecer no solo por lo que ya estaba en mi vida, sino por lo que deseaba, como si ya fuera parte de mi realidad. Empecé a practicarlo cada mañana.
Tomaba un cuaderno y escribía frases como: "Gracias porque ya estoy viviendo la vida que siempre soñé", "Gracias porque tengo abundancia en todas las áreas de mi vida", "Gracias porque cada día estoy rodeado de amor, oportunidades y felicidad". Al principio se siente raro, lo admito; es como si una parte de tu mente quisiera debatir contigo: "Esto no es real todavía". Pero seguí haciéndolo día tras día, y algo empezó a cambiar.
Cuanto más practicaba esta gratitud adelantada, más me daba cuenta de que mi energía comenzaba a transformarse. Me sentía más confiado, más optimista, más seguro de que todo lo que estaba pidiendo ya estaba en camino. Era como si al agradecer por adelantado le estuviera enviando un mensaje claro al universo: "Esto ya es mío".
Y entonces comenzaron a suceder cosas. Al principio eran pequeñas coincidencias: un mensaje inesperado, una conversación que me daba una idea nueva, una oportunidad que surgía de la nada. Pero pronto esas coincidencias dejaron de parecer casualidades.
Era como si el universo estuviera respondiendo directamente a mi gratitud, como si dijera: "Finalmente estás alineado, aquí tienes". Recuerdo un momento específico que marcó la diferencia para mí: estaba agradeciendo cada mañana por una oportunidad profesional que en ese momento parecía imposible. No tenía idea de cómo podría suceder, pero en lugar de preocuparme, seguí agradeciendo.
Un día recibí un correo inesperado. Era de una persona que ni siquiera conocía directamente, pero que había escuchado de mí a través de un amigo. Esa conexión, que parecía salir de la nada, se convirtió en el puente que necesitaba para alcanzar esa oportunidad.
Y mientras lo vivía, no podía dejar de pensar: "Esto no es un accidente, esto es el universo respondiendo". La gratitud entendí: no es solo una herramienta para manifestar deseos, es un estado de ser. Cuando agradeces como si ya tuvieras lo que deseas, estás entrenando a tu mente y a tu corazón para vivir en abundancia, incluso antes de que llegue.
Estás diciéndole al universo: "Confío en ti, sé que esto está destinado para mí". Y aquí está lo más fascinante: cuanto más agradeces, más encuentras cosas por las cuales estar agradecido. Es como si el acto de agradecer creara un efecto dominó.
No solo comienzas a manifestar lo que deseas, sino que también empiezas a darte cuenta de todas las bendiciones que ya estaban presentes en tu vida, pero que quizá no habías notado antes. Ahora, cada mañana, mi rutina de gratitud no es solo un hábito, es un ritual sagrado. Me siento en un lugar tranquilo, respiro profundamente y me permito sentir esa gratitud desde el corazón.
A veces incluso me emociono hasta el punto de las lágrimas porque en esos momentos sé con absoluta certeza que todo lo que deseo ya está en camino. Y no se trata solo de escribir frases; lo hago con intención, con emoción, visualizando cómo se siente ya tener eso que agradezco. Me imagino abriendo la puerta de mi nueva casa, disfrutando de una conversación profunda con una persona especial o viendo cómo mi trabajo impacta a más personas de lo que nunca imaginé.
Es un ciclo poderoso: cuanto más agradeces, más recibes, y cuanto más recibes, más agradeces. Es como si estuvieras entrando. .
. En un flujo infinito de energía positiva que no solo transforma lo que sucede a tu alrededor, sino también quién eres por dentro. Si alguna vez has sentido que estás estancado, te reto a que lo pruebes: tómate 5 minutos al día para agradecer por lo que deseas como si ya fuera tuyo.
No te preocupes por el cómo, simplemente agradece y confía. Te prometo que no pasará mucho tiempo antes de que empieces a notar los resultados. Tercera acción inspirada: muévete hacia lo que deseas.
El tercer paso fue uno que muchas personas olvidan, pero para mí se convirtió en el motor de todo el proceso: actuar. Porque aquí está la verdad: pedirle al universo no es un acto pasivo. No puedes simplemente visualizar y agradecer y luego sentarte a esperar que las cosas caigan del cielo; necesitas moverte hacia lo que quieres.
Yo lo veo así: el universo es como un GPS, tiene la capacidad de guiarte hacia tu destino, pero solo puede hacerlo si estás en movimiento. Si te quedas inmóvil, sin hacer nada, el GPS no tiene rutas que planear ni caminos que ajustar. Actuar no solo es necesario, es la señal definitiva que le envías al universo para decirle: "Estoy listo.
Estoy comprometido. " Recuerdo cuando quería mejorar mi vida profesional; tenía una visión clara de lo que deseaba, incluso había agradecido como si ya fuera real. Pero en lugar de quedarme esperando que esa oportunidad llegara a mi puerta, me puse en acción.
Comencé a actualizar mi currículum, a investigar sobre empresas en las que quería trabajar, a enviar correos, a asistir a eventos donde podría hacer conexiones. Y lo increíble es que cuando empiezas a actuar, aunque sean pasos pequeños, algo mágico sucede: las piezas comienzan a encajar de formas inesperadas. Una vez envié un correo a alguien que pensaba que nunca respondería, pero lo hizo.
Esa persona me conectó con alguien más y, poco después, terminé obteniendo exactamente la oportunidad que había estado visualizando. No fue solo la acción en sí lo que marcó la diferencia; fue la energía detrás de la acción. Cada pequeño paso que daba reforzaba ese mensaje interno y externo: "Estoy listo, sé lo que quiero y estoy dispuesto a trabajar por ello.
" Esto es algo que Jacobo Greenberg explicaba de manera brillante: la acción no solo cambia tu entorno físico, también cambia tu vibración. Cada vez que das un paso hacia tu meta, estás alineando tu energía con lo que deseas, y el universo responde ajustándose a esa frecuencia. Pero aquí hay algo importante: no se trata de cualquier tipo de acción, se trata de lo que yo llamo acción inspirada.
¿Qué significa esto? No es actuar por actuar; no es forzarte a hacer cosas que no tienen sentido o que simplemente te agotan. La acción inspirada surge de un lugar de claridad, de confianza, de conexión con tu intuición.
Por ejemplo, cuando estaba trabajando en uno de mis proyectos más importantes, me encontré en un momento en el que no sabía qué más hacer. Entonces decidí detenerme, tomarme un tiempo para meditar y reconectar con mi intención. Lo que sucedió después fue increíble: tuve una idea, casi como un destello, de algo que podía intentar.
No fue algo complicado ni revolucionario, pero era algo que se sentía correcto. Seguí esa idea y esa pequeña acción terminó siendo el catalizador para que todo lo demás comenzara a fluir. Así es como funciona la acción inspirada: no viene de un lugar de miedo o desesperación, sino de un lugar de certeza y alineación.
Y aquí hay otro detalle importante: no te preocupes si no puedes ver todo el camino por delante. Muchas veces lo que nos detiene es pensar que necesitamos tener un plan perfecto antes de empezar. Pero no es así.
El universo no te da todo el mapa de una sola vez; te muestra el siguiente paso, y cuando lo tomas, el paso siguiente se revela. Es como caminar por un sendero en la oscuridad con una linterna: solo puedes ver unos pocos metros frente a ti, pero si sigues avanzando, esos metros te llevan a tu destino. Y aquí está lo más poderoso: cuando actúas, incluso si no ves resultados inmediatos, estás generando un cambio interno.
Estás demostrando confianza en ti mismo y en el proceso. Esa confianza, esa certeza, es como un imán que atrae lo que deseas hacia ti. Si estás buscando amor, sal y conoce personas.
Si quieres mejorar tus finanzas, empieza a aprender sobre inversiones. Busca nuevas formas de generar ingresos. Si deseas un cambio en tu vida, toma esa primera acción, por pequeña que sea.
El universo responde a la energía en movimiento. Cuando decides actuar, aunque sea en algo aparentemente insignificante, envías un mensaje claro: "Estoy comprometido, estoy avanzando. " Y lo mejor de todo es que una vez que comienzas a mover las cosas que parecían imposibles, empiezan a parecer probables y luego inevitables.
Es como si el universo te estuviera diciendo: "Finalmente, entendiste cómo funciona. " Dar el primer paso puede ser tan simple como abrir tu mente a nuevas ideas. En la descripción, te dejo una prueba gratuita de 30 días en Audible, donde encontrarás libros que cambiarán tu forma de ver la vida.
Es tu oportunidad de empezar hoy mismo a nutrir tu mente mientras apoyas este canal. ¿Te atreves a intentarlo? Haz clic ahora.
Pero, ¿qué pasa si sientes que algo te detiene? Tal vez hayas intentado visualizar, agradecer y actuar, pero aún así parece que no avanzas. Esto es común y tiene una razón: los bloqueos internos.
Jacobo Greenberg lo explicó de una forma simple pero poderosa: el verdadero enemigo no está fuera de ti, está dentro. ¿Sabes cuáles son tus bloqueos? Son esas creencias limitantes que te dicen cosas como: "No merezco esto," "Nunca podré lograrlo," "Esto es demasiado difícil.
" Esas creencias son como muros invisibles que bloquean tu vibración. La buena noticia es que puedes derribarlos. Aquí tienes un proceso para superarlos.
Identifica el bloqueo. Haz una lista de los pensamientos negativos que surgen cuando piensas en tu deseo. Dos, desafío: pregúntate, ¿es esto realmente cierto?
¿De dónde viene esta creencia? Tres, reemplázalas: "Nunca tendré éxito" por "El éxito fluye hacia mí con facilidad". Esto no es algo que sucede de la noche a la mañana, pero cada vez que reemplazas un pensamiento negativo por uno positivo, estás limpiando tu canal energético.
Todo lo que has aprendido hoy tiene un propósito: ayudarte a recordar que tienes el poder de transformar tu realidad. No necesitas esperar a que el universo te dé permiso; todo lo que necesitas ya está dentro de ti. Así que quiero que hagas algo hoy mismo: toma un papel y escribe lo que deseas, pero hazlo como si ya fuera tuyo.
Visualízalo, agradécelo y da el primer paso hacia ello. Recuerda, el universo no te dice que no, solo está esperando que aprendas a pedirle correctamente. Y ahora dime, ¿qué le vas a pedir al universo hoy?
Escríbelo en los comentarios, no solo para compartirlo, sino para declarar al mundo que estás listo para recibir. Si este video te ha inspirado, regálame un "me gusta" y suscríbete para más contenido que eleve tu energía y transforme tu vida. Y si llegaste hasta aquí, comenta "el universo siempre me dice sí" para mostrar que estás listo para alinear tu vibración con tus sueños.
Si te ha gustado el contenido, no te puedes perder este video: contiene la única frase que necesitas para cuando todo esté perdido: resurgir de las cenizas.