Existe algo extraordinario funcionando dentro de ti en este mismo momento. Algo que has estado usando toda tu vida sin darte cuenta, algo que determina exactamente qué tipo de experiencias vives día tras día. No es tu personalidad, no son tus habilidades, ni siquiera es tu suerte.
Es mucho más poderoso que todo eso junto. Es un circuito energético que opera las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Este circuito no descansa, no se toma vacaciones y nunca deja de influir en tu realidad.
Aprender a usar este circuito conscientemente puede marcar un antes y un después en tu vida. Cuando vives en piloto automático, este circuito sigue trabajando, pero está dirigido por patrones antiguos, miedos heredados y reacciones inconscientes. Es como tener un automóvil deportivo, pero conducirlo con los ojos vendados.
El poder está ahí, pero los resultados son impredecibles y muchas veces no son los que quieres. Sin embargo, cuando despiertas a la existencia de este circuito y aprendes a dirigirlo hacia donde quieres, algo mágico sucede. De repente la vida comienza a responder de manera diferente.
Las oportunidades aparecen con más frecuencia y esa sensación de estar luchando contra la corriente se transforma en una experiencia de fluir con ella. No es casualidad, no es suerte y definitivamente no es pensamiento mágico. Es el resultado natural de activar conscientemente el sistema que siempre estuvo ahí, esperando que lo descubrieras.
Este circuito es una poderosísima herramienta para crear la realidad que deseas y una vez que comprendas cómo funciona, nunca más te sentirás desconectado de tu poder personal. Tu cuerpo es mucho más que carne, huesos y sangre. Es un sistema energético sofisticado que genera y emite señales constantemente.
Cada célula está viva con actividad eléctrica. creando un campo de influencia que se extiende mucho más allá de los límites físicos de tu piel. Esta no es una metáfora, es una realidad que puedes sentir cuando prestas atención.
Piensa en los momentos cuando entras a una habitación e inmediatamente percibes si el ambiente se siente tenso o relajado sin que nadie haya dicho una palabra. o cuando sientes la presencia de alguien antes de verlo. Esa capacidad existe porque estás constantemente leyendo e intercambiando información energética con tu entorno.
El centro de este sistema energético no es tu cerebro, como muchos podrían pensar, es tu corazón. Este órgano extraordinario genera el campo electromagnético más potente de todo tu cuerpo. Un campo que puede ser medido varios metros más allá de ti.
Pero aquí viene lo realmente fascinante. Este campo cambia instantáneamente según lo que sientes. Cuando experimentas amor, gratitud o cualquier emoción elevada, tu corazón entra en un patrón de coherencia que armoniza todo tu sistema.
Cuando sientes miedo, frustración o cualquier emoción de supervivencia, el patrón se vuelve caótico y desorganizado. Tu corazón no solo bombea sangre, es el director de orquesta de tu campo energético personal. Este circuito interno tiene dos componentes principales que trabajan en conjunto, el componente mental y el componente emocional.
Tu mente genera las señales dirigidas como el GPS de tu sistema energético. Tus emociones proporcionan la fuerza magnética que da poder a esas señales. Cuando ambos componentes están alineados y trabajando hacia la misma dirección, crean un circuito cerrado de una potencia tremenda.
El problema es que la mayoría tienen estos dos componentes trabajando en direcciones opuestas. Piensan una cosa, pero sienten otra. Quieren algo con la mente, pero sus emociones están ancladas en el miedo o la duda.
Es como intentar conducir un auto con el freno puesto y acelerar al mismo tiempo. Mucho ruido, poco avance. Lo más importante que debes entender es que este circuito está siempre funcionando.
No es algo que puedas encender o apagar. constantemente estás transmitiendo una señal energética al campo que te rodea y ese campo está respondiendo sin excepción. La pregunta no es si funciona, la pregunta es, ¿qué tipo de señal estás enviando?
El componente mental de tu circuito funciona como el sistema de navegación de tu realidad. Cada pensamiento que generas es una señal dirigida que le dice al universo hacia dónde quieres ir. Pero no todos los pensamientos tienen el mismo poder.
Los pensamientos claros, específicos y sostenidos crean señales fuertes y coherentes. Los pensamientos confusos, contradictorios o cambiantes crean señales débiles y dispersas. La diferencia entre desear algo y tener una intención clara es como la diferencia entre susurrar y hablar con autoridad.
Cuando realmente decides algo, cuando tu mente se enfoca con determinación genuina, la calidad de la señal que emites cambia completamente. Ya no estás enviando una pregunta al universo, estás enviando una declaración. Los pensamientos repetitivos tienen un poder especial porque crean surcos profundos en tu campo energético.
Es como caminar por el mismo sendero una y otra vez hasta crear un camino permanente. Por eso es tan importante estar consciente de cuáles son los pensamientos que permites que se repitan en tu mente, porque esos se convierten en las autopistas de tu realidad. El componente emocional es la fuerza magnética que da vida a tus pensamientos.
Sin emoción, un pensamiento es solo una idea flotando en el espacio. Con emoción se convierte en una señal magnética que atrae experiencias correspondientes. Pero aquí hay algo crucial que debes entender, la diferencia entre sentir realmente algo y fingir que lo sientes.
Tu sistema energético no puede ser engañado. Puedes decirte a ti mismo que te sientes próspero mientras tu corazón está contraído por la ansiedad financiera, pero tu campo energético estará transmitiendo ansiedad, no prosperidad. Las emociones auténticas surgen desde lo profundo de tu ser y se sienten en todo tu cuerpo.
Las emociones falsas se quedan en la superficie y se desvanecen rápidamente. Hay una diferencia evidente entre las emociones de supervivencia y las emociones elevadas. Las emociones de supervivencia como el miedo, la ira y la frustración mantienen tu atención enfocada en problemas y limitaciones.
Las emociones elevadas como el amor, la gratitud y la alegría expanden tu atención hacia posibilidades y oportunidades. Cuando logras que tu componente mental y emocional trabajen en perfecta sincronía, algo extraordinario sucede. Se crea lo que se conoce como coherencia, un estado donde todos los aspectos de tu ser están vibrando en la misma frecuencia.
En este estado, tu poder personal se multiplica exponencialmente. Investigadores como Jacobo Grenberg exploraron cómo la conciencia humana puede influir directamente en la realidad física, demostrando que existe una conexión real y medible entre nuestros estados internos y el mundo que experimentamos. Esta conexión no es mística.
Es una función natural de cómo estás diseñado. Cuando tu mente y tu corazón están completamente alineados, cuando piensas y sientes la misma cosa al mismo tiempo, estás usando tu poder para dar forma a tu mundo. Es en este momento que dejas de ser solo un observador de tu vida y te conviertes en su creador consciente.
Ser el creador consciente de tu vida es algo tan extraordinario que es difícil ponerlo en palabras. De hecho, el simple hecho de comenzar a vernos a nosotros mismos como creadores ya representa un salto enorme en el desarrollo de nuestra conciencia. La frase que te pediré que comentes hoy es precisamente esta.
Tengo el poder de crear. Si no interiorizas que eres completamente capaz de crear tu experiencia, seguirás a merced de esta. Por eso, lleva esta frase contigo, así como tantas otras que te he dado.
Y recuérdala en esos momentos donde parece que las cosas se escapan de tus manos. Simplemente respira profundo y recuerda que tienes el poder de crear. Ahora que comprendes cómo funciona tu circuito interno, es momento de aprender a dirigirlo conscientemente.
El primer paso para activar este sistema de manera intencional es crear una definición clara de lo que realmente quieres. Esto va mucho más allá de tener un deseo vago o una esperanza general. Se trata de tomar una decisión firme y específica sobre la dirección de tu vida.
La diferencia entre desear algo y decidirlo es fundamental. Cuando deseas, estás pidiendo permiso al universo. Cuando decides, estás declarando tu intención con autoridad.
Esta decisión debe ser específica, pero no obsesiva. Específica significa que sabes exactamente qué quieres y por qué lo quieres. No obsesiva significa que no te aferras desesperadamente al resultado, sino que mantienes una confianza relajada.
Una vez que tienes clara tu intención, el siguiente paso es cultivar el estado emocional que corresponde a esa realidad. Esto requiere un entendimiento profundo de cómo se sentiría realmente tener lo que quieres. No se trata de imaginar cómo te sentirías, sino de encontrar esa emoción ahora mismo, en este momento presente.
La gratitud anticipada es una de las herramientas más poderosas para generar estas emociones auténticas. Cuando puedes sentir gratitud genuina por algo que aún no has manifestado físicamente, estás enviando una señal clara de que ya está realizado en tu campo energético. Esta no es una técnica de autoengaño, es una forma de alinearte con la frecuencia de lo que quieres crear.
La visualización efectiva no consiste en crear películas mentales elaboradas, consiste en sumergirte en el estado emocional de ya tener lo que deseas. Cuando visualizas desde este lugar de realización emocional, tu sistema nervioso no puede distinguir entre lo que estás imaginando y lo que está sucediendo realmente. Tu cuerpo comienza a generar la química correspondiente a esa nueva realidad.
Mantener la coherencia entre pensamiento y emoción requiere presencia constante. Tu mente puede divagar hacia dudas o miedos y cuando lo hace, tu estado emocional cambia instantáneamente. El secreto está en desarrollar la habilidad de detectar estos cambios inmediatamente y regresar conscientemente al estado de alineación.
La respiración consciente es tu ancla más confiable para mantener esta coherencia. Cuando respiras lenta y profundamente, mientras mantienes tu atención en el corazón, puedes estabilizar todo tu sistema energético en cuestión de minutos. Esta práctica no solo calma tu mente, sino que sincroniza tu campo electromagnético personal.
La acción alineada surge naturalmente cuando tu circuito está funcionando correctamente. Ya no actúas desde la desesperación o la necesidad, sino desde la inspiración y la confianza. Estas acciones se sienten correctas, fluyen con facilidad y abren puertas que antes parecían cerradas.
Cada decisión que tomas refuerza la señal que estás transmitiendo. El paso final y quizás el más desafiante es confiar completamente en el proceso. Esto significa soltar el control obsesivo sobre cómo y cuándo deben manifestarse los resultados.
Tu trabajo es mantener el circuito activo y coherente. El trabajo del universo es organizar los elementos necesarios para que tu intención se materialice. Esta confianza no es pasividad.
Sabes que has puesto en movimiento fuerzas que están trabajando a tu favor, incluso cuando no puedes ver la evidencia física todavía. Aunque el proceso de activar tu circuito consciente puede sonar sencillo, en la práctica muchas personas encuentran obstáculos que parecen sabotear sus esfuerzos. Comprender estos bloqueos es esencial para superarlos y mantener tu circuito funcionando de manera óptima.
El bloqueo más común ocurre cuando tu mente dice una cosa, pero tu corazón siente otra. Puedes repetir afirmaciones sobre abundancia. Mientras tu estómago se contrae de ansiedad cada vez que piensas en tus finanzas.
Este conflicto interno crea una señal contradictoria que confunde al campo energético que te rodea. Para superar esto, necesitas desarrollar honestidad emocional radical. Antes de intentar sentir algo nuevo, reconoce completamente lo que realmente estás sintiendo ahora.
Solo cuando aceptas tu estado emocional actual puedes comenzar a transformarlo conscientemente. El segundo bloqueo surge de patrones emocionales arraigados en experiencias pasadas. Tu sistema nervioso puede estar programado para responder al éxito con miedo al fracaso o al amor con expectativa de pérdida.
Estos patrones operan automáticamente y pueden sabotear tu circuito sin que te des cuenta. La clave está en observar estas reacciones automáticas sin juzgarlas, como si fueras un científico estudiando tu propio comportamiento. Cuando detectas estos patrones, puedes pausar conscientemente y elegir una respuesta diferente.
La falta de presencia representa otro obstáculo significativo. Tu circuito solo puede funcionar en el momento presente, pero tu mente puede estar constantemente reviviendo el pasado o anticipando el futuro. Cuando tu atención está fragmentada entre diferentes momentos temporales, tu poder se dispersa y tu señal se debilita.
La solución requiere entrenar tu atención para permanecer anclada en el ahora. Esto se logra practicando la observación consciente de tus sensaciones corporales y tu respiración, que siempre están disponibles en el presente. El cuarto bloqueo es quizás el más sutil, la resistencia inconsciente al cambio.
Parte de ti puede querer algo nuevo, pero otra parte se siente segura en lo familiar, incluso cuando lo familiar no es satisfactorio. Esta resistencia surge porque tu sistema nervioso está diseñado para mantenerte vivo, no necesariamente feliz e interpreta cualquier cambio como un riesgo potencial. Para superar esta resistencia, necesitas comunicarte con esa parte de ti que tiene miedo.
Reconoce que el miedo al cambio es natural y que puedes honrar esa preocupación mientras eliges crecer de todas formas. Cada uno de estos bloqueos tiene una característica común. operan por debajo del nivel de conciencia hasta que decides observarlos deliberadamente.
El simple acto de reconocer estos patrones ya comienza a disminuir su poder sobre ti. No se trata de eliminar estos obstáculos de una vez por todas, sino de desarrollar la habilidad de detectarlos rápidamente y redirigir tu energía hacia la coherencia. La maestría no consiste en nunca experimentar estos bloqueos, sino en recuperarte de ellos cada vez más rápido.
Cuando alcanzas la coherencia perfecta, experimentas algo que trasciende cualquier descripción. Es un estado donde tu mente, tu corazón y tu cuerpo vibran en perfecta armonía, creando una sensación de ligereza antes desconocida. En este estado ya no estás luchando contra la vida, estás danzando con ella.
La primera señal de que has alcanzado una coherencia perfecta es una quietud profunda que surge desde tu interior. No es la quietud de la supresión o el control, sino la calma natural que aparece cuando todos los aspectos de tu ser trabajando hacia el mismo objetivo. Tu mente se vuelve clara y enfocada sin esfuerzo.
Tus emociones se sienten estables y elevadas y tu cuerpo se relaja en una confianza fundamental. En este estado, la diferencia entre forzar y fluir se vuelve cristalina. Forzar se siente como empujar contra una corriente, requiere energía constante y genera tensión.
fluir se siente como ser llevado por una corriente favorable donde la acción surge naturalmente y los resultados aparecen con una facilidad casi mágica. Cuando estás en coherencia perfecta, todas tus acciones fluyen desde esta segunda manera de ser. Tu percepción del mundo cambia dramáticamente desde este estado.
Comienzas a notar sincronicidades que antes habrías pasado por alto, conversaciones que te llevan exactamente hacia donde necesitas ir y oportunidades que aparecen en el momento perfecto. No es que estas cosas no estuvieran ahí antes, es que tu campo energético coherente ahora puede percibirlas y atraerlas conscientemente. Lo más notable de este estado es que los resultados externos comienzan a reflejar tu coherencia interna sin que tengas que manipular o controlar las circunstancias.
Tu realidad externa se reorganiza espontáneamente para coincidir con tu nuevo estado interno. Esto no significa que todo se vuelve fácil, sino que los desafíos que aparecen se sienten como oportunidades de crecimiento en lugar de obstáculos. La clave para mantener este estado es desarrollar lo que se podría llamar desapego consciente.
Esto significa que puedes estar completamente comprometido con tu visión mientras permaneces internamente libre del resultado. Esta paradoja es fundamental. Cuanto menos necesites que algo suceda de una manera específica, más probable es que se manifieste de la manera perfecta para ti.
Una vez que has experimentado tu circuito funcionando a plena capacidad, el desafío se convierte en mantener esa coherencia en medio de las demandas de la vida cotidiana. La revisión energética matutina te será de gran ayuda. Antes de revisar tu teléfono o planificar tu día, dedicas unos minutos a evaluar honestamente tu estado interno.
Te preguntas no solo cómo te sientes, sino qué frecuencia estás emitiendo. Esta evaluación consciente te permite hacer ajustes inmediatos antes de que los patrones negativos tomen impulso. La recalibración energética en tiempo real es una habilidad que desarrollas con la práctica.
Aprendes a detectar instantáneamente cuando tu circuito se desalinea y a hacer correcciones sutiles sin interrumpir tus actividades. Esto puede ser tan simple como cambiar tu postura, tomar tres respiraciones conscientes o recordar silenciosamente tu intención principal. Mantener coherencia durante situaciones desafiantes requiere lo que se podría llamar inmunidad energética.
desarrollas la capacidad de permanecer centrado en tu propia frecuencia sin absorber la energía caótica de tu entorno. Esto no significa desconectarte de los demás, sino mantener tu propio campo energético estable interactúas con el mundo. Los rituales conscientes crean anclas poderosas para tu práctica.
pueden ser tan simples como una forma específica de preparar tu café matutino mientras mantienes gratitud o tan elaborados como una ceremonia nocturna de revisión y renovación de intenciones. Lo importante no es la complejidad del ritual, sino la conciencia que traes a él. El potencial ilimitado se revela cuando dominas este proceso por completo.
Tu vida se convierte en una expresión casi artística de tu visión interna, donde cada día ofrece nuevas oportunidades para crear desde el lugar más poderoso que existe, tu interior. Si llegaste hasta aquí, recibe como siempre un fuerte abrazo en nombre de todo el equipo. No hace falta decir que es para nosotros un honor seguir contando con tu compañía.
Por hoy me despido sin más, deseándote todo lo bueno que tu mente pueda imaginar. Nos vemos pronto.