[Música] cuando pienso en la Navidad de 1985 lo primero que viene a mi mente no son las luces parpadeantes ni el aroma a ponche es otra cosa algo que no me deja dormir Desde entonces tenía 13 años y vivía en un pequeño pueblo perdido entre los cerros de Guanajuato un lugar donde las tradiciones se aferraban con uñas y dientes al tiempo y donde la muerte no era motivo de miedo sino de respeto hasta esa Navidad Yo también creía en eso pero lo que ocurrió aquella noche me mostró que hay cosas que ni las tradiciones pueden
explicar mi abuela Josefa a quien todos llamaban Doña Peppa había fallecido esa misma mañana ella era el corazón de la familia una mujer de cabello blanco como la nieve manos agrietadas por los años y un temperamento que oscilaba entre la dulzura y una severidad implacable siempre decía que no temía la muerte pero su mirada a veces se perdía y yo sabía que escondía algo en sus últimos días murmuraba que la sombra venía por ella pero todos creíamos que era un delirio causado por la fiebre decidimos pelarla en casa como era costumbre en el pueblo su
cuerpo descansaba en un ataúd de madera oscura rodeado de velas que iluminaban su rostro tranquilo la sala adornada con flores blancas estaba llena de vecinos y familiares la tristeza se mezclaba con los murmullos de las oraciones y el sonido de los rosarios chocando entre los dedos a pesar de la solemnidad no podía ignorar el ambiente pesado como si el Aide estuviera cargado con algo más que luto la casa de mi abuela era vieja de muros gruesos y ventanas pequeñas había crecido allí y conocía cada Rincón cada tabla que crujía en el piso y cada puerta
que rechinaba al abrir sin embargo esa noche la casa parecía desconocida Había algo diferente en el silencio algo que no podía explicar a medida que las horas avanzaban Los visitantes comenzaron a irse dejando la sala casi vacía mi madre mis tías y yo nos quedamos para pasar la noche junto al ataúd como era tradición alrededor de la medianoche las velas comenzaron a consumirse proyectando sombras alargadas en las la mayoría de mis tías dormían en sillas incómodas mientras mi madre recitaba El Rosario en voz baja yo intenté mantenerme despierto pero el sueño comenzó a vencerme Fue
entonces cuando escuché algo que me despertó de golpe era un sonido que nunca olvidaré un llanto agudo lastimero como si viniera de alguien en un sufrimiento profundo lo más extraño era que no parecía venir de ninguna parte pico simplemente estaba ahí llenando el aire abrí los ojos y Miré a mi alrededor mi madre seguía rezando Aparentemente sin notar nada mis tías seguían dormidas pensé que tal vez lo había imaginado Pero entonces volvió más fuerte esta vez parecía emanar del centro de la sala del ataúd mi corazón comenzó a latir con fuerza me levanté lentamente de
mi silla tratando de no hacer ruido y me acerqué al féretro cada paso que daba hacía que el sonido pareciera más nítido el llanto no se detenía y Cuanto más me acercaba más seguro estaba de que provenía de allí me detuve frente al ataúd las velas titilaban proyectando sombras extrañas en el rostro de mi abuela parecía dormir pero algo en su expresión había cambiado era sutil casi imperceptible pero juraría que sus labios estaban ligeramente curvados hacia abajo como si su rostro reflejara el mismo dolor que transmitía aquel Lamento me incliné intentando escuchar mejor y fue
Entonces cuando noté algo que me heló por completo el sonido No solo venía del ataúd sino que parecía resonar desde dentro quise llamarle a mi madre pero mi voz no salía algo me tenía paralizado como si una fuerza invisible me obligara a quedarme allí escuchando sin saber por qué que levanté la tapa del ataúd solo un poco lo suficiente para asomarme dentro Todo parecía estar en orden el cuerpo de mi abuela estaba inmóvil envuelto en el vestido que habíamos elegido para ella pero justo cuando estaba a punto de cerrar la tapa noté algo extraño sus
manos estaban diferentes antes de morir sus dedos estaban rígidos casi pegados entre sí por el rigor mortis ahora sus estaban ligeramente separados como si hubieran intentado moverse cerré la tapa de golpe y retrocedí sentía que me faltaba el aire el llanto había cesado pero el silencio que lo reemplazó era aún más perturbador de pronto las velas comenzaron a apagarse una por una hasta que solo quedó la luz tenue de una lámpara al fondo de la sala Fue entonces cuando vi la sombra no era la de mi abuela ni la de Ninguno de los presentes era
algo más se movía en la pared del fondo deformándose alargándose como si intentara tomar una forma concreta pero no pudiera no tenía rostro ni cuerpo definido pero podía sentir su presencia pesada y opresiva intenté moverme Pero mis piernas no respondían la sombra comenzó a deslizarse por la pared acercándose al ataúd en ese momento mi madre levantó la vista y por su expresión supe que también la había visto sin decir nada tomó un rosario y comenzó a rezar con más fuerza su voz temblando con cada palabra mis tías despertaron confundidas y una de ellas encendió las
luces la sombra desapareció pero el ambiente seguía siendo insoportablemente denso pasamos el resto de la noche en vela sin atrevernos a apagar las luces a la mañana siguiente al preparar el cuerpo para el entierro notamos algo extraño las manos de mi abuela estaban cerradas en puños apretados algo que ninguno de nosotros podía explicar además sus labios que habían permanecido sellados durante todo el velorio ahora estaban ligeramente abiertos como si hubiera intentado hablar el entierro se llevó a cabo en el cementerio del pueblo mientras el féretro descendía sentí una sensación de alivio como si al fin
pudiéramos dejar atrás todo lo que había sucedido pero esa sensación no duró mucho al regresar a casa mi madre encontró algo que nos dejó helados en la mesa junto a donde había estado el ataúd había marcas de uñas como si alguien hubiera intentado aferrarse a la madera desde entonces no hemos vuelto a hablar de esa noche cada Navidad cuando la familia se reúne evito mirar el lugar donde velamos a mi abuela pero a veces en las noches más silenciosas cuando todo está en calma Creo escuchar un Un lamento lejano Tan débil que parece parte de
mi imaginación y aunque intento convencerme de que es solo eso una parte de mí sabe que hay cosas que nunca podremos explicar cosas que se quedan con nosotros acechando esperando el momento adecuado para recordarnos que no estamos solos la mano del difunto hace poco más de una semana asistí a uno de los funerales más extraños y aterradores de mi vida no soy alguien supersticioso y siempre me he considerado una persona con los pies bien puestos en la tierra pero lo que viví esa noche en un pequeño pueblo de Oaxaca cambió para siempre mi forma de
ver las cosas todo empezó con la muerte de Emilio Márquez un hombre conocido en el pueblo por su carácter afable y sus largas charlas en la plaza murió de un infarto dijeron los médicos Y aunque era joven nadie cuestionó el diagnóstico el velorio se llevó a cabo en la casa de su hermana rosa era una típica casa de adobe con un amplio patio iluminado por focos amarillentos y lleno de sillas de plástico dispuestas en Círculo La gente llegaba en silencio abrazaba a la familia y luego se acomodaba Para rezar o murmurar historias sobre emiliio la
atmósfera era pesada no solo por el Duelo sino por algo que no podía identificar Había algo en el aire aire una sensación opresiva que parecía emanar directamente del ataúd abierto colocado en el centro de la sala recuerdo haber observado detenidamente a Emilio mientras estaba en la caja parecía tranquilo Incluso en paz pero Cuanto más lo miraba más extraño me resultaba había algo en su expresión que no encajaba del todo su rostro estaba rígido claro como el de cualquier cadáver pero sus labios parecían tensos como si estuvieran apretados con fuerza conteniendo algo pensé que era una
ilusión creada por las luces parpadeantes de las velas pero esa sensación persistía cada vez que lo veía traté de ignorarla y me uní a los demás Para rezar el rosario eran cerca de las 2 de la madrugada cuando pasó lo que Nunca podré olvidar la mayoría de los presentes ya estaban cabeceando de sueño o susurraban en voz baja entre ellos yo me encontraba de pie cerca de la caja mirando distra las flores que rodeaban el cuerpo de Emilio Fue entonces cuando noté que alguien más se acercó al ataúd era don anselmo un anciano del pueblo
conocido por sus historias extrañas y su carácter retraído caminó lentamente apoyándose en su bastón y se inclinó para mirar más de cerca al difunto no presté demasiada atención al principio pero de pronto vi como Don anselmo retrocedía bruscamente tropezando con las flores su rostro estaba completamente desencajado con los ojos abiertos como platos quedó paralizado unos segundos y después con voz quebrada y un temblor en las manos señaló hacia la caja Se movió la mano de Emilio Se movió dijo su declaración fue tan Clara y rotunda que toda la sala quedó en silencio al principio todos
pensamos que estaba delid por la hora o por el cansancio algunos comenzaron a reír nerviosamente pero yo no no podía apartar la mirada del cuerpo sin saber por qué mis piernas me llevaron al lado de Don anselmo me incliné para mirar con más detalle la posición de las manos de Emilio estaban cruzadas sobre su pecho igual que antes pero algo en su postura parecía diferente no podía explicarlo pero sentí que algo había cambiado como si las manos no estuvieran exactamente donde debían estar el murmullo comenzó a crecer entre los asistentes algunos se acercaron al ataúd
para comprobar por sí mismos lo que decía Don anselmo mientras otros se quedaban atrás rezando en voz alta o murmurando oraciones rápidas alguien sugirió que quizá fue un reflejo muscular algo que a veces ocurre después de la muerte sin embargo otra persona mencionó que ya habían pasado más de 24 horas desde que Emilio falleció lo cual hacía esa explicación poco probable a pesar de las teorías nadie quería acercarse demasiado yo no podía apartar la vista del ataúd mis ojos estaban clavados en esas manos inmóviles tratando de convencerme de que todo tenía una explicación lógica Fue
entonces Cuando ocurrió algo que heló la sala entera las velas que rodeaban el cuerpo comenzaron a apagarse una por una como si una corriente invisible las extinguiera la luz de las lámparas parecía oscurecerse y por un momento todo quedó en penumbras un olor extraño como a tierra húmeda mezclada con algo rancio llenó el aire el silencio era total tan denso que parecía que nadie siquiera respiraba cuando las luces volvieron a estabilizarse algo era diferente las manos de Emilio ya no estaban cruzadas sobre su pecho ahora una de ellas estaba ladeada como si hubiera resbalado hacia
un costado fue imposible ignorarlo todos los que estábamos ahí lo vimos algunas personas comenzaron a gritar mientras otras salían corriendo de la casa Doña Rosa la hermana de Emilio se desmayó en los brazos de un vecino y Alguien tuvo que llevarla afuera nadie se atrevía a acercarse al ataúd Yo sin embargo sentí una mezcla de fascinación y terror me quedé ahí observando tratando de encontrar una explicación quizá fue un temblor pensé aunque no había sentido que la tierra se moviera Fue entonces cuando noté que don anselmo seguía allí inmóvil mirando fijamente la caja con una
expresión que nunca olvidaré estaba tan pálido que parecía un fantasma y sus labios temblaban mientras murmuraba algo que no alcancé a entender de repente la tapa del ataúd comenzó a cerrarse lentamente como si algo o alguien la estuviera empujando desde dentro fue un movimiento lento casi imperceptible pero lo suficientemente claro como para que todos los que quedábamos ahí lo notáis por el miedo incapaz de moverme o de apartar la vista cuando la tapa finalmente cayó con un golpe seco el sonido resonó en la casa como un trueno nadie quiso quedarse después de eso el velorio
terminó abruptamente y al día siguiente enterraron a Emilio sin más ceremonias desde entonces he tratado de encontrar respuestas pero cada vez que lo recuerdo siento que se me nubla la mente algunos dicen que lo que ocurrió esa noche fue obra del cansancio colectivo una histeria compartida alimentada por la imaginación otros sin embargo aseguran que Emilio tenía asuntos pendientes en esta vida y que su espíritu Simplemente no estaba listo para partir yo no sé qué pensar lo único que sé es que cada vez que cierro los ojos puedo ver con total Claridad esa mano moviéndose dentro
de la caja como si estuviera tratando de decirnos algo esa imagen me persigue y no importa cuánto tiempo pase sé que nunca podré olvidarla el niño que jugaba con los muertos hay cosas que no puedes borrar no importa cuánto tiempo pase imágenes sensaciones y momentos que se quedan contigo como si fueran parte de tu piel siempre me dijeron que los niños tienen una conexión especial con lo desconocido que son capaces de percibir lo que los adultos ni siquiera pueden imaginar pero Nunca creí en esas historias no hasta lo que ocurrió en 1994 cuando mi primo
menor murió esa experiencia cambió todo lo que pensaba sobre la muerte sobre la inocencia y sobre lo que puede estar esperando en los rincones oscuros que nunca vemos yo tenía 15 años ese diciembre y vivía en un pequeño pueblo de Oaxaca nuestro pueblo era de esos donde todos se conocían donde las fiestas patronales eran el evento más importante del año y donde las tradiciones tenían más peso que cualquier ley moderna la muerte de mi primo Toñito de apenas ocho años fue un golpe que nadie esperaba era un niño lleno de energía siempre corriendo por las
calles con una sonrisa tan brillante que era imposible no notarlo una tarde mientras jugaba en el río que cruzaba por el pueblo un accidente acabó con su vida dijeron que fue un resbalón que la corriente lo arrastró y no pudo salir la noticia nos llegó como un mazazo Toñito era como el pequeño Sol de nuestra familia y su ausencia dejó un vacío inmediato y aterrador el velorio se organizó rápidamente como era costumbre en casa de mis tíos su pequeño cuerpo Fue colocado en un ataúd blanco rodeado de flores de sempasuchil la sala principal estaba abarrotada
de vecinos familiares y amigos todos ofreciendo sus condolencias las oraciones llenaban el aire Pero había un silencio subyacente que parecía envolverlo todo un silencio que era demasiado pesado para ignorar fue durante esa noche entre las velas titilantes y el murmullo de las plegarias que comenzaron a suceder cosas que hasta hoy me cuesta explicar mi primo menor Iván el hermano de Toñito tenía Apenas 5 años en ese entonces era un niño callado un poco tímido pero siempre dulce sin embargo esa noche su comportamiento cambió al principio se sentó tranquilo junto a su madre mirando fijamente el
ataúd su mirada era inusual para alguien tan pequeño no parecía asustado ni confundido sino concentrado como si entendiera algo que los demás no podíamos más tarde mientras los adultos estaban distraídos IV comenzó a moverse por la sala caminando lentamente alrededor del ataúd lo hacía con una calma inquietante como si estuviera buscando algo Luego se detuvo se sentó en el suelo y empezó a reír era una risa suave casi como un juego todos lo notaron pero nadie dijo nada algunos pensaron que era su forma de lidiar con la pérdida de procesar la ausencia de su hermano
Pero entonces empezó a hablar estoy jugando con Toñito dijo mientras miraba hacia un rincón vacío de la habitación una tía tratando de calmar la tensión que inmediatamente llenó el ambiente le preguntó con quién estaba hablando Iván simplemente señaló al Rincón y repitió con Toñito dice que quiere que Juguemos como antes aquellas palabras cayeron como un balde de agua helada sobre todos nadie sabía cómo reaccionar algunos intentaron reír diciendo que los niños tienen imaginación fértil otros se quedaron en silencio Mirando a Iván con una mezcla de incomodidad y temor mi tía intentó acercarse para llevarse a
Iván Pero él se negó a moverse seguía Mirando al rincón con una sonrisa extraña en el rostro como si realmente estuviera viendo algo que los demás no podíamos Fue entonces cuando dijo algo que hizo que mi abuela la persona más estoica que he conocido dejara caer El Rosario que tenía entre las manos Toñito me dijo que no le gustan las flores que le pusieron dijo Iván todavía Mirando fijamente al Rincón dice que quiere las flores que están en el patio aquello parecía una simple ocurrencia infantil pero las palabras de Iván no eran lo que más
me inquietó fue lo que ocurrió después mi abuela visiblemente afectada salió al patio para ver qué flores había ahí cuando volvió traía en las manos un pequeño ramo de Bugambilias las flores favoritas de Toñito nadie le había dicho a Iván eso ni siquiera yo que era más cercano a Toñito lo recordaba hasta ese momento después de aquello mi tío decidió llevar a Iván a dormir pero lo que debería haber sido el final de una anécdota perturbadora solo marcó el inicio de algo mucho más extraño alrededor de las 3 de la mañana cuando el velorio estaba
más tranquilo y solo quedaban los más cercanos escuchamos pasos suaves viniendo desde el cuarto donde Iván dormía eran pasos ligeros como si alguien pequeño estuviera Caminando por la casa al principio pensamos que era Iván pero cuando mi tía fue a revisarlo lo encontró profundamente dormido los pasos continuaron parecían rodear el ataúd deteniéndose por momentos antes de reiniciar mi abuela quien hasta ese momento había tratado de mantener la calma comenzó a rezar en voz alta su rostro normalmente firme mostraba una preocupación que no podía esconder alrededor de las cuatro mientras algunos intentaban dormir y otros permanecían
en silencio la vela más cercana al ataúd se apagó de repente lo extraño no fue que la llama se extinguiera sino que el aire parecía más frío como si algo hubiera absorbido toda la calidez de la habitación Fue entonces cuando algo ocurrió que me marcó para siempre Iván aún dormido comenzó a reírse desde el cuarto era una risa suave pero llena de alegría como si estuviera soñando algo hermoso sin embargo lo que realmente me perturbó fue lo que mi abuela encontró al acercarse al ataúd las manos de Toñito que habían sido colocadas en posición de
descanso estaban ahora cruzadas de manera diferente como si alguien las hubiera movido nadie Había tocado el cuerpo desde que se colocó en el féretro mi abuela decidió encender más velas alrededor del ataúd Y al hacerlo notó algo más el atuendo con el que Toñito estaba vestido parecía ligeramente desarreglado como si alguien hubiera intentado tirar de la camisa o moverla recordé lo que Iván había dicho al principio de la noche sobre que Toñito estaba jugando con él me sentí Atrapado entre la incredulidad y el miedo cuando el sol comenzó a salir todo parecía volver a la
normalidad el ambiente pesado se disipó lentamente y la familia comenzó a prepararse para llevar a Toñito al cementerio Iván despertó y para sorpresa de todos parecía completamente normal no recordaba nada de lo que había dicho o hecho durante la noche y cuando le preguntaron simplemente dijo que había dormido bien sin embargo mientras colocá el ataúd en el carro fúnebre Iván me tomó de la mano y dijo algo que aún hoy me atormenta Toñito dice que que no quiere irse dice que quiere quedarse a jugar un rato más no supe qué responderle me quedé inmóvil mirando
Cómo cargaban el féretro Esa fue la última vez que Iván mencionó a Toñito después del entierro las cosas parecieron calmarse pero nunca pude olvidar lo que ocurrió durante ese Velorio a veces cuando paso por la casa de mis tíos todavía puedo sentir esa sensación de que algo no está bien y Aunque Iván creció y dejó de hablar de aquello siempre que lo veo no puedo evitar preguntarme si realmente dejó de jugar con su hermano o si simplemente aprendió a guardar silencio el ataúd vacío No creo que exista algo más inquietante que la idea de enterrar
un cuerpo que no está ahí y sin embargo eso fue exactamente lo que sucedió en mi pueblo en diciembre de 1982 era un lugar pequeño en Hidalgo rodeado de cerros y con más leyendas que habitantes en ese entonces yo tenía Apenas 14 años pero las imágenes de lo que vi y escuché durante aquellos días se han quedado grabadas en mi mente Como una marca que nunca desaparecerá Este no es solo un recuerdo de una Navidad extraña es un recuerdo de algo que incluso ahora no puedo explicar todo comenzó con la muerte de de Aurelio Morales
un hombre al que pocos en el pueblo extrañaron Aurelio era en las palabras de mi abuela un hombre malo era el tipo de persona que siempre estaba metido en problemas peleas deudas amenazas algunos decían que practicaba cosas extrañas que había hecho pactos oscuros y que había vendido más que su alma para conseguir dinero Yo no entendía mucho de esas cosas a mi edad pero lo que sí sabía era que su muerte no había sido natural lo encontraron en su casa tirado en el suelo de la sala con los ojos abiertos y una expresión de puro
terror en el rostro no había señales de lucha ni heridas en su cuerpo pero algo en la forma en que lo hallaron hizo que todos murmurar que no era normal nadie quiso tocarlo el encargado de recoger el cuerpo fue Don Julián El sepulturero del pueblo un hombre que había visto más cadáveres que cualquiera de nosotros pero que esa vez parecía más nervioso de lo habitual el velorio se llevó a cabo en la pequeña iglesia del pueblo no fue un evento concurrido solo algunos vecinos se presentaron más Por curiosidad que por respeto mi abuela como siempre
insistió en que debíamos ir no se deja a los muertos solos por más malos que hayan sido dijo Así que ahí estaba yo sentado en un rincón de la iglesia observando el ataúd de madera oscura y escuchando las oraciones que el sacerdote recitaba en voz baja Había algo en el ambiente que no se sentía bien como si todo el lugar estuviera esperando que algo pasara la primera señal de que algo Andaba mal ocurrió justo antes de que cerraran el ataúd una vecina Doña Eulalia pidió ver el cuerpo por última vez era una costumbre en el
pueblo una forma de asegurarse de que todo estaba en orden antes del entierro cuando levantaron la tapa del ataúd el grito de Doña Eulalia resonó en to la iglesia no está exclamó retrocediendo con las manos en la cara al principio pensamos que estaba exagerando pero cuando nos acercamos vimos que tenía razón el ataúd estaba vacío el pánico se extendió rápidamente algunos comenzaron a murmurar que el cuerpo había sido robado otros dijeron que nunca estuvo allí en primer lugar Don Julián juraba que había colocado El cadáver en el ataúd del mismo lo vi con mis propios
ojos decía con el rostro pálido y las manos temblorosas pero no había rastro del cuerpo ni en la iglesia ni en la casa de Aurelio fue como si se hubiera desvanecido esa misma noche el pueblo entero estaba en alerta nadie quería salir de sus casas y los pocos que se atrevieron a hablar decían que había algo extraño en el aire yo intenté dormir pero cada vez que cerraba los ojos veía la expresión de congelada en el rostro de Aurelio no sé cuánto tiempo pasó antes de que el sueño finalmente me venciera pero lo que ocurrió
después me hizo desear no haber dormido nunca fui despertado por el sonido de un alboroto afuera de la casa mi abuela que también estaba despierta abrió la puerta para ver qué estaba pasando algunos vecinos corrían hacia el cementerio gritando cosas que no entendía en ese momento me puse los zapatos y salí detrás de ellos sintiendo que algo grande estaba por suceder cuando llegué al cementerio lo vi entre las tumbas iluminado por la luz de la luna estaba Aurelio O al menos alguien que parecía él su cuerpo estaba encorvado como si cargarlo fuera un peso insoportable
y su rostro Nunca podré olvidar su rostro sus ojos que en vida siempre parecían fríos y calculadores ahora estaban llenos de algo más era ira Sí pero también desolación como si estuviera Atrapado en un sufrimiento que no podía describir algunos vecinos gritaban su nombre pero él no respondía se movía lentamente arrastrando los pies como si estuviera buscando algo yo me quedé paralizado incapaz de mirar hacia otro lado mi abuela a mi lado comenzó a rezar en voz baja pero su voz estaba llena de un miedo que nunca antes le había escuchado de repente Aurelio se
detuvo estaba frente a una tumba una vieja cripta que había estado vacía durante años se inclinó hacia ella y por un momento pensé que iba a entrar pero entonces giró la cabeza hacia nosotros sus ojos nos atravesaron como si pudiera ver algo más allá de nuestras caras algo dentro de nosotros luego sin aviso dejó caer su cuerpo al suelo como si alguien hubiera cortado los hilos que lo mantenían de p nadie se atrevió a acercarse incluso Don Julián que había sido valiente durante el velorio se quedó detrás de todos con los ojos bien abiertos pasaron
minutos antes de que alguien finalmente diera un paso al frente Fue Doña Eulalia con una valentía que no sabía que tenía se acercó lentamente al cuerpo y extendió una mano temblorosa para tocarlo cuando lo hizo dejó escapar un grito que me hizo retroceder está helado pero no está muerto dijo retrocediendo rápidamente el sacerdote del pueblo llegó Poco después alertado por los gritos con una mirada grave pidió que llevaran el cuerpo de regreso a la iglesia nadie quería tocarlo pero finalmente Don Julián y otro vecino se encargaron de cargarlo durante el trayecto parecía que el cuerpo
pesaba más de lo que debería incluso entre dos hombres fuertes parecía una imposible esa noche el sacerdote se encerró en la iglesia con el cuerpo de Aurelio nadie sabe exactamente que hizo o que dijo pero cuando salió al amanecer su rostro estaba cansado y pálido declaró que el entierro debía realizarse de inmediato sin más ceremonias ni preguntas nadie se opuso el cuerpo fue colocado nuevamente en el ataúd y esta vez fue enterrado en la cripta donde lo habíamos visto detenerse después de eso el pueblo quedó en un silencio extraño durante semanas nadie quería hablar de
lo ocurrido y la cripta de Aurelio fue evitada por todos sin embargo las cosas no volvieron a la normalidad algunas noches especialmente en diciembre los vecinos aseguran haber visto una figura Caminando entre las tumbas siempre en la misma dirección siempre deteniéndose frente a la cripta no sé si es verdad Nunca me he atrevido a comprobarlo todo lo que s es que Desde esa noche algo cambió en nuestro pueblo las historias sobre Aurelio no se apagaron se convirtieron en algo más y aunque han pasado más de 40 años cada vez que escucho el viento moverse entre
los árboles del cementerio me pregunto si realmente lograron enterrarlo o si sigue buscando algo que nunca podrá encontrar la sombra en el ataúd no soy alguien que crea fácilmente en cosas paranormales mi vida siempre ha sido bastante normal sin historias sobrenaturales ni eventos que desafíen la lógica pero lo que me pasó hace poco en el funeral de un amigo cercano me dejó marcado de una manera que todavía no puedo explicar me llamo Jesús y esta es la historia de como una despedida se convirtió en un recuerdo que aún me atormenta cada noche era una tarde
tranquila de domingo cuando recibí la llamada que me dejó helado Daniel uno de mis mejores amigos desde la infancia había fallecido en un accidente automovilístico a sus 28 años tenía toda una vida por delante y la noticia me golpeó como un ladrillo al principio no lo creía su sonrisa su risa las bromas que compartimos todo eso ahora parecía irreal pero la confirmación llegó rápidamente el funeral cedía esa misma noche en la casa de su familia llegué a la casa a las 8 en punto había Una atmósfera pesada como si algo invisible estuviera oprimiendo el ambiente
la casa estaba llena de familiares amigos y vecinos las conversaciones eran tenues y los murmullos se mezclaban con los rezos el ataúd de Daniel estaba colocado al centro de la sala rodeado de flores blancas y velas habían dejado la tapa abierta para que quienes lo desearan pudieran despedirse a pesar de que me costaba aceptarlo me acerqué Daniel parecía tranquilo como si estuviera durmiendo su rostro estaba sereno Pero había algo extraño que no pude identificar en ese momento quizá era la palidez de su piel o la rigidez de sus manos cruzadas sobre el pecho pero me
sentí profundamente incómodo al mirarlo por tanto tiempo me aparté rápidamente encontrando un lugar en una de las sillas al fondo de la sala junto a la pared desde ahí tenía una vista Clara del ataúd todo comenzó de manera sutil primero las velas alrededor del cuerpo de Daniel parecían parpadear más de lo normal como si estuvieran luchando contra un viento invisible pensé que era algo normal después de todo las velas suelen comportarse así en espacios cerrados pero luego las luces del techo empezaron a apagarse y encenderse al principio era un parpadeo aislado algo que fácilmente podría
atribuirse a un problema eléctrico pero pronto se volvió algo más intenso la luz se apagaba por completo durante varios segundos dejando la sala en total oscuridad antes de regresar cada vez que la luz se apagaba veía algo que me hacía cuestionar mi cordura una sombra era alta más alta que cualquier persona en la sala y estaba de pie junto al ataúd no se movía no hacía ningún ruido pero su forma era inconfundible en la primera ocasión pensé que mis ojos me estaban jugando una mala pasada pero cada vez que la luz volvía la sombra desaparecía
solo para reaparecer la próxima vez que la sala quedaba en penumbras Miré a mi alrededor tratando de encontrar alguna señal de que alguien más la había visto pero todos seguían concentrados en el rosario o en sus conversaciones en voz baja parecían completamente ajenos a lo que estaba pasando intenté convencerme de que era mi imaginación un efecto de las luces parpadeantes y del agotamiento emocional que sentía por la pérdida de mi amigo pero Cuanto más trataba de ignorarlo más evidente se hacía en una de las ocasiones en que la luz se apagó la sombra estaba más
cerca del ataúd ya no solo se encontraba al lado sino que parecía inclinarse hacia el cuerpo de teano como si estuviera observándolo o susurrándole algo mi corazón comenzó a latir con fuerza y un sudor frío me cubrió la frente era imposible ignorarlo Ya sentí un impulso de levantarme de acercarme y confirmar que lo que veía no era real Pero algo me lo impedía un miedo primitivo indescriptible me mantenía clavado en mi lugar de repente Noté que el ambiente de la sala había cambiado el aire se sentía más pesado cargado con un olor extraño como a
flores mezcladas con humedad las velas comenzaron a apagarse una por una hasta que solo quedó la tenue luz de las lámparas fue en ese momento cuando la luz volvió a apagarse por completo dejando la sala en la oscuridad absoluta no sé cuánto tiempo pasé ahí sentado incapaz de moverme Pero cuando la luz finalmente regresó algo estaba diferente el ata de Daniel ya no estaba como antes la tapa seguía abierta pero ahora parecía amente descolocada como si alguien hubiera intentado cerrarla o moverla las flores que lo rodeaban estaban desparramadas por el suelo y algunas de las
velas habían caído de sus soportes lo más extraño era que las manos de Daniel que antes estaban cruzadas sobre su pecho ahora estaban ladeadas una de ellas colgando por el borde del ataúd mi mente se llenó de preguntas y explicaciones imposibles alguien lo Había tocado mientras las luces estaban apagadas podía un cadáver moverse por sí mismo me quedé paralizado con los ojos fijos en el cuerpo de mi amigo esperando ver algún otro cambio Fue entonces cuando algo llamó mi atención una marca oscura en el suelo justo al lado del ataúd Parecía un rastro de humedad
Pero tenía una forma que no podía ignorar era alargada como si algo se hubiera arrastrado desde el ataúd hacia el centro de la sala de pronto sentí una presión en el pecho una sensación de opresión que no podía explicar era como si algo invisible me estuviera observando evaluándolo voces incluso risas discretas de algunos vecinos todo parecía normal pero yo sabía que lo que acababa de experimentar no lo era Desde esa noche algo cambió en mí los días siguientes fueron una mezcla de cansancio y confusión cada vez que cerraba los ojos veía la sombra junto al
ataúd inmóvil pero inquietantemente presente no podía dormir bien los sueños me atormentaban en ellos Daniel estaba de pie frente a mí con la misma expresión rígida y pálida que tenía en el ataúd no decía nada Solo me miraba y es esa mirada me perseguía incluso después de despertar he tratado de Buscar explicaciones Tal vez fue el estrés el cansancio la tristeza quizá mi mente creó algo para lidiar con la pérdida de mi amigo pero hay algo que no puedo ignorar la sombra esa figura que vi claramente cada vez que la luz se apagaba no era
una ilusión desde entonces me pregunto si lo que ocurrió en ese funeral fue más que una simple despedida Quizá danel no estaba listo para irse O quizá Había algo más en esa sala algo que no quería que lo dejáramos ir no sé si alguna vez podré olvidarlo la sombra Sigue apareciendo en mis sueños siempre en silencio siempre observándome Y aunque trato de vivir mi vida con normalidad cada vez que recuerdo esa noche siento que parte de mí se queda congelada en ese momento frente al ataúd mirando algo que no debería haber visto la mujer que
no era invitada dicen que las navidades son para la familia para los recuerdos felices para las luces que disipan la oscuridad del Invierno pero para mí desde hace 7 años la Navidad es sinónimo de pérdida miedo y algo que aún no logro comprender del todo me cuesta compartir esta historia porque sé que suena Absurda pero cada detalle de lo que ocurrió esa noche está grabado en mi memoria Como un tatuaje que no se puede borrar todo comenzó el 25 de diciembre de 2016 en San Luis Potosí durante el velorio de mi madre ella había fallecido
el día anterior en plena víspera navideña fue repentino sin aviso un ataque al corazón mientras terminaba de decorar el árbol no hubo tiempo para despedidas ni explicaciones El golpe fue brutal como si alguien nos hubiera arrancado el suelo bajo los pies mi madre era el pilar de la familia la encargada de mantenernos Unidos y su ausencia dejó un vacío que no podía llenarse decidimos velar en la casa como ella hubiera querido rodeada de las personas que la querían el velorio comenzó por la tarde la sala estaba llena de flores y velas y el aire tenía
ese olor inconfundible de las ceremonias fúnebres una mezcla de cera incienso y flores marchitando amigos vecinos y familiares llegaban uno tras otro ofreciendo sus condolencias era un ambiente extraño las luces navideñas que aún colgaban en la sala parecían fuera de lugar como si se burlaran de nuestro dolor todo parecía transcurrir dentro de lo normal o al menos tan normal como puede ser un velorio pero fue cerca de las 9 de la noche cuando Todo cambió en medio del murmullo de las oraciones y el llanto contenido un una mujer que nadie reconoció apareció en la puerta
era alta delgada con el cabello gris recogido en un moño apretado su ropa era anticuada un vestido negro que parecía sacado de otra época y llevaba un rosario entre las manos no saludó A nadie Simplemente entró como si fuera una invitada más y se acercó al ataúd desde el primer momento en que la vi supe que había algo extraño en ella no era Solo que nadie parecía conocerla sino su forma de moverse lenta y metódica como si cada paso tuviera un propósito se detuvo frente al ataúd se inclinó ligeramente y comenzó a murmurar oraciones no
eran las oraciones típicas que todos conocemos eran palabras extrañas como un idioma antiguo o algo aprendido en secreto nadie la interrumpió quizás fue el shock O tal vez el respeto que inspira el luto pero todos simplemente la observamos en silo cuando terminó la mujer sacó algo de su bolso una carta con movimientos delicados la colocó sobre el pecho de mi madre justo encima de sus manos cruzadas después se volvió hacia nosotros su mirada recorrió a cada uno de los presentes como si quisiera grabar nuestros rostros en su memoria sus ojos eran oscuros pero brillaban de
una forma inquietante finalmente sin decir una palabra de la casa y desapareció en la noche la incomodidad en la sala era palpable nadie sabía quién era aquella mujer ni que había hecho exactamente algunos intentaron buscarla afuera pero no había rastro de ella lo único que dejó fue la carta en el ataúd mi tía fue la primera en tomarla con manos temblorosas era un papel amarillento con una caligrafía que parecía casi demasiado perfecta la nota decía nos pronto esa simple frase llenó el ambiente de algo que no sé cómo describir no era miedo al menos no
de la forma convencional Pero había una sensación de que algo había cambiado como si esa frase fuera una especie de Sentencia mi tía intentó deshacerse de la carta pero mi abuela insistió en que debía quedarse con mi madre ella sabe lo que hace dijo Aunque nadie entendió a qué se refería esa noche después de que la mayoría de los visitantes se habían marchado y solo quedábamos los más cercanos decidimos descansar un poco antes de llevar el cuerpo al cementerio al día siguiente la casa estaba en completo silencio excepto por el leve crujir de las velas
que se consumían junto al ataúd me acosté en una de las habitaciones pero el sueño no llegaba cerraba los ojos pero mi mente seguía volviendo a la imagen de la mujer a su mirada fija y al extraño mensaje de la carta finalmente el cansancio me venció lo que soñé esa noche todavía me persigue en mi sueño Estaba en la misma sala donde Velásquez frente a ella la mujer del vestido negro estaba inclinada murmurando algo al oído de mi madre no podía escuchar las palabras pero el tono era insistente casi como un canto mi madre intentaba
hablar pero no podía sus labios se movían pero ningún sonido salía de ellos intenté acercarme Pero mis pies No respondían era como si el sueño Me hubiera Atrapado obligándome a mirar sin poder intervenir la mujer finalmente levantó la vista y me miró directamente su rostro ya no parecía humano Había algo en sus ojos que me hizo querer despertar de inmediato pero no podía me quedé congelada Mientras ella me señalaba y fue Entonces cuando me desperté con el corazón latiendo tan rápido que apenas podía respirar corrí a la sala esperando encontrar a alguien con quien compartir
lo que acababa de experimentar pero lo que encontré fue peor una de las velas junto al ataúd estaba apagada y la carta que la mujer había dejado ya no estaba sobre el pecho de mi madre nadie más estaba despierto y no me atreví a despertarlos me quedé allí mirando el ataúd esperando que algo más ocurriera pero nada pasó a la mañana siguiente todos actuaron como si nada hubiera sucedido el velorio continuó y el cuerpo de mi madre fue llevado al cementerio intenté contarle a mi abuela sobre la carta desaparecida Y mi sueño pero solo me
miró con una expresión grave y me dijo que no debía preocuparme hay cosas que no entendemos Isabel y es mejor dejarlas así fue lo único que dijo desde entonces no ha pasado Una navidad en la que no recuerde a la mujer del vestido negro algunas noches cuando la casa está en silencio siento la necesidad de mirar hacia la sala esperando verla allí rezando o dejando otro mensaje no s quién eran ni qué quería pero estoy segura de que no era una simple visitante cada vez que cierro los ojos la veo en mi sueño inclinándose hacia
mi madre recitando esas oraciones que nunca entenderé y aunque han pasado 7 años aún espero con un temor que no puedo explicar el momento en que cumpla su promesa Nos veremos pronto la misa que no era para los vivos el aire aquella noche tenía un peso diferente era el tipo de frío que no viene del Invierno sino de algo más profundo como si el ambiente supiera que algo malo Estaba por suceder nunca olvidaré la Navidad de 2010 no porque fuera particularmente feliz o memorable sino porque cambió mi percepción de lo que significa la muerte hasta
ese día pensaba que los funerales eran solo un cierre una despedida pero lo que presencié en aquella capilla me hizo entender que a veces Un entierro es solo el comienzo de algo mucho más oscuro Mi nombre es Carlos y soy de Puebla tenía 23 años cuando Esto ocurrió la familia de mi amigo Martín había sufrido una pérdida justo en la víspera de Navidad su tío Ramón un hombre reservado y con un pasado turbio murió de un infarto fulminante era una muerte súbita inesperada pero para alg de los presentes en el funeral no era sorprendente en
la familia siempre se murmuraba que Ramón tenía deudas pendientes no con personas sino con algo más siniestro la ceremonia se llevó a cabo el 24 de diciembre en una pequeña capilla A las afueras de la ciudad era un lugar humilde con paredes de adobe y bancos de madera que crujían al sentarse no había grandes vitrales ni decoraciones navideñas solo un crucifijo desgastado colgando sobre el altar y un par de velas parpadeando al pie del féretro el ambiente Era frío como si las piedras mismas de la capilla absorbieron cualquier intento de calidez todo era silencio excepto
por las oraciones débiles que algunos familiares murmuraban el sacerdote llegó tarde algo que ya de por sí era extraño era un hombre mayor con una mirada que parecía cansada pero también alerta como si supiera más de lo que decía desde el principio Noté que su amiento era raro no inició la misa con las palabras habituales y mientras avanzaba la ceremonia se detenía a menudo como si estuviera buscando algo que no podía encontrar su voz se apagaba en ciertos momentos como si dudara de lo que estaba haciendo pero lo más perturbador fue Cuando comenzó a murmurar
en un idioma que ninguno de nosotros entendía no era latín Había algo en esas palabras que no sonaban como parte de ningún ritual religioso eran guturales ásperas Y aunque no podía comprenderlas sentí que no eran para nosotros los vivos todos en la capilla se miraron entre sí confundidos Martín estaba a mi lado pálido con los puños cerrados sobre las rodillas sabía que él también lo notaba pero ninguno de los dos se atrevió a moverse el sacerdote mantuvo la vista fija en el féretro mientras pronunciaba esas palabras extrañas parecía que estaba hablando directamente con Ramón O
tal vez con algo más que estaba cerca de él cuando terminó Nos dirigió una mirada que no olvidaré jamás era una mezcla de compasión y advertencia al final de la misa mientras algunos se acercaban al ataúd para despedirse el sacerdote tomó a Martín y a su padre aparte Aunque intenté acercarme me mantuvieron a distancia no supe exactamente qué les dijo Pero recuerdo que Martín salió de la capilla con una expresión de puro desconcierto horas después durante la cena de Navidad en casa de Martín las cosas se tornaron aún más extrañas Aunque la familia intentaba mantener
un aire festivo había una tensión palpable en el ambiente Ramón era un tema que nadie quería tocar pero su presencia parecía impregnarlo todo Martín estaba inquieto y lo noté mirando constantemente hacia las ventanas como si esperara ver algo allá afuera intenté hablar con él pero apenas respondía solo al final de la noche me confesó que había tenido un sueño o al menos eso era lo que él creía en el sueño Martín estaba nuevamente en la capilla Pero esta vez no había nadie más allí excepto el ataúd de su tío las velas se apagaban una por
una y el aire se llenaba de un olor metálico como a sangre de repente figuras comenzaron a emerger de las Sombras no eran personas pero tampoco eran completamente irreales tenían formas humanas pero sus rostros estaban borrosos como si fueran manchas de humo que intentaban solidificarse se movían lentamente hacia el féretro rodeándolo como si lo reclamaran Ramón estaba sentado dentro del ataúd con los ojos abiertos Mirando fijamente a Martín no me dejes ir con ellos fue lo último que escuchó antes de despertar la descripción de su sueño me puso nervioso pero intenté calmarlo diciéndole que era
solo su mente jugando con el estrés del funeral sin embargo Martín no parecía convencido insistía en que lo que había visto no era un sueño sino una advertencia esa noche cuando regresé a mi casa no pude dejar de pensar en lo que me había dicho Había algo en su tono que me hizo creerle aunque no quisiera admitirlo los días siguientes trajeron consigo eventos que desafiaron cualquier explicación lógica la familia de Martín comenzó a experimentar cosas extrañas en la casa donde Ramón había vivido las luces parpadeaban sin motivo puertas que habían sido cerradas aparecían abiertas y
en una ocasión el perro de la familia se rehusó a entrar al cuarto de Ramón gruñendo hacia un rincón vacío pero lo más perturbador ocurrió cuando intentaron trasladar las pertenencias de Ramón mientras movían un viejo escritorio encontraron una caja escondida en un compartimento secreto dentro de la caja había papeles con símbolos que nadie reconocía junto con una pequeña figura tallada en madera negra era una especie de figura humanoide pero sus proporciones eran extrañas con extremidades demasiado alargadas y una cabeza desproporcionadamente grande nadie sabía de dónde había salido pero la abuela de Martín insistió en que
debía ser quemada antes de que pudieran hacerlo la figura desapareció de la casa esa misma noche Martín me llamó su voz sonaba diferente como si estuviera en estado de sock me pidió que fuera a su casa porque algo malo estaba ocurriendo llegué lo más rápido que pude Pero lo que encontré fue difícil de procesar la familia estaba reunida en la sala rezando con fervor la abuela sostenía un crucifijo mientras Martín me llevó al cuarto de Ramón el lugar estaba destrozado como si alguien hubiera intentado escapar de allí con desesperación las paredes tenían marcas como si
algo con uñas largas hubiera intentado arañar lasas desde dentro Martín me mostró una foto que habían encontrado entre las pertenencias de su tío era una imagen antigua pero lo que me heló la sangre fue que en el fondo detrás de Ramón estaba el sacerdote que había oficiado la misa su rostro no era viejo como lo habíamos visto en la capilla parecía más joven casi idéntico al de Ramón en la foto lo que esto significaba nadie lo sabía pero la conexión era innegable los días siguientes se convirtieron en una especie de tormento para Martín y su
familia cada noche más de una persona en la casa afirmaba Escuchar pasos pesados en los pasillos como si alguien estuviera caminando lentamente deteniéndose frente a cada puerta las luces fallaban y las velas que encendían para iluminar la casa se apagaban inexplicablemente Martín empezó a tener pesadillas recurrentes todas con la misma figura humanoide observándolo desde la esquina de su cuarto finalmente la familia decidió contactar a un sacerdote diferente uno que era conocido por realizar exorcismos durante la bendición de la casa este nuevo sacerdote afirmó que algo oscuro había sido atraído al hogar algo que no pertenecía
a este mundo según él el alma de Ramón no había sido la única presente en su funeral algo más había estado ahí y lo que fuera que era ahora reclamaba su espacio Aunque el ritual pareció calmar las cosas Martín nunca volvió a ser el mismo cambió de casa se alejó de su familia y de todos nosotros la última vez que lo vi me confesó que aún tenía pesadillas pero que ya no soñaba con las figuras que rodeaban el féretro de su tío ahora soñaba con el sacerdote parado al final de su cama pronunciando palabras en
aquel idioma extraño desde entonces he evitado los funerales hay cosas que no podemos explicar pero lo que vi y escuché aquel diciembre me enseñó que hay rituales que no son para los vivos sino para aquellos que acechan desde el otro lado esperando un momento para cruzar la sombra bajo el altar no hay nada más inquietante que ver algo moverse donde no debería haber nada algunas cosas Simplemente no encajan en este mundo Y cuando se manifiestan tu mente lucha por encontrar una explicación lógica Aunque sepas en el fondo que no existe Nunca creí en historias de
fantasmas ni en energías oscuras ni en lugares malditos pero todo eso cambió durante el funeral de mi tío una fría Navidad de 1988 en Querétaro Mi nombre es Luis yo tenía años en ese entonces y la Navidad que siempre había sido motivo de celebración en nuestra familia ese año estuvo teñida de luto mi tío Felipe había fallecido de manera repentina el 22 de diciembre se desplomó en el centro del pueblo frente a decenas de Testigos un ataque al corazón dijeron los médicos pero su muerte dejó una sensación de inquietud entre los que lo conocían mi
abuela repetía una y otra vez que algo no estaba bien Aunque nunca quiso explicar exactamente a qué se refería el funeral se organizó en la pequeña capilla del pueblo un edificio antiguo que había estado en pie por más de dos siglos sus muros de piedra y su techo de Texas le daban un Aide solemne pero siempre Había algo extraño en ella Desde niño evitaba acercarme demasiado al altar Había algo en ese espacio justo detrás de las figuras de los santos que parecía más oscuro de lo que debería ser y no era solo mi imaginación muchos
en el pueblo hablaban de esa capilla con una mezcla de respeto y temor algunos decían que había sido construida sobre un terreno que no debía tocarse otros contaban historias de velorios interrumpidos por eventos extraños pero en mi familia nadie creía en esas cosas Al menos hasta ese día la misa comenzó al caer la tarde afuera el viento soplaba fuerte arrastrando hojas secas por las calles en pedradas el ataúd de mi tío estaba colocado justo Frente al altar rodeado de flores blancas y velas que llenaban la capilla con un aroma dulce pero pesado los bancos estaban
llenos de familiares amigos y vecinos todos en silencio con los rostros sombríos el sacerdote un hombre mayor con una voz que solía transmitir calma parecía diferente esa tarde su Tono era más rápido casi apresurado como si quisiera terminar la ceremonia lo antes posible fue durante las primeras oraciones cuando lo noté al principio pensé que mi vista me estaba jugando una mala pasada Había algo moviéndose detrás del altar justo en la base donde las velas proyectaban sombras largas sobre la pared era un movimiento sutil como si algo pequeño se deslizara lentamente entre las sombras de los
santos no le di demasiada importancia en ese momento pensando que se trataba de un efecto de las velas o tal el viento que entraba por las rendijas de las puertas pero no fui el único que lo vio mi primo Carlos que estaba sentado a mi lado me dio un ligero codazo y señaló discretamente hacia el altar cuando volví a mirar la sombra ya no era sutil se movía con más claridad serpenteando bajo el altar como si tuviera vida propia No se parecía a la Sombra De ninguna persona ni el movimiento que las velas podrían producir
era algo que no encajaba con la luz con las figuras estáticas de los Santos o con el entorno parecía casi consciente de que estábamos mirándola la incomodidad comenzó a propagarse entre los presentes las miradas se desviaban hacia el altar y aunque nadie decía nada era evidente que muchos habían notado lo mismo el sacerdote también lo percibió por un momento dejó de recitar las oraciones y clavó los ojos en la base del altar su rostro que hasta ese momento había mantenido una expresión solemne se tensó visiblemente sin decir una palabra continuó con la misa pero ahora
hablaba más rápido como si estuviera intentando llegar al final lo antes posible fue en el momento en que empezó la bendición final Cuando ocurrió algo que hizo que el miedo se instalara de manera permanente en mi memoria una de las velas junto a la ataúd se apagó de golpe a pesar de que no había corrientes de aire cerca en ese instante la sombra bajo el altar dejó de moverse de manera errática y se extendió hacia delante como si hubiera cobrado fuerza se deslizó hasta la base del ataúd deteniéndose justo frente a él no era una
sombra común su contorno era oscuro denso como si fuera más que una simple ausencia de luz mi abuela que estaba en la primera fila soltó un jadeo y comenzó a rezar en voz baja algunos de los presentes se levantaron de sus asientos claramente asustados pero nadie se atrevía a acercarse al altar el sacerdote se detuvo en Seco miró la sombra por un largo segundo y luego cerró el libro que sostenía anunciando que la misa había terminado fue todo lo que dijo no explicó nada no dio excusas solo nos pidió que nos retirá de la capilla
la familia confundida y aterrada comenzó a moverse hacia la salida pero yo me quedé atrás incapaz de apartar la mirada de esa sombra seguía allí inmóvil como si estuviera vigilando el ataúd cuando finalmente salí encontré al sacerdote hablando en voz baja con mi abuela y mi madre no escuché todo lo que dijo pero las palabras que capté fueron suficientes para hacer que mi piel se erizara esta capilla no es un lugar seguro en Navidad mi abuela Lo miró con ojos llenos de pánico pero el sacerdote no explicó nada más en cambio les aconsejó que el
cuerpo de mi tío lo antes posible y que evitaran regresar a la capilla por la noche esa advertencia quedó grabada en mi mente pero nunca entendí del todo lo que significaba hasta días después el entierro se llevó a cabo al día siguiente sin más incidentes pero el recuerdo de esa sombra nos siguió a todos durante semanas mi abuela se negó a hablar del tema pero una noche mientras tomábamos café en la cocina me confesó lo que el sacerdote le había contado según él la capilla había sido construida en un lugar que no debía tocarse un
terreno donde siglos atrás se realizaban rituales oscuros para atraer energías Aunque la iglesia había tratado de bendecir el terreno y consagrarlo algo nunca se había ido por completo y por alguna razón en Navidad esas presencias se volvían más activas como si buscaran algo que no podían alcanzar desde entonces he evitado esa capilla pasé años tratando de olvidar lo que vi pero cada vez que llega la temporada navideña siento una punzada de inquietud que no puedo ignorar a veces me pregunto qué habría pasado si nos hubiéramos quedado más tiempo si esa sombra hubiera tenido oportunidad de
moverse Más allá del altar no tengo respuestas solo un recuerdo que me persigue y una certeza hay lugares donde la luz de las velas nunca será suficiente para ahuyentar la oscuridad el coro de niños invisibles Nunca imaginé que un velorio pudiera cambiar la manera en que percibo el silencio hay noches en las que cierro los ojos y juro Escuchar aquello otra vez risas y cantos que parecen llegar desde un lugar al que no pertenezco lo que ocurrió en el velorio de mi prima en 2005 no fue una ilusión ni una confusión de la mente cansada
fue real tan real como el aire que respiro y tan perturbador que a día de hoy sigo evitando los velorios y las iglesias mi prima Clara tenía 19 años cuando murió Era la más joven de los primos y por lo tanto la favorita de todos era el tipo de persona que iluminaba cualquier habitación con solo entrar siempre con una sonrisa y una alegría que contaja a cualquiera pero todo eso se apagó en un accidente de carretera que nadie vio venir su muerte fue instantánea un golpe cruel que dejó a la familia destrozada su funeral se
llevó a cabo en una pequeña iglesia en un pueblo de Zacatecas donde vivía con sus padres no era una iglesia grande ni particularmente hermosa pero era el único lugar en el pueblo donde podían realizarse velorios llegamos la tarde del 25 de diciembre cuando las sombras de los cerros ya comenzaban a alargarse el aire Era frío y una neblina ligera cubr las calles empedradas la iglesia estaba decorada con flores blancas y velas pero nada podía ocultar el ambiente pesado que envolvía el lugar el ataut Clara estaba en el centro rodeado de familiares y amigos que rezaban
entre lágrimas a pesar de ser un lugar de culto la iglesia Tenía algo extraño algo que no podía explicar había una sensación constante de que no estábamos solos aunque las bancas estuvieran casi vacías los primeros rezos transcurrieron con normalidad algunos lloraban en silencio otros murmuraban oraciones mientras las velas parpadeaban Pero a medida que la noche avanzaba el ambiente comenzó a cambiar alrededor de las 3 de la madrugada cuando el frío era más intenso y la mayoría estaba cansada ocurrió lo que hasta el día de hoy me cuesta entender primero fue un sonido leve algo tan
débil que apenas se distinguía del crujido de las bancas de madera presté atención al principio pensando que era el viento que se colaba por las rendijas de las ventanas Pero entonces lo escuché con más claridad una risa no era una risa burlona ni malvada sino una de esas risas infantiles cargadas de inocencia no era fuerte pero resonaba lo suficiente como para que otros la notaran miré a mi alrededor Buscando el origen pero nadie más se movía todos estaban inmóviles como si el mismo sonido los hubiera Atrapado la risa fue seguida por algo que me dejó
completamente paralizado cantos no canciones modernas ni melodías reconocibles sino algo más antiguo más simple era como un coro infantil cantando una melodía suave y melancólica no había niños en la iglesia eso lo sabía con certeza pero las voces parecían venir de todos lados algunos de los presentes comenzaron a murmurar entre ellos y vi a mi tía al rosario con fuerza sus labios moviéndose en una oración apurada las voces no cesaban parecían danzar entre nosotros subiendo y bajando en volumen siempre fuera de nuestro alcance pero inconfundiblemente presentes mi abuelo un hombre serio y callado se levantó
lentamente de su asiento y caminó hacia el altar no dijo nada Solo observó el lugar con una expresión que nunca antes le había visto una mezcla de comprensión y tristeza después de unos minutos las voces desaparecieron tan repentinamente como habían comenzado pero el ambiente en la iglesia no volvió a la normalidad había un peso que parecía aplastarnos a todos una sensación de que algo o alguien estaba observándonos desde las sombras algunos intentaron ignorarlo volviendo a las oraciones pero la mayoría estaba demasiado perturbada para fingir que nada había pasado fue Entonces cuando mi abuelo decidió hablar
con voz calmada pero firme dijo algo que me heló la sangre no eran niños vivos lo que escucharon son las almas atrapadas en este lugar esperando redención su declaración fue recibida con miradas de incredulidad y miedo algunos intentaron descartarlo como Superstición pero yo sabía que mi abuelo no era el tipo de persona que hablaba a la ligera si él lo decía era porque creía firmemente en ello esa iglesia tenía más de 100 años y según mi abuelo no todos los que habían muerto en el pueblo encontraron descanso durante décadas velorios como el declara se habían
realizado ahí y no todos eran despedidos con oraciones sinceras algunos eran olvidados enterrados sin misa o incluso rechazados por la iglesia misma mi abuelo creía que esas almas se quedaban atrapadas Buscando Consuelo en un lugar que ya no podía dárselos después de su declaración al algunos familiares decidieron irse el miedo había superado su capacidad de soportar el luto yo quise irme también pero mi madre insistió en que nos quedáramos Hasta el amanecer Así que pasé el resto de la noche en silencio observando como las velas se consumían lentamente y sintiendo esa presencia invisible que parecía
llenar cada Rincón de la iglesia al amanecer el cuerpo de Clara fue llevado al cementerio mientras lo cargaban noté que varias de las flores alrededor del ataúd estaban marchitas a pesar de que habían sido colocadas frescas la noche anterior durante el entierro nadie mencionó lo que había ocurrido en la iglesia pero era evidente que todos lo recordaban nadie quería darle voz a lo que había pasado como si al hacerlo le dieran más poder regresé a casa con mi familia pero las noches siguientes fueron inquietantes cada vez que cerraba los ojos volvía a escuchar aquellas voces
risas y cantos que no parecían pertenecer a este mundo durante semanas mi abuelo encendió velas en casa y rezó por esas almas pidiendo que encontraran el descanso que tanto buscaban han pasado casi dos décadas desde aquella navidad pero la memoria de esa noche sigue tan vívida como si hubiera ocurrido ayer nunca he vuelto a entrar a esa iglesia ni siquiera al pueblo pero a veces en las noches más silenciosas creo escuchar de nuevo aquellos cantos flotando en el aire como un recuerdo que se niega a desvanecerse Y aunque intento no pensar demasiado en ello una
parte de mí sabe que esas almas siguen ahí esperando cantando llorando por algo que nunca podrán recuperar el pacto navideño Hay momentos en la vida que parecen sacados de una pesadilla esos que te persiguen incluso cuando el sol está en su punto más salto y la realidad parece segura la Navidad de 1991 fue uno de esos momentos para mi familia durante años he intentado olvidar lo que ocurrió pero Cuanto más lo intento más parece arraigarse en mi memoria como si aquello que experimentamos se alimentara de mi incapacidad para dejarlo atrás lo que voy a contar
No es solo una historia de miedo es un recordatorio de que algunas puertas no deben abrirse porque nunca sabes lo que puede cruzarlas mi primo Javier tenía 26 años cuando murió era joven ambicioso y con un hambre de éxito que lo distinguía de los demás siempre decía que no estaba hecho para la vida sencilla del pueblo que su destino era algo mucho más grande nunca me quedó claro en que trabajaba exactamente pero siempre tenía dinero en los bolsillos y nuevos contactos en la ciudad algunos lo admiraban otros lo criticaban pero para mí siempre fue el
primo mayor al que quería parecer Todo cambió en la víspera de Navidad Javier había salido con su mejor amigo Marco a la ciudad para celebrar no pasó mucho tiempo antes de que recibimos la llamada había tenido un accidente de auto en la carretera Cuando llegamos al lugar el coche estaba destrozado como si una fuerza invisible lo hubiera aplastado los paramédicos dijeron que Javier murió al instante pero lo que más me impactó fue que marco quien iba en el asiento del copiloto salió ileso sin un solo rasguño el velorio se llevó a cabo en el salón
comunitario del pueblo era un lugar Modesto con paredes blancas y bancos de madera el ataúd de Javier estaba en el centro rodeado de flores y velas la familia estaba destrozada especialmente mi tía que no dejaba de llorar mientras acariciaba la madera del féretro el ambiente era pesado como si algo más que la tristeza se hubiera instalado en las sala esa noche mientras la mayoría de los presentes murmuraban oraciones y trataban de consolar a mi tía Noté que Marco estaba sentado solo en una esquina su rostro estaba pálido sus manos temblaban y parecía que quería decir
algo pero no se atrevía después de un rato alguien de la familia se le acercó y fue Entonces cuando todo comenzó a desmoronarse Marco con la voz quebrada confesó que él y Javier habían hecho un pacto con una secta para obtener riqueza dijo que unos meses antes habían asistido a una reunión secreta en la ciudad donde les prometieron éxito y dinero a cambio de algo que no quiso especificar según él todo había empezado a cambiar después de eso Javier consiguió nuevos contactos mejores trabajos y dinero que parecía aparecer de la nada pero también dijo que
en las últimas semanas Javier había estado paranoico convencido de que alguien lo seguía la confesión de Marco cayó como una bomba en la sala algunos lo acusaron de mentido otros dijeron que estaba inventando todo por el trauma pero lo que realmente me inquietó fue como mi tía reaccionó no lo negó ni lo enfrentó simplemente miró fijamente el ataúd de Javier como si hubiera sospechado algo desde antes esa noche mientras algunos se quedaban rezando y otros trataban de descansar en las bancas del salón ocurrió lo más extraño ser cca de la medianoche alguien notó que las
velas alrededor del ataúd comenzaban a parpadear no le dimos mucha importancia al principio pensando que era una corriente de aire Pero entonces la puerta principal del salón que habíamos cerrado para evitar que el frío entrara comenzó a crujir como si alguien intentara abrirla todos miramos hacia la puerta pero no había nadie Algunos de los hombres se acercaron para verificar pero la puerta seguía cerrada con llave Fue entonces cuando lo vimos frente a la puerta del lado de afuera había una figura encapuchada su silueta se recortaba contra la luz de la calle inmóvil como si estuviera
observándonos no era un vecino eso era seguro su presencia era inquietante algo en la forma en que permanecía allí sin moverse hacía que se sintiera como una amenaza uno de los hombres se acercó a la puerta dispuesto a enfrentarlo pero per antes de que pudiera tocar el picaporte la figura dio un paso hacia delante y desapareció no corrió no se desvaneció lentamente simplemente dejó de estar ahí como si nunca hubiera existido nadie dijo nada el silencio en la sala era tan profundo que podías escuchar el crepitar de las velas algunos quisieron Llamar a la policía
pero mi tía con una voz firme que no había usado en todo el velorio dijo que no era necesario esto es por lo que hizo dijo mirando el ataúd esa noche nadie durmió nos quedamos en el salón esperando que algo más ocurriera pero todo permaneció tranquilo hasta el amanecer sin embargo lo que siguió después de ese Velorio fue mucho peor Poco después del entierro de Javier la familia comenzó a experimentar cosas que no tenían explicación el primero fue marco una semana después del funeral lo encontraron muerto en su casa dicen que fue un suicidio pero
las circunstancias fueron extrañas la puerta estaba cerrada con llave desde adentro y en las paredes de su cuarto había marcas como si alguien hubiera intentado salir desesperadamente en su escritorio encontraron un dibujo hecho con lápiz un círculo lleno de símbolos que nadie entendió después de eso las desgracias comenzaron a acumularse mi tía enfermó repentinamente de algo que los médicos no podían diagnosticar perdió el cabello su piel se volvió pálida y constantemente decía que veía a Javier en la casa mirándola desde las esquinas dos de mis primos tuvieron accidentes inexplicables uno en la carretera y otro
en su propia casa cuando una Viga del techo cayó directamente sobre él mi abuelo que nunca había creído en nada fuera de lo normal empezó a hablar de una deuda que nadie había pagado con el tiempo la familia se fue fragmentando algunos se mudaron del pueblo otros simplemente se alejaron como si la presencia de la familia de Javier los pusiera en peligro Yo también intenté seguir adelante pero cada vez que regreso al pueblo no puedo evitar sentir que algo me observa la casa de mi tía está vacía ahora después de su muerte nadie quiso vivir
ahí dicen que por las noches se ven luces en las ventanas aunque no haya electricidad en el lugar han pasado más de 30 años desde aquella navidad pero el miedo no se ha ido a veces cuando me despierto en medio de la noche pienso en la figura encapuchada frente al salón en los ojos de marco cuando confesó El pacto y en el rostro tranquilo de Javier dentro del ataúd como si supiera que todo esto iba a pasar Hay cosas que nunca entenderemos pero si algo aprendí de aquella experiencia es que hay caminos que no deben
recorrerse no importa cuán tentadores parezcan porque tarde o temprano todo pacto tiene un precio el perfume de las Flores muertas era la Navidad de 1976 en Guadalajara nunca olvidaré aquel día porque marcó el inicio de algo que me persiguió por años estábamos en el funeral de Carlos un viejo amigo de mi padre alguien a quien yo apenas conocía pero muerte repentina había conmocionado a todos la iglesia estaba decorada con una opulencia que contrastaba con el ambiente lúgubre flores blancas rosadas y amarillas en cada Rincón formando arco sobre el ataúd cerrado sin embargo el aire estaba
cargado de un aroma que no tenía nada que ver con el dulce perfume de las Flores era un olor nauseabundo pesado como si algo se estuviera pudriendo en las entrañas mismas de la Tierra al principio Y pensé que me lo imaginaba pero al mirar a los demás vi las mismas caras de desconcierto nadie decía nada como si el olor fuera un tabú que no se podía romper en un lugar sagrado fue el Padre Ignacio el sacerdote a cargo del servicio quien finalmente habló después de la misa el alma de los muertos que no encuentran descanso
a veces se manifiesta así dijo sin mirar a nadie en particular pero con un tono lo suficientemente firme como para que nadie dudara de sus palabras recemos para que encuentre la paz y aunque su voz era calmada sus palabras me dejaron una inquietud que no podía sacudir desde entonces el olor de las Flores Dejó de ser algo inofensivo para mí los días siguientes a ese funeral se sintieron pesados como si algo invisible nos estuviera siguiendo mi madre que siempre había sido una mujer práctica y sin supersticiones insistía en que habíamos estado demasiado tiempo en un
ambiente cargado de iones fuertes y que eso podía afectarnos pero yo sabía que había algo más la noche después del funeral mientras caminaba hacia la cocina vi una sombra que no debía estar ahí fue solo un instante apenas perceptible en el reflejo de la ventana pero mi corazón se detuvo por un momento sin embargo Me obligué a no pensar más en eso el verdadero terror comenzó semanas después cuando empezaron a llegar flores a nuestra casa al principio no era algo raro Carlos había sido muy querido por muchas personas y era común que quisieran Mostrar respeto
enviando arreglos florales a la familia de sus amigos pero estas flores eran diferentes siempre llegaban de noche y nunca traían una tarjeta aparecían en el porche en la sala Incluso en la ventana de mi cuarto una vez y ese maldito olor el mismo olor a descomposición que había sentido en la igia acompañaba cada ramo intenté ignorarlo pero no era fácil una noche bajé decidido a tirar el ramo que había aparecido en la sala al acercarme me di cuenta de que las flores Estaban marchitas Aunque hacía solo horas que alguien las había dejado sus pétalos caían
al suelo resecos y las hojas estaban negras como Si estuvieran quemadas por dentro el olor era tan fuerte que tuve que cubrirme la nariz al final las arrojé al basurero de la calle esperando que ese fuera el fin del asunto no lo fue al día siguiente mi madre encontró un nuevo ramo en el mismo lugar esta vez Las Flores no estaban marchitas pero su perfume me provocó náuseas inmediatas Había algo en su fragancia que se sentía antinatural como si no perteneciera a este mundo mi madre que no parecía notar nada extraño las colocó en un
jarrón en la la mesa del comedor esa noche no dormí sentí una presencia algo que no podía ver pero que sabía que estaba ahí observando los días que siguieron se convirtieron en una pesadilla silenciosa el ramo en el comedor comenzó a marchitarse con una velocidad imposible los pétalos caían uno a uno como si el tiempo estuviera acelerado para ellas pero cada vez que alguien intentaba quitarlas un nuevo ramo aparecía en empecé a evitar la casa tanto como podía quedándome hasta tarde en la biblioteca o dando vueltas sin rumbo por la ciudad pero el holor me
perseguía impregnando en mi ropa y mi piel el 24 de diciembre mientras toda la ciudad se preparaba para las fiestas algo cambió estaba solo en casa sentado en el sillón frente al televisor apagado intentando no pensar en nada de repente el olor volvió más fuerte que nunca como si se derramara sobre mí me levanté sintiendo que el aire se volvía irrespirable Caminé hacia la sala y ahí estaba el ramo Este era distinto flores negras completamente negras con tallos largos y retorcidos El jarrón que la sostenía parecía Estar cubierto de pequeñas grietas como si estuviera a
punto de romperse no sé por qué pero no pude resistir el impulso de tocar una de las Flores apenas rozó mis dedos cuando se sentí un dolor punzante como si una aguja se clavara en mi piel me miré la mano y vi una pequeña herida de donde brotaba sangre me quedé paralizado mientras el ramo comenzaba a marchitarse frente a mis ojos las flores se doblaron los pétalos cayeron en cámara lenta y El jarrón se hizo añicos con un sonido seco pero lo peor fue lo que quedó en el suelo un nombre escrito con pétalos rojos
Carlos después de ese día me mudé con un primo A las afueras de la ciudad convencido de que dejar la casa era mi única opción durante años evit hablar de lo que había sucedido nunca le conté a nadie sobre las flores ni sobre el nombre que vi en el suelo pero cada Navidad el olor regresa no importa donde esté siempre aparece un ramo de flores negras y con ellas la certeza de que algo no está listo para dejarme ir si te gustaron los relatos Nos gustaría que nos apoyar con un like o un comentario ya
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