[Música] Bienvenida familia nocturna a esta oscura fogata de historias. El día de hoy te hablaré acerca de brujas siniestras, brujería de novatas y lugares embrujados. Permíteme decirte que así como te lo prometí en el sábado de sombras, hoy son puras historias profundamente oscuras. Así es que yo te diría que tomes esta recomendación antes de iniciar esta fogata. Prende la luz porque si no te aseguro que hoy vas a tener dulces pesadillas. Comenzamos. Olivia tenía un sueño. Quería ser casa fantasmas y estuvo con varias aventuras junto con su novio Samir. Hasta que entonces verdaderamente se topó
con algo, algo que casi acaba con su vida. Esta es la historia de Olivia y de Samir y créeme, tienes que escucharla. Olivia me cuenta que ya hace muy buen tiempo, estamos hablando de más de 20 años, ella tuvo un impulso. Un impulso que nació después de ver una película. Hace 20 años, cuando esta película ya era vieja, ella por primera vez vio a los Cazafantasmas 2. Dice que quedó tan impactada con el concepto de un grupo de personas que realmente van cazando fantasmas, que ella dijo que quería hacer eso. En ese tiempo el que
se la llevó con ella, digamos, con este impulso fue su novio Samir. Samire estaba totalmente enamorado de Olivia y cuando vino con esta loquera, que Olivia tenía de vez en cuando sus loqueras, ya Samir, ya sabía con quién estaba, pues decidió que le iba a apoyar. Así es que durante un par de añitos, los dos dedicaron como sus veranos a tener trabajos que le dejarán cierta cantidad de dinero. Fueron juntando dinero y después, no sé si el papá de Samir o los papás de Olivia aportaron otra cantidad y se compraron una RB. Estas casas móviles
que son muy utilizadas en los Estados Unidos, bueno, ellos compran una RB y están a partir de ese momento, cada verano, dedicando su tiempo al 100% a ir a lugares que están embrujados. Buscan durante todo el año el saber si un lugar tiene alguna historia, si hay alguna leyenda, contactan a las personas y solo cuando saben que un lugar verdaderamente parece estar embrujado van para allá. me cuenta que los siguientes 3 años después de haber tenido la RBY no les pasó nada, nada. Y era una aventura muy divertida, tenebrosa divertida, porque fueron a cementerios, se
metieron a bibliotecas durante la noche, se metieron a supuestamente foros, teatros en los que pasaban cosas. Jamás les pasó nada. Al punto en el que Olivia poco a poco perdió el un poquito el interés en este tema. Se tenía que esperar todo un año para esta aventura para que simplemente no pasara nada. Ya llegó un momento en el que Olivia ya ya estaba un poquito desesperada hasta que escucharon acerca de un parqueadero, un lugar en el que vas a estacionarte, justamente un lugar de RBS, de estas camionetotas, que decían que tenía un espacio en el
que nadie se podía estacionar. Honestamente, y me dice Olivia, decidí que íbamos a ir a ese lugar y ya ahí no hablé con demasiadas personas de esa zona, ni revisé nada de eso. Yo quería ir porque estaba cerca de una ciudad donde hay una tienda OLED que me interesaba. Entonces, le vendí la idea a Samir. Samir me dijo que está bueno porque él le encantaba seguirme el juego en ese tema. Vamos para allá. Y cuando llegamos al parqueadero, a esta zona de las camionetas, me llevé una sorpresa fea. Había un montón de estas casas rodantes,
pero había un espacio grande. Te estoy hablando de casi 150 m por 150 m, un espacio grande en el que no había nada de césped, había un árbol muerto y te daba una vibra fea. Era muy raro porque había varios casos rodantes que realmente se estaban casi invadiendo su espacio y la gente estaba a gusto con eso, pero nadie se atrevía a estacionarse ahí y a mí se me hizo muy extraño. Era un espacio que estaba de lujo porque ponías tu casa y alrededor podías poner unas mesas, podías sacar un asador si de repente te
apetecía. Pues era un espacio muy grande el que nadie invadía. Y yo dije, "No puede ser que las supersticiones estén llegando hasta este nivel, porque sí, sí da esa mala vibra, pero daba esa mala vibra porque se veía super descuidado. Así es que le dije a Samir, estoy segura que es ahí, vamos a quedarnos." Y dice, "Narrador, me llevé este susto desde el principio. Andamos avanzando con la casa rodante y cuando estamos a punto de cruzar como ese puntito y estacionarnos en esa zona que nadie se quiere estacionar, varias personas de sus casas rodantes salen
y nos empiezan a hacer señales como si estuviéramos a punto de caer a un barranco o a punto de atropellar a alguien, porque se ven las personas que están así desesperadas y nos hacen muchas señales para que los volteemos a ver. nos están gritando y Samir frena y me dice, "Oye, espérate, no vaya a ser que aquí realmente haya algo más. ¿Qué tal si es como están escondiendo ahí algo? Ve tú a saber, mejor vamos a ver qué nos dicen." Y las personas solo se pusieron alrededor de la camioneta y nos decían, "Ahí no, ahí
no, hay muchos espacios, pero ahí no." Y Samir les preguntaba, "¿Por qué no?" No, ahí pasan cosas, no les conviene estar ahí les puede ir muy mal. Y entonces ya Sam se fue a platicar con algunos de ellos para ver si eran más bien como cuestiones ilícitas que estuvieran por ahí, que tuvieran sus tejes y manejes y tuvieran que ver con esa zona. Pero resultó que no. Realmente, genuinamente la gente le tenía miedo ese espacio. Pues Amir y yo como ya habíamos ido a un montón de lugares embrujados, les dijimos, "No se preocupen, veníamos para
eso. Nosotros somos casa fantasmas. Puro cuento narrador. No nos habíamos topado con nada. Si habían pasado cosas en los viajes. Habíamos hablado con brujas. Ya teníamos un grupo de amigos que estaban muy metidos en temas de ocultismo. Habíamos ido a varios lugares, como te digo, que estaban embrujados. Entonces, nos volvimos amigos de los guardias, de los dueños. Entonces sí, sí teníamos como una red de personas que conocían mucho de estos temas y que nos hablaban mucho de estos temas, pero para nosotros los cazafantasmas era puro cuento. Todo era puro cuento en el que te dabas
cuenta de que esa que se dice bruja pues es una suerte de herbolaria que maneja un poquito como que de medicina de hierbas y medio le conoce eso y se vende como bruja. La otra persona que se vende como el brujo, ese tipo es un mentalista que se sabe manejar a las personas y les dice cosas que él intuye que son verdad y las personas quedan bien impactadas. Te dabas cuenta que era negocio. Entonces, para mí era puro rollo. Así es que nos vendimos como los cazafantasmas. Las personas se pusieron muy contentas porque creían que
los íbamos a ayudar. Y yo realmente solo estaba pensando enjamos aquí la Airby, nadie se va a meter a robarnos nada, nos agarramos de repente a la ciudad y podemos dejar aquí nuestras cosas y ni quién las toque porque verdaderamente les da miedo este espacio. Y ya nos estacionamos, nos quedamos ahí y listo. Dos días narrador, no pasó absolutamente nada. Ya estábamos bien a gusto. Y es cuando le digo a mi pareja, a Samir, "Vámonos a la ciudad, quiero ir a visitar mi outlet. Y cuando nos salimos de la camioneta y cerramos la puerta, se
prenden las luces de adentro de la casa móvil y se ve desde el fondo que tenemos una ventana, la sombra de una persona que va caminando desde atrás de la Airb hasta la puerta principal y la puerta se abre enfrente de nosotros y ahí no hay nadie, no hay otra entrada, no es como que una ventana se quedó abierta y alguien se metió. No es así. Las ventanas no son tan grandes, nadie es tan ágil, el caminado era muy lento, los dos nos quedamos petrificados. Nunca habíamos vivisto un fantasma y éramos los casafantasmas. Entonces estábamos
ahí y volteó a ver a Samir. Me volteé a ver y nada más Samir se acerca y cierra la puerta y me dice, "Vamos a tu outlet." Y yo le digo, "Sí, sí, vámonos al aulet narrador." Íbamos a pedir un taxi. Nos fuimos caminando 5 km. 5 km caminando sin decir una palabra. Estábamos congelados. Llegamos alet. No compré absolutamente nada. Estaba distraída, mi cabeza estaba revuelta con imágenes, con situaciones. Ahora, ¿qué vamos a hacer? Y ya perdimos esta camioneta y ahora, ¿cómo le voy a decir a mis papás? y estoy con estas cosas y veo
que Samir está pálido, pasa esa tarde, nos estamos haciendo tontos en la tienda y entonces narrador, se me ocurre a mí la buena idea decirle a Samir, vamos a regresarnos ya por la casa rodante y vámonos. No vimos nada. ¿Qué fue lo que vimos? Una sombra. Uy, ¿qué tanto nos va a hacer? Una sombrita ahorita. Mira, vámonos y ya se acabó. Y simplemente les decimos a las personas de ahí que es algo muy fuerte y poderoso y que no podimos hacer nada, que necesitan a alguien que esté mucho mejor y se acabó al cabo nosotros
no nos interesa. Narrador, hubiéramos dejado la camioneta que se podría ahí. Cuando llegamos a ese lugar, entramos a la casa rodante y se sentía un ambiente pesado lo que le sigue, pero lo que le sigue. Traíamos ya la idea de que nos teníamos que ir, pero en automático nos fuimos caminando a nuestra habitación, nos metimos en la cama para dormir, dejamos la puerta abierta, lo cual no hacíamos. Somos personas muy precavidas. Fue como si entráramos en un modo automático, como si actuáramos nada más de una forma automatizada. Nos metemos a dormir. No sé exactamente qué
le pasó a Samir, pero yo te voy a contar qué es lo que me pasó a mí. Estando acostada sentí que algo se me subía, pero no algo pequeño. Es, imagínate como sí te dejaran caer un refrigerador desde un segundo piso, porque sentía que era algo tan pesado que me iba a reventar todo el cuerpo y era me abarcaba todo, desde la cabeza, los hombros, las manos, las piernas, los pies. Yo estaba dormida de lado. La presión también la sentía en el pecho y en la espalda. Era como si por todas partes algo me presionara
al punto casi de reventarme. Abro los ojos y solo veo de reojo un gatito, un gatito muy muy raro, porque me está viendo fijamente y sus ojos no se ven lindos, se ven como si fueran muy inteligentes y malévolos. Lo estoy viendo, cierro los ojos y siento donde eso me está presionando por todas partes y entonces siento tanto dolor que comienzo a gritar y empiezo a decir, "Samir, ayúdame, por favor." Porque no podía gritar con fuerza. Era como si eso estuviera tan pesado que no no pudiera salir. Me apretaba los pulmones, me apretaba todo y
empezaba a Samir con todas mis fuerzas. Ayúdame, por favor. y sentía donde alguien me zarandeaba, me golpeaba, me generaba como mucho daño y ya no podía ni abrir los ojos y me sentía muy muy cansada. Y después nada más siento donde el gato que traía encima se va a mi espalda y sé que es ese gato porque siento un par de garras que me empiezan a rasguñar y rasguñar y rasguñar la espalda y era como si un montón de alfileres primero se me clavaran y después me rasgaran. Horrible, horrible. Y de repente abro los ojos
y pego un grito. Samir está enfente de mí. Yo estoy de pie y él me tiene agarrada por los hombros y me está diciendo, Olivia, despierta. Despierta, mi amor, despierta. ¿Qué te pasa? Y yo nada más me le quedo viendo. No puedo reaccionar. Estoy muy muy lenta. Estoy como aletargada. No, no entiendo lo que está sucediendo. Es como si tardara mucho en entender la situación y me duele la espalda como no tienes una idea. Entonces, nada más empiezo a intentar tocarme atrás, me llevo una mano a la espalda, Samir me dice, "¿Qué te pasa? ¿Qué
te pasa?" Me voltea y me dice, "¿Qué es esto?" Y entonces me pone la mano en la espalda y me la muestra y la tiene llena de sangre. Nos vamos al baño en friega y en el baño estoy toda llena de arañazos y él me empieza a contar que comencé a hablar en sueños, que le estaba diciendo que por favor la ayudara, pero que él me empezó a zarandear, me empezó a hablar y yo no abría los ojos, no reaccionaba, me empezaba a hablar al oído y yo era como si estuviera en otro lugar y
el cuerpo estuviera vacío, pero hablando a la vez, algo muy raro y que le dio mucho miedo y por eso me levantó y es cuando empecé a gritar. que le estaban lastimando. Él nunca se dio cuenta de lo de los rasguños. En la cama no había marcas ni huellas de sangre. Fue hasta que me levantó, que se me rasgó toda la espalda. Narrador, no tengo que decirte, pero no nos fuimos a buscar ningún doctor ni nada de eso. Así, toda lastimada, Samir se va al frente, me sienta a un lado y nos vamos a la
fregada de ahí. No le dimos explicaciones a nadie. Después de ese día, las siguientes semanas estoy en mi casa y empiezo a sentir que algo está ahí observándome. Y en mis sueños, mi habitación no está vacía. Hay un sujeto, un sujeto que tiene como el pelocano, un cabello que está como quebradizo. Sus ojos se ven amarillentos, esa parte que tenemos blanca en el ojo, toda amarillenta, como si tuviera algún tipo de enfermedad. Pero la mirada, la pupila, es de un color verde y tiene como una sensación horrible. Es como si fuera alguien que quiere acabar
con mi vida y me está viendo ahí y se está deleitando de verme. Cuando lo veo a él, yo sé que al día siguiente voy a ver al gato, pero ya no en mis sueños, andando fuera de mi casa. El gato que vi en mis sueños allá en la RB está ahora ahí en mi domicilio, pero hay un problema, nadie lo ve. Les he dicho a todos que está fuera de la casa, está ahí sentadito en la entrada y mi papá y mi mamá me dicen, "¿Como de qué estás hablando?" Salen, abren la puerta y
el gato está ahí sentado y ellos no lo ven. Yo estaba muerta de miedo, narrador, pero poco a poco me fui acostumbrando porque ya no me pasaba realmente nada. Me fui acostumbrando a soñar con ese tipo, ver ese gato. Ya no estaba pasando nada fuera de él. De repente la sensación de ser observada, de repente la sensación como de estar invadida, pero son cosas que aunque suene medio extraño, después de 40 veces te acostumbras. Y fue avanzando el año. Le dije a Samir que no quería quedarme con la espina. Samir me dijo que a la
fregada lo de los cazafantasmas, que íbamos a vender la casa móvil, que lo que nos dieran y él ya no quería saber nada de eso. Y yo le dije que no, que yo no quería quedarme con una espina, que yo no quería quedarme con la sensación de que soy una cobarde o de que me ganó el miedo, que teníamos que hacer un viaje más de cazafantasmas. Y él me decía, "Pero Livia, entiende que ni cazafantasmas somos." O sea, capta, por favor. No somos cazafantasmas, es un juego y las primeras veces que fuimos nunca nos pasó
nada y nos quedamos con la idea de que iba a hacer eso. Pero esta última vez te pusieron en peligro, mi amor. No voy a permitir eso. Lo convencí. Lo convencí. Samir me aguantará dos, tres embestidas. Pero mira, una semana yo siendo constante y Samir pechugó. Quedamos en ir a un lugar. Había una casa que decían que data desde antes de 1900. Era una casa que no está en ruinas, pero no está habitada porque las personas, los últimos que habitaron hace como 15 años salieron de traumatizados y bueno, había muchas historias. Conseguí al dueño, lo
contacté, le pregunté la veracidad de las historias, me dijo que sí, que él no me iba a ocultar nada, que la casa estaba pero embrujada lo que le sigue. Y le dije, "Bueno, pero ahí lastiman a la gente, les ha pasado algo", dice, "No ven cosas." Y entonces dije, "Ah, eso es nada a comparación de lo que me pasó." Entonces sí es nada más ver cosas, yo ya me acostumbré. Así es que por eso quería ir a ese lugar. Ahora sí voy a ver fantasmas de verdad y no me va a pasar nada. Y pues
me volví a equivocar, narrador porque sí fuimos. Llegamos a esa casa, nos metimos. Era una casa un poco extraña porque era una casa que no era tan ancha, o sea, no tenía tanto fondo, pero era bastante larga. No sé por qué la construcción era así. No sé si tuvo algún tipo de motivo o algún tipo de razón. Las habitaciones, imagínatelas, eran tres habitaciones continuas en la planta alta. Eran de 6 m de largo y más o menos de ancho como 3,5 m. Unos rectángulos así medios extraños una al lado de la otra. Solo había un
baño, no era compartido por ninguna. Estaba en una esquina al final de un pasillo como si fuera un apéndice de la casa y ahí era un baño completo. Fue la construcción más rara que he visto. Era como algún tipo de hostal o hotel del pasado. Parecía más eso que una casa. En la parte de abajo nada más era a lo largo la sala, el comedor y la cocina. No había paredes, había columnas. Bien extraña la casa, pero bien extraña. Pero eso no era lo feo. Lo feo de esa casa es que sí tenía una vibra
horrible y era muchísimo peor que la del espacio de la RB. Entonces yo sí sentí eso y le dije, "Samir, ¿qué hicimos?" Y Samir me dijo, "Chiquita, si quieres nos vamos aquí, nos podemos ir y no pasa nada." Y entonces yo le dije, "No, porque me voy a ir de aquí sintiendo que soy una miedosa y yo no soy ninguna miedosa. Nos vamos a quedar." Y Samir dice, "No me tienes que demostrar nada a mí." No, a ti no, Samir. Yo ya sé, pero a mí sí. Yo no quiero sentirme una miedosa conmigo. No me
voy a aceptar así. Y Samir nada más se me queda viendo como, "Dios mío, ¿quién te va a entender, mujer?" Entonces me dice, "Mira, tú me dices cuánto tiempo nos quedamos, yo te voy a seguir el juego." No nos quedamos mucho, narrador. Una noche en ese día que estuvimos en esa casa, encontré algo muy extraño. Justo en la zona de la cocina, al lado de un refrigerador que ya no servía, que tenía más de 20 o 30 años, justo al ladito se veía que el piso tenía como una marca. Entonces le dije a Samir, "Oye,
vamos a mover el refri porque a mí me suena que es como una trampilla, una puerta y aquí hay un sótano." Y me dice, "Samir, oye, no es nuestra casa, venimos aquí a investigar." Y le dije, "Pues con toda la razón, Samir, pues si venimos a investigar, vamos a investigar bien. El dueño dijo que no nos iba a ocultar nada ahora que se aguante." Entonces, Samir, nada más me volteé a ver con una cara de Dios, "Santo, ¿cuándo vas a entender?" y me ayuda. El problema es que el refrigerador sí lo habían afianzado a la
pared, le habían puesto algo como unos tornillos, unos clavos, un algo, lo tenía ahí amarrado contra la pared y pues ahí andamos forcejeando Samir y yo porque no queríamos romper la pared hasta que le digo, "Samir, ya la casa es vieja, el señor ni cuenta se va a dar." Y le damos dos tirones y pues ya arrancamos dos tablones. nadrador. Y mira, Samir no le sabe mucho la carpintería, pero ahí tuvo que aprender. El resto de la tarde. Pobrecito, estaba nada más pensando de qué manera iba a ser que no se notara esa ruptura, pero
en el piso sí estaba como una argolla grandota y si era una trampilla que llevaba un sótano. Lo abrimos, el aroma, la sensación de humedad estuvo asquerosa. Y le dije a mí, "¿Sabes qué? Hoy no, porque ya era tardecito. Mejor mañana con toda la luz del día le entramos. Sacamos unas bolsas para dormir. Samir me decía, "¿Para qué te quieres dormir en la casa?" Le dije, "Para la experiencia completa. Si hay fantasmas que de una vez se nos aparezcan." Y Samir me decía, "Olivia, ya estás tentando al diablo." Y yo le dije, "No, después de
lo que nos pasó allá, allá sí tentamos al Aquí nada más son fantasmas." Entonces, Amir, ya fastidiado me dice, "Vamos a dormirnos ya y mañana nos vamos. Ya fue mucho. Voy a reparar ese mugrero que hicimos y nos vamos, pero ya." Y entonces yo le digo, "Va, pero primero entramos al sótano." Y Samir me volteé a ver con una cara de que ya, o sea, ya estoy llegando a mi límite, Olivia. Entonces le digo, "Va a ser lo último que te pida." Y después de esto, "No más casa fantasmas." Samir dice, "Okay, pero no más
casa fantasmas, nunca voy a vender esa mugre que la regale." Y le respondo, "Órale, es un trato." Pues Amir se lo creyó porque yo no iba mucho con esa intención. Sabía que después lo iba a convencer de otra cosa. Así es que nos vamos a dormir adentro de la casa en nuestras bolsas de alrededor. Me acuesto en mi bolsa para dormir y donde apenas cierro los ojos, comienzo a escuchar que alguien viene bajando de los cuartos de arriba, que ahí sí, mira, muy valiente. Pero ni por todo el oro del mundo me hubiera dormido en
ninguno de esos cuartos. Se sentía peor que la planta baja. Así es que donde escucho que alguien viene bajando, dije, "No, no, no, no me va a volver a pasarlo de allá." Así es que intento abrir los ojos y narrador como si me los hubieran pegado con cola loca. No puedo hacer nada. Los pegados, pero pegados al punto que si los intento abrir con más fuerzas me duele. Y escucho como los pasos vienen caminando, se van acercando, pasan cerca de Samir, me dan la vuelta alrededor de mí y entonces alguien se agacha porque siento de
repente el rostro de alguien pegado a mi cara y una mano me toma del hombro, abro los ojos y estoy viendo la cara de una mujer que esa mujer no puede estar viva. Está todos los pómulos así de fuera, los cachetes metidos, como si tuviera años de no probar un solo bocado, de no haber comido nada. El cabello tiene muy poquito. Es un cabello incipiente de color blanco y sus ojos se ven como hundidos. Se me queda viendo y con una cara de mucho odio me dice, "¿Por qué lo trajiste aquí?" Y entonces yo la
veo con miedo y nada más le muevo la cabeza de un lado para otro como diciendo, "No sé, no entiendo de qué me estás hablando." Y me señala hacia una esquina, "¿Por qué lo trajiste aquí? Y donde muevo mis ojos está el gato." Y entonces me dice, "No le pertenece esta casa, llévatelo. Narrador. Se me cierran los ojos y me levanto gritando, estoy de pie. Samir está al lado mío, está forcejeándome lo mismo que vivimos en la B. Y entonces me dice, "Nos vamos ya." Y le digo, "No, no, en la noche no, en la
noche no." Y me dice, "Nos vamos ya." Y entonces como por un arranque nada más le digo, "Déjame bajar al sótano." Y me dice, "No seas estúpida, vámonos ya. No entiendas lo que pasó ahorita. Me voy corriendo a la cocina narrador como en automático. Algo se me metió. Era como si fuera una energía que tenía que hacer eso. Me voy corriendo a esa parte donde está el refrigerador, me meto por la trampilla, por la puertita que habíamos abierto. Hay unas escaleras que están más podridas de lo que te puedas imaginar, nada más porque Dios me
cuida, porque era para que se desplomaran y me fuera, pero hasta el fondo, pero me aguantaron y sin luz ni nada era como si conociera ese lugar. Me voy caminando, llego a una pared, agarro algo que está ahí. Subo y entonces Samir me está gritando desde afuera. Yo lo escucho como en ecos, como algo que está muy lejano. Me dice él que salí de ahí como con un marco de un cuadro que él me decía, "¿Qué te pasa, Olivia? ¿Qué estás haciendo? Vámonos ya." Y yo no le entendía, no le hacía caso, no algo. Yo
estaba como que metida en lo mío. Y entonces dice él que me fui caminando con el cuadro, lo puse en la sala y empecé a decir, "Ella es la dueña de la casa, vete de aquí, vete de aquí, vete de aquí o me va a hacer algo la dueña de la casa." Y dice que ya me quedé fija ahí hasta que me agarró, me abrazó, solté el cuadro, el cuadro fue a dar en el piso y entonces él nada más fue a ver y me dijo que vio una mujer de cabello blanco, una ancianita que
estaba ahí ya un cuadro todo medio echado a perder, todo como mooso, pero se lograba ver la cara de una mujer que tenía unos ojos como muy molestos y entonces él se quedó como, "¿Qué demonios está pasando aquí? Me abraza, nos vamos de ahí." Y entonces dice Samir que después de eso era un ya no iba a haber poder en el mundo que lo convenciera de acompañarme a ninguna de mis loqueras de este tipo. Porque cuando iba saliendo él con la Airb, yo estaba como si estuviera en un transconectada, como si me hubiera echado algo
que yo no consumo nada de esas cosas. Dice que él va avanzando con la casa rodante y entonces desde una ventana ve que se prende una luz. La casa no tenía electricidad, narrador. Se prende una luz y ve a un gato que está ahí parado en la ventana y a una viejita que lo agarra y lo empieza a acariciar. Dice que le dio escalofríos en todo el cuerpo y nada más avanzó y dijo, "Al al carajo." Al día siguiente en la mañana, yo amanecí normal, no me acordaba bien de las cosas, se puso a decirme
qué fue lo que pasó y ahí entonces yo empecé a recordar como que fragmentitos. Después de eso no me ha vuelto a molestar el gato, no me han vuelto a lastimar en sueños, ya no siento que hay alguien en mi cuarto. Lo único que sí, y esto es bien extraño, no importa en dónde esté, siento que desde el norte alguien me está viendo, pero es algo muy raro. Es como si alguien con una vista muy penetrante desde lejos me estuviera observando. Ahora me queda la duda, ¿qué demonio ser ese gato? [Música] [Aplausos] Celeste Jiménez tuvo
una vivencia muy cruda cuando era pequeña. Para que estés tranquilo desde el inicio, esta historia tiene un buen final, pero no deja de estar super macabra. Celestia el día de hoy es una mamá, tiene tres hijos y ella ya tiene 50 años, entonces salió avante de esto que estoy a punto de contarte. Te digo esto porque es muy importante, porque lo que vas a escuchar está tremendamente horrible. Celeste Jiménez tenía muy bonita relación con su papá y su mamá. Su papá y su mamá eran dos maestros, creo que uno de primaria y el otro de
secundaria. Y eran maestros muy entregados a a su profesión. eran de estos maestros que realmente les gustaba su trabajo, que se esmeraban por dar una gran clase y tener una relación muy cercana con los alumnos. Lo sabía porque ella para cuando pasan estas circunstancias está a punto de entrar a la secundaria y todos los maestros hablan de su papá y de su mamá porque los aman y los quieren. Ella ha tenido un montón de amiguitos que cuando vienen a su casa y ven a su papá y a su mamá se sorprenden con un gusto enorme.
Maestra, maestro, porque también eso han ayudado mucho. Como el papá y la mamá están en grados diferentes, Celeste ha tenido como una educación muy cercana desde pequeña y es una chica demasiado sociable y demasiado madura para su edad. Te digo todo este contexto porque lo que está a punto de ocurrir en la vida de Celeste cuando tenía cerca de 11 años no hace ningún sentido. De repente un día su papá, que el señor Jiménez, entendamos, es un tipo entregado al trabajo. Es un tipo que prácticamente está todo el día en la escuela, llega a casa,
echa la mano en dos, tres cosas del hogar y está también con Celeste, le educa y bueno, un buena pareja. Él no es un tipo rico, ni su esposa tampoco, ni vienen de familias de abolengo. La casita que tienen la están pagando y le están pagando con sudor y lágrimas y van apenas 4 o 5 años de 20 años que van a estar pagándola. No es una casa grande, es una casa de un piso. Es una casa que tiene un piso y dos habitaciones, la de Celeste y la de ellos. Aparte de eso, la sala
comedor cocina no hay tal cosa. La cocina es un pedacito pequeñito y la sala y el comedor están pegados y es un espacio apenas de 4 m por 3. Listo. No hay más en esa casa. Un baño completo para todos. No un baño y medio, no. Un baño completo para todos. Si vienen visitas se meten al baño que es de la familia. Si los que viven en la casa necesitan ir al baño y al mismo tiempo pues van a tener que hacer fila porque nada más hay uno. En estas circunstancias Celeste se ha desarrollado en
los últimos cu o c años de una manera tranquila. se lleva muy bien con sus papás, se entienden muy bien, son personas de mucho juicio, muy razonables. Por eso, otra vez te digo, lo que está a punto de pasar tiene sentido. Un día su papá está extraño, comienza a decir que necesitan a una persona que les ayude a hacer el aseo. La casa es diminuta, la casa nunca está sucia, la casa nunca está desordenada. Y entonces va y habla con su esposa y su esposa le dice, "No, ¿qué te pasa? No, no es necesario. Aparte
no tenemos el dinero para pagar." Y él se enfurece. Por primera vez en la vida, Celeste va a ver a su papá enojado, pegándole a la mesa, descontrolado, diciéndole que ahí nadie lo comprende y nadie lo escucha, que ya no puede vivir en un lugar tan miserable, en un chiquero tan horrible, que tiene que estar limpio y se va a contratar a alguien. No hace sentido lo que está diciendo el Señor, pero como si alguien hubiera estado ahí escuchando un par de horas después vienen a tocar la puerta. Una chica de piel aperlada, cabello oscuro
y largo, va toda vestida de negro, tiene un cuellito de color blanco y ella con unos ojos azules, azules, azules muy impactantes, les está diciendo que ella daba servicios para mantenimiento de casa, para limpieza de casa y que venía desde muy lejos, que por favor le permitieran quedarse en esa casa a vivir y a limpiar lo que celeste a sus escasos 11 años hizo que se sorprendiera y dijera, "Oye, ¿qué le pasa a esta mujer? ¿Cómo que quedarse a vivir? No está viendo la casita." Su papá va caminando la entrada, abre la puerta y le
dice, "Hola, claro que sí, por favor, pásale. Déjame decirte cómo te vamos a contratar y cómo te vamos a pagar." Y desde ese día, Mónica, porque así se llamaba esa mujer, se quedó a vivir en la casa de Celeste sin sentido alguno. Lo que hacía menos sentido es que su mamá, la mamá de Celeste, no chistó, no se enojó, no dijo nada, solo fue, se acercó a la puerta, escuchó lo que dijo esta chica y cuando vino su esposo y prácticamente la hizo un lado, ella estaba sonriendo. Fui y se sentó en la sala y
se quedó viendo la televisión, aunque esta estaba apagada. Celeste nunca va a olvidar esa imagen. La situación más loca que ha visto en la casa de ellos, o bueno, la que creía que iba a ser la más loca de todas. La casa no tiene muchas habitaciones. ¿Dónde se va a quedar a dormir Mónica? ¿Sabes qué lugar ganó? El cuarto de Celeste. Y ahora Celeste tiene que dormir en la sala, en el sillón. No tiene sentido. Y Celeste, como quiere mucho a papá y a mamá, sus razones tendrán. Es su casa, así es que no les
dice nada. Mónica se apropia del cuarto, pero de golpe. Ese mismo día cierra la puerta y no permite que nadie entre cuando tiene la puerta cerrada. Celeste le toca en la noche y le dice que por favor tiene que sacar algunas cosas. Y Mónica desde adentro del cuarto, como si fuera algo ya muy habitual, le dice, "Hasta en la mañana. Aquí nadie puede entrar en la noche, no me molestes. Como si llevara ahí toda la vida. Los papás no dicen absolutamente nada y comienzan a avanzar los días. Y Celeste no es una chica que tenga
malicia, pero es inteligente, tiene sentido común, tiene varias experiencias y ha tenido un par de papás muy responsables que le han hecho una chica muy despierta. Así es que nota que ese trato que está teniendo Mónica con su papá no es normal. se le acerca mucho, le coquetea demasiado. más raro todavía que se trato es la actitud de su mamá, como si no viera y no escuchara nada, porque su mamá cuando empiecen estos coqueteos, que llega un momento en el que son más que obvios, porque ya van varias ocasiones que Celeste ve a Mónica sentada
en las piernas de su papá y su mamá platicando con los dos como si no pasara nada. Este tipo de situaciones a Celeste le están haciendo que se ponga muy extraña. No sabe lo que está pasando. Ella le va a adjudicar todas estas cosas a esos arranques de ira que de repente empezó a tener. En una ocasión, no sabe por qué, se descubrió agarrando un vaso y aventándolo contra la pared. Y la mamá fue y le dio una santa regañada. Pero igual la primera vez que Celeste vio a su mamá superenojada, pero al punto de
tener casi los ojos rojos y la cara roja, roja, roja, reventada de coraje. Y entonces yo le decía, "Mamá, perdóname, no sé qué hice." Y la mamá, "Vuelve a hacerlo para que veas lo que te voy a dar. Te voy a dar razones para estar enojada." Y le empezaba a hablar horrible, horrible. Celeste se puso a llorar, se sale de su casa y pasa otra cosa s extraña. Desde que está Mónica ahí, las cosas están muy raras. Cuando sale de la casa, ve que ahora hay algo nuevo que hace unas semanas no estaba y no
se había dado cuenta, que es un macetero al lado de la entrada. Un macetero hecho con blocksitas, tiene tierra y se ve con una construcción nuevecita de un color que desentona con la pared. Y ella ve eso y esto es lo extraño. Ese macetero le causa miedo. Cuando lo ve, se aleja como si fuera otra cosa, como si fuera un alambre con púas, como si fuera un lacrán, como si fuera una víbora. se aleja, brinca para atrás cuando lo ve y no entiende qué está pasando. Vivir en esa casa se está volviendo una cosa de
locos. Papá y mamá, después de 4 semanas de estar en este ritmo muy extraño, ya han llegado a cosas que no son justificables de ninguna manera. Mónica duerme en la habitación de los papás. Mamá duerme en la habitación que antes era de Celeste. Celeste se tiene que quedar ahí acostada en la sala, haciéndose tonta como si no escuchara los ruidos en la noche en casa de sus papás, algo que ninguna persona a esa edad debería de estar teniendo exposición. Sus papás, que eran unas personas tan conscientes, ahora no solo son descuidados, son sumamente negligentes. Se
ve donde ellos ya ni siquiera planchan la ropa, ni de Celeste, ni la de ellos. La casa, a pesar de que tiene a Mónica que se encarga de eso, ahora sí es un chiquero. Parece que Mónica no quiere que sigamos contando este reloto, pero no nos va a detener, así es que continúo. Entonces, Celeste sabe perfectamente que Mónica es una mentira. El nombre, la vestimenta, la forma de comportarse, todo en ella es falso, inclusive los ojos, porque ella ya la fue y la espió. Cuando todavía Mónica dormía en su habitación y no dormía con su
papá, fue y la espió desde afuera, desde la ventana y la vio en una ocasión estar parada ahí en el cuarto, como en algún tipo de trance media ida, porque no estaba haciendo nada, solo balbuceaba cosas y sus ojos ya no eran azules, ¿no? Sus ojos eran completamente negros. Ella estaba segura porque no le dio miedo que estaba utilizando algún tipo de pupilente. Tal vez en los ojos negros, tal vez en los ojos azules. Pero Mónica es una mentirosa. Mónica está destruyendo la vida de sus papás. Mónica lo que está haciendo no está bien. Aparte
su casa está horrible. La casa ya es un chiquero. Todo está tirado ahí. es una sociedad completa y nada de eso tiene sentido. Sus papás, ella está segura que están a punto de perder el trabajo porque ya han pasado días en los que ni siquiera salen de la casa. Su mamá es como si fuera un maniquí. No tiene opiniones, no tiene nada que decir, solo se sienta sonriente y se pone en frente del televisor. Se va a la habitación que antes era de celeste, se encierra y quién sabe qué hace, pero pasa todo el día.
Sale de ahí con la misma ropa y está segura que ya lleva varios días sin bañarse. Celeste llega un momento en el que tiene como un ataque de furia. Su papá y Mónica salieron. Iban a ir a comprarle ropa nueva a Mónica, la necesitaba. Celeste tiene ya la ropa raída, tiene la ropa rota y no se preocupan por ella. Cuando fue le pidió a su papá que por favor le comprara una nueva blusa, su papá se puso como loco. ¿Qué no ves que estamos haciendo todos los esfuerzos por tu educación? No nos estés pidiendo estupideces,
esas son cosas banales. Y ahora a la chica que ayuda en la limpieza, que no hace nada, que está destruyendo todo, te va a ir a comprar ropa. Entonces, en un ataque de ira, cuando el papá y Mónica ya no estaban en la casa, fue y tomó un martillo y no sabe por qué, pero dirigió toda su furia al macetero. Ese macetero que te dije que no tenía ningún sentido, que estaba fuera de la casa. y fue, se puso cerca de él y aunque sentía mucho miedo, agarró el martillo y le empezó a meter de
martillazos que lo empezó a desquebrajar poco a poco y de repente, como si fuera una construcción no muy bien hecha, no muy resistente, una parte completa del macetero voló en pedacitos, empezó a caer tierra y dejó al descubierto algo, un frasco de cristal bastante grande que tenía algún tipo de líquido a la mitad del frasco. Y había una fotografía ahí. Ella le llamó mucho la atención, mucho, porque cuando estaba golpeando y quebrando eso, se le fue la mano de más, golpeó con algo de cristal y le salpicó algo a la ropa, algo verdoso. Por eso
se asomó y vio una fotografía que no logró distinguir bien qué era, pero dijo, "¿Qué es esto?" siguió golpeando el macetero y debajo de cada plantita había un frasco diferente. Ella fue por una pala dentro de la casa, empezó a hacer presión desde una esquina, tumbó los frascos en el piso, se rompieron todos y se quedó todo ahí esparcido. Una combinación de tierra de estos líquidos feos que tenían cada uno y unas fotografías que ahora sí podía ver detalles. En una fotografía que no sabe de dónde la habían sacado, estaba su mamá y traía los
ojos rayados y las orejas también ralladas y la boca también. Estaban escritas cosas alrededor que ya no alcanzaba a distinguir porque el líquido las había borrado, pero se veía que estaba hecho con saña porque la forma en la que estaban tapados los ojos, la boca, las orejas estaba hecho de tal manera con ciertas figuritas que te hubiera puesto todo la piel chinita igual que se lo hizo celeste. Cuando vio el de su papá, algo le llamó la atención porque no era una foto, eran dos. Era la foto de su papá y estaba amarrada a otra
fotografía con un hilo rojo. Celeste no sabía nada de brujería. Lo que se hizo raro era que la otra fotografía era de Mónica y Mónica en esa fotografía se veía, digamos, de una manera muy explícita. La última fotografía que logró ver fue la de ella, la foto de Celeste, y estaba dentro de un frasco que estaba todo lleno de clavos. Y entonces empezó a entender los dolores de cabeza, los dolores en el cuerpo que había tenido las últimas semanas, retortijones que venían de todas partes, sensación como si le estuvieran dando piquetes de mosquitos en la
noche. Y cuando vio eso, dijo, "Aquí está pasando algo y estoy segura que es Mónica." No lo pensó dos veces. Con la misma pala empezó a recoger todo el mugrero, lo metió en una bolsa, fue por una libreta vieja, la llenó de papeles y como si fuera algo que se tuviera que hacer así, agarró alcohol, lo vació todo dentro de esa bolsa y encendió todo el mugrero. Como 3 horas después vino su papá a la casa. Estaba muy desconcertado. Estaba como actuando de una manera lenta, rara. Y Celeste fue y le preguntó, "¿Dónde está Mónica?"
"No, ya no va a volver, hija. No es buena. Ella no es buena." Y su papá estaba así como si lo hubieran golpeado en la cabeza, como si hubiera estado en algún tipo de accidente que lo hubiera zarandeado tanto que el mundo se le estuviera moviendo por todas partes porque hablaba lento, se movía lento, como si estuviera mareado todo el tiempo. su mamá. Su mamá se veía como fuera del letargo, pero era muy extraño porque se sentaba todavía ahí frente al televisor, se sentaba en el cuarto de celeste sonriendo, como viendo la nada y después
empezaba a hacer caras como de odio, como de disgusto, como molesta, como de asco. Mónica jamás volvió a aparecer ahí. Pasaron muchos años, vino el divorcio de los papás de celeste, vino un cambio de profesión de ambos padres porque sí perdieron el trabajo, ya tenían tiempo sin ir a sus respectivas escuelas y el trabajo no lo pudieron rescatar. Y Celeste poco a poco después de eso tampoco recuperó una muy buena relación. Pasaron muchos años cuando un día habló con su papá y le preguntó si se acordaba de esta Mónica de lo que había pasado cuando
era niña. Y el señor como con una voz entrecortada le dice, "Pues hija, yo creo que nos embrujó a a mí y a tu mamá, porque te acuerdas el día que yo la saqué que le iba a comprar ropa, hija, si nos faltaba comida en la casa, ¿en qué cabeza que había de irle a comprar ropa?" Yo era un tonto, pero pues yo traía muy metido que tenía que comprarle ropa y estando allá compramos la ropa, fuimos a su casa porque quería ponérsela enfente de mí. Me tenía idiotizado, hija. Me tenía idiotizado. No tengo ninguna
excusa, pero me tenía idiotizado. Y estando enfente de mí, me empezó a ver con mucho coraje y nada más me dijo, "Esa escincla ya se dio cuenta." Y empezó a agarrarse el cuerpo como con coraje, como si le estuviera pasando algo. Fue por un vaso, lo llenó de hielos y le puso agua, se lo empezó a aventar encima y me dijo, "Lárgate de aquí." Me sacó de la casa y ya no volvías a ver de ella. Pero no sé, me di cuenta que ella nos embrujó, nos hizo algo y me dice, "Narrador, después de eso
no he vuelto a saber de nada de brujería y de hecho muchos años después entendí que eso era brujería, pero ahora que escucho tu canal me queda claro que estas cosas sí existen." Si eres de esas personas que está esperando que en algún momento alguien le hable para decirle que he dado algo, ten cuidado porque Edna recibió una herencia embrujada y créeme, no quieres tenerla jamás. Edna sabe que viene de una familia que es muy peculiar, una familia con un pasado muy oscuro, un pasado al cual le huyen. Eso es algo que nadie le gusta,
pero es un pasado que todos tienen que conocer porque de aquí hasta siete generaciones adelante todos están en peligro si no escuchan esta historia. Edna sabe perfectamente que un abuelo de ella, el cual no conoció en vida, era brujo. Y era brujo malo, malo. Una persona de muy mal corazón, una persona que utilizó a todos a su alrededor, una persona que era especialmente buena haciendo pactos con demonios y haciendo daño a las personas. una fichita, una persona a la cual ni sus propios hijos, o sea, los tíos de Edna, ninguno de ellos habla de su
papá, jamás en un tono bueno y de preferencia nunca lo mencionan. Etna por su cuenta es una chica muy curiosa. Cuando se entera de la historia tenía cerca de 14 años y se entera de la historia a raíz de que ocurre algo muy peculiar, muy peculiar. Esa casa, a pesar de ser propiedad de la familia, no le explotan, no la ponen en renta, no la remodelan, no nada. está ahí pasando los años, poco a poco se va derrumbando, se va cayendo, está en mal estado y nadie le pone un peso encima. Y vamos que la
familia de Edna, tanto su familia nuclear como la familia extensa, no son personas que tengan demasiadas necesidades económicas, no son gente rica, pero si se pusieran todos de acuerdo, fácilmente tuvieran una casita de renta ahí, que a quién le caería mal ese dinero. Por eso Edna nunca ha terminado de entender por qué no rentan esa casa. Pero entonces tuvieron que ir a la casa del abuelo y cuando fueron a la casa del abuelo le pasó algo bien curioso. Cuando te digo curioso es horrible y horripilante. Ella está con su mamá y con su papá. Ellos
están discutiendo acerca de que están seguros que el archivo que había dejado el abuelo estaba en tal habitación, pero el otro decía que no. y empezaban a decir cosas bien raras como, "Tú sabes que él juega trucos, tú sabes que no podemos confiar en lo que nos dijo, tú sabes que las cosas aquí se mueven." Y Ed escuchaba eso y era como que, "Ay, mis papás se ponen bien mal cuando hablan del abuelo y mis tíos también." Como que se toman las cosas muy a pecho. Entonces ella como que en un descuido de papá y
de mamá empieza a caminar por la casa del abuelo porque ya había estado ahí hace muchos años pero no se acordaba. Y empieza a caminar teniendo recuerdos. cosas familiares, reconoce los pasillos, reconoce los umbrales de las puertas, se acuerda muy bien de la puerta que tiene una marca roja al lado. Está muy raro porque se acuerda y no se acuerda. Es como que sí, sí, sí, lo tengo en la punta de la lengua. Sé perfectamente que es este lugar, sé que hay del otro lado de esa puerta, pero al mismo tiempo no se me hace
tan familiar. Es como si fueran dos conciencias a la vez. Y entonces se le viene a la mente una imagen, una niña que tiene unos caereles dorados, pero el rostro es muy muy pálido y los ojos los tiene como de una víbora y se acuerda de ella y hasta le da miedo y hasta le da así como que un poquito de esta sensación como eléctrica en la espalda, como si le dieran un poquito de ñaáñaras y empieza ella a tener así este miedito. Cuando está ella con esta sensación, escucha unos pasitos detrás de ella ahí
en el pastillo de la casa del abuelo y al girar ve la silueta de una niña que entra en una habitación y se queda pasmada. Es una niña que se le hace muy familiar, pero es una niña que le da miedo y se vuelve a acordar de la imagen de esta chica de los careles y los ojos de serpiente. Oh, y es como que no, no puede ser, no puede ser, me lo estoy imaginando. Así es que no se va a meter en la habitación, va a agarrar corriendo y se va a ir directamente donde
están papá y mamá. ya ubica otra vez dónde están las voces y entonces comienza a correr para allá y cuando pasa por la habitación así pegadita al marco de la puerta está la niña parada viendo hacia enfrente y sonríe. Edna ni siquiera volteó a verla, no era necesario porque como iba directito hacia donde estaban los papás, pasó y escaneó con toda la periferia del ojo a esa chica y la vio donde poco a poco sonrió. Sus ojos de serpiente estaban ahí, sus caereles estaban ahí y ella estaba ahí en la casa y ya no era
parte de su imaginación. Esa niña que se acordaba de alguna manera de ella, estaba ahí en la casa del abuelo. Pegó un grito Edna y fue corriendo con sus papás y nada más escuchó por toda la casa y probablemente un par de vecinos, "Papá, hasta que llegó con su papá, lo abraza y el papá le dice, ¿qué te pasa? Había una niña, una niña con los ojos de serpiente. Cualquier papá que un muchachito venga y le diga eso se lo tomaría a juego. Los papás de Elna se pusieron pálidos, la abrazaron y como si fueran
guardias de seguridad, uno por adelante, otro por atrás, la agarraron de las manos y se fueron como en fila india caminando por el pasillo hasta llegar a la puerta principal y le decían, "Cierra los ojos, no voltees. Cierra los ojos, no voltees." Y salieron de la casa. ¿Qué papelería van a buscar? Ena ni se acuerda. No tiene ni la menor idea, pero se acuerda perfectamente que allá adentro sí vio esa niña. Sus papás le cambian de temas mientras van en el camino, están hablando de otras cosas, quieren que se olvide y ella se da cuenta.
Así es que le sigue el juego. Cuando le hablan acerca de, "Oye, ¿no quieres ir a comer alguna nieve, algún helado?" Les dice, "Sí, por favor, sí, ¿cuál?" Y de repente cuando intenta recordar los sabores de los helados, ahí está la cara de la niña, justo en el marco de la puerta, viéndola directamente y sonriendo, y se le pone la piel chinita y nada más le dice, "No, no, el que quieras, papá. Lo que sea, lo que sea." Y los papás se dan cuenta de lo que está pasando porque cambian a otro tema. Vamos al
cine a ver una película. No, no, no, porque el cine está muy oscuro. Vámonos, vamos a un centro comercial, vamos a dar una vuelta, vamos a caminar un parque. Y entonces les dice, "Sí, sí, lo que sea, vamos ya, vamos ya." Y ese día es una locura porque están cambiando y cambiando y cambiando de actividad. Pero a partir de ese día, Edna comienza a tener los sueños. Un sueño muy raro. Esa chica, la que acaba de ver en la casa del abuelo. Ella está en su habitación ahora mientras está soñando. Y ella le indica que
le siga. Le mueve el dedo índice haciendo una señal como de ven hacia acá, moviéndolo como desde donde está en la frente a esta niña hacia ella para hacerle una y otra vez ese signo de ven para acá. Edna, como un robot se pone de pie de la cama, camina hacia ella y la chica le va indicando como un camino por la casa del abuelo, porque ahora está dentro de la casa del abuelo, hasta llegar a una puerta que ya nunca había visto antes. Donde la abre hay un patio, en el patio hay un árbol
muerto y se ve donde la chica camina hasta la parte posterior del árbol muerto y le está señalando con su dedo índice la tierra. Edna camina en el sueño, camina detrás del árbol muerto y ahí se ve como un túmulo, como un montón de tierra acumulada, como si fuera una tumba improvisada en la cual enterraron algo y está ahí detrás del árbol y se despierta. Y es muy extraño porque ese sueño le da una sensación de realidad como nunca la había tenido. ¿Cuándo se la cuenta a mamá y a papá? Cuando les cuenta este sueño,
es cuando ellos le cuentan la historia que estoy a punto de decirte. ¿Quién carajos había sido su abuelo? Y le cuentan eso que te dije al inicio. Su abuelo no era una buena persona. Tu abuelo era malo, un brujo, un hechicero, un sujeto que sea pactos con demonios y no para hacerle bien a nadie, para hacerle mal. Era un tipo que había utilizado a la familia, que los había ofrecido. Se decía por ahí que había más hijos por allá que no eran de esta familia, hijos advenedizos, hijos de mujeres que tanto las mujeres como los
hijos desaparecieron porque este sujeto en su momento gozaba de mucha fama y mucha fortuna y tenía bastante poder. Mágico político, veto a saber. El punto es que este sujeto, la familia comenzó a tenerle poco miedo, nada de respeto, mucho miedo y empezaron a distanciarse. Y este hombre quedó tan embriagado, tan lleno del poder y de lo que ganaba, que al final los corrió. Se quedó solo viviendo en esa casa, en la casa en la que estuvo Edna. Él estaba viviendo ahí y un día reciben una llamada de la casa. Hay una voz, una voz que
es como gutural, que es de un hombre, pero no pertenece al abuelo, diciéndoles, "Vengan ya." No ocuparon preguntar de dónde les estaban marcando ese tipo de mensajes y ese tipo de cosas. Solo podían venir de un lugar. Cuando van a visitar la casa del abuelo de Edna, que en este caso era la de su papá, se topan con un hombre enfermo en cama que por alguna extraña razón no estaba del todo desnutrido, pero no había nadie viviendo con él aparte de él mismo. Él estaba solo, pero había vestigios de que le llevaban cosas a la
cama. Cuando le preguntan al papá, ¿quién lo está cuidando? Dice, "Los que me cuidan." Y ellos saben a quiénes se refiere. Saben que en esa casa probablemente hay otras cosas ocultas. Tienen miedo y no quieren estar ahí. Pero el abuelo de Edna, el papá de estas personas, les dice, "Ya estoy por irme. Necesito que me releven. Quiero descansar." y se levanta las sábanas de la cama en la que está acostado y les muestra un pie que está ya todo engusanado, algo que ya se echó a perder desde hace mucho tiempo. Cuando lo ven, no les
da esta sensación que les daría a muchos de ustedes de empatía decir, "Papá, ¿qué te está pasando?" Y preocuparse. No, se le quedan viendo y les da repulsión y asco. Sabían que era parte de lo que él estaba pagando por las cosas que hizo, pero no querían tener más cercanía con él. Entonces solo ven como qué quieres que hagamos. Necesito que me releven. No te vamos a relevar. No nos interesa lo tuyo. Déjenme descansar. Necesito que alguno de ustedes me releve. Y ahí es donde sale la información. ¿Qué es eso de relevarte? ¿Qué necesitas que
hagamos? Y le señala justo una mesita que no se habían dado cuenta que estaba en la habitación en la que hay un libro. Tómenlo y úsenlo y déjenme descansar a mí. La familia comenzó a hacer relevos. Llevaron doctores, nadie se acercaba al libro y los doctores decían, "No entendemos cómo sigue vivo. O sea, esto no está avanzando, debería de avanzar más y tu papá ya no debería de estar aquí." O sea, está está muy mal. Y entonces los doctores decían que había que sacarlo de lugar y darle atenciones. Y el Señor decía que no, que
él quería que lo relevaran. Él ya quería descansar. La familia sí está haciendo relevos, pero está haciendo relevos para cuidarlo nada más. Y de repente, de un día para otro, una llamada en la casa de los papás de Edna, que para este entonces Edna todavía no nacía, pero ya venía en camino. Y una voz de una mujer dice, "Ya viene mi amiguita y tu papá ya no está." Y se colgó la llamada. La mamá de Erna no entendió de lo que estaban hablando, pero le habló a sus hermanos para decirle que algo había pasado con
su papá, porque cosas macabras nada más venían de ahí. Y cuando llegan a la casa del abuelo de Edna, el abuelo está muerto y ya no esté libro. ¿Quién se lo llevó? ¿Para qué se lo llevó? ¿Quién relevó el abuelo? ¿Quién sabe? Ninguno de los hermanos admitió haber sido él o ella la que estuvo la noche anterior y nadie quería preguntar a detalle. El problema es que Edna no es la más grande de, digamos, la siguiente generación de esta familia. Tiene primos y primas y desde que muere el abuelo empiezan a soñar con una amiga
imaginaria. una amiga imaginaria que tiene ciertos rizos, que tiene ojos de serpiente y que los guía un árbol muerto en el que está enterrado algo. Edna cuando escucha esta historia, si fuera otra persona, no la creería, pero como ya vio a esa niña, sabe que no es mentira. Así es que le dice a sus papás, yo no lo voy a relevar. Yo no quiero ir a esa casa. No voy a ir detrás de lo del árbol. No voy a ir a checar nada de eso. Y entonces sus papás le dicen, "Tú permanece firme. Lo más
que le ha durado uno de tus primos fue un año. Permanece firme. No le hagas caso a ese sueño. No hagas lo que te pide esa niña porque no es una niña, no es tu amiga." Entonces Edna comienza a tener el sueño de forma más recurrente, pero se empieza a volver más pesado. En el sueño ahora aparece una sombra roja y esta sombra roja le está esperando, le está acechando. Y esa sombra roja, lo peor del caso es que es muy desobediente porque no se queda nada más en los sueños. Cuando Edna abre los ojos
estando en la cama, la sombra está ahí enfente de su cama, está justo en su habitación y ve cómo se viene acercando y no le queda otra cosa más que cerrar los ojos, apretar los puños y esperar que el tiempo pase porque no llega a pasar nada. Se escucha a veces la sombra, a veces ve aún con los ojos cerrados por medio del párpado logra ver movimiento alrededor de ella, cosas espantosas, pero no pasa nada. En los sueños ha intentado hablar, pero en los sueños no puede hablar. Pero cuando está í en su habitación y
aprieta los puños y esa sombra se mueve alrededor de la cama, ella dice, "No les voy a hacer caso. Déjenme en paz, déjenme en paz, déjenme en paz." Ella esperaba que eso funcionara, pero las cosas fueron un poco peor, porque pasan unos días o tal vez hasta unos meses, porque esto duró 2 años, ella ha sido la persona como que más tentada por esta situación y dice que en una de estas ocasiones sintió como esa sombra se sube en la cama, le pone, no las manos, las piernas en la espalda y sus manos se las
pone en la cabeza como si se le estuviera trepando. justo detrás de la nuca del cuello y empieza a sentir un peso enorme y ella cree de alguna manera que está teniendo un sueño hasta que se da cuenta que no, que está totalmente despierta y siente que tiene alguien trepado encima de ella. No sabe cómo tiene fuerza suficiente para poderse parar de la cama porque siente que está cargando a alguien y a alguien pesado. Así es que a partir de ahí y las siguientes semanas empieza a sentir que camina más lento, que está como más
apagada, que se siente con menos energía y todo el tiempo está escuchando pequeños susurros en un oído y en el otro. No sabe por qué no va a decirle a papá y a mamá. Tal vez papá y mamá saben qué hacer en este tipo de casos. Ellos debieron haber conocido el abuelo en su tiempo. Entonces, tal vez conocen cómo hacerle frente. Pero me dicen, "En ese momento ni se me ocurrió. Estaba tan sofocada por esto que no busqué salida, solo me acostumbré un poco a eso y pasaron semanas y pasaron meses y en esos meses
yo ya era otra persona apagada por completo. Mis papás querían tener como más contacto conmigo, tener más cariño conmigo, tener más atenciones. Yo no es que lo despreciara nada, pero era como si no lo viera, como si no notara nada de eso. Así es que fueron avanzando mis días y un día ya sofocada y aplastada, estando en mi sueño, le dije a la mujer de los ojos de serpiente, "Está bien, ya voy para allá." Y en ese instante me levanté, dejé de sentir la sombra encima de mí y vi cómo iba saliendo alguien de mi
habitación. narradora, al día siguiente entendí que la única forma en la que me iban a dejar tranquila y estaba mal, pero fue lo que entendí, era ir esa casa e ir al árbol muerto. Así es que fui. Me metí en la casa y era como si me estuviera esperando. La casa se sentía tranquila, como si fuera un lugar de fiesta, un lugar en el que quisieras estar, como si estuvieran personas emocionadas ahí. Pero el lugar estaba en ruinas, lleno de telarañas, horrible. Fue algo espantoso esa sensación como bonita en un lugar tan feo porque entendía
que había cosas ahí esperándome y que estaban felices de tenerme ahí. Fui caminando por el pasillo, pasé por la puerta donde la vez pasada vi esa niña, no había nada y estaba bastante más arruinado que la última vez que estuve. Seguí caminando hasta que llegué a una pared y esa pared como si le hubieran vuelto parte de con una capa de yeso. Estaba una puerta que no tenía pomo. Tuve que empujar. Se desprendió toda una capa de yeso y la puerta se dio. Estoy en un patio que no hay nada de césped, hay un árbol
muerto al fondo. Voy caminando para allá. Me acuerdo perfectamente de la niña de los ojos de serpiente que me está señalando siempre el mismo punto. Y ahí te va, narrador, donde llego y me paro detrás del árbol, está ahí el túmulo, el montón de tierra, como si pasara ahí la eternidad sin que le cayera una gota de agua. Lo veo, pongo el pie encima de esa cosa y entonces le digo, "Entiéndeme, bruja, que no lo voy a agarrar. y pateé la tierra que estaba arriba y me fui corriendo de la casa. Donde pisé dentro de
la casa, narrador, sentía que de cada esquina y de cada habitación venían saliendo cosas que me seguían como si fueran arañas, pero más grandes de lo normal, como si fueran arañas con patas tan largas que cuando me abrazaran yo ya no iba a poder salir de ahí. Algo horrible. Criaturas de dos patas, criaturas de seis patas, criaturas de cuatro patas, algo espantoso, como si monstruos, demonios, criaturas, personas estuvieran saliendo de todas partes y ahora no estuvieran felices. Estaban enojadas y me querían morder y me querían masacrar y me querían hacer daño. Así es que yo
agarro corriendo por la casa de mi abuelo, llego al final, estoy pegada a la puerta de la entrada y como si lo hubieran ya hecho a propósito, no puedo abrir la puerta, está pegada. y estoy forcejeando y escucho que hay cosas que avanzan hacia mí y estoy jale y jale la puerta hasta que ya digo, "Déjenme en paz con un no les voy a hacer caso nunca, la puerta cede y yo me salgo." Ese día narrador llego a mi casa. Estoy más asustada que en toda mi vida. Nada de lo que había vivido, pasado o
sentido hasta ese instante se había parecido ni tantito a todo eso que acababa de vivir en casa de mi abuelo. Cuando llego a mi habitación me topo con una sorpresa muy extraña. Yo, a un lado de mi cama, tengo una cómoda con un espejo. Cuando llego en mi habitación, la cómoda está movida y el espejo está arriba de mi cama. Y entonces se me hace muy extraño, ¿por qué vino mi mamá en la habitación? para qué quería mover mis cosas. Así es que voy caminando hacia la cama para agarrar el espejo y quitarlo de ahí
porque lo que quiero es acostarme, me siento muy rara. Llego al espejo, lo tomo de los lados, me asomo porque me estoy inclinando justamente para levantarlo y del lado contrario, o sea, de frente de mí, se asoma la niña de caireles y me está viendo directo los ojos. Cuando la veo, no te puedo expresar exactamente todo lo que pensé y sentí, porque en un segundo pasaron 1000 años, el corazón se me aceleró. Sentía que me iba a quedar como sin aire, sentía que me iba a desmayar y quería gritar, quería pedir ayuda, quería pedir auxilio,
sentía que iban a salir las manos de ella y me iban a meter al espejo. La cosa más espantosa que te puedas imaginar, todo en un segundo. Y cuando me quedo ahí con toda esa gama de emociones y sin saber qué hacer, la niña me sonríe y el espejo está ahí en pedacitos. Se rompe todo arriba de la cama. Yo me quedé helada, pero lo que le sigue era como si me hubieran quitado algo. Salgo de la habitación, mi mamá me ve y me dice, "¿Estás bien?" Y le digo, "¿Tú moviste mi cuarto?" Y ella
me dice, "No." Y entonces nada más le muevo la cabeza de arriba a abajo. Bajé a la planta de abajo. Durante un mes no volví a dormir en ese cuarto. El espejo no lo movía de esa cama. Pero poco a poco me di cuenta que yo ya no tenía el sueño, esa cosa ya no me visitaba. Y un día nada más les dije a mis papás lo que había pasado. Mis papás se pusieron como raros, se fueron ese día de la casa, regresaron muy preocupados y me dijeron, "¿El árbol al que tú fuiste excavaste?" Y
yo les dije, "No, alguien tomó el libro. narrador, dicen que encontraron un pozo, no había nada dentro y no sabemos si alguien de la familia sucumbió, pero estamos seguros que alguien ya relevó al abuelo. Y con esta historia y estas rayitas, querida familia nocturna, hemos terminado esta oscura fogata de historias. Así es que por favor cuéntame qué te parecieron las historias. ¿Hubo alguna historia que te quitara un poquito la tranquilidad? Y si es así, ponme en los comentarios cuál fue la historia que más te gustó. Antes de irme te pido por favor que si te
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