[Música] cuando acepté el puesto de vigilante nocturno en la escuela primaria Benito Franco ubicada en las afueras de Santiago Nuevo León No imaginaba que mi vida cambiaría para siempre me llamo Valentín y tengo 59 años antes había trabajado como Guardia en una fábrica de textiles pero la oferta de la escuela llegó cuando estaba pasando por una mala racha económica Así que no pude rechazarla pensé que sería un empleo tranquilo vigilar un lugar que al menos en apariencia Lucía inofensivo nunca sospeché lo que me aguardaba entre esas paredes mi rutina comenzó en pleno invierno cuando las
noches se volvían heladas y teníamos la autorización de refugiarnos en algunos salones y la temperatura bajaba demasiado recuerdo la primera vez que entré por el portón principal con mi termo de café caliente y la linterna en el cinturón Todo estaba oscuro y silencioso ni siquiera se escuchaba el canto de Los Grillos el viento soplaba entre los árboles del patio y las sombras que proyectaban las ramas parecían figuras humanas alargadas como si el lugar me diera una extraña bienvenida el primer par de rondas transcurrió sin incidentes O al menos eso creí revisaba los pasillos los salones
de la planta baja y el único corredor que llevaba a los salones de arriba la escuela era vieja con paredes gruesas que guardaban historias antiguas me di cuenta de que había sectores sin luz y me tocaba iluminarlos con mi linterna para asegurarme de que no hubiera nadie me rodeando a eso de las 11 de la noche el frío me caló los huesos Así que decidí quedarme en un aula del primer piso era pequeña y tenía los pupitres ordenados en filas me senté crucé los brazos sobre la mesa del maestro y sin querer empecé a quedarme
dormido me distrajo un ruido en el pasillo superior parecía el arrastre de un mueble o de un banco contra el piso ese rechinido tan característico que despierta todas las alertas sentí un escalofrío en la columna no podía ser un vagabundo porque era difícil que alguien hubiera entrado sin que yo lo notara sin embargo me levanté despacio apreté la linterna en mi mano y salí del aula cada paso que daba me parecía más pesado como si algo en el ambiente me advirtiera que no debía subir al llegar a las escaleras y poner un pie en el
primer escalón escuché otro golpe esta vez más corto como si hubieran azotado algo contra el piso el corazón Me martillo el pecho continué ascendiendo hasta llegar al pasillo todos los salones estaban cerrados excepto uno al fondo cuya puerta estaba entornada lo había revisado un par de horas antes y estaba normal a la asomarme Noté que las luces estaban apagadas pero la poca Claridad de la luna que se filtraba por las ventanas me permitió ver uno de los pupitres colocado junto al escritorio del maestro algo que definitivamente no estaba así en mi ronda anterior entré despacio
encendí la luz y comprobé que no hubiera nadie acomodé el pupitre en su lugar original y me quedé de pie en silencio esperando Escuchar algún ruido más que delatara la presencia de un intruso nada ni un susuro solo un aire helado que se colaba por las viejas ventanas apagué la luz del salón y salí antes de cerrar la puerta tuve la extraña sensación de que alguien me miraba un cosquilleo me recorrió el cuello y entonces giré la vista hacia la ventana exterior me pareció ver la silueta de una mujer de cabello corto pálida y casi
inmóvil que me observaba desde el pasillo Mi corazón se detuvo un instante sentí que la sangre abandonaba mi rostro pero no tuve el valor de moverme al parpadear la figura se desvaneció regresé tan rápido como pude al salón de abajo cerré la puerta y me senté temblando mis manos estaban sudorosas y el café en mi termo Se me antojaba inútil para calmar el miedo que me invadía intenté rezar O al menos recordé las oraciones que mi madre me había enseñado cuando era niño pero no podía concentrarme en nada que no fuera esa imagen espectral el
frío se intensificó O tal vez yo lo sentía más por los nervios pasaron varios minutos sin que escuchara nada respiré hondo y me convencí de que mi trabajo era vigilar y proteger el lugar me levanté y me asomé al pasillo decidido a buscar alguna explicación lógica a demostrarme que el cansancio me había jugado una mala pasada no encontré nada normal así que me sentí un poco mejor y regresé al aula Donde me estaba quedando apenas me acomodé en la silla el silencio de la noche se rompió de nuevo otro estruendo sonaba como si hubieran azotado
un puñado de pupitres contra el piso golpes secos y contundentes esta vez me armé de valor y corrí escaleras arriba con la linterna encendida y el corazón en la garganta el mismo salón del fondo estaba con la puerta abierta Entré y encendí la luz y lo que vi me dejó helado todos los pupitres estaban volcados no solo uno o dos sino cada fila como si alguien hubiera caminado uno por uno para tirarlos y dejar un caos absoluto me quité la gorra y me frot la frente incapaz de comprender cómo era posible tanto desorden En tan
poco tiempo el salón olía a humedad antigua a un perfume rancio que me revolvió el estómago acomodé los pupitres con prisa tratando de mantener la mente ocupada mi respiración era agitada casi hiperventila cada vez que recordaba la figura pálida que había vislumbrado apagué la luz y quise cerrar la puerta pero al hacerlo sentí un murmullo leve a mi espalda me giré y pude ver con horror a la misma mujer sentada en la esquina cerca del escritorio tenía el rostro borroso casi translúcido y un vestido negro de botones cerrados hasta la barbilla no hablaba ni se
movía solo me observaba como si me juzgara por interrumpir su dominio di Un paso atrás y salí corriendo sin pensarlo el pasillo se me hizo interminable mientras bajaba cada escalón a trompicones con la linterna bailando en mi mano volví al aula de la planta baja y cerré con llave arrastrando un pupitre para bloquear la entrada desde dentro me temblaba todo el cuerpo y sentía la frente empapada de sudor frío por un segundo deseé renunciar de inmediato salir de la escuela y no volver jamás pero necesitaba el trabajo ad por la necesidad me quedé ahí rezando
y escuchando mi respiración agitada afuera el viento silbaba con fuerza de pronto oí pasos arriba como si alguien anduviera con zapatos de tacón en medio de la noche pensé que la mujer vendría por mí que cruzaría las paredes o haría algo imposible de explicar mis manos se aferraron al pupitre que bloqueaba la puerta esperando que no se abriera escuché entonces que esos pasos empezaban a descender por las escaleras era la secuencia de un taconeo firme uno que resonaba en mi cabeza al compás de mis latidos cuando noté que la sombra pasaba frente a la ventana
del aula donde me resguardaba cerré los ojos y contuve la respiración sentí que algo se detenía enfrente como si clavara la mirada en la puerta incluso sin verla supe que estaba ahí esperando que yo abriera sin embargo tras lo que pareció una eternidad la presencia se alejó abrí mis ojos y por la rendija inferior vi una sombra moviéndose lentamente hasta que se desvaneció esperé a que amaneciera fueron horas interminables en las que no cerré los ojos ni por un segundo Apenas salió el primer rayo de sol me atreví a salir y Caminé hacia la bodega
de limpieza donde guardaba mis cosas uno de los maestros que llegó temprano me vio tan pálido que preguntó si me sentía mal sin entrar en detalles le dije que había tenido una noche espantosa pero que no quería perder el empleo el maestro Me observó con un gesto extraño y luego en voz baja me habló de la historia que muchos preferían no contar la de una maestra que hacía décadas impartió clases en ese mismo edificio cuando todavía estaba en construcción decían que tenía una personalidad demasiado estricta y que en esos años el castigo físico era permitido
según los rumores ella se ensaña con los alumnos que no seguían sus órdenes disfrutaba castigarlos con reglazos y los dejaba horas de rodillas sobre granos de maíz muchos papás se quejaron pero en aquel tiempo nadie hizo nada realmente efectivo para detenerla finalmente un día un pequeño grupo de estudiantes Atos de sus abusos planeó asustarla de tal forma que se viera forzada a dejar la escuela usaron una serpiente de campo que uno de los chicos había Atrapado la idea era soltar cerca del escritorio justo cuando la maestra entrara cuando sucedió ella se asustó tanto que retrocedió
con violencia y tropezó cayó por las escaleras y se golpeó la cabeza contra los escalones muriendo ahí mismo ante la mirada de los alumnos que jamás pudieron olvidar esa escena desde entonces dijo el maestro algunos trabajadores habían presenciado sucesos inexplicables pasos a medianoche puertas que se cerraban solas el arrastre de bancas y lo más inquietante la silueta de una mujer con vestido negro vagando por los pasillos él me aseguró que aunque aterradora aquella aparición nunca había herido a nadie como si solo quisiera recordarles a todos que seguía presente atada a su Furia y a su
tragedia personal confesó que varios veladores anteriores renunciaron tras ver cosas similares pero que otros se habían acostumbrado con el tiempo asentí sin saber si creer del todo en esa historia o convencerme de que quizá estaba en medio de una alucinación causada por el frío y el cansancio no obstante las marcas en el salón de arriba Los pupitres volcados y la imagen de esa mujer clavada en mi memoria dejaban Claro que aquello no era mi imaginación Aunque deseaba huir necesitaba urgentemente ese sueldo decidí quedarme y mantener la cordura a como diera lugar la siguientes noches fueron
igual de tensas escuchaba los mismos ruidos en las escaleras a ve es un golpe lejano en la planta alta o incluso percibía un perfume rancio que me helaba la sangre procuraba hacer mi ronda lo más rápido posible y luego encerrarme en el salón de abajo tratando de ignorar cualquier movimiento extraño algunas madrugadas lograba dormir unos minutos Pero despertaba siempre con un sobresalto jurando haber oído sus pasos en el pasillo con los días aprendí a repetir oraciones en mi cabeza para tranquilizarme y de algún modo el terror se fue volviendo menos insoportable cada mañana cuando llegaban
los maestros y los niños yo sentía un alivio inmenso al ver la luz del sol me quedaba unos minutos más entregando el parte de Novedades a la directora y luego me iba a casa a dormir Aunque mi cabeza daba vueltas con pesadillas en las que veía a esa mujer de rostro pálido acechándome aún así no renuncié sabía que en cualquier otro trabajo nocturno podía encontrarme con ladrones o delincuentes pero aquí me enfrentaba a algo que escapaba de toda lógica era un miedo más profundo el que te roba el sueño y te hace cuestionar la realidad
pasé varios años en esa escuela como vigilante con el tiempo dejé de ver a la mujer con tanta frecuencia pero en ocasiones de reojo creía distinguir su figura de pie al final del pasillo Para mi sorpresa esas veces ella no se movía ni me miraba solo parecía estar ahí como una estatua recordándome que no debía bajar la guardia los golpes de las bancas Se volvieron más esporádicos y cuando sucedían me acercaba con cuidado a ver si había intrusos siempre encontraba las aulas vacías y el olor tenue del mismo perfume rancio me esforzaba por actuar con
valentía Aunque por dentro sintiera esas punzadas de pánico que me acompañaron desde aquella primera noche hoy muchos años después ya estoy jubilado aún vivo en Santiago no me mudé de la ciudad porque aquí formé mi familia a veces cuando paso cerca de la escuela observo las paredes viejas y las canchas donde los niños juegan durante el día nadie se imagina lo que sucede en esas madrugadas gélidas cuando la oscuridad toma cada esquina y El silencio es tan profundo que cualquier crujido resuena con fuerza hay noches en las que sueño con esos pasillos con las bancas
arrastradas y con el sonido de los tacones en las escaleras me despierto agit como si los recuerdos aún me reclamaran una deuda pendiente quizá esa mujer sigue allí atrapada en su historia de rencor y tristeza encadenada a los lugares donde ejerció su crueldad y encontró su fatal desenlace sé que su sombra me acompañará hasta mi último día como una advertencia de que no todos los secretos del pasado pueden quedarse enterrados y que en algunos sitios la noche todavía guarda murmullos imposibles de ignorar en el fondo sigo sin poder dar una racional solo me limito a
contar Mi historia a quien quiera oírla con la esperanza de que comprendan lo que significa estar solo en un edificio donde los Ecos del ayer continúan reclamando presencia Por eso cada vez que me preguntan Cómo fue ser Guardia en esa escuela respondo Con sinceridad que no hay cosa más aterradora que una noche interminable en compañía de alguien que no está vivo aunque mis palabras suenen a fantasía o a Superstición Yo viví cada uno de esos sucesos en carne propia Y aunque logré conservar mi empleo y mi cordura jamás volví a sentirme Igual cuando cerraba los
ojos en la oscuridad porque sé que en algún Rincón de esas aulas la maestra de negro Sigue esperando el momento de volver a manifestarse y recordarnos que algunos espíritus no encuentran descanso vigilante de Muertos me llamo Isaías García y durante varios años Me dediqué a la vigilancia nocturna en un antiguo recinto forense A las afueras de la ciudad Aunque al principio el empleo no me parecía demasiado aterrador bastó una sola noche para cambiar por completo mi forma de Ver la muerte y comprender que hay cosas que van mucho más allá de lo que consideramos razonable
Quiero compartir esta experiencia con la esperanza de que sirva de advertencia a cualquiera que piense que los difuntos no pueden causarnos un miedo real comencé a trabajar en Aquel lugar Gracias a mi mejor amigo Mateo quien se encargaba de la limpieza de los pasillos y las salas de autopsias él Necesitaba a alguien de confianza que cubriera el turno de la noche en la garita principal pues El guardia anterior había renunciado de manera repentina al principio me pareció fácil la paga era buena las horas eran largas Pero solitarias y creía que mi única preocupación serían los
vivos que pretendieran entrar a robar instrumental médico o documentos confidencial nunca me pasó por la mente que habría algo más en esos pasillos fríos y silenciosos las primeras semanas transcurrieron con absoluta normalidad mi labor se limitaba a caminar por los alrededores revisar que las puertas estuvieran bien aseguradas vigilar que ningún intruso se colara por la entrada trasera y de cuando en cuando echar un vistazo a la zona de recepción por si algo ocurría en la noche dentro del edificio a esas horas solía quedarse algú un forense rezagado completando informes pero muchas veces yo ni siquiera
llegaba a cruzar palabra con ellos a veces durante mis rondas percibía un silencio tan denso que parecía que incluso mi propia respiración resonaba como un eco interminable una noche Recibí una llamada de uno de los médicos forenses el doctor Villa su voz sonaba preocupada me pidió que fuera a la recepción a buscar su teléfono me dijo que creía haberlo dejado sobre el mostrad antes de salir deprisa hacia su casa como ya era casi medianoche el edificio estaba muy oscuro y lo único que iluminaba el largo corredor de la entrada era la tenue luz de emergencia
con la linterna en mano crucé el primer pasillo hasta la recepción y efectivamente Ahí estaba el teléfono lo tomé y me dispuse a llevarlo a mi caseta para devolverle la llamada al doctor sin embargo antes de que pudiera retroceder un solo paso escuché un fue un sonido leve como un llamado apenas susurrado que provenía de la penumbra del pasillo de la izquierda Me quedé paralizado incapaz de creer lo que oía era mi nombre pronunciado como un aliento Isaías Isaías aterrado alcé la linterna y apunté hacia el fondo pero no vi nada el silencio volvió y
la piel se me erizó al sentir una corriente helada que me recorrió la nuca pensé que quizás algún trabajador se había quedado encerrado Así que pregunté con voz trémula si había alguien ahí nadie respondió la duda me invadió mi deber era revisar pero esa llamada tan Clara a mi nombre me había descolocado con el corazón la tiendo con fuerza y la radio sujeta a mi cinturón avancé unos pasos temiendo que pudiera tratarse de un intruso no creía en sucesos sobrenaturales pero la forma en que escuché mi nombre me estremecía mis pisadas resonaban en el pasillo
y elas de mi linterna se movía sobre las puertas cerradas de pronto noté algo extraño en la rendija de luz que se filtraba bajo la puerta de la sala de autopsias estaba encendida cuando en teoría debería permanecer apagada a esa hora recordé que el doctor Villa había dicho que él era el último en salir y que siempre dejaba todo en penumbra me pareció raro pero asumí que tal vez algún otro forense había olvidado apagar la luz me acerqué a esa gran puerta de metal y antes de tocarla distinguí claramente una sombra que cruzaba de un
lado a otro bajo el resquicio fue una silueta humana lenta como si paseara sin prisa el pánico me invadió porque yo tenía constancia de que todos los empleados habían firmado su salida era mi responsabilidad controlar sus horarios y esa noche nadie se había quedado me quedé inmóvil sopesando si abrir la puerta o regresar a mi caseta y Llamar refuerzos justo en ese momento mi radio crepito y me dio un susto Tremendo la pantalla marcaba la recepción era el doctor Villa quien seguía preocupado por su teléfono y preguntaba por qué no contestaba en la caseta le
dije que efectivamente había encontrado su celular y que algo extraño pasaba en la sala de autopsias donde se veían luces y Sombras me sugirió que llamara a la policía de inmediato porque las puertas de esa sala siempre quedaban bajo llave y esas llaves se resguardaban en un cajón con código de acceso juró que no había nadie más allí la llamada me puso aún más nervioso sin embargo un impulso inexplicable me hizo decidir que primero debía asomarme a ver quién se había metido colgué y me dirigí nuevamente hacia la puerta metálica cuando por fin reuní el
valor para empujarla noté algo todavía más inquietante la luz ya estaba apagada el corredor se había sumido en la penumbra casi podía oír mi propio pulso palpitando en los oídos aún así con la linterna en alto toqué suavemente la puerta y esta se movió con un rechinido sordo se suponía que debía estar cerrada con llave pero la encontré entreabierta mi mente buscaba explicaciones lógicas quizá un descuido quizás un error del doctor empujé con el pie y la puerta se dio revelando una sala amplia con varias camillas alineadas cada una cubierta con sábanas blancas que ocultaban
los cuerpos en espera de autopsia el ambiente era irrespirable un edor tenue mezclado con productos de limpieza y formón la sensación era tan sobrecogedora que sentí la necesidad de retroceder Pero sabía que no podía marcharme sin cerciorarme de que no hubiera nadie allí alumbrada Rincón descubriendo esquinas sombrías y aparatos metálicos que proyectaban sombras confusas en las paredes mientras revisaba con el rayo de luz reparé en que todas las camillas estaban ocupadas por cuerpos inertes Entonces algo hizo que mi linterna se desviara hacia la fila de la derecha uno de esos cuerpos cubierto por su sábana
estaba incorporado sentado con la cabeza inclinada como si me observara desde la penumbra Jamás había sentido un terror tan profundo mi pecho se contrajo con un escalofrío que pareció congelar mi sangre no simplemente retrocedí y en ese gesto torpe se me cayó la linterna el estruendo me sacudió los nervios me abalan hacia la puerta y salí a trompicones dejando la sala atrás de mí corrí por el pasillo sin mirar atrás hasta que vi la silueta de alguien entrando por la puerta principal era el doctor Villa que venía a recuperar su teléfono y comprobar lo que
ocurría el doctor notó de inmediato mi pánico le conté con palabras entrecortadas lo que había visto una sombra una figura humana él preguntó si yo había llamado a la policía y le dije que no me había dado tiempo me reprochó con calma que era demasiado imprudente entrar solo pero no me juzgó conocía de cerca las rarezas de ese lugar sin perder más tiempo corrió hacia la misma sala pero yo me quedé atrás sin deseos de ver nada más desde la entrada escuché como el doctor encendía la luz me armé de valor para alcanzarlo pues me
aterraba la idea de dejarlo solo Entré a la habitación esta vez con el a mi lado en ese momento la imagen Era completamente distinta todas las camillas permanecían en aparente orden con los cuerpos inertes bajo sus sábanas el doctor Villa me preguntó Cuál era el cuerpo que yo había visto sentado con la voz temblorosa señalé uno en concreto él apartó la sábana con cuidado mostrándome el rostro pálido de un hombre joven que presentaba marcas visibles de violencia me contó en voz baja que ese cuerpo había llegado recientemente que su muerte había sido atroz y que
desde entonces ocurrían sucesos inexplicables dijo que escuchaba pasos o murmullos cuando salía a buscar material a otra sala mi impresión fue tan grande que me sentí a punto de desfallecer en ese momento recordé que había marcado a la policía antes de volver a la sala Así que corrí hacia la entrada para recibirlos cuando llegaron Y les expliqué lo sucedido ellos con cara de incredulidad se dispusieron a revisar todo el edificio no encontraron a nadie más solo al doctor y a mí junto con los cadáveres que ya estaban ahí obviamente inertes los oficiales se marcharon y
el doctor me pidió discreción sobre lo ocurrido no quería rumores que alteraran a los empleados ni que manchar la reputación del lugar regresé a mi caseta tambaleándose de aquellos pasillos Había algo mucho más allá de lo que nuestra lógica acepta esa misma noche repasé las grabaciones de las cámaras me aferré a la idea de que al verlas descubriría algún intruso sin embargo no había nada Solo se me veía a mí entrando y saliendo con la linterna en mano y la sala de autopsias permanecía Aparentemente en silencio no había siluetas ni movimientos ni indicios de nadie
que estuviera caminando entre las camillas comprendí que no encontraría respuesta alguna en las cintas los días siguientes dormí muy poco cada vez que cerraba los ojos revivía la imagen de aquel cuerpo sentado sentía que en cualquier momento escucharía de nuevo mi nombre susurrado en el pasillo temía volver a pisar esa sala silenciosa donde los difuntos descansaban en espera de de que alguien descubriera la verdad de su partida algo se había quebrado en mi mente y ya no podía ver este empleo del mismo modo aún así continué trabajando unas cuantas noches más pensé que tal vez
había sido una especie de alucinación provocada por el estrés por el cansancio y por mi propia sugestión sin embargo no pasaron más de un par de turnos antes de que presenciara nuevos indicios de que no estaba solo una noche mientras caminaba por el vestíbulo sentí una Brisa gélida proveniente de la sala de espera me acerqué y el aire olía a descomposición algo imposible porque esa área no tenía contacto directo con la zona de autopsias recordé entonces las palabras del doctor Villa sobre los fenómenos que sucedían con los cuerpos de finales trágicos sin atreverme a investigar
más di media vuelta y me encerré en mi caseta el resto de la noche esa misma semana presenté mi renuncia aclaro que no lo hice porque me considerara cobarde sino porque comprendí que mi mente no resistiría más eventos inexplicables ya no podía dormir en paz y las pesadillas me asaltaban cada vez que intentaba descansar al entregar el informe de mi salida el jefe del departamento apenas me preguntó los motivos parecía que sospechaba la verdadera razón pues no era el primero en marcharse así desde entonces evito pasar cerca de ese lugar siento un escalofrío con solo
imaginar esos pasillos oscuros las camillas alineadas y la posibilidad de que en un rincón de la morgue un alma torturada siga buscando ayuda a veces por las noches despierto con la piel húmeda de sudor y creo Escuchar una voz en mi habitación repitiendo mi nombre con el mismo murmullo tenue de aquel pasillo enciendo la luz busco inútilmente a alguien escondido en las sombras y me doy cuenta de que es solo El eco de un recuerdo que probablemente me acompañará por siempre no estoy seguro de que esas presencias estén atrapadas allí pero sí creo que algunas
muertes tan violentas dejan huellas imposibles de borrar hoy no he logrado superar del todo lo que viví conservo en la memoria esa escena un cuerpo inerte que parecía romper la frontera entre la muerte y la vida llamándome en la penumbra algunos días cuando reflexiono sobre mi pasado me pregunto si esas almas o lo que quede de ellas buscan esperadamente una última oportunidad para comunicar su dolor no sé si alguna vez tendré respuestas claras pero si sé que los difuntos pueden causarnos pesadillas más reales de lo que jamás hubiera imaginado esa noche en la morgue cambió
mi visión del mundo dejó en mí la amarga certeza de que no siempre estamos preparados para enfrentarnos a lo desconocido nadie me advirtió que velar Cuerpo sin vida podía ser más aterrador que enfrentar a cualquier intruso de carne y hueso esa pequeña experiencia me dejó con un terror silencioso que todavía hoy al recordarlo me hace dudar de cada sombra que veo y de cada murmullo que escucho prefiero mantenerme alejado de esos pasillos fríos donde los muertos parecen hablar porque sé que por mucho que intente explicar lo sucedido nadie podrá darme una razón que apacigüe por
completo El horror que viví almas malditas comencé a trabajar como Guardia nocturno en una planta procesadora de azúcar cuando más lo necesitaba me habían despedido de varios empleos anteriores por constantes discusiones con mis jefes Reconozco que mis arranques de ira no ayudaban y en más de una ocasión las discusiones terminaban en golpes sin embargo necesitaba un ingreso estable y no podía darme el lujo de pelear demandas solo quería un lugar donde no me estara ni donde pudiera hacer mi trabajo sin problema fue mi prima quien se desempeñaba como jefa de contabilidad en esa planta la
que me tendió la mano habló con el director para que me contratara ella me dio una oportunidad cuando todos los demás preferían rechazarme aquel hombre tenía cierta simpatía por mi prima y por eso ni se molestó en entrevistarme en serio Solo cumplió con el protocolo revisó mi currículo por encima y me asignó el turno nocturno por primera vez sentí que no tendría roces con mi jefe y la paga era más que suficiente para mantener a mi familia los primeros días fueron bastante tranquilos me dedicaba a revisar cada tanto las áreas de producción los pasillos y
los depósitos donde almacenaban la materia prima no había demasiado ruido Más allá del zumbido de las máquinas en reposo y el ocasional silvido del viento al colarse por las enormes puertas metálicas mi única compañía era la radio la linterna y las cámaras de vigilancia cuyas pantallas controlaba un compañero a quien llamaré Manuel me llevaba bien con él solíamos bromear en los descansos y a veces me recomendaba sitios seguros para tomar una pequeña siesta sin que nadie se diera cuenta Parecía un empleo ideal sin presiones y con un horario que se ajustaba a lo que necesitaba
sin embargo me di cuenta de que había un clima tenso que no tenía que ver con mi historia personal ni con la planta en sí era algo más profundo algo casi imperceptible a pesar de que no soy supersticioso poco a poco empecé a sentir un aire Pesado en las instalaciones algunas noches sentía un escalofrío sin razón aparente otras creía ver sombras moviéndose por las esquinas Aunque luego encendía la linterna y no encontraba nada mi cabeza me decía que era el cansancio y la sugestión Así que lo dejé pasar cierta noche mientras hacía mi habitual recorrido
crucé el largo pasillo que conectaba con la zona de empaquetado todas las luces estaban apagadas salvo por un tenue foco de emergencia me detuve a escuchar un sonido leve como pasos muy livianos que resonaban sobre las losas no había nadie más que yo o al menos eso creía llamé por radio a Manuel para preguntarle si veía algo raro en las cámaras me dijo que todo estaba normal que no captaba ningún movimiento aparte del mío aún así los pasos No cesaban desenfunde mi linterna y apunté hacia el fondo del pasillo en ese momento vi la silueta
de un niño pequeño era apenas una figura flaca Con ropa desgastada y mirada fija no dije nada no me atreví a pronunciar palabra levanté la radio para describirle a Manuel lo que veía y é insistió en que la pantalla estaba vacía que no había nadie allí me armé de valor y avancé unos metros la silueta no retrocedía me observaba con una intensidad que helaba la sangre cuando estuve a unos pasos se perdió entre la penumbra como si se hubiera fundido con las sombras busqué por todo el pasillo abrí puertas y hasta revisé debajo de las
bandas transportadoras sin encontrar a nadie regresé al cuarto de cámaras con el corazón latiendo con fuerza revisamos la grabación y no se veía nada extraño solo aparecía yo recorriendo el lugar murmurando cosas ininteligibles al aire como si hubiera enloquecido por un tiempo no dije nada a mis jefes para no quedar como un loco creí que tal vez los nervios o el cansancio me estaban pasando factura sin embargo Manuel pareció notar mi preocupación y me confesó algo que me revolvió el estómago me dijo que según varios excompañeros cada Guardia nocturno anterior a mí había experimentado sucesos
similares algunos afirmaban Ver gente que no salía en los videos mientras otros reportaban objetos que se movían sin que existiera explicación lo peor fue enterarme de que en el pasado esos guardias acabaron muertos por su propia mano se rumoreaba que el dueño de la planta ordenaba encubrir todo borrando las grabaciones que pudieran incriminar losos o despertar sospechas en el sindicato o las autoridades Manuel dijo que no tenía pruebas contundentes para Mostrarme pero me enseñó fragmentos de video donde los anteriores guardias lucían erráticos a veces hablando solos otras quedándose quietos largo rato frente a rincones oscuros
entre esos registros también se notaba que ciertos días simplemente faltaban en la cronología y eran precisamente los días en que habían ocurrido las muertes al principio Pensé que eran habladurías que acaso me lo decía para asustarme o para poner a prueba mi champo pero algo en su mirada me convenció de que no mentía lo notaba nervioso preocupado Como quien guarda un secreto peligroso aún así lo atribuía sucesos aislados y me resigné a continuar con mi rutina puesto que necesitaba el empleo y no podía darme el lujo de renunciar tenía una familia que dependía de mi
sueldo y no había otra oferta laboral esperándome si me iba No sabría cuándo volvería a ver un cheque decidí callar y apegarme a las rondas con disciplina me repetía que no me pas ía nada que esos sucesos eran simples leyendas agrandadas por el miedo colectivo pasaron semanas empecé a notar que mi salud mental se deterioraba de día Apenas dormía y por la noche me sentía aturdido la planta silenciosa y casi fúnebre se convertía en una especie de Laberinto lleno de amenazas invisibles comencé a experimentar lo que yo creía eran alucinaciones en ciertos pasillos veía a
la misma figura infantil a veces acompañada por algo que se desplazaba por las paredes con una velocidad antinatural intentaba ignorarlo pero cada aparición me dejaba temblando Una madrugada se escuchó un golpe en la sección de máquinas compactadoras corrí hasta allá pensando que tal vez un intruso había forzado la entrada al alumbrar con la linterna me topé con un anciano flaco encorvado con los ojos hundidos y un rictus de ira estaba parado en en medio de la oscuridad mirando fijamente un ventanal roto sentí comoo se me erizaba la piel cuando se giró hacia mí y con
un gesto me indicó que me acercara no supe si era una aparición o un vagabundo que había logrado entrar pero algo en su presencia me puso los pelos de punta no había rastro de vida en su rostro no pronuncié palabra no pude di un paso él me observó como si supiera todos mis secretos Entonces escuché su voz temblorosa resonar en mi cabeza más que en mis oídos me preguntó si estaba dispuesto a seguir en ese lugar hasta enloquecer o si prefería una salida más rápida lo miré sin saber qué responder mi mente estaba nublada el
sudor me corría por la frente y por la espalda en mi silencio él se aproximó lentamente casi flotando me dijo que me libraría de la peor parte del tormento si cumplía un encargo su voz no era un susurro era más bien un eco que resonaba por todas las paredes salí de ahí dando tumbos sin saber que era real y que no a la mañana siguiente me topé con Manuel antes de irme a casa y le conté lo ocurrido él me miró con un pánico que jamás le había visto afirmó que varios guardias antes de morir
hablaban de un anciano que les ofrecía un pacto similar era como un patrón repetitivo que anunciaba el final una advertencia siniestra me quedé mudo temiendo volver la siguiente noche pero mi familia me necesitaba y no tenía A dónde más ir por eso regresé a las instalaciones con la determinación de resistir hasta encontrar otra oferta me dije que si aguantaba un par de meses quizá mi prima Podría ayudarme a conseguir otro puesto en un sitio menos turbio no quería creer en fantasmas ni maldiciones Aunque mi mente ya estaba muy golpeada esa última noche que trabajé fue
la larga de mi vida sentía que algo me observaba cada vez que daba la espalda oía lamentos lejanos y crujidos que no se podían atribuir solo a la estructura metálica de la planta mi corazón palpitaba con fuerza no podía concentrarme Y de nuevo vi aquella figura el anciano con su rostro cadavérico esperándome a un costado de la línea de empaquetado esta vez me preguntó sin abrir la boca si estaba listo para evitar mi propia desgracia Supe que me pedía algo así que corrí sin mirar atrás mis manos temblaban tanto que era difícil sostener la linterna
cada paso que daba resonaba como una amenaza y en mi mente solo pensaba que yo sería el siguiente que terminaría Colgando de alguna Viga tal y como había ocurrido con los anteriores guardias no podía permitirlo de pronto recordé las palabras del anciano y las comparé con las confesiones de Manuel era posible que mi única salida fuera obedecer entre la neblina de pánico y agotamiento acepté la idea me acerqué a la zona donde se guardaban ciertos implementos para mantenimiento y tomé lo que supuse que el anciano deseaba una cuerda resistente y un pequeño banco de madera
busqué una parte del almacén que las cámaras no cubrieran un rincón olvidado con cajas apiladas y allí dejé todo me sentía un cobarde alguien que cedía a las exigencias de una pesadilla que me superaba no terminar muerto pero tampoco quería creer que estaba realmente entregando esos objetos para que la tragedia continuara mi cabeza no razonaba con claridad mi único anhelo era huir con vida de esa planta renuncié al día siguiente ni siquiera me molesté en hablar con el director informé a mi prima que no podía seguir aleg problemas de Salud Mental y que prefería no
profundizar ella me comprendió aunque le dolió no poder ayudarme más me quedé en casa Buscando empleo en otras empresas enviando mi hoja de vida a cada oferta que encontraba pensé que eso sería el final de mi relación con esa siniestra planta de azúcar y todas sus sombras dos días después recibí un mensaje de Manuel quedamos de vernos en un café lejos de la planta me mostró en su celular un video escalofriante era el nuevo Guardia el que me había reemplazado aparecía en una zona oscura similar A donde yo había dejado la cuerda y el banco
sin Mostrar su rostro se quitó la vida de la manera más atroz Manuel me confesó que el dueño le había ordenado eliminar esa evidencia de los servidores como siempre él sin embargo guardó una copia para que yo supiera lo que había provocado con mi cobardía sentí un nudo en la garganta la misma sensación de terror que experimentaba en esas rondas malditas Por un instante pensé que ese hombre víctima de su propia desesperación había sido puesto en mi lugar para perpetuar el ciclo me partió el alma reconocer que hice justo lo que el anciano me había
pedido Y al hacerlo quizá evit mi muerte pero firmé la de alguien más desde entonces no duermo bien vivo con la culpa de no haber advertido al Pobre hombre de no haber destruido la cuerda y el banco en lugar de dejarlos allí tal vez todo habría terminado si hubiese elegido enfrentar a ese espectro o renunciar a antes de tener aquella visión pero el miedo y mi necesidad de seguir vivo me empujaron a colaborar con una fuerza que no alcanzo a comprender aún hoy años después escucho pasos en los rincones de mi casa A veces creo
ver al anciano observándome desde el jardín me pregunto si un día vendrá por mí a cobrar la deuda rezo para que no pase sin embargo la certeza de que un poder oscuro se alimenta de nuestra debilidad me atormenta más que la amenaza de la muerte misma vivir con el recuerdo de esa noche es un castigo que no se borra he intentado buscar ayuda espiritual pero nada me quita esta sombra sé que he sido partícipe de un horror que va más allá de lo humano y cada vez que cierro los ojos en la oscuridad siento que
él Espera el momento preciso para arrastrarme a ese mismo destino del que escapé cobardemente ahora comprendo que a veces el peor infierno no es morir sino seguir viviendo con el p de nuestras acciones no sé cuánto tiempo lograré cargar con esta culpa Ni si algún día esa presencia dejará de acechar me solo rezo si es que aún sirve de algo para que las almas que se perdieron allí tengan un descanso que yo mismo tal vez jamás alcanzaré porque cada paso que doy en la penumbra de mis propios miedos me recuerda que esa planta sigue en
pie esperando a su próximo vigilante aquel que sin saberlo heredará un destino marcado por la sangre y la oscuridad y yo en mi silencio soy cómplice de esa maldición La sonrisa hueca prefiero guardar mi nombre en secreto igual que los detalles específicos del lugar donde todo ocurrió firmé papeles que me prohibían revelar lo que pasé pero siento un nudo en la garganta al callar Aunque me consume el miedo posibles percusiones debo sacar este relato de mi cabeza o de lo contrario jamás volveré a dormir tranquilo No fue hace mucho llegué a Estados Unidos en busca
de una oportunidad y conseguí trabajo como guardia de seguridad nocturno en un sitio que a primera vista parecía perfectamente normal resultó ser cualquier cosa menos eso llegué muy joven al país ilusionado con labr arme un futuro Digno y enviar dinero a mi familia no tenía demasiadas opciones y cuando me ofrecieron un puesto de vigilancia nocturna en un Modesto recinto comercial acepté sin pensarlo el salario era bueno y mi supervisora me aseguró que el turno de la noche estaba prácticamente desierto lo único que necesitas es hacer rondas y vigilar las cámaras me explicó mientras me entregaba
un manual de procedimiento bastante breve me llamó la atención el énfasis en firmar un contrato que incluía cláusulas de confidencialidad pero en ese momento lo ignoré me urgía el empleo y aquello Me pareció solo un trámite burocrático más pasé el día recibiendo instrucciones me asignaron un pequeño cuarto con monitores que mostraban todos los pasillos y tiendas de aquel sitio se componía de dos niveles con boutiques variadas un área de comida un cine pequeño y al fondo unas escaleras angostas que llevaban a un segundo piso con más locales tras concluir la capacitación decidí tomar algo de
comer y sentarme me a esperar a que dieran las 11 de la noche hora oficial en la que las puertas se cerraban al público y comenzaba mi turno mientras masticaba un bocadillo comprado en la máquina expendedora un hombre mayor de unos 60 años se acercó a limpiar las mesas tenía acento centroamericano Y quizá al notar mi origen latino quiso entablar conversación su actitud era bastante amable casi paternal no habló mucho de sí mismo pero dejó Claro que llevaba tiempo trabajando en labores de limpieza me preguntó si realmente estaba preparado para vigilar de noche no hubo
mucho diálogo pero si me insinuó que no todos aguantaban me extrañó su tono le asegurémonos extrañas en una de las tiendas de ropa contó que otros guardias habían renunciado a la primera semana ver cosas que nadie se atrevía a explicar dijo que prefería no asustarme pero que tuviera cuidado luego con un encogimiento de hombros siguió con su tarea aquellas advertencias quedaron flotando en mi mente Aunque al principio no les di demasiada relevancia a las 11 en punto inicié oficialmente una empleada del turno diurno me deseó suerte mientras se marchaba todo quedó en silencio hice un
recorrido rápido por por el primer piso asegurándome de que no quedara nadie rezagado en pocos minutos me hallaba ante los monitores de seguridad contemplando pasillos desiertos y tiendas apagadas me sentía algo inquieto el silencio Se me hacía más denso de lo que hubiese imaginado sin embargo me repetía que no debía dejarme sugestionar por rumores por un rato nada perturbó la calma solo el zumbido de las cámaras un ligero parpadeo de las luces de emergencia y mis pensamientos ocupados en recordar las palabras de aquel hombre cuando el reloj marcó la 1 de la madrugada noté un
movimiento extraño en la pantalla que correspondía al segundo piso ajusté el zoom para confirmar pero la imagen se veía borrosa parecía que algo se había movido entre los escaparates de la tienda de moda que quedaba al fondo sentí un ligero escalofrío pero me armé de valor y tomé mi linterna para investigar subí con pasos firmes Aunque por dentro iba tenso al llegar a la tienda vi los maniquíes tras el cristal eran piezas sumamente realistas con rasgos faciales y detalles que hacían que cualquiera en un descuido los confundiera con personas auténticas pese a la tenue iluminación
comprobé que las puertas estaban cerradas la alarma encendida y nada parecía alterado uno de los maniquíes ataviado con un abrigo elegante Me resultó especialmente perturbador su mirada de plástico me seguía a donde me moviera pero me dije a mí mismo que solo estaba nervioso y que la falta de luz producía ilusiones ópticas bajé la mirada me di la vuelta y regresé a mi puesto poco después me tocaba la primera ronda formal bajé hasta la planta principal revisando cada local todo parecía en orden pero al subir de nuevo escuché algo que me erizó la piel risas
apagadas como si proviniera de un lugar remoto no eran risas comunes Tenían un timbre casi mecánico como si algo intentara imitar la voz humana sin lograrlo del todo me detuve a escuchar los ojos fijos en las tiendas vacías tal vez venía de la misma tienda de moda un escalofrío me recorrió la columna vertebral mi corazón palpitaba con fuerza pero me dije que eran imaginaciones mías aún así proseguí deseoso de no parecer un cobarde al rodear el segundo piso pasé lentamente por aquel escaparate entonces reparé en un detalle perturbador la posición de uno de los maniquíes
no era la misma de hacía pocos minutos yo podía jurar que al principio lo había visto sentado sobre un banco con las piernas cruzadas y ahora aparecía firme y de pie junto a la vitrina respiré hondo tratando de convencerme de que quizá mi memoria me jugaba una mala pasada pero por más que me repetía eso sentía que algo no encajaba apresur El Paso dando la vuelta a la esquina con la piel helada y un nudo en el estómago en ese preciso instante escuché de nuevo las risas esta vez justo detrás de mí me giré en
un acto instintivo y alcancé a ver como el maniquí se encontraba nuevamente sentado en el banco con la cabeza ligeramente ladeada mirándome fijamente no había forma de que se moviera tan rápido era imposible sin embargo allí estaba inmóvil con ese rostro de facciones pulidas y una sonrisa casi imperceptible mis manos temblaron la linterna iluminó su semblante inerte pero yo juraría que esa sonrisa se agrandó un poco más sentía que mis piernas se negaban a moverse como si el terror me anclara al suelo finalmente rompí el hechizo y corrí de vuelta a la sala de vigilancia
el simple hecho de pensar en volver a revisar esa tienda me enfermaba de pánico al sentarme frente a los monitores el único Consuelo que me quedaba era que mi turno terminaría a las 7 de la mañana Quería convencerme de que quizá todo había sido un malentendido que la fatiga y la sugestión me traicionaban Pero cuando me dispuse a revisar las pantallas detecté un nuevo movimiento en la misma cámara amplié la toma Y ahí estaba un maniquí asomado detrás de la vitrina mirando con la cabeza inclinada hacia la lente como si supiera perfectamente que yo lo
estaba observando el plástico de su rostro parecía brillar levemente bajo la penumbra y levantó una mano para saludar con una ademán lentísimo y burlón fue imposible no lanzar un gemido ahogado de terror sostuve La Mirada unos segundos sintiéndome vulnerable como si aquella cosa pudiera atravesar la pantalla en cualquier momento de pronto el maniquí dio un paso hacia atrás literalmente lo vi desliz retrocediendo hasta perderse en la oscuridad de la tienda cerré los ojos un instante tratando de calmar mi respiración no podía creer lo que acababa de ocurrir sin embargo cuando intenté reubicar con la cámara
la vitrina estaba vacía con las manos temblorosas cambié a otra cámara para descansar la vista Pero no pasó ni un minuto cuando el monitor parpadeó señal de que había movimiento en la misma zona Mi corazón se aceleró mientras las manos me sudaban al volver la vista a ese monitor esta vez no era un solo maniquí el que saludaba podía distinguir varias siluetas alineadas en el ventanal sus cabezas ladeadas en diferentes ángulos como si me miraran con profunda curiosidad algunas sonrisas eran abiertas otras más sutiles Pero todas Tenían un Matiz terriblemente siniestro sentí un miedo paralizante
notar que esas figuras inertes estaban observando me rompía todo lo que yo concebía como real Presa del pánico quité la vista de las pantallas y me levanté de golpe un mareo momentáneo me hizo tambalear el cuarto de vigilancia se convirtió en una trampa sofocante quise correr y abandonar mi puesto pero recordé que era mi primer día y no podía perder el trabajo aún así mi mente me gritaba que escapara de allí antes de enloquecer las horas siguientes se hicieron eternas evit salir a hacer más rondas [Música] limitándonos en ángulos atroces una de ellas golpeó el
cristal con un dedo provocando un leve sonido que a pesar de la distancia caló en mis oídos como un susurro macabro a las 6:30 de la mañana empecé a oír ruidos en el pasillo principal probablemente el personal de limpieza y empleados que llegaban temprano me sentí aliviado bajé corriendo las escaleras evitando voltear hacia la planta alta al llegar al vestíbulo Me encontré con uno de mis compañeros sonrió sorprendido de verme tan agitado y sin aliento pero no me preguntó nada Supongo que me veía tan pálido que prefirió no hacerlo al salir sentí el aire fresco
y supe que no volvería jamás ese mismo día redacté mi renuncia no me importó que fuera mi primer empleo en tierras extranjeras mi salud mental valía más no tenía la menor duda de lo que había visto no era producto de mi imaginación ni de historias exageradas aquellos maniquíes se movían reían y cobraban vida de alguna forma retorcida como si tuvieran algo perturbador en su interior recordé las palabras del hombre que me advirtió así como historias similares de otros guardias todos hablaban de ruidos murmullos y figuras que cambiaban de posición a lo largo de la noche
Todavía ahora sentado en mi pequeña habitación me desvelo cada vez que evoco esa sonrisa huecas que parecían alimentarse de mi espanto Aunque intente racionalizar nada borra la imagen de ese grupo de maniquíes alineados en el ventanal inclinando sus cabezas con sincronía malsana un pedazo de mí está convencido de que hay algo en ellos algo que trasciende la lógica humana algo que se ensaña con la gente que se atreve a desafiar su inmovilidad aparente no soy la primera persona que pasa por esto y dudo que sea la última conozco a varios que escucharon rumores Y decidieron
Buscar otros trabajos pero hay Quienes se quedan por necesidad lidiando con las miradas frías y El eco de esas risas robóticas en medio de la soledad a todos ellos les deseo fuerza y espero que se vayan a tiempo antes de que los maniquíes logren algo peor que un simple susto no sé cuál sea el propósito de esos seres ni la razón por la que el dueño mantiene en secreto los sucesos Solo sé que firme un documento que me exige silencio tal vez estoy arriesgando mi seguridad al contar esto pero me resulta imposible cargar con una
experiencia tan escalofriante sin advertir a los demás a partir de esa noche no he vuelto a pisar un recinto lleno de maniquíes evito las tiendas de ropa y los centros comerciales todavía hoy si veo un escaparate con figuras humanas demasiado realistas me da un vuelco el corazón y tengo que desviar la mirada ese miedo no se me ha ido puede que nunca lo haga no busco que me crean pero aseguro que todo lo que viví fue real lo poco que puedo aconsejar es que si alguna vez toman un empleo como guardias de seguridad en un
lugar donde existan rumores de presencias extrañas hagan caso a las advertencias la curiosidad puede llevar a contemplar cosas que es mejor no descubrir jamás no sé cuál sea la historia oculta de esos maniquíes Tal vez están malditos o poseen algún espíritu mal dio que se alimenta del terror de quienes trabajan de noche lo único que tengo claro es que jamás volvería a exponerme a algo así Ahora entiendo por qué tanta gente renuncia en menos de dos semanas entiendo por qué me hicieron firmar aquel contrato de confidencialidad y comprendo sobre todo que a veces es mejor
no tratar de darle sentido a lo imposible El silencio es cómplice Pero también es un escudo para la cordura quizá nadie logre aclarar el el origen de esos movimientos o la intención de esa sonrisa sin alma Lo que sí sé es que me marcaron hubo momentos en que pensé que perdería la razón por fortuna salí con vida de esa experiencia pero con cicatrices que no se borran con el tiempo cada vez que el insomnio se apodera de mí recuerdo aquella última visión ante las cámaras varios maniquíes levantando la mano como despidiéndose de mí conscientes de
mi terror y de su Triunfo de algún modo me dijeron Adiós sin pronunciar una sola palabra Y esa despedida retorcida retumba en mi mente incluso ahora he contado lo esencial de mi relato con el afán de dejar constancia de que hay cosas que superan nuestra comprensión no busco explicaciones lógicas prefiero seguir vivo con el corazón latiendo A mil por hora he compartido esto porque creo que todos deberían saber que tras la fachada de un simple empleo nocturno pueden ocultarse horrores tan reales como la respiración Y si hay alguien que está pasando por algo parecido que
sepa que no está solo yo también enfrenté esos ojos de plástico y esa sonrisa hueca que jamás podré olvidar la penumbra comencé a trabajar como guardia de seguridad en un lugar que parecía surgido de algún viejo recuerdo abandonado por la vida era un depósito enor A las afueras de la ciudad en una zona casi desértica que quedaba lejos de todo lo que uno pudiera considerar civilización me había quedado sin empleo y no tuve más remedio que aceptar aquel puesto mi esposa no estuvo de acuerdo desde el principio consideraba que la paga no valía el riesgo
sobre todo porque ese territorio era famoso por ser un foco de actividades extrañas yo con mi terquedad y una leve necesidad pensé que nada pasaría si me mantenía dentro del depósito durante mi turno nocturno no me hacía gracia el panorama pero ya había trabajado antes de noche y confiaba en mi experiencia el primer día que puse un pie en aquel sitio sentí el frío de manera intensa casi antinatural para la época me pareció raro pues no estábamos Precisamente en plena temporada invernal pero algo en las corrientes de aire que soplaban por las paredes metálicas me
estremecía los huesos el edificio era una nave industrial Ada para almacenar equipo agrícola y piezas de maquinaria pesada un techo altísimo de láminas que rechinaban con cada racha de viento cubría todo no había grandes lujos apenas un pequeño cuarto que servía como caseta con un escritorio una silla vieja y un teléfono fijo conectado a una línea que supuestamente funcionaba bien las primeras noches fueron monótonas caminaba por los pasillos que se formaban entre los estantes y revisaba cada Rincón recordando que mi única herramienta era una linterna y un par de llaves que me permitían abrir y
cerrar algunas puertas internas en el interior se apilaban viejas cajas y un par de tractores oxidados que el dueño aún no decidía si reparar o vender por partes para matar el tiempo encendía la radio del coche pero la señal era pésima entre chasquidos de estática me enteraba de las noticias de la ciudad y me esforzaba por mantenerme despierto hasta que despuntar el sol todo se mantenía en calma hasta aquel viernes por la madrugada eran cerca de las 2 cuando escuché lo que parecían pasos en el techo mi primera reacción fue quedarme muy quieto tratando de
descifrar si se trataba de alguna corriente de aire golpeando las láminas sin embargo el sonido se percibía demasiado ordenado Como si alguien estuviera caminando sin prisa sobre mí sentí la sangre detenerse Por un instante Pues el techo de ese depósito era bastante alto y no se me ocurría Cómo podría haber subido una persona Abrí la puerta metálica que daba al exterior para ver si de algún modo alguien había trepado aprovechando algún montacargas o escalera lo revisé todo sin hallar respuesta la noche siguiente el mismo ruido volvió a escucharse Pero esta vez se prolongó por varios
minutos me parecía imposible que fuera un ave o un animal era un sonido de pasos firmes casi humanos decidí gritar pidiendo que quien estuviera Allí se bajara de inmediato pero nadie respondió de pronto me di cuenta de que en lugar de dispersarse los pasos se volvían más rápidos salí corriendo hasta la puerta principal para intentar Llamar a la policía Fue entonces cuando descubrí que la línea telefónica estaba muerta revisé el aparato una y otra vez pero no emitía tono Pensé en usar mi celular Solo para darme cuenta de que no había señal el viento cada
vez más gélido se colaba entre mis ropas mientras una angustia muy real comenzaba a formarse en mi pecho a las 4 de la mañana me atreví a salir de nuevo para rodear el inmueble en ocasiones uno ASUME que las cosas extrañas tienen explicación lógica Y puede que en parte mi mente necesitara creerlo Caminé con la linterna encendida iluminando la pared exterior y revisando cada sombra sin ver nada ni a nadie el silencio era tan abrumador que me dejaba escuchar mi propia respiración en mi vida anterior como vigilante me había topado con ladrones comunes personas que
se colaban para robar herramientas o material pero lo que sentía Entonces era distinto una sensación punzante en la nuca como si algo me observara desde algún Rincón que yo no podía alcanzar con mi vista creí que el misterio del techo sería lo único que me atormentar pero dos noches después sucedió algo que hizo que todo diera un giro aún más macabro eran casi las 3:30 de la mañana cuando sin previo aviso escuché un golpe sordo detrás de la bodega era como si algo hubiera caído desde la parte más alta y se hubiera estrellado contra el
suelo alarmado corrí hacia el sitio pero no vi nada ni un objeto ni restos de un animal ni huellas que me ayudaran a explicar aquel estruendo lo único que acompañaba mi búsqueda era un aire cortante y el lejano ulular de alguna ve nocturna Que rompía el silencio con su gemido lúgubre desconcertado me ad Entré en el depósito para ver si por lo menos había regresado la línea telefónica mientras cruzaba uno de los pasillos escuché un ruido seco como si alguien moviera una de las cajas pesadas mi corazón dio un vuelco sentí que una corriente de
aire helado me recorría la espalda no quería admitirlo pero estaba franc ente asustado al llegar al escritorio comprobé que el teléfono seguía sin tono Entonces ese ruido volvió a sentirse más cercano como algo que se arrastraba por el piso comencé a sudar frío me acerqué con la linterna apuntando al frente pero en la penumbra solo logré ver sombras difusas fue cuando noté una silueta oscura detrás de un montacargas parpade convencido de que quizás era mi imaginación jugándome una la pasada pero no allí había algo era la sombra de una figura que se asomaba apenas medio
cuerpo visible y lo que podría llamarse un rostro aunque no pude distinguir facciones me quedé estático atado por el terror a ese instante mi primer instinto fue iluminarla por completo con la linterna y en cuanto lo hice dejó de estar allí me temblaban las manos y sentía la respiración agitada aparté la luz y lo vi otra vez Del mismo lado como si en esa penumbra se sintiera seguro acechándome desde algún lugar que los ojos no terminaban de descifrar no emitió ningún sonido humano lo que escuché fue una especie de murmullo que se extendió por las
paredes metálicas mi mente apenas y registraba la magnitud de lo que estaba ocurriendo nunca había sentido un miedo tan visceral tan paralizante de pronto un ciseo surgió de aquel Rincón como si algo raspas el Metal con dureza en mi interior supe que fuera lo que fuese aquello no tenía nada de humano un escalofrío me subió por la columna vertebral mientras retrocedía un par de pasos intentando controlar el temblor de mi linterna repetía en mi cabeza oraciones que creía haber olvidado mi abuela me las enseñó de niño y no se me ocurría otra defensa que rezar
mis labios se movían casi sin emitir sonido suplicando algún tipo de protección divina el silencio se rompió de nuevo con algo parecido a una risa era retorcida áspera y burlona como si viniera de una garganta que no estaba hecha para hablar un escalofrío se apoderó de mí cuando entre aquel eco alcancé a percibir algo que sonó como soy el fin no era una voz Clara pero la sola idea de que una entidad extraña me dirigiera la palabra me perforó el alma mi primer pensamiento fue huir Pero sabía que si salía corriendo tendría que cruzar todo
el depósito hasta la puerta principal y no deseaba pasar junto a esa cosa me aferré a la linterna con fuerzas sudando frío y repitiéndome que no podía perder la razón en ese estado de pánico avancé muy despacio hacia un pasillo lateral Buscando el camino más rápido para llegar a la salida el lugar parecía infinito un laberinto lleno de sombras y estanterías sentía un golpeteo en mis sienes un pulso que casi me asfixiaba cada paso retumbaba en mi cabeza y en cada sombra me parecía ver un movimiento furtivo no escuchaba pasos detrás de mí pero sentía
algo tan pegado a mi espalda que erizaba mi piel de vez en cuando me detenía y apuntaba la linterna a mis espaldas nada Solo aire y penumbras sin embargo el miedo seguía creciendo tenía la impresión de que en cualquier momento una mano huesuda o una inhumana tocaría mi hombro acabando con mi razón cuando por fin llegué a la puerta principal la empujé sin dudarlo y corrí hacia mi auto Que estaba estacionado en un terreno polvoriento mis manos temblaban Tanto que apenas podía introducir las llaves en la cerradura logré encender el motor y salí a toda
prisa dejando atrás no solo mi lugar de trabajo sino también mi dignidad y mi calma manej por la carretera desierta sintiendo que el trayecto se volvía eterno mi mente repasaba las imágenes una y otra vez buscándole alguna explicación lógica acaso era un intruso que jugaba conmigo una alucinación por cansancio alguien que se había escabullido pero Mi instinto me gritaba que no la sensación de maldad pura aún latía en mi pecho y mis manos seguían aferradas al volante con tanta fuerza que me dolían los nudillos cuando al fin llegué a casa mi esposa se alarmó al
verme tan pálido no le conté nada con detalle esa noche pero supe que jamás volvería a poner un pie en ese depósito a la mañana siguiente regresé a presentar mi renuncia el supervisor de turno me preguntó por qué me iba tan repentinamente pero preferí inventar una excusa de salud no quería que nadie me tachara de loco o cobarde y sobre todo deseaba borrar aquella experiencia de mi memoria fue hasta que encontré otro empleo diurno que me animé a compartir la historia con mi nuevo jefe él escuchó cada palabra con una mezcla de asombro y compasión
después me reveló que según se decía ese depósito era un lugar maldito años atrás había sido un recinto clandestino que grupos criminales usaban para torturar a sus enemigos se hablaba incluso de prácticas oscuras y sacrificios que le daban un tinte todavía más siniestro a su historia me confesó que conocía a otras personas que habían trabajado ahí y que en menos de un mes terminaban donando el puesto alegando cosas muy parecidas ruidos inexplicables presencias que no podían ver pero que sentían con cada fibra de su ser me dijo que no me extrañara si todavía quedaban Rastros
De todo ese sufrimiento Atrapado entre aquellos muros de metal aún con la luz del día resultaba inquietante pensar en las energías que pudieron anidar entre las láminas del techo y los pasillos oscuros hasta el día de hoy sigo convencido de que esa experiencia fue algo más que la de un simple ladrón no había razón para que alguien estuviera en un techo tan alto ni forma humana de moverse de esa manera y aparecer y desaparecer a voluntad aquella risa nefasta me atormentó en pesadillas durante semanas y el recuerdo de la sombra observándome tras el montacargas me
sacudía el cuerpo cada madrugada en que despertaba sudando lo más aterrador fue la seguridad con la que sentía esa presencia como si llevara eones habitando ese lugar alimentándose de la oscu que las atrocidades humanas habían sembrado tiempo atrás a veces cuando paso de noche por una zona industrial reconozco ese mismo viento helado y se me revuelve el estómago al recordar aquellos pasos en el techo y esa tenebrosa silueta que se desvanecía con la luz no puedo decir que he superado por completo El pánico que viví cada tanto me sorprendo mirando sobre mi hombro sin motivo
esperando ver de nuevo esa figura acechándome ese algo que vino de la penumbra a recordarme que no estamos solos que el horror puede anidar en los sitios que parecen inocentes Y que cuando el silencio de la madrugada te envuelve hay fuerzas que se alimentan de la soledad supe entonces que mi cordura pendía de un hilo y que la única forma de salvarla era escapar para siempre de aquel monstruoso recinto un sitio donde el frío y la muerte habían tejido su madriguera conservo mis rezos y mi fe como escudo porque sé que en este mundo hay
sombras que no se van con solo encender una linterna Aunque haya salido de ese infierno físico la posibilidad de que algo similar me siga nunca deja de eriz arme la piel sombras en la oscuridad cuando mi primo Leonardo arribó a nuestra ciudad mi madre lo invitó a quedarse en casa hasta que pudiera estabilizarse a él siempre le gustó la idea de trabajar como vigilante nocturno Así que en cuestión de días ya había encontrado un empleo lejos del bullicio urbano lo contrataron para cuidar un extenso terreno cerca de una fábrica abandonada en una zona industrial semidesierto
a la que se llegaba a través de una carretera oscura y llena de baches al principio ninguno de nosotros pensó en las implicaciones de aislarse tanto Leonardo estaba más contento que preocupado sobre todo porque necesitaba ahorrar dinero para comprarse un auto y dejar de depender de los aventones esporádicos que mi tío le ofrecía la primera noche que lo Acompañé para conocer su lugar de trabajo tuve una sensación extraña apenas entramos el terreno era enorme rodeado de muros de cemento y rejas oxidadas al fondo se alzaban algunos remolques y contenedores donde supuestamente se almacenaba material Industrial
sin uso esa misma noche conocimos al supervisor que se quedaría con Leonardo para explicarle los procedimientos yo no era Guardia solo había ido por curiosidad y también para no dejarlo solo en un lugar tan desolado la caseta donde pasarían la noche se encontraba a la entrada del predio construida con paneles metálicos y con una puerta tan ligera que sentí que un viento fuerte podría arrancarla de cuajo Cuando entré me sorprendió lo angosto del espacio apenas cabían dos sillas junto a una mesa de madera había un pequeño calentador eléctrico en una esquina Aunque el supervisor advertía
que solo se encendía en Casos de mucho frío Para no gastar energía también recalcó con un tono grave que era esencial hacer las rondas a tiempo abarcar todo el perímetro y estar atentos a cualquier presencia sospechosa aquellas palabras no me inquietaron tanto como el rostro serio con el que las pronunciaba esa noche no sucedió nada fuera de lo común aún así el supervisor confesó que Desde hacía semanas ocurrían incidentes que obligaban a los guardias más veteranos a renunciar no quiso entrar en detalles pero su forma de agachar la mirada me hizo imaginar historias de ladrones
o de personas extrañas que se colaban en la zona me fui a casa antes de la medianoche dejando a Leonardo y a su supervisor en la silenciosa penumbra de aquel terreno desierto no volví a pensar demasiado en ello hasta que días después mi primo empezó a llegar desvelado y con los ojos llenos de una tensión que no lograba ocultar solía preguntarle cómo le iba él solo contestaba que se sentía un poco cansado que las rondas nocturnas eran pesadas y que el viento Silva de un modo casi siniestro allá tan lejos de la ciudad nunca me
confesaban nada más como si temiera que yo me burlaría de él o no le creería pasaron un par de semanas antes de que se animara a contarme que algo lo inquietaba en esas madrugadas interminables aquel supervisor que en un principio parecía dispuesto a guiarlo ahora se mostraba reservado apenas hablaba y rara vez hacía rondas con é prefería quedarse en la caseta y cuando las agujas del reloj marcaban las 3 de la mañana decía que era hora de descansar y no salir por ningún motivo Leonardo se acostumbró a obedecer sin embargo una noche el supervisor se
ausentó por enfermedad Así que lo mandaron a él con otro compañero que también era nuevo a eso de las 11 mientras revisaban los alrededores un auto se estacionó frente a la reja como no estaba anunciado los dos se aproximaron para ver si se trataba de algún visitante autorizado Fue entonces que el vehículo se encendió de golpe y se alejó veloz dejando una Estela de polvo aquello les pareció sospechoso de modo que optaron por reforzar la vigilancia a la hora de descanso justo las 3 de la mañana se metieron en la caseta para refugiarse del viento
gélido fue allí cuando escucharon un maullido pero no sonaba como el de un gato común era un sonido gutural casi Un lamento que erizaba la piel al principio pensaron que tal vez algún minino callejero se había colado entre los contenedores en busca de calor Así que Leonardo sugirió abrir un poco la puerta para dejarlo entrar o al menos verificar que no estuviera herido su compañero sin embargo se negó tajantemente dijo que le habían prohibido salir cuando escuchara ruidos de animales porque nunca se sabía que podía haber detrás de esas apariciones aquella respuesta fue extraña pero
mi primo no quiso insistir se quedaron en silencio intentando ignorar el maullido que se desplazaba por el techo haciendo crujir la lámina con un peso que ningún gato debería tener cuando amaneció Leonardo me buscó para contarme lo sucedido lo noté nervioso revisando a cada tanto por encima de su hombro como si alguien o algo pudiera estar o a alguien de la empresa para reportar esos extraños sonidos pero solo me respondió que el supervisor ya estaba enterado de todo y que su actitud era siempre la misma permanecer dentro durante la madrugada y hacer oídos sordos a
cualquier ruido por alguna razón la empresa no quería perder más guardias necesitaban cubrir ese turno a toda Costa Incluso si los incidentes que se presentaban eran cada vez más inquietantes cada noche Leonardo notaba como ese supuesto gatito rondaba la caseta siempre a la misma hora los pasos resonaban más y más pesados sobre el techo acompañados de un maullido que se tornaba eng gruñido Pero según él lo peor era el silencio posterior ese intervalo de quietud en que uno se preguntaba si realmente había escuchado algo o si era producto de la imaginación exacerbada por la soledad
y la oscuridad dos semanas después hubo un nuevo suceso que marcó un antes y un después mientras Leonardo y su hacían La Ronda de las 11 vieron otra vez un auto sospechoso a lo lejos esta vez los ocupantes no huyeron de inmediato sino que se quedaron unos minutos con las luces apagadas contemplando la entrada tanto mi primo como el otro Guardia se armaron solo con sus linternas y las macanas reglamentarias que de poco servirían ante un posible ataque se plantearon Llamar a la policía pero la señal de sus teléfonos era casi nula en ese lugar
finalmente el auto se fue sin mayor incidente dejando una nube de polvo detrás más tarde ya cerca de las 3 de la mañana hicieron la ronda final mientras recorrían el área de los remolques el compañero apuntó con su linterna hacia uno de los techos y preguntó si Leonardo veía algo moviéndose allí mi primo entrecerró los ojos pero no distinguía más que sombras el viento agitaba las lonas que cubrían algunos contenedores produciendo un golpeteo constante que contribuía a la atmósfera tenebrosa pero el compañero insistía en que alguien estaba parado sobre uno de los tráileres observándolos al
acercarse y alumbrar no encontraron rastro de nadie regresaron a la caseta con el corazón acelerado sintiendo que los vigilaban desde la oscuridad apenas se sentaron el maullido resonó fuerte y persistente Leonardo describía aquel sonido como un Lamento distorsionado demasiado grave para un gato esa madrugada la cosa que andaba en el techo no solo caminaba sino que rascaba el Metal con Furia como si intentara encontrar una rendija para entrar su compañero fuera de sí golpeó el techo con la macana y soltó un par de maldiciones pidiéndole que se largara al instante los pasos Se volvieron más
pesados como si aquel ser se desplazara con la rabia de una bestia ni uno se atrevió a abrir la puerta simplemente se quedó en silencio escuchando El chillido metálico que producía cada pisada sobre la lámina poco antes del amanecer todo se calmó cuando salió el sol salieron de la caseta con la esperanza de encontrar huellas Rastros De algún animal algo que explicara lo que habían oído pero el techo estaba intacto sin ninguna señal de garras o de pisadas solo un par de hojas arrastradas por el viento aquello los dejó perplejos al terminar el turno ambos
se presentaron al supervisor y con la voz temblorosa renunciaron Leonardo me lo contó esa misma tarde no estaba dispuesto a pasar otra noche como esa ni a arriesgar su cordura persiguiendo sonidos inexplicables cuando escuché todo aquel relato de labios de mi primo sentí un escalofrío me confesó que en el momento en que golpearon el techo tuvo la certeza de que no se trataba de un simple animal algo más se movía ahí arriba algo consciente y calculador que se burlaba de ellos maullando como un gato recordó la advertencia del supervisor no salgan cuando escuchen algo fuera
de lo normal cierren todo y esperen a que amanezca se preguntó cuántos guardias habían pasado por la misma experiencia Cuántos habrían renunciado con el terror grabado en sus ojos antes de marcharse de Aquel lugar definitivamente Leonardo regresó una tarde con la intención de recoger su liquidación y algunas encias que dejó en la caseta me pidió que lo acompañara Cuando llegamos el supervisor se acercó con un gesto de resignación como si esperara tal renuncia desde el primer día solo me miró de reojo y dijo podrías sabér lo advertido pero nadie te cree hasta que lo vive
no me quedó claro si se refería a los intrusos o a la presencia extraña que rondaba las noches esa misma tarde Vimos a lo lejos a otro muchacho joven llegando con su su mochila al hombro segar m el nuevo guardia que cubriría las noches a mí me sobrecogió la idea de saber que llegado el momento aquel novato también escucharía el maullido distorsionado y sentiría el peso de algo que acecha desde las sombras nadie lo prevendría con Claridad quizás solo le dirían que no abriera la puerta a ningún animal y que guardara silencio Hasta el amanecer
era un Secreto a voces en aquel predio nadie hablaba abiertamente de ello pero todos que algo me rodeaba en la oscuridad cuando Leonardo y yo volvimos a casa lo noté aliviado aún así por las noches si el viento soplaba fuerte a veces se quedaba Mirando por la ventana con el ceño fruncido como si esperara ese sonido pavoroso que lo atormentó tantas madrugadas con el tiempo consiguió otro empleo uno diurno y de a poco las pesadillas menguaron sin embargo cada vez que el clima se pone ventoso Y a lo lejos escuchan idos vagabundos Los ojos de
mi primo brillan con un terror renovado se pregunta y me lo ha confesado varias veces si aquello que escuchó en ese Paraje Industrial Era realmente un gato o una criatura burlona que aprovechaba la soledad para sembrar miedo al día de hoy cuando alguien me pregunta por historias de terror no dudo en contar la experiencia de Leonardo él prefiere no hablar al respecto pero yo siento que vale la pena compartir su relato porque está cargado de una realidad cruda ninguna de las cosas que vivió se siente forzada o fantástica todo sucedió con la naturalidad de las
pesadillas que irrumpen en la vida cotidiana no hubo un desenlace que explicara el misterio nadie apareció con una prueba contundente de que algo diabólico se paseaba por los techos el mayor testimonio son las renuncias repetidas de varios guardias y los silencios incómodos del supervisor el viento sigue aullando en las noches de la ciudad y a veces me pregunto si ese fenómeno extraño ocurre solo allí en aquel terreno lleno de remolques cubiertos de polvo y maleza o si en otros lugares desolados también se esconde algo que imita al maullido de un gato para atraer la curiosidad
de los incautos mi primo decidió seguir adelante con su vida pero jamás olvidará esas madrugadas en las que el techo crujía bajo el peso de unas pisadas imposibles y los lamentos felino se transformaban en gruñidos que helab la sangre cada vez que alguien le ofrece trabajo de vigilante inventa cualquier excusa para rechazarlo porque aunque intente convencerse de que solo fue su imaginación hay noches en las que puede volver a escuchar ese sonido reverberando en su mente como un eco siniestro cierra las ventanas cuando el aire sopla con fuerza Deja las luces encendidas y tiene que
levantarse en la madrugada y a mí me sucede algo parecido cuando mi gato rasguña la puerta a las 3 de la mañana no puedo evitar recordar los ojos a sus asustados de Leonardo y preguntarme qué habría sucedido si aquella noche en lugar de quedarse encerrado hubieran salido con la linterna a buscar al animal quizás el misterio se habría resuelto O tal vez las cosas habrían tomado un rumbo aún más siniestro al final lo desconocido siempre encuentra la forma de aferrarse a nuestra mente y correrla con la duda ahora mientras escribo esto en mi habitación escucho
el silvido del viento que hace vibrar las ventanas que estoy a kilómetros de Aquel lugar abandonado algo dentro de m siente la misma congoja que sentía Leonardo es difícil desprenderse de una historia tan vívida cada palabra que él me confió cada detalle de su experiencia palpita en mi memoria como una advertencia que jamás sabré interpretar del todo quizás sea mejor así seguir sin saber que se arrastra en las sombras y maulla con una voz imposible al menos en la ignorancia uno conserva un atisbo de pero si alguna vez te ves obligado a vigilar un predio
Solitario en plena madrugada ten cuidado con los ruidos que suenan en el techo podrías descubrir que aquello que buscas no es un gato sino algo capaz de anidar en tus peores pesadillas si te gustaron los relatos Nos gustaría que nos apoyar con un like o un comentario ya que eso nos ayudaría bastante y si no estás suscrito o suscrita te invito a que lo hagas para que no te pierdas lo mejor de oscuros relatos de la noche sin más gracias por escucharnos hasta el próximo relato