¡Hola, filoadictos! Hoy vamos a hablar del eterno retorno de nietzsche. .
. ¡Hola, filoadictos! Hoy vamos a hablar del eterno retorno de nietzsche.
. . "Ah, sh**, here we go again".
Oye, Leónidas. L: Dime, hermano. ¿Qué pasaría si un día o una noche se introdujera a hurtadillas un demonio en tu más solitaria soledad para decirte "Esta vida, tal como la vives ahora y la has vivido, tendrás que vivirla no solo una, sino innumerables veces más y sin que nada nuevo acontezca; al eterno reloj de la existencia se le dará la vuelta una y otra vez y tú con él, minúsculo polvo en el polvo"?
L: Eh, un respeto, por favor. ¿No te arrojarías, entonces, al suelo, rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que te hablara en esos términos? ¿O acaso ya has vivido alguna vez un instante tan terrible que le responderías "Tú eres un Dios y jamás he escuchado nada más divino"?
Si aquel pensamiento llegara a apoderarse de ti, tal como eres, te transformaría y tal vez te aplastaría. La pregunta decisiva respecto a todo y en cada caso particular sería "¿Quieres repetir una vez más e innumerables veces más esto? ".
Esto gravitaría sobre tu acción como el peso más pesado, ¿no te parece? L: Sí, supongo, ¿pero se puede saber qué mosca te ha picado? Nada, nada, solo estaba citando a Nietzsche: el aforismo 341 de "La gaya ciencia".
L: ¡Ah, pillín! Ya me había dado cuenta, por supuesto. Este aforismo al que acabo de referir, titulado "El peso más pesado", contiene probablemente una de las primeras apariciones de la doctrina e intuición del eterno retorno en la obra de Nietzsche, que es, junto con las ideas de la muerte de Dios y del superhombre, uno de los pilares de su pensamiento.
Tomado en sí mismo, el eterno retorno se parece mucho a una idea que encontramos en algunos griegos clásicos, que tenían una visión más circular del tiempo, según la cual, cuando el mundo terminase, se volvería a repetir todo una y otra vez, infinitamente, por toda la eternidad tal cual, acontecimiento por acontecimiento, decisión por decisión. L: M***da. No tendría que haber visto Cats.
Que Nietzsche busque inspiración en una doctrina de origen pagano tiene su interés. Recordad que Nietzsche quiere pasar por encima del cristianismo, quiere superarlo, quiere recuperar esas formas de pensamiento que el cristianismo hirió de muerte. ¿Pero entiende Nietzsche el eterno retorno como lo hacían los paganos, como una tesis cosmológico-metafísica que nos habla de la estructura de la realidad?
En otras palabras, ¿cree Nietzsche que la historia realmente se va a repetir cíclicamente, una y otra vez, por toda la eternidad? ¿Hay que entender esta doctrina literalmente? Como todo en Nietzsche, está abierto a interpretación y es discutible, pero mi impresión personal después de haber estudiado bastante este tema (y confiad en mí, lo estudié mucho en la carrera) es que no, que el significado último y primero del eterno retorno en Nietzsche no es cosmológico, no es literal, y esto creo que se puede intuir por dos razones principales.
Primero, en 1882 Nietzsche creyó, estuvo convencido durante mucho tiempo, que la doctrina del eterno retorno se podía demostrar científicamente. Sin embargo, al hacer sus investigaciones y descubrir que no era así, que no se podía fundamentar de modo científico, en lugar de abandonar el eterno retorno, lo abrazó todavía con más fuerza. Esto lo explica maravillosamente Lou Andreas Salomé en su libro "Friedrich Nietzsche en sus obras", páginas 279-280, y Lou conoció, vamos de primeras a Nietzsche, fue súper amiga suya.
Nietzsche se enamoró de ella, esto ya lo explicado en otro vídeo, pero bueno, la cuestión es que el testimonio de Lou es de fiar. Para mí, esto lo que muestra es que el eterno retorno, la importancia y el sentido del eterno retorno, para Nietzsche, no están en el hecho de que pueda o no representar de modo adecuado la realidad y el devenir de la historia, sino en su carácter de imagen, de una experiencia radical interior de la vida (y esto es lo explicaré a continuación). Segundo motivo, porque en el aforismo que he citado anteriormente, el eterno retorno aparece justamente no como algo que se propone como verdadero, sino como un experimento mental, como una hipótesis de carácter transformador.
¿Cómo empieza el aforismo? "¿Qué pasaría si un demonio te dijera que. .
. ? ".
Así que, fijaos, ya entonces el énfasis estaba puesto no en el carácter fáctico, en la realidad fáctica, de esta doctrina, sino en su carácter de hipótesis y su potencial transformador con respecto a la vida humana. L: Pues menos mal, porque repetir mi vida tal cual, eternamente, con todos los momentos que he compartido contigo, habría sido un infierno. Por tanto, creo que hay que entender el eterno retorno en la misma línea que la idea del superhombre, como ya os expliqué en otro vídeo: como un mito o una ficción al servicio de la vida, de la vida que nos queda después de la muerte de Dios.
En este sentido, el primer mensaje o el primer significado del eterno retorno es la no-trascendencia: no hay un más allá de la vida desde el cual se le pueda otorgar significado, no hay otra vida, una trascendencia o instancia redentora que esté después, no hay segundas oportunidades. No, ésta es la única vida existente y cada instante que pasa, que se va al pasado, está quedando fijado, irrepetible, en lo eterno. No tenemos una vida que apunta a otra vida, que va a terminar desembocando en otra vida.
Tenemos una vida que termina quedando clausurada en sí misma, con todas sus decisiones, penas y alegrías, como un anillo. La enseñanza del eterno retorno es que la vida, esta vida, es un anillo, es un círculo, no es una flecha: queda encerrado en sí mismo, no se va hacia fuera, hacia otro lugar. No hay un después del tiempo, un después de la muerte.
Pero lo bueno, dice Nietzsche, es que, aunque esto a algunas personas les pueda parecer desesperanzador, lo cierto es que la vida no necesita una instancia externa a sí misma para justificarse. Ésa, dice Nietzsche, es la mentira que nos han colado la filosofía platónica y el cristianismo. La vida no se justifica desde fuera, se justifica desde sí misma.
Éste es otro de los significados que esconde el eterno retorno: la recuperación del sentido de la tierra. Dice Zaratustra: "Mi yo me ha enseñado un nuevo orgullo y yo se lo enseño a los hombres: a dejar de esconder la cabeza en la arena de las cosas celestes y a llevarla libremente, una cabeza terrena, la cual es la que crea el sentido de la tierra". Al eliminar la trascendencia, el después, el eterno retorno implica volver a poner en el centro el mundo real, el valor de lo que hay.
Y es que al mundo real, a la realidad, dice Nietzsche, se la había despojado de su valor, de su sentido, de su verdad, al haber fingido de manera mentirosa un mundo ideal más allá de este. Borrado el sentido trascendente, el después, se trata ahora de reconocer la inmanencia del significado. El valor no está más allá, no está después: está aquí mismo, en esta vida, y se trata de encontrarlo y buscarlo en ella.
"De tiempo y de devenir es de lo que hablan los mejores símbolos, dice Zaratustra, una alabanza deben ser y una justificación de todo lo perecedero". El eterno retorno, como símbolo, como imagen, como mito, pone en el centro otra vez el valor supremo de la vida, de la tierra, y llama la atención sobre su unicidad: solo hay una, solo hay una vida. Paradójicamente, Nietzsche está utilizando el lenguaje de la repetición, de un eterno retorno, para transmitir un mensaje que no es la repetición, sino justamente todo lo contrario de la repetición.
La enseñanza del eterno retorno no es que la vida se va a repetir, sino justamente que no hay más vida que esta. Así que aprovéchala, porque nada de lo que haces se puede cambiar, todo queda petrificado en la historia de tu vida. L: Esto me está inspirando para ir al gimnasio.
Pero mañana. Entonces, el eterno retorno es como una doctrina que le toma el pulso al ser humano, es como un termómetro: hace que nos preguntemos "¿Soy realmente feliz? ¿Puedo vivir la vida sin consuelos, sin paliativos, sin trascendencias, exclusivamente desde sí misma y no siempre desde el después?
". Es un pensamiento que nos pone continuamente ante los ojos la pregunta por el valor de la vida que vivimos, es el criterio último para ver si uno está contento con su vida: ¿la volverías a repetir tal cual, sin cambiar nada, una y otra vez? Si no, tienes que replanteártela y rápido, porque es la única oportunidad de vivir que te ha sido concedida.
Además de recuperar el valor de la vida, el eterno retorno recupera el sentido y el valor de la muerte como punto y final a la vida, sin un más allá en el que remediar lo vivido o lo no vivido en el más acá. Si soy inmortal, piensa Nietzsche, la muerte no es una verdadera muerte, y siempre puedo esperar a vivir después. Pero el retorno nos grita que no hay un después, que ese después no existe, que solo está el ahora.
Quien necesita otra vida para justificar la propia, dice Nietzsche, es porque en realidad no vive o porque está lleno de resentimiento hacia su vida o hacia la vida en general. Pero de lo que se trata es de superar este rencor hacia la vida y abrazarla plenamente, en todas sus dimensiones. Si la razón para vivir está siempre después, en realidad nunca vivimos.
De lo que se trata, por tanto, es de estar atentos y descubrir que el significado, el sentido, está ahora, que la vida es su propia razón para ser vivida. Descubrir esto es dejar de ver la vida como una flecha, como una línea que apunta a algo distinto, y pasar a verla como un anillo, como una línea que se persigue a sí misma. La posibilidad del eterno retorno, dice Nietzsche, a la mayoría se nos muestra como terrible, ¿no?
, como insoportable. ¿Por qué? Porque realmente no vivimos con la intensidad suficiente: vivimos sin la pretensión (¡y sin las ganas!
) de convertir cada instante en algo tan maravilloso que sea capaz de justificarse a sí mismo, algo que quisiéramos vivir continuamente una y otra vez por toda la eternidad. Pero es que somos meramente hombres, humanos, demasiado humanos. El que es capaz, en cambio, de abrazar el eterno retorno, de darle un sí sin peros a la vida, es el superhombre.
¿Pero quién es el superhombre? ¿Cómo hay que entenderlo exactamente? Si quieres descubrirlo, te lo expliqué en este vídeo de aquí, así que, venga, dale clic porque continuarás profundizando en la filosofía de Nietzsche.