¿Alguna vez le has caído mal a alguien sin saber por qué? O tal vez te ha costado encajar en un grupo, mientras que parecían que todos los demás se llevaban genial. Pues no te preocupes porque en este vídeo vamos a ver las 6 razones más comunes por las que podemos caerle mal a alguien.
1. Suprimir tus emociones. Mucha gente ha aprendido a relacionarse con los demás ocultando sus emociones.
Tienen cierto miedo a mostrarte demasiado entusiasmados, demasiado tristes o demasiado enfadados… Así que se ponen una máscara de neutralidad como si nada les afectara. Cuando hablamos con una persona así no sabemos qué está pensando realmente: si está triste, si le enfada algo que hemos dicho, si sonríe porque le caemos bien o porque quiere algo de nosotros… Y por eso tendemos a desconfiar de la gente que no muestra sus emociones de una manera natural. Diversos estudios muestran que nos cae mucho mejor la gente que expresa sus emociones sin miedo.
Y hay varias razones por las que esto sucede: En primer lugar, que si muestras claramente cuando algo te disgusta o cuando algo te enfada, o, al revés, cuando algo te entusiasma y te encanta… Los demás van a saber que pueden confiar en ti cuando les dices que realmente te caen bien o que te gusta algo que han hecho. Por otro lado, si demuestras tu empatía expresando tu tristeza cuando alguien sufre… Pues entonces se van a sentir mucho más comprendidos y gusto contigo. Cosa que no va a suceder si te muestras frío o mostrando pocas emociones.
Por eso, no tienes que tener miedo de mostrar tus emociones. Recuerda que las emociones no te alejan sino todo lo contrario: te acercan a los demás. 2.
La bomba de humo. Si eres una persona tímida seguro que tienes la costumbre de evitar ciertas preguntas o intentas que nunca se hable sobre ti. De forma similar al punto anterior esto va a hacer que la gente sienta una barrera o dificultad para saber qué tipo de persona eres o lo que te gusta realmente… Así que las conversaciones contigo no van a pasar mucho más allá del tiempo que hace o las últimas noticias.
Pues como seguro que no quieres tener simplemente conocidos sino verdaderos amigos, tienes que saber que la diferencia entre los simples conocidos y los amigos es que los amigos intercambian información personal. Y esto significa dos cosas: Que sus conversaciones tratan sobre temas personales como sus gustos, sus aficiones, cosas importantes para ellos, vivencias, acontecimientos recientes de su vida… Y, sobre todo, que es un intercambio en dos direcciones. Es decir, que ambos confían en la otra persona compartiendo ese tipo de información.
Por tanto, si quieres conectar con los demás tienes que hablar de ti. Y aquí vamos a ver dos estrategias diferentes en función de si la persona tímida eres tú o la otra persona. Cuando trates con gente muy tímida puede que notes que apenas responden a tus preguntas, o que incluso ellos mismos ni siquiera se atreven a preguntarte muchas cosas.
Si notas que este es el caso, una muy buena forma de darles confianza es que respondas tú a las preguntas que notas que te están dando largas. Por ejemplo, si les preguntas a qué se dedican y te responden diciendo algo genérico como “trabajo en marketing”. Lo mejor que puedes hacer es responder de una manera más generosa que ellos.
Por ejemplo: “Anda, marketing ¡qué interesante! Yo me dedico al campo de la psicología. Y la verdad es que me apasiona porque no sólo aprendes un montón de curiosidades sobre el cerebro… Sino que al final comprendes mucho mejor a los demás y también a ti mismo… Y la verdad es que eso me hace sentir súper bien.
Si sigues hablando con esa persona y de forma similar simplemente te dice que “le gusta el cine y la literatura”, puedes volver a explayarte sobre tus propios gustos. Y así, poco a poco, esa persona te irá conociendo más, verá que no tienes miedo a abrirte con ella. Y entonces sentirá una cierta confianza contigo como para ir abriéndose un poquito más cada vez.
Por el contrario, si eres tú el tímido o la tímida que le está costando abrirse… Pues simplemente haz un pequeño pequeño esfuerzo. Y por supuesto que no hace falta que le cuentes toda tu vida a cualquiera. Pero si ves a alguien que parece buena persona y que te trata bien verás como si te abres un poco más de lo que sueles hacer… Si igualas esa información que esa persona te está contando de sí misma con alguna cosa tuya… Entonces vas a aumentar muchísimo tus posibilidades de caerle mejor y, por tanto, de llegar a ser grandes amigos.
3. El torrente de información En el otro extremo de lo que acabamos de ver tenemos a las personas que se abren demasiado y demasiado pronto. Seguro que has conocido a alguno o alguna.
Es la típica persona que a los dos minutos de conocer ya sabes que su pareja les dejó el día de su boda, delante de los 140 invitados y que ahora se siente mal cada vez que empiezan a ir bien las cosas con alguien… Porque se imagina otra vez que está llorando en el altar. Y, mira, siento mucho que hayas vivido esto. .
. Pero es que sólo te había preguntado si tienes hora. Como decíamos antes, está genial compartir información personal con nuestros amigos.
Pero cuando todavía no conocemos mucho a alguien… Quizás no es tan buena idea soltarle de golpe todos nuestros más profundos traumas. Si te fijas, hay muchísimos temas personales de los que hablar con alguien a quien estás conociendo sin que tengan que ser tan comprometidos. Puedes hablar de tus aficiones, de si tienes mascotas, de dónde estudiaste, qué planes sueles hacer con tus amigos, qué cine te gusta… Y otros mil temas de conversación para ir conociendo a alguien poco a poco.
Otro punto que se parece mucho a éste, pero que no es exactamente lo mismo es ser demasiado negativo. ¿A ti te gusta pasar el tiempo con gente que sólo habla de lo mal que le va todo? Por supuesto, no podemos pretender que nuestros amigos nos oculten sus problemas y sólo hablen de arcoiris de algodón de azúcar.
De hecho es incómodo cuando alguien finge ser tan perfecto que su vida parece un éxito continuo. Pero no estamos hablando de esto. Sino de la típica persona cuyo único tema de conversación es todo lo que le va mal en la vida.
¿Has notado que ese tipo de personas suelen acabar bastante solas? Y la razón es que por supuesto que podemos escuchar un rato los problemas un amigo. Pero si ese es su único tema de conversación, al final nos acaba dando mucha pereza tener que aguantar ese chaparrón continuo de negatividad.
Así que te animo a reflexionar sobre qué conversaciones sueles tener con los demás. ¿Te quejas constantemente de todo y apenas habla de ninguna cosas positiva? Pues si es así, quizás sea el momento de empezar a pensar en hablar de otros temas.
Porque, además, te cuento un secreto: Si, por muy mal que vayan las cosas en tu vida… Sí, las compartes con tus amigos y demás… Pero, además, eres capaz de disfrutar de las cosas buenas, por pequeñas que sean. Y compartirlo con tus amigos y hablar de ello… Esta actitud te ayudará a parar esa forma tan negativa que tenemos a veces de hablarnos a nosotros mismos sobre “lo mal que va todo” y “que no voy a salir de esta” y “que mi vida no vale para nada”… Si en lugar de hacer esto te animas a compartir cosas positivas y disfrutarlas con tus amigos y hablar de temas diferentes que te saquen de esa burbuja de negatividad… Pues vas a notar como tus amigos van a estar a gusto contigo. Porque sí, compartís vuestros problemas.
Pero también sois capaces de cambiar de tema, disfrutar de cosas juntos y apreciar las pequeñas cosas que van bien en la vida. 5. Pensar demasiado.
¿Eres la típica persona que piensa mucho en las conversaciones que va a tener? O peor aún, cuando estás hablando con otra persona o incluso con un grupo… Tienes la costumbre de estar pensando todo lo que dirías, pero… Al final todo eso se queda en tu cabeza y finalmente no te atreves a decirlo… No hay ningún problema con pensar las cosas y tener conversaciones con nosotros mismos. El problema está en que cuando lo hacemos en exceso, mientras estamos hablando con alguien… Al final creemos que estamos participando muchísimo en una conversación… Pero, en realidad, todo eso está sucediendo en nuestra cabeza.
Esto es lo que explica la mayoría de malentendidos en una conversación. Así que para evitarlo te animo a reducir esas charlas paralelas en tu mente e implicarte más en las conversaciones. Básicamente consiste en que no tengas miedo a decir lo que piensas.
Y esto te ayudará a participar en la conversación y te sentirán como alguien cercano con quien se puede hablar y compartir cosas. 6. Intentar caer bien a toda cosa.
Mucha gente tiene tanto miedo de caer mal a los demás… Que fuerza muchísimo por caerles genial. Y esta desesperación acaba produciendo justamente el efecto contrario: Como intentan ser los más interesantes o los más graciosos… Acabamos notando ese esfuerzo exagerado y nos resulta un poco incómodo relacionarnos con ellos. Si aunque sea un poquito, te reconoces en esta actitud… Déjame recordarte que tus amigos no están esperando que seas el mejor en algo en particular.
Simplemente quieren que disfrutéis juntos y saber que pueden contar contigo. Así que para eliminar esta presión interna por ganarte a los demás a base de ser el mejor en algo… Recuerda que la gente no te va a querer más por ser perfecto. De hecho pasa justamente lo contrario vas a tener un carisma irresistible si aceptas que no eres perfecto, que tienes la forma de ser que tienes y que te muestras tal y como eres sin miedo.
Si te cuesta aceptar esto, tengo una serie de trucos para mejorar tu carisma. Aplicándolos podrás fascinar a todo el mundo con tu personalidad. Para aprenderlos no tienes más que pinchar en esta tarjeta.
Y te veo en el próximo vídeo de psicología para ser más felices.