una pastora alemana apareció en la carretera sucia agotada con una mirada que reflejaba algo más que miedo desesperación entre sus dientes llevaba algo con sumo cuidado como si su vida dependiera de ello se acercó a un hombre que estaba a punto de subirse a su camioneta y sin dudarlo le dejó frente a los pies un pequeño cachorro su cachorro luego con los ojos vidriosos hizo algo que nadie esperaba empezó a llorar su cuerpo temblaba su respiración entrecortada pero no se movió solo esperó lo que este hombre hizo después te romperá el corazón y cambiará la
forma en la que ves la lealtad de los perros Pero antes de empezar asegúrate de suscribirte al Canal darle me gusta a este video y activar las notificaciones para más historias como esta ahora Prepárate para una historia de sacrificio amor y un giro que jamás olvidarás el viento frío soplaba fuerte aquella noche entre las luces intermitentes de los postes de la carretera una figura solitaria avanzaba con dificultad su pelaje antes brillante y abundante ahora estaba cubierto de polvo y barro sus patas dolían sus fuerzas flaqueaban pero ella no se detenía no podía detenerse entre sus
mandíbulas sostenía con un cuidado casi sobrehumano un pequeño bulto de vida su cachorro la pastora alemana miraba a su alrededor con desesperación sus orejas se movían con nerviosismo tratando de captar cualquier señal de peligro Pero lo único que encontró fue el sonido de los coches pasando a toda velocidad ignorándola por completo tenía miedo pero no por ella por su bebé El Cachorro apenas se movía estaba demasiado débil demasiado frágil su pequeño cuerpo temblaba de frío y hambre ella lo apretó suavemente con el hocico como si ese gesto pudiera infundirle fuerzas su corazón latía con fuerza
ella sabía que no le quedaba mucho tiempo había recorrido kilómetros sintiendo su cuerpo fallarle a cada paso buscando algo alguien Y entonces lo vio a unos metros de distancia bajo la tenue luz de una gasolinera un hombre estaba junto a su camioneta llevaba una chaqueta gruesa botas gastadas y el rostro serio mientras cerraba la puerta del vehículo un humano la pastora alemana dudó solo un segundo sabía que los humanos podían ser crueles sabía que muchos la habían ignorado antes pero ya no le quedaban opciones Así que se acercó lentamente el sombre que estaba guardando sus
llaves en el bolsillo notó un movimiento en su visión periférica y giró la cabeza se quedó congelado allí a pocos metros de él una perra esquelética sucia con los ojos llenos de angustia lo miraba fijamente y entonces con sumo cuidado depositó El pequeño cachorro en el suelo frente a sus pies el hombre parpadeó sin entender el cachorro gimió un sonido débil casi un susurro Apenas tenía fuerzas para moverse Y entonces ocurrió algo que lo dejó sin aliento la pastora alemana sin apartar la mirada Comenzó a llorar no era un llanto de dolor era un llanto
de Súplica su oo se movía levemente dejando escapar pequeños jadeos temblorosos sus ojos húmedos y desesperados suplicaban sin palabras por favor sálvalo el hombre sinta un nudo en la garganta Jamás había visto algo así se agachó lentamente sin apartar la vista de la madre su mano temblorosa acarició El pequeño cuerpo del cachorro estaba tan débil tan frío miró a la perra de nuevo Y entonces entendió ella estaba en entregando a su hijo pero por qué el H hombre sintió un escalofrío recorrer la espalda miró alrededor Dónde estaba su hogar Dónde estaba su comida su Refugio
la pastora alemana no llevaba collar no tenía Rastros De haber pertenecido a alguien recientemente sus patas estaban heridas sus costillas marcadas sus ojos hundidos por el hambre esta perra no tenía hogar y había caminado hasta aquí cargando a su cachorro todo el camino el hombre sintió una punzada en el pecho y luego ella hizo algo que lo destrozó aún más dio Un paso atrás y luego otro el hombre lo frunció el ceño No espera pero ella solo lo miró una última vez y se dio la vuelta se estaba yendo se estaba despidiendo el hombre sintió
que el pecho le dolía no podía dejar que esto terminara así así que hizo algo que cambiaría su vida para siempre espera llamó su voz más fuerte de lo que esperaba la pastora alemana se detuvo su cuerpo estaba tenso como si estuviera debatiéndose entre seguir caminando O volver pero no se giró el hombre tragó saliva y miró al cachorro en el suelo se veía tan frágil no podía simplemente quedarse allí con un suspiro profundo el hombre se quitó la chaqueta y con cuidado recogió al cachorro envolviéndolo en la tela caliente El pequeño gimió débilmente su
diminuto cuerpo acomodándose en la improvisada manta el hombre Hombre miró de nuevo a la madre no te vayas dijo en voz baja dando un paso adelante ella no respondió solo permaneció quieta con la cabeza gacha él se acercó un poco más no tienes que hacerlo sola murmuró su voz firme pero cálida finalmente ella levantó la cabeza sus ojos se encontraron por primera vez el nombre sintió que le desgarraban el alma nunca había visto una mirada tan triste en un perro ella parpadeó lentamente luego por primera vez bajó la cabeza y caminó de vuelta hacia él
no corrió no tembló solo se acercó y se sentó junto a sus pies su ocico tocando suavemente la tela que envolvía a su bebé el comú hombre sintió que sus ojos se humedecía se agachó y con mucho cuidado pasó una mano por la cabeza de la madre ella cerró los ojos por un segundo como si ese simple contacto le diera la paz que llevaba tanto tiempo buscando y fue en ese momento que él supo lo que tenía que hacer miró el cachorro En sus brazos miró a a la madre exhausta pero con la esperanza renaciendo
en su mirada y luego sin dudarlo más abrió la puerta de su camioneta y dijo vamos a casa ella no se movió de inmediato no porque dudara sino porque necesitaba asegurarse de que esto no era un sueño y cuando el hombre subió con su cachorro y la miró de nuevo con una leve sonrisa en el rostro ella supo que finalmente lo había encontrado un hogar con un último suspiro tembloroso la pastora alemana saltó dentro de la camioneta y se acurrucó junto a su bebé el hombre encendió el motor y cuando la carretera quedó atrás supo
que su vida nunca volvería a ser la misma el motor de la camioneta rugió suavemente en la silenciosa carretera nocturna el hombre mantuvo sus manos firmes en el volante pero su mente estaba completamente atrapada en lo que acababa de suceder cada tanto desviaba la mirada hacia el asiento del copiloto allí envuelta en su chaqueta el diminuto cachorro dormía su diminuto pecho subiendo y bajando de manera irregular aún demasiado débil para reaccionar y en el suelo a su lado la madre estaba acurrucada contra el asiento sin moverse su cabeza descansaba cerca de su bebé pero sus
ojos seguían abiertos no dormía no podía dormir el Homo hombre notó que ella no dejaba de mirarlo de reojo con el mismo brillo de desconfianza mezclado con agotamiento absoluto no podía culparla cuánto había sufrido para llegar hasta aquí suspiró y fijó la vista en la carretera no tienes que preocuparte murmuró aunque no esperaba que ella entendiera su voz era más para sí mismo que para la perra nadie más los va a abandonar la pastora alemana no reaccionó de inmediato solo sus orejas se movieron levemente como si sus fuerzas apenas le permitieran registrar las palabras el
hombre tragó saliva cómo pudo llegar a esto no tenía idea de qué hacía una perra como ella en esa condición había visto perros callejeros antes pero algo en ella era diferente no tenía la mirada perdida de un animal acostumbrado a la soledad tenía el alma rota de alguien que había tenido algo y lo había perdido apretó los labios y fijó los ojos en la carretera nuevamente mañana averiguara su historia pero esta noche lo primero era asegurarse de que sobrevivieran cuando finalmente llegó a su casa una pequeña cabaña A las afueras del pueblo El reloj marcaba
más de la mediane apagó el motor y miró a su lado la madre seguía Despierta Pero lo que más lo sorprendió fue lo que hizo cuando él abrió la puerta en lugar de salir corriendo o retroceder Como haría cualquier perro asustado ella esperó no movió un solo músculo hasta que lo vio recoger cuidadosamente al cachorro entre sus brazos solo Entonces como si ese fuera el único permiso que necesitaba la pastora alemana se levantó con esfuerzo y lo siguió hasta la casa el hombre El Hombre sintió un nudo en la garganta este no era un simple
Perro callejero esta era una madre que lo había perdido todo y estaba apostándolo todo en él el interior de la cabaña era cálido con el suave resplandor del fuego iluminando las paredes de madera el hombre llevó al cachorro hasta un viejo sofá donde colocó mantas gruesas y una almohada era lo más cercano a un nido cálido que podía ofrecerle en ese momento la madre entró tras él y se quedó en la puerta él lo notó de inmediato su cuerpo temblaba no solo de frío sino de incertidumbre de verdad Estaba a salvo aquí el hombre se
agachó y le extendió una mano ella no la olfateo no la rechazó solo lo miró Y en sus ojos Había algo devastador no miedo sino resignación estaba lista para que él la echara el hombro sombre sinató que el pecho se le apretaba Cuántas veces le habían cerrado la puerta en la cara sin decir nada se levantó y caminó hasta la cocina la pastora alemana lo siguió con la mirada pero no se movió cuando él regresó traía en las manos un plato con comida no era mucho solo algo de carne desmenuzada que había guardado en el
refrigerador pero cuando lo puso en el suelo frente a ella sus ojos Se abrieron más de lo que él había visto hasta ahora no lo tocó de inmediato no lo atacó con hambre esperó el hombre se dio cuenta de que no se movía porque no sabía si era para ella o si él se lo quitaría ese simple detalle hizo que el corazón se le partiera en dos es tuyo dijo suavemente y finalmente ella comió no con desesperación no con ansias comió con la tristeza de quien no ha probado un bocado en días pero tampoco quiere
ilusionarse el hombre dejó escapar un largo Suspiro esa perra no solo había sido abandonada había sido traicionada cuando terminó levantó la cabeza lentamente y lo miró él no se movió ella tampoco solo se quedaron en silencio observándose y por primera vez algo cambió en su mirada no era confianza Aún no pero era algo muy cercano a la esperanza con pasos inseguros se acercó hasta el sofá donde estaba su cachorro dormido y sin hacer ruido se acostó a su lado el el hombre sonrió ella no lo sabía aún pero esta ya era su casa el amanecer
llegó lentamente filtrándose a través de las cortinas de la cabaña y bañando todo con un resplandor dorado el hombre despertó con el sonido de la madera crujiendo en la chimenea sintiendo el calor reconfortante del fuego aún encendido Por un instante isete casi olvidó lo que había sucedido la noche anterior Pero cuando giró la cabeza y vio la escena frente a él todo volvió a su mente con una fuerza Arrolladora en el viejo sofá sobre la manta que él había preparado la pastora alemana estaba acurrucada junto a su cachorro pero esta vez algo era diferente ella
dormía no estaba rígida no estaba en alerta por primera vez en quién sabe cuánto tiempo había bajado la vi bajado la guardia el hombre se quedó en silencio observándola su respiración era lenta y profunda su pecho subía y bajaba con calma sus patas antes tensas y preparadas para huir estaban extendidas en una postura de descanso absoluto había comido había encontrado un lugar cálido y al menos por unas horas había encontrado Paz El hombre sintió un nudo en la garganta pero su mirada bajó hasta el cachorro y su expresión cambió de inmediato El pequeño aún estaba
demasiado débil su respiración era irregular sus movimientos eran apenas espasmos involuntarios no se despertó cuando él se acercó ni siquiera reaccionó cuando le pasó la mano con suavidad por su diminuto cuerpo seguía luchando por su vida el hombre suspiró pasándose una mano por la cara necesitaba ayuda la camioneta se sacudió ligeramente al tomar la curva del camino de tierra el hombre sostenía el volante con una mano mientras la otra descansaba sobre su regazo donde El pequeño cachorro estaba envuelto en una manta a su lado en el asiento del copiloto la madre lo miraba con el
alma en los ojos no lo apartar de su vista ni por un segundo su instinto le gritaba que no lo perdiera de nuevo cada vez que el cachorro emitía un sonido ella giraba la cabeza y lo olfateaba con desesperación como si intentara asegurarse de que aún seguía allí el hombre en hombre kela lo entendía así que sin apartar la vista del camino murmuró voy a ayudarlo la pastora alemana parpadeó pero no reaccionó era como como si no se permitiera creer en sus palabras cuando llegaron a la clínica veterinaria del pueblo El hombre bajó del auto
con el cachorro en brazos la pastora alemana lo siguió pegá a su costado tranquila dijo él con voz calmada estoy aquí entraron rápidamente La recepcionista levantó la mirada y al ver al cachorro su expresión se tornó de preocupación qué le pasó no lo sé respondió el hombre sin soltarlo lo encontré anoche está muy débil no sé cuánto tiempo allá ha estado sin comer en ese momento la puerta que llevaba al consultorio se abrió y apareció un veterinario déjamelo ver dijo con seriedad el hombre asintió y extendió la manta con cuidado la pastora alemana gimió bajo
el veterinario tomó al cachorro entre sus manos con extrema delicadeza y lo llevó rápidamente a la de examen pero cuando intentó cerrar la puerta la madre empujó para entrar No espera dijo el veterinario debo revisarlo primero la pastora alemana gruñó no de agresividad sino de miedo el hombre entendió de inmediato ella pensaba que lo iba a perder otra vez se agachó y apoyó una mano en su cabeza lo traeré de vuelta susurró lo prometo ella lo miró fijamente no le creyó pero cuando el veterinario cerró la puerta no intentó seguirlo solo se quedó allí inmóvil
esperando la sala de espera de la clínica veterinaria estaba en completo silencio el hombre se pasó una mano por la cara cansado pero no dijo nada había estado en hospitales Antes había esperado noticias importantes Pero esto era distinto esto era desesperación en su estado más puro a su lado la pastora alemana no se movía desde el momento en que el veterinario cerró la puerta con su cachorro en brazos ella había permanecido sentada en la misma posición con la vista fija en la entrada de la sala de consultas sus orejas Aunque caídas por el agotamiento Se
mantenían atentas a cualquier ruido del otro lado no pestañeaban no jadeaba ni siquiera respiraba con fuerza solo estaba allí en completo silencio esperando el hombre miró el reloj llevaban casi una hora en la misma posición suspiró y se inclinó hacia delante apoyando los codos en las rodillas él va a estar bien murmuró más para sí mismo que para ella la pastora alemana no reaccionó el hombre la observó de reojo Había algo devastador en su postura no era solo esperanza no era solo preocupación era miedo puro miedo a que cuando la puerta se abriera su cachorro
ya no estuviera vivo miedo a que esta vez no lo pudiera salvar el hombre apretó los labios y miró el suelo cuánto había pasado esta perra después de una hora y media la puerta finalmente se abrió el veterinario salió con el cachorro envuelto en la misma manta su expresión era seria pero no Trágica la pastora alemana se puso de pie de inmediato sus músculos se tensaron sus orejas se alzaron sus ojos que hasta entonces parecían apagados Se abrieron completamente fijos en el pequeño bulto entre las manos del veterinario El hombre vio Cómo contenía la respiración
el veterinario se agachó lentamente y le extendió al cachorro todavía está débil dijo en voz baja pero tiene una oportunidad el hombre no pudo reaccionar a tiempo porque la madre ya estaba allí olvidó el cansancio olvidó el dolor olvidó todo se acercó y empezó a olfatear frenéticamente a su bebé laméndola asegurarse de que realmente estaba allí de que no era un sueño y entonces soltó un sonido que rompió el alma de todos en la habitación era un gemido largo tembloroso que salió desde lo más profundo de su pecho no era solo alivio no era solo
tristeza era todo al mismo tiempo el asombre sintió un nudo en la garganta la pastora alemana se dejó caer sobre sus patas delanteras cubriendo a su cachorro con el hocico como si quisiera asegurarse de que nunca más le volvieran a quitar lo que más amaba el veterinario suspiró todavía necesita calor leche y mucha atención no sé cuánto tiempo estuvo sin alimento pero si logra pasar las próximas 48 horas tendrá una buena oportunidad elom asintió haremos todo lo necesario el veterinario miró a la madre y sonrió levemente creo que ella también cuando salieron de la clínica
el sol ya estaba alto en el cielo elos hombre me abrió la puerta de su camioneta Pero esta vez no tuvo que decirle nada a la madre ella saltó dentro de inmediato no iba a dejar a su cachorro solo nunca más el el hombre se subió al asiento del conductor y miró a su lado El Cachorro estaba en la manta tembloroso débil pero vivo y la pastora alemana lo miraba como si fuera lo único que importaba en el mundo el el hombre exhaló sintiendo una extraña sensación en el pecho nunca había querido tanto que algo
saliera bien cuando llegaron a la cabaña El hombre dejó la camioneta encendida unos segundos más se quedó observando a la madre y al cachorro ella seguía en la misma posición en la que había estado todo el camino no apartó la vista de su bebé ni por un instante finalmente el hombre apagó el motor y abrió la puerta vamos la pastora alemana fue la primera en bajar pero en lugar de correr hacia la casa se quedó esperando su mirada iba del hombre a su cachorro y luego de vuelta al hombre El mensaje era claro damelo el
hombre tragó saliva Voy a cargarlo hasta dentro de acuerdo ella no reaccionó no confiaba en sus palabras entonces en un gesto que la dejó completamente inmóvil el hombre extendió la manta con el cachorro hacia ella por un momento el tiempo pareció detenerse la madre lo miró miró a su cachorro y luego extendió su ocico con el mayor de los cuidados y lo tomó entre sus dientes con la misma delicadeza con la que lo había traído hasta él la primera vez el hombre sintió el pecho arder no dijo nada solo caminó hacia la casa y ella
lo siguió cuando entraron la pastora alemana fue directo hacia el sofá donde habían dormido la noche anterior colocó cuidadosamente al cachorro sobre la manta se subió junto a él y envolvió su cuerpo a su alrededor protegiéndolo elnombre suspiró y se pasó la mano por la nuca se dirigió a la cocina sirvió algo de agua y dejó un plato con comida en el suelo esta vez ella no pero se acercó lentamente y comió no con desesperación no con miedo solo con la certeza de que por primera vez en mucho tiempo nadie se lo iba a quitar
el hombre y sombreo sonrió levemente ella y aún no confiaba del todo en él pero había dado un paso y cuando terminó de comer volvió a su lugar junto a su bebé y finalmente cerró los ojos no en alerta No por ot amiento sino porque al fin se sentía a salvo el hombre se dejó caer en su silla y miró la escena en silencio por primera vez en su vida sintió que tenía una responsabilidad mucho más grande de lo que había imaginado miró a la madre miró al cachorro y supo algo con certeza no iba
a dejarlos nunca el viento soplaba suavemente entre los árboles Cuando el hombre despertó el fue huo en la chimenea aú ardía lanzando sombras en las paredes de madera de la cabaña afuera la noche se había disipado lentamente dando paso a un cielo pálido con los primeros rastros del amanecer Pero lo primero que hizo el hombre al abrir los ojos no fue mirar la hora ni revisar su teléfono fue girarse hacia el sofá y ahí estaban madre e hijo la pastora alemana se había acurrucado completamente alrededor del pequeño cachorro cubriéndolo con su cuerpo como si fuera
su única fuente de calor en el mundo su respiración era tranquila su pecho subía y bajaba lentamente dormía profundamente y el cachorro él también dormía el hombre se quedó en silencio algo dentro de él se relajó estaban vivos por primera vez en días la pastora alemana había dormido Sin miedo por primera vez en quién sabe cuánto tiempo el cachorro tenía una oportunidad real de sobrevivir el omb sombre se pasó la mano por la cara sintiendo el cansancio acumulado en su cuerpo se levantó con cuidado tratando de no hacer ruido y caminó hacia la cocina era
momento de pensar en el futuro cuando el olor a café caliente llenó la cabaña la pastora alemana movió las orejas su cuerpo se tensó su respiración cambió y entonces abrió los ojos en cuanto vio al hombre moviéndose en la cocina se puso de pie de inmediato Pero esta vez algo había cambiado no había huida en su mirada no había desconfianza Había algo nuevo algo más profundo el hombre la notó y sonrió buenos días ella no reaccionó solo lo miró Y luego su mirada bajó hasta el cachorro todavía estaba dormido todavía respiraba la pastora alemana exhaló
lentamente Y entonces dio un paso y luego otro y sin apartar la vista de su bebé Se acercó al hombre no por miedo no por necesidad sino porque por primera vez quería saber más sobre él el hombre dejó la taza de café en la mesa y se agachó lentamente sabes qué es lo curioso murmuró sin esperar respuesta aún no sé tu nombre la perra l dió la cabeza ligeramente Elo hembre sonrió Tampoco sé cómo llegaste aquí ni todo lo que has pasado ella siguió mirándolo en silencio pero no se alejó pero sí sé una cosa
dijo el hombre ya no tienes que hacerlo sola la pastora alemana parpadeó algo en su postura cambió y luego hizo algo que el hombre no esperaba con movimientos lentos cuidadosos se acercó aún más y apoyó su cabeza en la mano del hombre el contacto duró apenas un segundo pero en ese segundo Todo cambió el hombre sintió que el pecho le dolía Ah ya veo susurró pasándole la mano suavemente por la cabeza solo necesitabas que alguien te lo dijera verdad la pastora alemana cerró los ojos Por un instante no en miedo no en alerta sino en
paz y fue en ese momento que el hombre supo que había tomado la decisión correcta ella y su bebé Se quedarían para siempre el aire de la mañana era fresco y tranquilo afuera los árboles se emecan suavemente con la brisa y el sol apenas comenzaba a teñir el cielo con un resplandor anaranjado el hombre se quedó sentado en la mesa de la cocina con una taza de café entre las manos observando en silencio la escena frente a él la pastora alemana no se separaba de su cachorro cada pocos minutos lo olfateaba con suavidad Como asegurándose
de que aún estuviera ahí su ocico lo tocaba con ternura y cada vez que el pequeño se movía ella lamía su diminuta cabeza con una paciencia infinita el hombre apoyó un codo en la mesa y suspiró sabía que este solo era el comienzo El Cachorro todavía estaba demasiado débil sus movimientos eran torpes sus ojos apenas se abrían y su cuerpecito temblaba de vez en cuando como si aún estuviera luchando por aferrarse a la vida Pero había algo diferente en él esta mañana algo que no había visto la noche anterior El pequeño tenía más fuerza sus
patas ya no estaban completamente inmóviles de vez en cuando intentaba moverse arrastrándose sobre la manta y lo más importante de todo ya no estaba frío el el hombre sintió una pequeña chispa de Esperanza la madre lo había mantenido con vida el calor de su cuerpo su constante atención su instinto protector había hecho lo imposible pero ahora le tocaba a él hacer su parte se puso de pie y se acercó lentamente al sofá la pastora alemana levantó la cabeza de inmediato no gruñó no mostró los dientes Pero sus ojos estaban alerta el hombre se agachó frente
a ellos y levantó las manos con calma no no voy a hiper nada malo susurró solo quiero ayudar la madre no se movió sus orejas seguían erguidas pero su cuerpo no estaba tenso el hombre tomó una bocanada de aire y extendió la mano lentamente hasta que sus dedos rozaron la manta donde estaba el cachorro El pequeño gimió suavemente y la madre inmediatamente lo olfateo pero no lo alejó el H humbre sintió un escalofrío recorrer le la espalda ella lo estaba dejando tocar a su bebé era un gesto sutil pero significaba todo con extrema delicadeza deslizó
su mano bajo el cuerpecito del cachorro y lo levantó con la manta aún envuelta a su alrededor la pastora alemana lo observó con el alma en los ojos pero no lo detuvo el hambre se sentó en el sofá sosteniendo al cachorro con ambas manos sus pequeños ojos intentaban abrirse y su diminuta lengua se asomó débilmente cuando sintió el calor de su piel Hola pequeñín murmuró el hombre con una leve sonrisa la pastora alemana se acercó más no podía apartar la mirada cada pequeño movimiento del cachorro cada débil gemido cada parpadeo lento ella lo observaba todo
el hombre Hombre tragó saliva ella aún tenía miedo miedo de que en cualquier momento él se lo arrebatara Así que hizo lo único que podía hacer se inclinó un poco hacia delante y colocó al cachorro de vuelta en la manta justo frente a ella no lo retuvo no lo alejó simplemente se lo devolvió la madre parpadeó y luego sin pensarlo dos veces lo envolvió con su ocico y lo acurrucó contra su pecho el hombre hombre sonrió te lo dije susurró no tienes que hacerlo sola la pastora alemana Lo miró Y por primera vez confió en
él el día pasó lento con una calma que contrastaba con todo lo que había ocurrido antes el hombre pasó la tarde organizando la cabaña asegurándose de que ambos perros tuvieran un lugar cómodo para dormir cada vez que pasaba junto a ellos la madre lo miraba pero ya no con desconfianza cada vez que él traía comida o agua ella se acercaba con más seguridad cada vez que él hablaba ella empezaba a escuchar y cuando la noche cayó y el fuego en la chimenea llenó la cabaña con su luz anaranjada algo inesperado sucedió elom hombre se sentó
en el sofá con un suspiro se pasó las manos por el rostro sintiendo el agotamiento del día cerró los ojos solo por un segundo y cuando los abrió ella estaba allí la pastora alemana se había levantado del suelo y estaba junto a él no buscaba comida no buscaba nada Solo se quedó allí de pie mirándolo el hombre tragó saliva lentamente levantó una mano y la acercó a su cabeza ella no se movió con sumo cuidado le acarició el pelaje detrás de las orejas ella cerró los ojos y en ese momento el hombre supo que ya
no era solo un extraño para ella se quedaron así en silencio el fuego crepitaba suavemente iluminando la cabaña con una luz cálida y acogedora y por primera vez la pastora alemana dejó de vigilar por primera vez se permitió descansar por primera vez se sintió en casa el hombre sonrió bienvenida susurró y en respuesta ella simplemente apoyó su cabeza en su pierna ya no estaban solos ya no había más miedo solo quedaba el inicio de una nueva vida juntos los días pasaron y la rutina en la cabaña comenzó a cambiar lentamente el hombre se despertaba temprano
cada mañana y lo lo primero que veía era la pastora alemana dormida junto a su cachorro siempre lo mantenía cerca de su pecho su ocico descansando suavemente sobre su diminuta cabeza como si aún temiera que algo pudiera arrebatárselo pero cada día El Cachorro mejoraba su respiración se hizo más fuerte sus movimientos Aunque torpes Se volvieron más constantes sus ojitos que antes apenas se abrían ahora seguían la silueta de su madre y del hombre y un día sin previo aviso dio su primer paso el hombre Estaba preparando el desayuno cuando escuchó un sonido extraño un pequeño
ruido apenas un susurro en la alfombra giró la cabeza y lo vio el cachorro había logrado ponerse en pie sus patitas temblaban su cuerpecito inestable Pero ahí estaba el hombre dejó lo que estaba haciendo y se acercó lentamente la pastora alemana ya estaba junto a su bebé observándolo con la más pura atención El Cachorro se tambaleó perdió el equilibrio y cayó sobre su panza el hombre contuvo la respiración El pequeño alzó la cabeza movió sus orejitas y lo intentó de nuevo y esta vez lo logró dio dos pasos luego tres luego con un pequeño gimoteo
de esfuerzo corrió directamente hacia su madre y se escondió entre sus patas el hombre sintió el pecho apretado levantó la mirada hacia la pastora alemana ella lo estaba mirando y en sus ojos ya no había miedo ya no había dolor solo orgullo orgullo por su cachorro orgullo por ella se misma orgullo por ha luchado el hombre se agachó estiró la mano y por primera vez acarició al cachorro é se encogió al principado pero luego alzó la vista y lo miró con curiosidad el hombre Hombre sonrió Bienvenido al mundo pequeñín Y entonces sucedió algo mágico la
pastora alemana movió la cola no era mucho apenas un leve vaivén un pequeño movimiento que en cualquier otra situación hubiera pasado desapercibido pero para el hombre fue como ver abrirse el cielo porque en ese pequeño gesto estaba la respuesta que había esperado todo este tiempo ella confiaba en él ella sabía que ya no tenía que huir que ya no tenía que vivir con miedo que este era su hogar las semanas pasaron y la transformación Fue increíble el chorro creció rápidamente sus piernas que antes temblaban con cada paso ahora lo llevaban a explorar la cabaña con
curiosidad inagotable su energía era contagiosa y pronto La madre comenzó a seguirle el ritmo el H hombre no pudo evitar reírse la primera vez que vio a la pastora alemana jugar con su hijo ella corría Detrás de él fingiendo atraparlo pero sin hacerlo realmente el cachorro brincaba de un lado a otro girando en círculos y cada vez que caía sobre la hierba ella lo lamía y lo ayudaba a levantarse era hermoso era lo que siempre había merecido una familia un hogar y la libertad de ser simplemente feliz el hombre los observaba desde el porche sintiendo
algo en el pecho que hacía mucho tiempo que no sentía Paz Y entonces sin poder evitarlo dijo en voz alta lo que ya había decidido hacía tiempo Creo que ya es momento de que tengan un nombre la pastora alemana se detuvo y lo miró el cachorro también el hombre sonrió y cruzó los brazos Qué te parece Luna la pastora alemana parpadeó él se encogió de hombros es fuerte bella como tú ella lo siguió observando y luego en el gesto más sutil del mundo movió la cola una vez el hombre sonrió Luna Entonces el cachorro brincó
juguetonamente alrededor de su madre el hombre se agachó y lo atrapó suavemente con las manos y tú el cachorro gimió suavemente y lamió su de el hombre río te llamaremos sol sol alzó la cabecita como si entendiera luna se acercó lo olfateo con ternura y lo lamió de nuevo el hombre sintió algo cálido en el pecho esta er era su familia ahora no había vuelta atrás y no lo quería de otra manera aquella noche cuando el hombre se acostó en su cama escuchó algo que le hizo sonreír pasos suaves movimientos silenciosos y luego sintió el
peso de un cuerpo acostándose cerca no necesitaba mirar sabía que era ella luna se hab se había acostado en el suelo junto a su cama justo donde podía verlo El Cachorro también estaba allí acurrucado junto a su madre el hombre cerró los ojos con una sensación de paí absoluta ya no estaban solos ya no había más miedo solo quedaba el inicio de una nueva vida juntos para siempre Luna pensó que había perdido todo hasta que encontró a alguien que decidió luchar por ella ahora ella y su cachorro tienen un hogar una familia y una nueva
oportunidad para ser felices Si esta historia tocó tu corazón suscríbete al Canal Dale me gusta y compártela con alguien que ame lo perros juntos sigamos difundiendo historias de esperanza y segundas oportunidades