había una vez en las afueras de un pequeño pueblo dos casas vecinas en una vivía un afortunado de acaudalado agricultor estaba rodeado de sirvientes y tenía acceso a todo lo que pudiera imaginar en la otra una casucha humilde vivía un viejecito de hábitos muy austeros que dedicaba gran parte de su tiempo a trabajar la tierra y ahorrar el viejo y el rico se cruzaban diariamente e intercambiaron algunas palabras en cada encuentro el rico hablaba de su dinero y el viejo hablaba de su fe la fe se burlaba el agricultor si como dice estudios es tan
poderoso porque no le pides que te envíe lo suficiente para no pasar las privaciones que padeces tienes razón dijo el viejo un día y se metió en su casa al y el siguiente cuando se encontraron el viejo tenía la cara llena de felicidad qué te pasa anciano no me pasa nada pero siguiendo tu consejo le pedí a dios esta mañana que me enviara 100 monedas de oro así dijo el hombre rico yo le dije que como ha sido un buen hombre como he respetado sus leyes me merecía un premio y que elegía las monedas te
parece una cantidad excesiva no importa lo que me parezca a mí dijo el rico burlándose lo que importa es que no le parezca demasiado a tu dios quizás él crea que mereces un premio de 20 monedas o de 50 o de 80 o de 92 quién sabe manu dijo el anciano dios puede decidir si yo merezco el premio o no pero mi petición fue muy clara yo quiero 100 monedas yo no aceptaré 20 ni 30 ni 92 yo he pedido 100 y no tengo ninguna duda de que si mi buen dios se puede ocupar de
mi petición lo hará él no regateará conmigo y yo no regatearé con él tienes la petición y 100 me enviara no pienso aceptar que me mande ni una moneda menos ja ja ja si que eres exigente dijo el hombre rico tal como él me exige yo le exijo él dijo el viejo mira yo no te creo capaz de rechazar las 20 o 30 monedas que te mande tu dios solo porque no son 100 pues rechazaría cualquier suma inferior a 100 dijo el anciano sin embargo si dios cree que es poco y decide mandarme un poco
más entonces entonces pensaría si aceptar el resto jajajaja estás totalmente loco me quieren hacer creer ese cuento de tu fe y de tu determinación jajaja me gustaría verte manteniendo esa postura ja ja ja ja ja y cada uno regresó a su casa por alguna razón al rico le ponía nervioso el viejo que cada dura como podía decir que no se perdía menos de cien monedas de oro tenía que desenmascararlos lo haría esa misma tarde preparó una bolsa y puso en ella 99 monedas de oro fue hasta la casa de su vecino vio por la ventana
que el viejo estaba de rodillas en actitud de oración escucho que decía dios querido ayúdeme en mis necesidades creo que tengo derecho a esas monedas pero recuerda son 100 monedas no me conformaré con lo que me envíes quiero exactamente mis 100 monedas mientras el viejo rezaba el rico subió al tejado y le tiró las monedas por el hueco de la chimenea después bajo espiar el viejo seguía de rodillas cuando oyó el sonido de algo metálico que caía por el hueco de la chimenea lentamente se incorporó se acercó a la chimenea levantó la bolsa la sacudió
de los jeans y de ceniza después se acercó a la mesa y vació el contenido del saco sobre ella la montaña de monedas apareció ante él el viejo cayó de rodillas y agradeció al buen dios el presente que le había enviado una vez terminada la oración con todas las monedas había 99 noventa y nueve moneda de oro el hombre rico seguía esperando preparado para demostrar su teoría el viejo alzó su voz al cielo y dijo dios mío veo que tu decisión es cumplir el deseo de este pobre viejo pero veo también que las arcas del
cielo no había más que 99 monedas te agradezco mucho que no hayas querido hacerme esperar por tan solo una moneda no obstante tal como te dije no quiero aceptar ni una moneda menos que siempre es un imbécil pensó el rico por otro lado siguió el viejo eres para mí de absoluta confianza por ello y por única vez dios mío voy a dejar a tu libertad elegir el momento en que me enviara la moneda que me debes traición grito rico hipócrita y gritando empezó a golpear la puerta de su vecino eres un hipócrita seguía diciendo dijiste
que no ibas a aceptar menos decían y ya te estás embolsando estás 99 monedas como si nada mentiroso tú y tu fe en dios el hijo salió a la puerta y como sabes tú de las 99 monedas lo sé porque yo te envié esas 99 monedas pero sí envié para demostrarte que es un charlatán no aceptaré menos de 100 hasta no aceptaré pastaza y de hecho no aceptaré siguió el viejo dios me enviara la última moneda cuando él lo decida él no te enviará nada él es tonto quien te mando esas monedas como te dije
fui yo mira no discutiré si fuiste tú el instrumento que utilizo dios para satisfacer mi deseo o no pero el caso es que este dinero cayó por mi chimenea mientras yo lo pedía y por lo tanto el menos vio y el mío el hombre rico cambio su sonrisa por un gesto adusto como que es tuyo esta bolsa y estas monedas son mías yo las envíe los designios de dios dijo el anciano son incomprensibles para el ser humano maldito seas tú y maldito tu dios devuélveme mi dinero o te haré comparecer ante el juez perderás todo
lo poco que tienes mi único juez dijo el viejo es mi dios pero si te refieres el juez del pueblo yo no tengo ningún inconveniente en poner el problema en sus manos pues bien eso lo haremos entonces vamos ya por vas a tener que esperar que compre un carruaje ahora no tengo un viejo como yo no puede permitirse el lujo de caminar hasta el pueblo pues no hace falta esperar yo te daré mi carruaje realmente agradezco tu actitud en todos estos años nunca me había se ha ayudado en nada bien de todos modos vamos a
tener que esperar a que pase un poco el invierno hace mucho frío y mi salud no soportaría ir hasta el pueblo sin un buen abrigo tú estás tratando de postergar el tema dijo el rico furioso te daré mi propio abrigo de pieles para que pueda viajar que otra excusa tienes en ese caso dijo el viejo no puedo negarme el anciano se abrigo con las pieles subió al carruaje y partió hacia el pueblo seguido por el hombre rico que iba en otro coche llegados allí el acaudalado hombre de negocios se apresuró a pedir audiencia al juez
y cuando éste lo recibió le contó en detalle su plan para desacreditar la fe del viejo como había enviado las monedas por el hueco de la chimenea y como el viejo después se había negado devolvérselas qué tienes que decir viejo preguntó el juez señoría me extraña mucho tener que estar aquí para confrontar a mi vecino por este tema este hombre es el más rico de la ciudad sin embargo nunca ha demostrado ser solidario nunca ha tenido ninguna actitud caritativa con los demás y no creo que sea necesario que yo argumento en mi defensa quién podría
creer que un hombre avaro como éste puede haber puesto casi 100 monedas en una bolsa que las haya arrojado por la chimenea del vecino solamente para demostrar vayas a ver qué cosa me parece claro que el pobre hombre me espiaban y al ver mi dinero su codicia pobre lo hizo inventar esta historia inventar viejo maldito inventar dices tú sabes que todo es como yo te lo digo gritó el rico ni tú te crees esa patraña de dios enviándote las monedas devuélveme la bolsa de bueno y me la haya evidentemente señoría dijo el anciano este hombre
está muy perturbado claro que estoy perturbado me perturba que me roben te exijo que me devuelvas esa bolsa señor juez les pido que haga justicia el juez estaba asombrado los argumentos de ambos lo obligaban a tomar una decisión pero cuál sería la más justa devuélveme mi dinero viejo tramposo decías rico ese dinero es mío mío solamente mío en un momento el rico saltó a la barandilla de madera que lo separaba y fuera de sí intentó arrebatarle la bolsa al viejo orden gritó el juez orden lo ves en el juez siguió el anciano la codicia lo
enloquece no me extrañaría que si consiguiera la bolsa empezar a decir que el carruaje en el que vine también es suyo claro que es mío se apresuró el rico yo te lo preste lo ves te señoría lo único que falta es querer ser el dueño de mi propio abrigo por supuesto que soy su dueño grito ya descontrolado el rico es mío todo es mío la bolsa el dinero el carruaje el abrigo todo es mío todo tuvo todo alto nicole juez ya no tenía ninguna duda no te da vergüenza querer quitarle a ese pobre viejo lo
poco que tiene pero pero empezó a defenderse rico sin peros él es un codicioso y un aprovechado si el juez por haber intentado estafar a este pobre viejo te condenó a una semana de cárcel y a pagarle a tu vecino 500 monedas de oro como compensación perdón señoría interrumpió a viejo puedo hablar sí anciano habla yo creo señoría que el hombre el hombre ha aprendido a la elección yo le pido que a pesar de que sea mi adversario le levante la condena le imponga tan solo una multa simbólica eres un buen hombre anciano que propones
te escucho cien monedas más cincuenta no dos ni el juez yo creo que el pago de una sola moneda sería suficiente castigo el juez sonrió golpeó la mesa con su martillo y sentenció gracias a la generosidad de este hombre y no porque sea el deseo del tribunal se impone una multa simbólica de una moneda de oro que deberá pagar por supuesto de inmediato protestó dijo rico me opongo dijo rico salvo que el sentenciado agregó el juez rechace la gentil y propuesta del buen hombre y prefiera la sentencia no tan benévola de este tribunal era muy
rico comprendió que todo empeoraba si se resistía resignado saco una moneda y la entregó al anciano asunto terminado dijo el juez es rico salió corriendo en su coche y se marchó del pueblo de juez saludó al viejo y se retiró el viejo alzó los ojos al cielo y dijo gracias dios ahora sí no me debe nada [Música]